El día de la última prueba llegó a Hogwarts, y por ello Deborah no durmió en toda la noche.

Bueno, por eso y por la carta que había recibido de Regulus hace solo unos días.

¿Cómo se había enterado de todo lo que ocurrió el año anterior?

Suspiró levantándose de la cama y vistiendose.

Bajó a la sala común, donde se encontró con Ed quien la sonrió.

-Buenos días Debs. Animate que hoy acaba este dichoso torneo.

Por mucho que a ella le hubiera gustado alegrarse había algo que no la dejaba. Tenía esa sensación de que algo iba a salir mal desde hace un par de días y no la había dejado tranquila.

Pero por supuesto no expresó sus preocupaciones en voz alta, limitándose a asentir y a encaminarse al gran comedor junto a su amigo para intentar desayunar algo.

No les dio tiempo a llegar allí cuando un prefecto les interceptó.

-Potter, el director quiere verte.

La nombrada asintió, sintiendo rabia por dentro. ¿Para que mierdas quería verla el viejo?

Siguió al prefecto quien se fue tras darle la contraseña a la gárgola y subió las escaleras hasta el despacho de Dumbledore.

Tocó la puerta y el viejo abrió con una de esas sonrisas que provocaban desconfianza en la chica.

-Pase señorita Potter.

La chica obedeció y miró algo sorprendida a las dos cabezas pelirrojas que había en el despacho.

Molly y Arthur Weasley la miraban sonrientes.

-Tome asiento señorita Potter.

Deborah hizo lo indicado y miró al viejo algo incómoda pues se sentía observada.

-Verá señorita Potter, en la última prueba los campeones de Hogwarts serán acompañados por sus familias. Debido a la situación especial que tenéis tu hermano y tú hemos traído a los señores Weasley.

Deborah frunció el ceño al escuchar las palabras del viejo.

-¿Por situación especial se refiere a que después de que mis padres fueran asesinados por su mala protección me separaron de mi hermano?

Añadió con todo el veneno que pudo en su voz.

Un silencio tenso llenó la sala. Los señores Weasley bajaron la mirada algo abrumados por las palabras de la chica.

Pero nada de eso pareció importarle a Dumbledore, pues volvió a sonreír y continuó hablando.

-A eso me refería señorita Potter. Y es exactamente por eso que iba a pedirle que se quedara junto a los señores Weasley en el lugar de la familia de Harry.

Deborah apretó los puños conteniéndose de soltarle al viejo un par de verdades, pero acabó asintiendo.

-Lo haré.

El viejo asintió levantándose de su asiento.

-Genial, pues deberá encontrarse con ellos una hora antes de que comience la prueba bajo las gradas.

***

Y allí se encontraba, tal como le había indicado el viejo, cruzando las gradas para llegar abajo.

Una vez estuvo allí vio como los señores Weasley hablaban con un hombre desconocido para ella.

Cuando se percataron de la presencia de la chica el desconocido de acercó a ella con una sonrisa.

-Tú debes de ser Deborah Potter. Yo soy Amos, el padre de Cedric. Mi hijo me ha hablado mucho de tú hermano, una pena que perdiera el partido contra mi hijo el año pasado, pero que puedo decir, las habilidades de mi Cedric son inmejorables.

Harry y el resto de los campeones llegaron a la zona de los familiares justo a tiempo para ver como Deborah estrechaba la mano de él hombre.

-Si por habilidades en Quidditch se refiere a Dementores derribando al otro buscador de la escoba estoy segura de que su hijo es muy talentoso.

Cedric se apresuró a llegar junto a su padre y pidiendo disculpas, apartarle de la chica.

Krum, que iba junto a Harry soltó una pequeña risa.

-Tú hermana es una mujer con carácter Potter.

El nombrado asintió, pero antes de poder contestar, los señores Weasley le envolvieron en un abrazo.

-¡Harry! Dumbledore dijo que para esta prueba debían venir familiares, así que aquí estamos.

El chico miró enternecido al matrimonio para apretar el abrazo.

-Gracias.

Deborah se sentó silenciosamente en el banco que iba a ocupar, mientras observaba a Harry hablar con los señores Weasley.

Él estaba feliz con ellos, quizás después de todo no la necesitaba, quizás tenía una familia mejor que le ofrecía cosas que ella jamás podría.

Miró al suelo y suspiró. Necesitaba un cigarrillo, pero sería peor si alguien de allí la pillaba fumando.

Sintió a alguien sentarse junto a ella, miró hacia su lado para ver a Harry.

-Hola.

La chica asintió en respuesta, no sabiendo muy bien que decir.

Harry se rascó la nuca incómodo.

-Yo... Gracias por estar aquí.

Deborah se encogió de hombros.

-No hay que agradecer. Pedían familia así que aquí estoy.

Harry la miró con una sonrisa tímida, algo temeroso por la reacción de la chica. La cual solo suspiró y se acomodó en su asiento.

-No tienes que estar nervioso, lo harás bien. O al menos mejor que Diggory.

El chico soltó una risa ante el comentario de su hermana.

-Se nota que no te cae bien.

Su hermana se volvió a encoger de hombros con indiferencia.

-No me gusta la falsa modestia.

Harry asintió confuso pero no dijo nada, pues no sabía como seguir la conversación, por lo que optó por volver a hablar con el señor Weasley, quien se había acercado a ellos.

Poco a poco las gradas se llenaron de gente y la última prueba estaba a minutos de comenzar.

Todos los campeones saldrían en el orden de su posición siendo Harry el tercero en salir.

Deborah se colocó junto a su hermano justo después de que Krum saliera.

Harry mantenía la mirada en los pies, completamente nervioso, pues no sé veía capaz de ganar.

Notó como dos dedos se posaban debajo de su mentón y le alzaron delicadamente la cabeza.

-La cabeza alta Harry, no importa lo que pase.

A pesar de el tono sin emoción que la chica utilizó, las palabras calaron en Harry, quien asintió decidido y se preparó para comenzar a correr.

Una vez Harry entró al laberinto Deborah suspiró y se sentó junto a los señores Weasley, quienes le sonrieron dulcemente.

-Eres una buena hermana mayor querida. ¿Chocolate?

La morena observó el dulce que le extendía la mujer. Normalmente no le gustaba mucho el dulce, pero no podía fumar allí así que eso era lo que le quedaba.

Agradeció el ofrecimiento mientas agarraba el dulce y comenzó a darle pequeños mordiscos intentando no empalagarse.

***

Tras un tiempo de estar esperando tras las gradas unas chispas se vieron en el laberinto y salieron tanto Fleur como Krum.

El chico estaba inconsciente mientras que ella gritaba como loca, poniéndole los pelos de punta a Deborah, quien miraba preocupada el laberinto.

Aquella sensación aún no se iba.

***

Una media hora después supo a que venía su mala sensación.

Harry y Cedric aparecieron tumbados en el suelo y con la copa en mano.

Todas las gradas aplaudieron y la banda empezó a tocar, pero Deborah no se alegró, se acercó a su hermano asustada, notando como temblaba y lloraba.

-¡Él me dijo que le trajera profesor Dumbledore! ¡Me lo pidió...

Harry fue levantado del suelo por el director y fue a parar a los brazos de Moody, quien le sacó de allí.

Deborah no se dio cuenta de esto último, pues su mirada estaba clavada en el cadáver de Cedric.

Se sentía paralizada, incapaz de moverse, su corazón palpitó rápido al ver como Amos lloraba desconsoladamente.

-Esto ha sido obra de Voldemort.

Al escuchar al viejo decir ese nombre todos los sentidos de Deborah se activaron de nuevo.

Miró en todas direcciones nerviosa, buscando a su hermano. Si lo que el viejo decía era verdad no podía separarse de su familia, no podía dejar que sucediera otra vez.

Mareada por todos los gritos de la gente se acercó al viejo.

-¿¡Dónde está Harry!?

Gritó para que su voz se escuchara sobre la multitud.

-Con el profesor Moody.

La chica asintió y comenzó a esquivar gente hasta salir de las gradas y entrar corriendo al castillo.

Tenía que encontrar a su hermano.

Al fin llegó a la sala del profesor Moody. Abrió la puerta silenciosamente y sin que ninguno de los presentes reparara en su presencia.

Sacó su varita rápido al ver que alguien que no era Moody apuntaba a su hermano.

-Mi Lord me agradecerá si te mato.

Harry cerró los ojos asustado, preparándose para el final.

Pero en lugar de escuchar la voz del hombre, se oyó una femenina.

-¡Desmaius!

Crouch salió volando al otro lado de la sala y Harry se vio rápidamente cubierto por su hermana, quien apuntaba con su varita amenazante.

El hombre se levantó y comenzó a caminar hacia ellos.

-Los niños Potter, será un placer....

Pero no le dio tiempo a seguir hablado pues Deborah no le dejó continuar.

-¡Petrificus!

El hombre cayó al suelo al mismo tiempo que McGonagall, Snape y Dumbledore entraban a la sala.

Los profesores procedieron a interrogar a Crouch, pero Deborah no escuchó nada, solo podía pensar en que él había vuelto.

-Señores Potter, será mejor que vayan a la enfermería.

Ambos hermanos obedecieron y salieron de allí en completo silencio.

Harry temblaba de miedo y de rabia, estaba furioso con lo que había ocurrido y le irritaba que su hermana no dijera nada al respecto.

-¿No vas a decir nada?

La chica se detuvo y le miró unos segundos.

-Vamos a que te curen esas heridas.

Harry negó con la cabeza, frustrado ante la actitud de su hermana.

-¿Eso es todo lo que vas a decir? ¡El hombre que mató a nuestros padres ha vuelto!, ¡una persona inocente ha muerto! ¿¡Y tú no dices nada!?

Lágrimas corrían por las mejillas de Harry, desesperado por obtener una respuesta de la chica.

Pero no lo consiguió, pues está negó con la cabeza y dijo con voz temblorosa.

-Estás cansado. Hablaremos cuando te hayas curado.

Harry agarró su muñeca sollozando.

-¡Voldemort ha vuelto! ¿¡Es qué no te importa!?

El chico estaba esperando algo, un grito, una bofetada, ser ignorado....

Pero no estaba preparado para la lágrima que cayó por la mejilla de su hermana.

Se quedó paralizado viendo como la chica se soltó bruscamente de él y se secó la lágrima.

-Ve a la enfermería, yo estaré allí en un rato.

Y dicho esto se dio la vuelta y se fue.

Dejado tras de si a un Harry sollozando y con arrepentimientos.

***

Deborah salió del castillo a un lugar apartado del jardín y comenzó a dar vueltas de un lado a otro con la respiración agitada.

No llores, control.

Se repetía una y otra vez mientas trataba de normalizar su respiración.

Pero las imágenes de el cadáver de Cedirc, de el cadáver de su padre, de la sonrisa de su madre, de Harry....

Todo eso no abandonaba su mente, causando que la angustia fuera aún mayor.

Buscó desesperadamente en sus bolsillos sacando la caja de cigarros y viendo que estaba vacía, causando que sus respiraciones se aceleraran más.

Tiró la caja al suelo y la pisoteó tratando de sacar su frustración.

-¿Potter?

La chica se giró aún hiperventilando para descubrir a Fred Weasley, quien la miraba preocupado.

-¿Qué te ocurre Deborah?

Ante la presencia de una persona más la chica comenzó a repetir una y otra vez la misma palabra intentado calmarse.

-Control, control, control.

Fred avanzó lentamente hacia ella y tomó sus manos con delicadeza.

-Deborah, respira conmigo.

El chico comenzó a respirar lentamente y ella comenzó a imitarle, consiguiendo dejar de hiperventilar.

Una vez se hubo calmado un poco, Deborah se apartó de él, secando las lágrimas que habían caído durante su ataque de pánico.

-No tendrías que haber visto esto, vete.

Fred no se dejó intimidar por el tono brusco de su voz y volvió a tomar sus manos.

-Hoy han pasado muchas cosas muy estresantes, no tiene nada de malo llorar.

La chica negó con la cabeza.

-Yo no lloro.

Fred acarició su mejilla mientras sonreía tiernamente.

-Todos lloramos y lo mejor para hacerlo es tener un hombro sobre el que apoyarte.

Dicho esto envolvió a la chica en un abrazo y apoyó su mentón el la cabeza de esta.

-Suéltalo todo, yo no se lo contaré a nadie.

Deborah cerró los ojos con la cabeza apoyada en el pecho del chico no pudiendo contener más.

Una lágrima cayó, después otra y antes de darse cuenta, estaba empapando la camisa de Fred mientas sentía que este acariciaba su cabeza.

Lloró por sus padres, por su hermano, por Regulus, por Voldemort...

Lloró por todo lo que no había hecho en años.

¡Hola!

2000 palabras para el último capítulo de el cáliz de fuego.

¿Qué os ha parecido?

¿Tenéis parte favorita?

¿Alguna teoría para el futuro?

Contadme que a mi me encanta leeros.

Nos vemos! 💙