Deborah se bajó del tren rápidamente y sin despedirse de nadie, buscando a Regulus con la mirada, pues no podía esperar a acabar el año.

Cuando le vio se dirigió rápidamente hacia él, pero la cara que se encontró no era la de alguien contento precisamente.

El hombre la miró con el ceño fruncido.

-Estás castigada Deborah, que sea la última vez que me ocultas información tan importante.

La chica asintió mirando al suelo con enfado, aún no entendía como mierdas se había enterado.

Pero el enfado duró poco pues sintió la mano de Regulus en su hombro.

Al mirar a su cara vio que su expresión se había suavizado.

-¿Cómo estás?

La chica se vio incapaz de mentir, por lo que se limitó a encogerse de hombros.

-Estaré bien.

Regulus sonrió levemente y apretó su hombro.

-Lo estarás.

***

Petunia había sido la encargada aquel año de ir a buscar a Harry a la estación.

Esperaba algo irritada ante ese andén que tantos recuerdos le traía, a pesar de no haber podido cruzar nunca.

Mirando con nostalgia se sobresaltó cuando vio a dos personas salir de la pared.

Un hombre de algo más de 30 años, elegante y con un aire intimidante, junto a una chica de cabellos negros y mirada penetrante.

Sus ojos se cruzaron con los de la chica unos segundos y por algún motivo un escalofrío recorrió su cuerpo, como si ya hubiera visto esa mirada antes.

Cuando ambos se fueron Petunia suspiró con nostalgia volviendo a recordar el día que acompañó a su hermana allí.

***

El viaje de vuelta a casa fue más silencioso de lo normal, dando a pensar a Deborah que Regulus continuaba enfadado con ella.

Cuando llegaron a la puerta para entrar a la mansión Black Regulus la detuvo.

-Deborah, te levanto el castigo.

La chica le miró confusa.

-¿Tan rápido? Por lo que ponía en la carta que me mandaste estabas muy enfadado.

Regulus asintió.

-Lo estaba, pero luego hablé con Andromeda y me hizo darme cuenta de que no podía castigarte por ocultarme información cuando yo he hecho lo mismo.

Deborah alzó una ceja sin entender que ocurría. Pero antes de que pudiera preguntar, Regulus abrió la puerta y ambos entraron.

Cuando llegaron al salón Deborah dejó caer la maleta ante la sorpresa.

-Hola mini Potter.

Sirius Black se encontraba sentado en el sillón, junto a Andromeda, Ted y Tonks.

Andy se levantó y caminó hasta la chica para coger sus manos.

-¿Cómo estás cariño?

Pero la morena no contestó, pues tenía la mirada clavada en Sirius.

-¿Qué haces tú aquí?

El hombre sonrió y se levantó acercándose a la chica.

-Visitar mi hogar de la infancia, me trae geniales recuerdos.

Regulus se removió incómodo ante el sarcástico comentario de su hermano.

Deborah solo atinó a asentir con la cabeza.

-Entonces supongo que te estás escondiendo aquí.

El hombre frente a ella asintió.

-Pero no sólo eso. Reg y yo hemos decidido ofrecer esta casa como base para la orden del fénix.

La morena alzó una ceja no entendiendo qué era eso.

Tonks se levantó de su asiento y camino hasta su prima.

-La orden del fénix es una organización que se creó en la primera guerra para luchas contra Quien ya sabes. Y ahora que ha vuelto, Dumbledore ha decidido activarla otra vez.

Deborah se sentó en el sofá junto a Ted, quien le dedicó una sonrisa.

Una organización que lucha contra Voldemort...

La noche de después de todo lo sucedido no pudo dormir.

Se quedó en su cama pensado en todo lo sucedido desde que sus padres fueron asesinados.

Todo el miedo, la tristeza, la rabia, el abandono..... Había decidido que esos sentimientos eran inútiles.

Por lo que los había sustituido por furia, rabia, odio hacia Voldemort.

Aquella noche decidió que se vengaría de ese carbón y protegería a su familia.

Y la orden era la oportunidad perfecta para comenzar.

-Quiero unirme.

Todos en la sala miraron a la chica sorprendidos, pero Regulus fue el primero en reaccionar.

-No, de ninguna manera, eres demasiado joven.

La chica se levantó mirándole de manera retadora.

-Soy mayor de edad Regulus, no necesito tu permiso.

El nombrado frunció el ceño.

-Ni siquiera te has graduado de Hogwarts, no estás capacitada para pelear contra mortifagos.

Deborah negó con la cabeza.

-Ya he peleado contra mortifagos antes. Voy a unirme Regulus.

El hombre negó con la cabeza y suspiró.

-Mira Deborah, yo ya he vivido dos guerras, sé como funciona esto. Dumbledore crea pequeños soldados, jóvenes dispuestos a morir por su causa. No seas uno de ellos.

Sirius miró a su hermano con aprensión recordando el día que se unió a la orden.

-No soy uno de ellos Regulus. Soy una persona cuyos padres fueron asesinados. Mi objetivo no es seguir ciegamente a Dumbledore, no me fio de ese hombre. Solo busco venganza y poder proteger a la poca familia que me queda.

Regulus suspiró llevando una mano a su frente.

-Convocaremos una reunión y lo hablaremos con el resto de la orden. Pero si entras te quiero todos los días entrenado con Tonks. ¿De acuerdo?

La chica asintió determinada.

***

Cuando llegó el día de la reunión solo unos pocos miembros vinieron.

Dumbledore, Lupin, Snape , Arthur Weasley, Tonks y el verdadero Moody siendo algunos de ellos.

Se sentó junto a Regulus esperando a que este le diera la palabra.

-¿Para qué nos has convocado Black? Hay asuntos importantes que tratar.

Ante las palabras de Moody, Regulus miró a Deborah y esta se levantó.

-Quiero unirme a la orden.

Sus palabras recibieron todo tipo de reacciones.

Tonks, Sirius y Dumbledore sonrieron y la de el pelo rosa levantó disimuladamente sus pulgares.

Lupin y Arthur miraron preocupados a la chica, mientas que Snape rodaba los ojos.

Pero la peor reacción fue la de Moody, quien estalló en carcajadas.

-¿¡Tú!? Una niñita en la orden, no me hagas reír.

Pero Deborah no se inmutó ante las risas del hombre.

-Soy una excelente duelista, saqué todos mis TIMOS con estupendos y tengo experiencia luchando contra mortifagos, no sé si lo recuerdas pero fui yo quien capturó a tu secuestrador.

Moody dejó de reírse y se acercó a ella.

-No. Eres solo una....

Pero no pudo añadir nada más, pues su bastón y varita salieron volando, causando que cayera al suelo.

Desde allí miró como la morena estaba con la varita alzada mientras que con una mano sostenía sus cosas.

-Alerta permanente, me lo enseñó tu amiguito.

Dicho esto le devolvió su bastón y le ayudó a levantarse.

Lupin se acercó disimuladamente a ambos, temiendo lo que pudiera pasar a continuación.

La tensión se podía cortar con papel.

El ojo de Moody examinaba detenidamente a la chica mientras que ella le aguantaba la mirada firme al hombre.

Tras lo que pareció una eternidad, Moody sonrió.

-Me gusta esta chica, yo la entrenaré personalmente si se une.

Deborah asintió.

-Esperar un momento. Creo que deberíamos votar esto, yo no veo correcto que Potter esté junto a nosotros.

Sirius se levantó de su asiento, dispuesto a contestar a las palabras de Snape , pero la mano de su hermano le detuvo.

-Votemos. ¿Hay alguien en contra de que Deborah se una a la orden?

Snape levantó su mano al instante, mirando molesto a la chica.

Pero la mano alzada que más sorprendió a todos fue la de Lupin.

El hombre se encogió de hombros.

-Yo... Lo siento pero creo que no es seguro.

Deborah rodó los ojos ante el comentario de el hombre.

La intentó abandonar a su suerte en el ministerio pero ahora creía que aquello no era seguro.

Dumbledore sonrió y acercó un pergamino a la chica.

-Dado que los votos en contra han sido minoría, bienvenido a la orden del fénix señorita Potter. Firme aquí.

La morena asintió y firmó, tras lo cual los miembros de la orden se levantaron.

-Te quiero en casa de Tonks mañana a primera hora Potter. Comenzaremos tu entrenamiento e iremos a una misión de vigilancia.

Deborah asintió ante las palabras de Moody.

Aquel día Deborah se convirtió en el miembro más joven en ingresar a la orden.

¡Deborah está en la orden!

También se ha reencontrado con Sirius Black.

¿Qué os ha gustado más?

¿Qué opináis de que se una?

Nos vemos!