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~XXV~

Deborah estaba a punto de caer dormida sobre su caldero.

Desde que se supo que Sirius Black había entrado en el colegio no había podido dormir más de tres horas seguidas, y pociones era el lugar menos adecuado para desconcentrarse.

Cuando sus ojos se volvieron a cerrar, una palmada frente a su cara la hizo dar un pequeño salto.

Rodó los ojos y miró a su compañero de mesa, Fred Weasley, quien la miraba con una sonrisa divertida.

-¿Mala noche Potter? No tienes buena cara.

Deborah se encogió de hombros y procedió a intentar seguir escuchando  algo de lo que el inútil de su profesor decía.

Pero fracasó por completo y acabó cerrando los ojos y durmiéndose.

Fred, al observar lo ocurrido miró a Snape con temor unos segundos, sabía que si él descubría a la chica habría malas consecuencias, pero no quería despertarla, era cierto que ella no parecía estar bien y seguramente necesitara esa cabezadita.

Así que tras pensarlo unos segundos, no se le ocurrió otra cosa que no fuera una distracción.

Le hizo unas señas a su hermano que este entendió enseguida y George procedió a deslizarse sigilosamente hacia detrás de Snape.

Su gemelo sonrió divertido antes de espolvorear unos polvos que había agarrado de un estante en el caldero que Snape estaba usando para dar el ejemplo.

Fue cuestión de segundos para que la poción explotara en la cara de el profesor y toda la clase, a excepción de algunos Slytherin, rompiera a reír.

Increíblemente, Deborah no se despertó ante todo ese ruido, su cuerpo se removió incómodo y se echó hacia atrás, apoyando su cabeza en el hombro de Fred.

Este al notarlo dejó de reír y miró como la chica descansaba en su hombro.

Se tomó unos segundos para mirarla bien. Lo cierto era que la chica no tenía una belleza de esas que llama la atención, era más bien una chica normal y debido a la actitud esquiva de la chica, Fred nunca se había dado cuenta de las pequeñas pecas que había en su nariz o en como un par de rizos se escapaban de su moño haciéndola parecer adorable.

Pero se vio obligado a apartar la mirada, pues Snape pareció decidir que era suficiente y alzó la voz.

-¡Basta!

Ahora sí que Deborah no pudo seguir durmiendo. Abrió los ojos algo confusa sin saber bien donde se encontraba, cuando identificó que era la sala de pociones abrió los ojos con sorpresa, pero lo peor fue darse cuenta de donde estaba apoyada.

Se separó bruscamente de el chico sin dirigirle una mirada y rezando para que este no le hablara.

Pero, lamentablemente, Snape llevaba un rato con la mirada fija en ellos.

-Vaya señorita Potter, veo que usted es tal prodigio en mi asignatura que puede permitirse el lujo de dormir en mi clase, ¿por qué no acompaña a los señores Weasley a mi despacho? Allí se les asignará un castigo apropiado.

Deborah asintió apretando los puños de la rabia, recogió sus cosas con tranquilidad no dejando ver lo enfadada que estaba. Al contrario que ella, los gemelos soltaron risas despreocupadas y cogieron sus cosas para salir rápidamente de allí.

Cuando Deborah salió del aula se sorprendió al ver cómo los gemelos parecían haberla esperado, pero algo molesta por toda la situación decidió ignorarlos y continuar su camino sola.

Los gemelos la siguieron de cerca hasta que llegaron al despacho de Snape.  

Debbie se sentó en una de las sillas frente al escritorio dispuesta a esperar allí a su profesor, mientras que los gemelos abrían despreocupadamente todos los cajones y armarios de la habitación.

Pasaron unos minutos en los que lo único que se escuchaba eran las cosas que los gemelos se susurraban entre ellos y sus risas.

Cuando Snape llegó agarró a ambos por los hombros y les arrastró hacia sus dos asientos libres frente a su escritorio.

Cuando el profesor se hubo acomodado miró severamente a los jóvenes.

-Debo decir que me decepciona una actitud así por parte de mis alumnos, especialmente justo después de cursar los TIMOS, que asumo que no os habrán salido muy bien, aunque debo decir que no me sorprende un comportamiento así de tres alumnos con tal complejo de superioridad.

Deborah se mordió el labio, tragándose todas las contestaciones mordaces que tenía hacia el profesor, puesto que sabía que sólo empeoraría la situación.

Los gemelos al parecer no habían aprendido esa lección, pues ambos se rieron entre dientes, causando que Snape les mirara enfadado.

-¿Hay algo gracioso en lo que acabo de decir señores Weasley?

George sonrió divertido y apoyó su mano en el hombro de Fred.

-Nada profesor, solamente nos parece curioso....

-Que sea usted el que hable de complejo de superioridad.

Completó su gemelo.

La expresión de Snape se crispó aún más con furia mientras que Debbie luchaba por contener una sonrisa.

-Es una pena que tenga que dejar su castigo en manos de la profesora McGonagall, porque de ser por mi les expulsaría a ambos. Sin embargo, con usted señorita Potter, el castigo queda a mi elección.

El pequeño brote de alegría que había invadido a la chica se esfumó de repente y suspiró asintiendo con la cabeza.

-Estará usted castigada durante estas tres últimas semanas de curso. Después de la cena vendrá a ayudarme a catalogar mis pociones y las de el resto de sus alumnos, para compensar todo el conocimiento que se pierde usted durmiendo en mis clases.

Deborah asintió apretando los puños, imaginándose la tortura que sería eso.

-No es justo profesor.

La chica se giró sorprendida hacia la silla de al lado, donde ambos gemelos fulminaban a Snape.

-Nosotros somos expertos en castigos, y cuando hemos estado castigados tres semanas ha sido por cosas como explotar un lavabo, no quedarnos dormidos.

-Sí, por eso suele ser un día o menos.

Añadió el otro.

Ante esto Snape sonrió cínicamente.

-Eso ha ocurrido debido a que no he sido el encargado de proporcionarles castigos, si lo hubiera sido estarían ya fuera de este colegio. Ahora por favor salgan de mi despacho, los tres.

Una vez fuera Deborah se giró hacia los pelirrojos sin mirarlos a los ojos.

-Gracias.

Y tras decir aquello se marchó hacia su siguiente clase.

Fred y George intercambiaron miradas y sonrieron.

¡Hola!
Me paso por aquí para avisar de que estos días no podré actualizar muy seguido.

Estoy de vacaciones en un sitio sin WiFi y mis datos mueren.

Haré lo que pueda para publicar, pero no sé cuanto voy a tardar.

Ya que estoy aquí, contadme cosas!

¿Tenéis ganas de que empiecen su sexto año? ¿De ver como termina este?

¿Qué pensáis que va a pasar en el siguiente? Yo solo digo que se viene reencuentro jajajj.

Nos leemos.

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