~XIII~
El cuarto año de Deborah se vio marcado por el gran incidente de la cámara de los secretos.
Cuando aquel día de Halloween ella salió del comedor junto a Edmund no se esperaba para nada todos los dolores de cabeza que iba a tener el resto de el año.
Ambos se quedaron paralizados, al igual que el resto de alumnos de Hogwarts, viendo la escritura con sangre de la pared.
La cámara de los secretos ha sido abierta, enemigos del heredero temer.
Edumd se agarró al brazo de su amiga asustado y buscó a su pequeña hermana con la mirada.
Sabía de sobra que si esa cosa iba a por los hijos de muggles ellos tenían bastantes papeletas.
Debbie notó el temblor en el agarre de su amigo, por lo que apretó su mano intentando reconfortarle.
Los días siguientes el dúo de amigos no se separó y Lucy, la hermana de Edmund, se les unía cuando no estaban en clase.
Por mucho que no lo demostrara, después de que Corvus dejara de hablarles, Edmund y ella se habían hecho uña y carne.
Ambos eran prácticamente la única compañía del otro y para Debbie era aterrador pensar que alguien iba a hacerle daño a su amigo.
Uno de los días que estuvieron separados fue aquel sábado en el que Edmund fue a Hogsmade, pues había quedado allí con sus hermanos mayores.
Debbie cogió un libro y se sentó en la sala común dispuesta a leer.
Últimamente no estaba de demasiado buen humor.
Desde que se había corrido el rumor de que su hermano había abierto la cámara de los secretos recibía insistentes miradas de todo el mundo.
Por ese mismo motivo, aquel día que todos estaban en Hogsmade ella aprovechó para relajarse.
Pero desgraciadamente su descanso no duró mucho.
Rodó los ojos cuando el pequeño Malfoy bajó de su habitación y se sentó en un sofá cercano al suyo.
El rubio la miró durante unos segundos, parecía tener la intención de decir algo, pero los dos gorilas que tenía como amigos entraron por el cuadro.
Draco les miró molesto cuando éstos se sentaron junto a él.
-¿Dónde estabais? ¿Y qué haces tú usando gafas?
Debbie observó cómo el gorila número uno se quitó apresuradamente unas gafas redondas.
-Estaba... Leyendo.
En aquel instante la chica comenzó a prestar atención a la conversación, pues tenía una ligera sospecha.
-¿Leer? ¿Tú? Pensaba que no sabías.
Debbie no pudo evitar soltar una pequeña risa entre dientes.
Al notar ésto Malfoy se giró rápidamente hacia ella.
-¿Algún problema Potter?
La chica contó hasta 10 recordandose que aquel payaso sólo era un niño estúpido.
-Ninguno Malfoy, simplemente comparto tu teoría sobre tus amigos, no sabía que el gorila leía.
Mientras decía esto miraba su libro distraídamente.
Draco pareció darse por satisfecho con su contestación.
Debbie desconectó durante unos minutos, pero volvió a prestar atención al oír el nombre del director.
-¿Hay alguien peor que Dumbledore?
-No sé, ¿Potter?
Debbie alzó la mirada y alzó una ceja.
-Muchas gracias gorila.
El nombrado se apresuró a negar con la cabeza.
-No, tú no, Harry.
-No lo estás arreglando gorila.
Harry se estremeció al escuchar el tono de voz que su hermana usaba, era aterrador.
-Además, Potter pequeño no está tan mal.
Unos segundos de silencio siguieron al comentario de Draco.
La primera en salir de su sorpresa fue Debbie.
-¿Pero tú no odiaba a mi hermano?
Draco se encogió de hombros.
-No más que a Dumbledore.
Antes de que alguien pudiera añadir algo más el cabello del gorila número dos comenzó a volverse pelirrojo.
Debbie por poco se da una palmada en la frente al comprobar que sus sospechas eran ciertas.
Se apresuró a levantarse y colocarse delate de los chicos para que Draco no los viera.
-Malfoy, esto... ¿Puedes bajarme el libro de transformaciones de tu primo? Edmund tiene el mío.
El rubio se cruzó de brazos con chulería.
-¿Y por qué iba yo a hacer eso Potter?
La chica suspiró y sacó la varita.
-Porque yo no puedo subir y tu no quieres que te vuele por los aires.
Draco tragó saliva y se fue maldiciendo a subir las escaleras.
En cuanto Malfoy se perdio
perdió de vista, Debbie agarró a los dos chicos de los brazos y los arrastró hasta la salida de la sala común.
Para cuando llegaron a las cocinas ambos habían vuelto a ser ellos mismos.
Los dos chicos se estremecieron ante la mirada que la mayor les dedicó.
-No quiero saber por qué habéis hecho tal tontería, solo os voy a decir que si alguien más se hubiera dado cuenta ahora seríais niños muertos. Volver a vuestra sala común ahora mismo, antes de que os pille un prefecto.
Ron y Harry asintieron para darse la vuelta y salir corriendo de allí.
Llegando a los baños Ron se giró hacia su amigo.
-Tu hermana da mucho miedo tío.
Harry asintió de acuerdo.
Cuando ambos llegaron a los baños y le contaron lo sucedido a Hermione esta se quedó pensativa durante unos segundos.
-Harry, ¿no has pensado que ella podría ser la heredera de Slytherin?
El nombrado la miró sorprendido, no se esperaba para nada una pregunta así.
-Sé que parece una locura, pero pensarlo. Deborah es la hermana de Harry, quizás ella también habla parsel.
Harry no podía creer lo que oía, a pesar de tener sentido, no quería sospechar de su único familiar vivo, por mucho miedo que diera la chica.
Pero antes de añadir algo más Ron habló.
-Para que ella fuera la que ha abierto la cámara tendría que odiar a los muggles.
Un silencio se hizo después de su comentario, Hermione acabó hartándose y le dio un pequeño golpe a Ron para que continuara.
-Solo digo que puede que no le entusiasmen los muggles, pero en nuestro primer año te trató bien Hermione, nunca la he visto meterse con ningún hijo de muggles como hace Malfoy y además está todo el día con ese tal Pevensie.
Ambos chicos le miraron sorprendidos por que supiera tanto de la chica.
Ron se encogió algo molesto por las miradas.
-¿Qué miráis? Ella fue durante mucho tiempo el objetivo de las bromas de Fred y George, me contaban cosas de ella.
Hermione suspiró rendida.
-A mi tampoco me agradaría la idea de que fuera ella, pero si creo que deberíamos mantener un ojo en ella.
Sus dos amigos asintieron de acuerdo y se marcharon a su sala común.
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