[Lambare, Paraguay] 

En un pequeño edificio escondido de los muggles había bastante movimiento pues se trataba de una especie de cuartel secreto de la AEM que Ruth había formado para vigilar a una vieja presa. 

—No hay movimiento cercano, estamos seguros y nadie nos está siguiendo. — dijo un muchacho mientras observaba una especie de radar del lugar que salía de su varita.

—Necesito saber ese encantamiento… — susurró Ayla al ver aquello. 

—No deberíamos estar aquí, necesitamos estar en MbóiPorã peleando por nuestro pueblo. — soltó Aramis algo nerviosa y enojada mientras miraba a Ruth de forma retadora pues fue idea de la pelirroja ir hasta allá. 

—Las condiciones no eran las óptimas para tomar buenas decisiones por eso decidí traerlos aquí, no estamos tan lejos de MbóiPorã tampoco así que le pido que tenga paciencia, señorita. — contestó Ruth. 

Aramis quiso contestar pues se puso de pie de inmediato, sin embargo, Price la tomó del brazo e impidió que se abalanzara sobre la pelirroja. 

—Aunque sería interesante ver un combate entre ustedes conociendo sus habilidades, no es el momento para apreciarlo. Entiendo lo que MbóiPorã significa para ti, para nosotros en realidad pero antes de intentar recuperar nuestro pueblo hay que hacerlo de forma inteligente. — dijo Timothée aún sentado sobre aquella camilla. 

—Nosotros no vamos a intervenir, nos gusta más el estilo sigiloso pero si necesitan equipo de combate, armas o similares pues podemos asistirles con eso. — añadió Ambrose a la conversación. 

—Me encantaría ver esas armas, vamos Ambrose, llévame a verlas. — dijo Ayla mientras tomaba al pelirrojo de su camiseta y lo jalaba hasta la armería. 

—Pueden quedarse el tiempo que necesiten, Margot revisó a todos y ninguno está herido de gravedad, nosotros debemos irnos, tenemos otros asuntos graves. — dijo Ruth a Tim. 

—Gracias por tu ayuda, prima, nos encargaremos desde aquí. — contestó el muchacho. 

—Sé que sí — dijo la pelirroja con una sonrisa. —¡Nos marchamos muchachos! Ambrose, hazte cargo de la extracción. 

—Sí, jefa. — dijo aquel pelirrojo a la vez que guardaba las cosas más importantes con ayuda de su varita. —Los visitaremos pronto si nos permiten acceder a su monárquico hogar… suerte. — añadió. 

Tim, Ayla y la reina Yara se despidieron de aquellos muchachos, luego sonó un fuerte estruendo con el que desaparecieron. 

—Y bien… ¿Cuál es el plan? — preguntó Aramis. 

Timothée se quedó pensativo por algunos segundos y luego sonrió. 

[MbóiPorã] 

Tras algunas horas de anunciar el nuevo reinato, Graham se encontraba sentado en la mesa real junto a Darrell y el mayor cargo de los Ingstad hasta el momento, Dylan.

—Bien, Darrell… lo que pasará a partir de ahora dependerá de ti si sale bien o mal. Te nombramos el rey de MbóiPorã como fachada, quien tomará las órdenes de todo lo que suceda acá seré yo y serán expresadas mediante ti… te sacamos del trance para que seas consciente de lo soy capaz de hacer si me traicionas. — soltó Dylan mientras fumaba un cigarrillo. 

—Tu único cargo será el de La Mantra Oscura, debes tener esto… — dijo Graham para después arrastrar un objeto por la mesa hasta hacerlo llegar a Darrell. —... Con eso obtendrás la armadura de esa estupidez. 

Darrell solo escuchaba, se encontraba inmóvil en aquella silla donde estaba sentado pues después de un largo tiempo siendo manipulado a la hora de salir era difícil para él conectar con la realidad. 

—Tómalo o déjalo, haz sido valioso para esta operación, Darrell, aprovecha esta oportunidad que te estamos brindando. 

El muchacho tomó aquel objeto que parecía un collar sin mirar, simplemente lo agarró y luego se levantó de su silla y se marchó. 

—Se está volviendo loco, no creo que haya sido una buena idea entregarle esas habilidades. — dijo Graham luego de que Darrell se había ido. 

—Despreocúpate, sabes que tengo un plan para todo… ahora hay que concentrarnos en la siguiente etapa del plan y qué mejor que hacerlo con nuestros familiares… están justamente aterrizando en el pueblo luego de un largo viaje en escoba, anímate Graham, hay que celebrar. — dijo Dylan mientras se levantaba de aquella silla. 

Darrell se encontraba detrás de una pared escuchando aquella conversación, el hombre estaba fingiendo estar desorientado mentalmente para crear un desinterés en Graham y Dylan. 

—Nada saldrá como lo planean, te lo prometo, hermanita. — susurró para sí mismo mientras miraba una pequeña foto de su hermana. 

 Timothée, Ayla, Aramis y Price ya se encontraban preparados para partir hasta MbóiPorã a recuperar su pueblo, se encontraban en un círculo para hablar sobre el plan. 

—Entonces… ¿Cómo está el asunto? — preguntó Ayla mientras guardaba lo que parecían ser granadas de encantamientos en un cinturón táctico. 

—Considerando la situación, hay muchos a quienes enfrentarnos… Los que vimos volar en escoba hace unas horas eran de seguro más Ingstad que iban a instalarse al reino. — comentó Timothée. 

—Los principales son Darrell y Graham, no sabemos si Spooner también está allá involucrado pero si lo está… será más fácil morir que salir con vida. — añadió Ayla. 

—Eso quizá no ayude mucho… yo diría que hay que priorizar el cómo entrar. — dijo Price. 

—¿Qué hay de la entrada secreta al norte del lago, reina Yara? — preguntó Aramis a la señora. 

La mujer sonrió un poco pues no recordaba aquel lugar. 

—¿Hay una entrada secreta por el lago? 

—Hay más de una entrada secreta a MbóiPorã pero no las conozco todas… quizá puedan entrar por ahí, los llevará por debajo del pueblo y hay una salida a los desagües del río. — dijo la reina Yara. 

—Bien, iremos por ahí, justo debajo del puente que comunica al pueblo con el reino. 

—Price y Ayla, ustedes se encargarán de poner a salvo a los pueblerinos, necesitaremos que tomes el mando de la Guardia Real nuevamente para apoyarnos cuando estemos dentro. — dijo Tim dirigiéndose a Price sobre lo último. 

—Cuente con eso. 

—Aramis tú te vas a quedar aquí con mi abuela, la reina necesita protección y quién mejor que tú. 

—Timothée, tú protección es más valiosa que la mía, Aramis debe ir contigo. — contestó la reina Yara. 

—Estaré bien, aún tengo la armadura de la Mantra Oscura, además estaremos comunicados por si algo llegara a ocurrir. — dijo Timothée, luego se acercó a la mujer. —No perderé a otra figura materna tan pronto, abuela, te necesito a salvo. — susurró el chico. 

Yara simplemente asintió con su cabeza entendiendo el porqué Tim quería protegerla. 

—Bien, voy a escabullirme por los portones hasta llegar al reino, cuando esté dentro lanzaré chispas rojas con mi varita para informarles, buscaré a Graham para terminar con todo esto. 

—Espera hermano. ¿Qué hay de Darrell? — preguntó Ayla. 

—Él no es el problema, Ayla, solo es un peón más… tenemos el plan, saldremos en cuánto estén listos, vamos a recuperar lo que es nuestro por el honor de nuestros antepasados… ¡Toikove MbóiPorã! — exclamó Timothée con emoción aquellas últimas palabras. 

—¡Toikove MbóiPorã! 

—¡Toikove MbóiPorã! 

Exclamaron los demás en el lugar, tras aquellas palabras de ánimo, salieron de aquel edificio rumbo a su pueblo.