~XXXVII~
Cada vez faltaba menos para la primer prueba del torneo y los nervios de ambos hermanos Potter crecían cada vez más.
Por un lado Harry y Hermione se encontraban en la biblioteca. La noche anterior Harry descubrió que la prueba sería luchar contra dragones y no había sido capaz de pensar en cómo vencerlos.
En cuanto le contó su problema a Hermione ella le arrastró directamente a la biblioteca.
-Ya verás Harry, en uno de estos libros tiene que haber algo.
El moreno se colocó las manos en la cabeza algo desesperado, pues había dejado de creer las palabras de su amiga hacía una hora.
Pero un montón de susurros y de pasos le sacaron de su ensimismamiemto.
Se giró dispuesto a encarar a las personas que muy probablemente se burlaban de él, pero solo encontró a Krum sentado en una mesa y a un montón de chicas rodeándole.
-¿De qué va eso?
Hermione miró hacia dónde Harry señalaba y rodó los ojos.
-Son las fans de Krum, por algún motivo el se pasa todo el día en la biblioteca y su séquito le sigue.
Harry sonrió a medias, aliviado de que por una vez la atención no estuviera en él.
-Ron estaría entre ellas si se entera de que viene aquí.
Un silencio siguió a la broma del chico, en el que se dio cuenta de que Ron ya no era su amigo.
Lo cierto es que todo había sido muy complicado para él desde que Ron no le hablaba, se sentía solo sin su mejor amigo, por muy buena que fuera la compañía de Hermione. Extrañaba a su mejor amigo.
Hermione pareció darse cuenta de lo que pasaba por la cabeza de su amigo, así que cerró el libro de un golpe, sobresaltando al chico.
-Me rindo, no creo que encontremos nada Harry. Pero siempre nos queda otra opción, podemos pedirle ayuda a tu hermana.
El azabache abrió los ojos con sorpresa y negó rápidamente con la cabeza. No quería cargar a una persona más con sus problemas.
Su amiga bufó ante la negación.
-Vamos Harry, ella es mayor, sabrá más hechizos que tu y yo juntos. Y además seguro que no le importa ayudarte, me dijiste que te defendió el otro día.
Harry volvió a negar.
-Claro Hermione. Voy a hablar con mi hermana con la que he intercambiado dos frases y le pido que me ayude con el torneo. Luego cierro los ojos y espero la negación.
Hermione se levantó y agarró el brazo de su amigo, alzándole con brusquedad.
-Eres un exagerado Harry. Es tu hermana, seguro que se preocupa por ti y quiere ayudar.
Harry bufó mientras era arrastrado por los pasillos de Hogwarts.
-Que raro que digas eso, ¿no eras la que hace dos años pensó que era la heredera de Slytherin?
En reprimenda a su comentario recibió un fuerte apretón en su brazo por parte de Hermione.
-Tenía doce años y estaba aterrada por el basilisco. Dije muchas tonterías.
***
Deborah y Corvus estaban sentados juntos en el patio mientras leían las instrucciones para su próxima clase de transformaciones.
Habían decido salir ellos dos solos, puesto que desde que Malfoy amenazó de nuevo con hablar de la relación de Corvus y Ed a su padre, ellos procuraban no ser vistos juntos en público, cosa que traía a ambos bastante nerviosos.
Deborah llevó a Corvus a tomar el aire después de encontrarse al muchacho rompiendo con furia una carta del señor Malfoy. Por suerte el idiota de su hijo no había dicho nada sobre una relación romántica, pero si recibió una reprimenda por sus compañías “inadecuadas”.
La morena alzó la cabeza cuando escuchó su apellido.
Vio como Malfoy susurró algo de Potter a sus gorilas y estos procedían a ayudarle a subir a un árbol.
-Corvus, ¿por qué está tu primo escalando un árbol?
El nombrado levantó la mirada y rodó los ojos.
-No lo sé, solo espero que se caiga.
Ambos decidieron ignorar la escena y volver a su lectura, pero esta no duró mucho.
-¡Potter! He estado hablado con mi padre sobre el tornero, le he dicho que no duraría ni diez minutos en el torneo, él no está de acuerdo, dice que no durarías cinco.
Deborah y Corvus intercambiaron miradas, cansados de aquellas estúpidas peleas y se acercaron a la escena mientras que Harry contestaba a Malfoy.
No llegaron a escuchar la respuesta de el moreno, solo vieron como Malfoy se colocaba tras él, listo para atacarle por la espalda.
Deborah sacó disimuladamente su varita, dispuesta a bloquear el hechizo, pero alguien se adelantó.
-¡Atacando por la espalda, un movimiento de cobardes!
De un momento a otro Malfoy se convirtió en un hurón blanco.
-¡Draco! ¡Suéltalo ahora mismo!
Corvus sacó su varita fuera de si al ver como Moody metió a su primo en los pantalones de uno de los gorilas.
El de rizos avanzó hasta el muchacho y le empujó bruscamente agarrando a su primo entre sus brazos.
Corvus se colocó tras su amiga, quien ya tenía la varita fuera en caso de que algo más ocurriera. El chico estaba furioso, pues notaba a su primo temblar entre sus brazos.
Deborah intercambió miradas con el profesor, colocando su mejor pose de combate, desafiando al hombre con su mirada.
Harry observó asombrado a su hermana, desde luego Hermione tenía razón. Si alguien podía vences a un dragón era ella. Aunque, al ver como ambos chicos protegían al hurón sintió algo de culpabilidad al haberse reído de Malfoy, por muy idiota que fuese con él, se notaba que estaba aterrado.
Por suerte la profesora McGonagall llegó antes de que la cosa pasara a mayores.
Los dos Slytherins y el hurón marcharon a la enfermería.
Deborah esperó junto a su amigo a que Pomfrey devolviera al rubio a la normalidad. Cuando Draco se incorporó en su camilla ella se marchó.
Corvus se colocó junto a su primo, revisando como se encontraba.
Por mucho que hace solo unos minutos había deseado que algo malo le pasara, no iba a dejar que nadie hiciera daño a su primo.
Al fin y al cabo, podía ser un molesto, arrogante y racista, pero se habían criado juntos, era como su hermano.
Draco miró a su primo sin saber como iniciar conversación, pues sabía que tendría que tragarse su orgullo.
-Yo... Gracias por defenderme.
El mayor asintió y con un pesado suspiro se sentó junto a él.
-Si no fueras tan idiota no te meterías en estos líos.
Draco observó sus manos incómodo.
-Lo sé, pero es culpa de él idiota de Potter, le veo y no puedo evitar....
-¿Ser un imbécil? Deberías dejar en paz a ese chico, que yo recuerde no te ha hecho nada.
El menor asintió ante la brusca interrupción de su primo.
-Lo sé, lo sé. Y lo siento, por todos los problemas que te he causado.
Corvus no contestó a eso. Ya sabía a lo que su primo se refería y no quería hablar del tema.
La cara de Ed cuando le dijo que solo podrían verse en los dormitorios ya era suficiente para él.
En ocasiones sentía que su novio merecía a alguien mejor. Alguien que pudiera tomarle la mano en público, que no le obligara a esconderse para besarse, a alguien que no tuviera miedo de el qué dirán.
Pero mientras Corvus pensaba en aquello, Draco interpretó su silencio como una muestra de enfado, por lo que se apresuró a justificarse.
-No quería meterte en problemas con padre, pero me preocupo por ti. Pevensie es un mestizo y un traidor, no es buena compañía para ti.
Corvus se llevó las manos a la frente frustrado y miró a su primo.
-¿Nunca has pensado que Lucius podría estar equivocado? ¿Qué quizás nosotros somos las malas compañías en lugar de ellos?
Draco observó a su primo algo asustado. Claro que había pensado en eso, pero había decidido empujar al fondo de su mente esas cuestiones. p
Pues al final del día, ninguno tendría opción y era mucho más fácil cuando no te molestas en pensar.
Draco miró a su primo y se dio cuenta de que ya era tarde para él, de que Corvus nunca sería feliz siguiendo las normas de los sangre pura.
Pero él aún podía, no había nada que le obligara a pensar en eso.
Pensar era peligroso para la gente que no tenía opción. Y con esa información en su cabeza, Draco contestó.
-No.
¡Hola!
Aquí en España ha sido ya el comienzo del curso, por lo que quizás tardo un poco más de lo habitual en actualizar, pero seré todo lo constante que pueda.
Dicho esto.
¿Os ha gustado el capítulo?
¿Cuál ha sido vuestra parte favorita?
¿Alguna teoría?
¡Me despido hasta la próxima! 💚
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro