~XLI~
Deborah se encontraba sentada en la cama de Corvus mirando cómo el y Ed sacaban cosas de su baúl.
-Venga ya Debs, tiene que haber algo que te puedas poner para el baile.
La chica rodó los ojos.
-Te he dicho que no voy a ir.
Ed alzó la cabeza para mirarla, igual de malhumorado que ella.
-Y yo he dicho que vamos los tres. Es lo único decente que ha pasado en Hogwarts desde que estamos aquí y quiero compartir el momento con alguien.
Un silencio algo incómodo siguió a aquella frase de el chico, pues todos en la habitación conocían el motivo de su mal humor.
Dos días después de que se anunciara el baile, Corvus recibió una carta de Lucius Malfoy diciendo que, para evitarse problemas, ya le habían conseguido una pareja.
Nada más y nada menos que Jade Avery.
Por lo que Jade le había contado a Deborah, a ella tampoco le hacía mucha ilusión, pero lo hacía para no disgustar a su madre.
Desde que la noticia le había llegado a Edmund, el chico había estado decaído y enfadado.
-No sabía que tenías faldas.
Dijo Corvus sacando una falda de uniforme de su baúl.
Deborah se encogió de hombros.
-No las uso, prefiero los pantalones, son más cómodos.
Corvus asintió y se abrió su propio armario.
-Si no te gustan las faldas....¿Qué te parece un traje?
El de pelo rizado sacó una túnica con chaqueta y pantalones.
-Puedo ajustarlo a tu medida con un par de trucos.
Deborah asintió, sabiendo que esa iba a ser la mejor de sus opciones, a pesar de no tener ninguna gana.
-Chicos, ¿cómo me queda?
Corvus y ella se giraron para mirar a Ed, quien llevaba puesta una de las faldas de Debbie.
-Te queda bien.
Dijo Corvus esbozando una pequeña sonrisa al ver a su novio girar.
-Es bastante cómoda.
Dijo Ed deteniendo sus giros.
-Te la puedes quedar, todas mis faldas si quieres. No las uso de todas maneras.
El chico sonrió ante lo dicho por su amiga e iba a añadir algo, pero unos pasos se escaleras se escucharon.
Corvus abrió los ojos con sorpresa y con un rápido hechizo guardó toda la ropa de Deborah y redujo el baúl.
-Os tenéis que ir, no pueden veros. Te daré el traje Debs.
Y dicho esto les cerró a ambos la puerta en las narices.
Ed suspiró y se marchó de allí a paso rápido y con la cabeza gacha.
Deborah se apresuró a seguirle, pero al ser más baja que él y no estar acostumbrada a correr, el chico le tomó ventaja.
Lo perdió tras salir de la sala común, cuando se mezclaron en una multitud de niños de primer año.
La chica salió de allí dando empujones y llegó al patio, el cual estaba totalmente nevado.
-¡Hey Potter!
La chica se giró y miró a Jade, quien sostenía un libro de encantamientos en sus manos.
-¿Has visto a Edmund?
Se limitó a preguntar la otra.
-¿Pevensie? Ha pasado por aquí hace apenas unos segundos, se ha ido hacia allí.
Deborah asintió y siguió la dirección que la morena le había indicado.
No le hizo falta andar mucho para encontrarse a su amigo, con la cabeza gacha y apoyado en uno de los muros del castillo.
Ed notó la presencia de su amiga y se secó bruscamente un par de lágrimas.
Deborah le miró unos segundos sin saber bien qué decir, no reaccionaba bien cuando la gente a su alrededor lloraba.
Por suerte, Edmund la conocía, por lo que empezó a hablar él.
-Siento estar arrastrandote a todo esto del baile. Sé que no quieres ir. Es solo que.... Voy a sonar como un idiota pero cuando Corvus me dijo que había que ocultar lo nuestro no pensé que duraría tanto.
Ed se pasó una mano por el cabello frustrado.
-Sé que no debería, pero cada vez que se separa de mí o me hecha a toda prisa de los sitios o niega hablar conmigo me siento rechazado, dolido. Yo solo quería entrar al baile tomando a mi novio de la mano y que el resto no me importara. Que solo fuéramos él y yo.
Deborah posó una mano en su hombro en forma de consuelo.
-Joder Pevensie, lo siento.
Los amigos se sobresaltaron al ver a Jade.
-Sé que no debería haber escuchado nada de esto y no diré nada. Es que me aburría y decidí seguir a Potter, pero no esperaba escuchar eso.
Ed negó con la cabeza.
-No importa, simplemente no se lo cuentes a nadie.
Jade asintió e hizo un gesto fingiendo cerrarse la boca y tirar una llave imaginaria.
-Si te sirve de consuelo, nunca habrá nada entre Corvus y yo.
Ed se rió un poco.
-No es eso lo que me preocupa. Me pongo a pensar y me pregunto: ¿Cuánto más va a durar esto? ¿Será para siempre? ¿Podré soportarlo?
Jade negó con la cabeza.
-Esto se está poniendo muy profundo, necesito un cigarro. ¿Te apuntas Potter?
La chica asintió y tomó una calada bajo la sorprendida mirada de su amigo.
-¿Fumas? Sabes que eso es malo para la salud Deborah.
La chica ignoró el tono de voz de su amigo.
-Ayuda con en estrés.
Edmund negó con la cabeza decepcionado.
-¿Sabes lo que ayuda también? Hablar con tus amigos, desahogarte, pedirnos ayuda si la necesitas.
Deborah tomó otra calada.
Tras unos segundos en los que nadie dijo nada Edmund volvió a hablar, esta vez más calmado.
-No deberías sustituir un mal hábito con otro Debs.
Dicho esto se levantó y se fue.
Cuando el chico se alejó Jade soltó un silbido.
-Vaya dramas que tiene la gente de nuestra casa.
Deborah no contestó, dio una calada más y cerró los ojos, tratando de olvidarse de todo lo que había pasado.
***
Unos días después de aquello Deborah y Edmund habían solucionado el problema.
Pues aunque no habían vuelto a hablar del tabaco, Ed decidió dejarlo pasar por ahora.
Ambos se encontraban en la mesa de Slytherin terminando unos ensayos para entregarselos a Snape.
El profesor había decidido tener a todas las casas juntas trabajando en el gran comedor.
La sala estaba en completo silencio, por lo que se escuchó perfectamente las voces provenientes de la mesa de Gryffindor.
Aunque no entendió lo que decían, a Deborah no le sorprendió oír las voces de los gemelos junto a las de Rondald y su hermano.
Ed soltó una pequeña risa cuando Snape golpeó a los dos últimos.
Unos minutos más tarde, Deborah se levantó y entregó su ensayo a Snape, saliendo del gran comedor unos pasos por detrás de Harry y Ron.
-Por mucho que no me guste admitirlo, Fred tiene razón, tenemos que conseguir pareja.
Deborah se detuvo al escuchar como mencionaban al pelirrojo.
-Tienes razón. Lo que me sorprende es que tu hermano haya tardado tanto en pedírselo a Angelina, todos saben que se gustan.
Y tras la contestación de Harry ambos amigos se marcharon por el pasillo, dejando atrás a una Deborah con una extraña sensación de dolor en su pecho y sin comprender lo que la ocurría.
¡Hola!
Ya queda poco para el capítulo del baile, ¿tenéis ganas?
Ed está teniendo problemas con mantenerlo todo en secreto, se siente rechazado. ¿Qué creéis que va a pasar?
Por otro lado Fred le ha pedido a Angelina ir al baile, ¿Creéis que es verdad lo que dice Harry y le gusta?
Sin nada más que añadir, nos vemos! 💙
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