~XLII~
Deborah se miró al espejo sin muchos ánimos.
Llevaba ya el traje ajustado a sus medidas y se acababa de atar su desordenado cabello en un apretado moño.
Era la primera vez en años que se maquillaba o se molestaba en intentar peinarse y la imagen que le devolvía el espejo le agradaba.
Ed había tenido que enseñarle a maquillarse lo poco que se había hecho.
A veces se preguntaba como hubiera sido todo si sus padres siguieran vivos.
Se preguntaba si alguno le habría enseñado a maquillarse o como serían las cartas que recibiría de ellos.
Suspiró desviando la mirada de su reflejo, sabiendo que eso no ocurriría y salió del baño.
Todas sus compañeras de habitación se habían marchado ya por lo que se dispuso a bajar las escaleras, deseando que la noche acabara rápido.
-¡Potter!
La nombrada se giró para encontrarse con Jade.
La chica iba preciosa. Portaba un vestido verde oscuro de tirantes que se ajustaba a sus curvas a la perfección y su cabello rizado estaba atado en una larga trenza.
Deborah apartó la mirada algo nerviosa.
-¿Qué ocurre Avery?
La chica se posicionó junto a ella y comenzaron a bajar las escaleras juntas.
-Después de el primer vals, reúnete conmigo en el lugar cerca de él lago. He llevado las cosas allí.
La chica asintió y dejó que la morena se adelantara en su camino a la sala común.
Cuando terminó de bajar Ed ya la estaba esperando.
El chico llevaba un traje muy parecido al suyo solo que en tonos morados. Mientras que su maquillaje estaba mucho mejor hecho que el de ella.
-Hola Debs, estás preciosa.
La chica reprimió la sonrisa ante el tono de burla de su amigo, quien imitaba a el resto de parejas de la sala.
Ambos amigos entrelazaron sus brazos y se dirigieron al salón de baile.
Al llegar se encontraron con una escena bastante cómica.
Harry y Ron miraban alucinados como una preciosa Hermione iba agarrada de el brazo de Viktor Krum.
Ed no dudó ni un momento y arrastró a su amiga hacia la chica.
-¡Estás brillante Granger! Te sienta muy bien el azul.
La nombrada agradeció avergonzada ante la imponente pareja que formaban los chicos frente a ella.
Ambos trajeados de cabello moreno y extremadamente guapos.
Si fueran pareja de verdad, la peligrosa sonrisa de Edmund y la intimidante mirada de Deborah hubieran causado más de un infarto.
-Vamos dentro Debs.
La chica se limitó a asentir y ambos entraron al salón.
Todos aplaudieron a los campeones mientras que estos pasaban junto con sus parejas a la pista de baile.
-¿Bailamos Debs?
La chica estuvo a punto de negarse, pero cuando se giró a mirar a su amigo no fue capaz.
Este miraba algo afligido como Corvus y Jade bailaban.
Suspirando y prometiendose a si misma hacer todo lo posible para que su amigo tuviera una gran noche le tomó de la mano arrastrandole a la pista.
-Baliemos Pevensie.
Los amigos dieron vueltas por la sala durante toda la primera canción y cuando esta se detuvo Deborah agarró a su amigo.
-Tenemos que irnos.
Ed la miró confundido, pero se dejó arrastrar por su amiga no sin antes protestar un poco porque se perderían la cena.
Salieron de la sala y se dirigieron al lugar que Jade le había indicado anteriormente.
Al ser consciente de lo que ocurría Es se quedó paralizado.
El pequeño escondite estaba decorado con unas tenues luces y una radio muggle, de la que salían baladas románticas.
De detrás de uno de los árboles salió Corvus, quien miró a su novio con una sonrisa extendiendo su mano hacia él.
-¿Me concedes este baile?
Ed sonrió y asintió para luego caminar hacia Corvus y darle un tierno beso.
Deborah sintió a alguien acercarse a su lado y se giró para mirar a Jade, quien observaba la escena con una leve sonrisa.
-Creo que nuestro trabajo aquí ya está hecho.
La chica asintió de acuerdo y ambas se dirigieron al baile de nuevo, dejando solos a los enamorados.
Habían montado aquel plan el mismo día que Ed había roto a llorar en el patio, cuando este se fue, pero no les dijeron nada pues Jade había dicho que sería mejor usar el elemento sorpresa.
Cuando entraron en la sala la gente se había dispersado un poco.
Algunos bailaban, otros charlaban, comían o estaban sentados sin hacer nada.
-Bueno Potter, aquí de dejo. ¿Ves a esa chica?
Jade señaló a una muchacha en el fondo de la sala de cabellos castaños y rizados, la cual era extremadamente atractiva.
-Pues tengo algo así como una cita con ella y ahora que he bailado con Lestrange mi madre no me hará preguntas.
Deborah asintió, suspirando al ver a la chica irse y quedarse sola.
Se dirigió hacia la mesa de la comida y comenzó a picar comida en pocas cantidades mientras observaba a la gente en la fiesta.
Reprimió una sonrisa al ver cómo las parejas de su hermano y su mejor amigo se iban con otros, al menos no era la única sola de la noche.
Pero se fijó en que, mientras Ronald parecía realmente molesto, Harry tenía la mirada perdida en algún lugar de la sala.
Miró hacia lo que tenía tan embobado a su hermano y se quedó algo confusa.
No sabría decir bien si el chico miraba a Cedric, Cho o a Draco, quien bailaba con Parkinson cerca de la pareja.
Pero su buen humor cambió cuando localizó a otra pareja en la pista.
Fred y Angelina bailaban sin parar, susurrandose cosas al oído mientras reían.
Sintió como alguien se colocaba a su lado y se giró desanimada para ver a George Weasley, quien la miraba tranquilo.
-¿Qué hay Potter?
En cualquier otro momento la chica se hubiera largado, pero no estaba de ánimos para hacer eso, además de que un poco de compañía no vendría mal.
-Pues aquí, disfrutando de la mejor noche de su vida.
El tono sarcástico de su voz hizo sonreír al pelirrojo, quien se alegraba de que volviera a hablar con él.
-Estoy igual que tú, me acabo de quedar sin pareja. Al final todas prefieren a su hermano.
Deborah le miró sorprendida, pero impidiendo que se le notara.
-Pensaba que a Angelina la había invitado Fred.
El chico a su lado la miró confuso unos segundos para luego sonreír, entendiendo lo que ocurría.
-Y lo hice, pero como te he dicho antes, todas prefieren a mi hermano.
Deborah alternó la mirada entre el chico a su lado y la pareja que bailaba antes de comprender.
-Pensaba que eras George.
Fred soltó una carcajada.
-No, pero me alegra que nos hayas confundido al menos una vez. Empezaba a darme miedo.
La morena contuvo una sonrisa, mirando al chico junto a ella.
Había echado de menos estar así con él.
-Oye Potter, tengo una propuesta. Tú estás sola, yo estoy solo.... ¿Bailamos?
Deborah negó suavemente con la cabeza antes de sentarse en una silla.
-Tengo una reputación que mantener Weasley.
El pelirrojo no se desanimó por el rechazo y se sentó en una silla frente a ella.
-Claro, me olvidaba que yo también. ¿Qué pensaría la gente si viera bailar a la chica más temida de Hogwarts junto al más guapo?
Deborah volvió a negar, ocultado su diversión por las tonterías del chico.
-Si fueras el más guapo de Hogwarts no te habrías quedado sin pareja Weasley.
El nombrado se encogió de hombros.
-No habría podido estar con Angelina ni aunque quisiera, a ella le gusta mi hermano. Yo solo la invité porque el muy idiota está muy ciego y queríamos darle un toque de atención.
Por algún motivo por el que Deborah prefirió no pensar, sintió alivio al escuchar eso, pero no dijo nada y dejó al pelirrojo continuar.
-Además, de alguna manera esperaba poner cel......
-¡Y la próxima vez que quieras invitarle hazlo directamente!
-¡Vámonos Harry! ¡Está loca!
Fred y ella intercambiaron miradas reconociendo las voces.
El chico se levantó de su asiento y le tendió la mano.
-Vamos Potter, es hora de hacer de mayores.
La chica suspiró para luego levantarse ignorando la mano del chico, quien rió divertido.
-Vamos Weasley.
Cuando salieron a la entrada de el salón se encontraron a Hermione sola llorando en las escaleras.
-Voy a matarles.
Gruñó Fred, para luego acercarse a la chica y abrazarla.
Deborah se acercó y escuchó atentamente la explicación de la castaña.
Cuando ésta hubo terminado Fred acarició la su cabeza con ternura.
-No escuches al idiota de mi hermano, solo está celoso de que tú hayas conseguido ir con Krum al baile y él no.
Hermione soltó una pequeña risa ante la broma de el chico.
-Escúchame bien Granger. No dejes que tu noche se estropee y menos por un hombre. No merecen la pena.
Dicho esto la morena volvió al salón buscando a la pareja de Hermione.
Le encontró hablado con sus amigos, mientras miraba preocupado a los lados.
-Tú grandullón, ven conmigo.
Los amigos del chico comenzaron a reírse y a silbar, pero una mirada gélida de la chica fue suficiente para cerrar sus bocas.
-Vamos Krum.
El mencionado la miró confuso.
-¿Sabes dónde está Herrrmione?
La morena asintió para ponerse a caminar, con el búlgaro siguiéndola de cerca.
Al salir de el salón Hermione y Fred ya les esperaban.
Krum se acercó a la chica y ambos comenzaron a hablar, mientras que Fred se deslizó de nuevo a su lado.
-Bueno, hemos realizado nuestra buena acción del día.
Deborah asintió.
-Y con una he tenido suficiente. Me voy a la cama.
Y se dispuso a irse, pero un Fred algo nervioso la detuvo.
-Espera, ¿puedo acompañarte hasta tu sala común?
La chica se encogió de hombros.
-Supongo.
Y así ambos marcharon hacia las mazmorras.
En todo el camino Fred charlaba de distintas cosas mientras que Deborah asentía y negaba.
Una vez estuvieron en las puertas de la sala común se detuvieron.
-Adiós Weasley.
Fred agitó su mano en forma de despedida observando como la chica desaparecía detrás de el cuadro.
Una vez se hubo ido pegó una patada al suelo.
Se suponía que iba a declararse hoy, ese era el plan que había hecho con Angélica, pero había sido un cobarde.
Cerró los ojos e inclinó su cabeza hacia atrás.
Suponía que sólo le quedaba esperar a otro momento y recordar lo guapa que estaba en traje.
¡Hola!
Hoy os he traído un capítulo largoooo.
Tenía muchas ganas de escribir este capítulo y un problema porque creo que me he enamorado de Jade jajjaj.
¿Qué es lo que más os ha gustado del capítulo?
Hasta la próxima.
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