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~XCVIII~

Corvus y Edmund estaban sentados en la orilla de la playa.

Ambos se habían quitado los zapatos y disfrutaban de la sensación de relajación que el agua llegando a sus pies aportaba.

Corvus observaba la puesta de sol, sintiéndose incapaz de enfrentar la mirada que sabía que Ed tenía puesta en él. No después de todo lo que había hecho.

Se sobresaltó levemente al sentir como la mano de Edmund se posaba en la suya.

-Mírame Corvus.

El de cabello rizado suspiró para luego asentir y girarse hacia el chico.

-Fuiste un idiota, si me hubieras contado lo que estaba ocurriendo podría haberte ayudado.

Corvus se apresuró a negar con la cabeza.

-No era sólo yo. No podía dejar solos a Draco y a Cissy.

Sintió una punzada de dolor en su pecho recordando que era justo lo que había hecho.

Edmund se dio cuenta del cambio de expresión del chico y suspiró suavizando su tono de voz.

-Van a estar bien Corvs. En cuanto tengamos la oportunidad les sacaremos de allí.

El nombrado asintió levemente con la cabeza, mirando a los ojos del chico frente a él y sintiendo como sus palabras calmaban sus nervios.

Era una habilidad que siempre había admirado en Edmund. El chico siempre había adorado sacar de quicio a la gente, especialmente a él, pero cuando dejaba de lado esa faceta y pretendía hacerle sentir bien, siempre lo conseguía.

-Te he echado de menos.

Las palabras se escaparon de los labios de Corvus antes de que este pudiera detenerlas.

Por mucho que fueran verdad, ellos ahora no estaban juntos y no sería justo poner ese peso en los hombros de Edmund después de haberle abandonado como lo hizo.

La expresión de Ed se suavizó aún más, como si solo aquellas palabras hubieran conseguido derribar todas sus barreras.

-Nosotros también. Tendremos que ponerte al día de todo lo que ha ocurrido hasta ahora.

Corvus asintió con una pequeña sonrisa.

Era cierto que se había perdido muchas cosas en las vidas de sus amigos. El tiempo pasa y todos cambian, él mismo había cambiado así que suponía que sus amigos también.

Ese pensamiento le asustaba, el tiempo cambia a las personas y en él había sido para mal. No podía evitar pensar que sus amigos no podrían aceptarle.

-Has cambiado mucho.

Fue lo único que dijo, mirando a los ojos de Edmund.

El chico se encogió de hombros.

-He cambiado, pero sigo siendo el mismo. Ya no me puedo permitir ir molestando a mi hermano o sentarme a hablar del futuro con Debs, pero en cuanto esta maldita guerra acabe volveré a ser yo mismo.

Edmund siempre había sido la fuente de luz y energía que hacía balance con la oscuridad con la que sus amigos cargaban, pero desde que la guerra comenzó se había visto sumido en esa oscuridad casi sin darse cuenta.

-Tú también has cambiado Corvs.

El nombrado negó con la cabeza, volviendo a colocar su mirada en la puesta de sol.

-Para mal. Pasé de ser un cobarde a un cobarde que tortura gente.

Edmund frunció el ceño y apretó el agarre de sus manos.

-No eres un cobarde, eres un superviviente. Todo lo que has hecho hasta ahora ha sido para proteger a tu familia. Además, no tiene nada de malo ser un cobarde, yo lo soy. El único motivo por el que sigo hacia delante es que si me dejo caer moriré.

Corvus volvió a negar, elevando un poco el tono de su voz.

-No lo entiendes. He hecho daño a gente Edmund, he torturado a personas hasta que me han suplicando que les mate, he presenciado asesinatos y no he hecho nada para remediarlo. No solo soy un cobarde, soy un monstruo y esta marca lo prueba.

Deshizo bruscamente el agarre de sus manos para levantar su manga y mostrarle la marca oscura en su brazo.

Edmund sintió como todas las palabras que quería decir habían desaparecido de su mente.

Solo podía mirar el rostro del hombre al que amaba, por el cual rodaban lágrimas que venían de sus ojos vacíos.

Estaba destrozado, roto.

Pero eso no era algo inusual en estos tiempos.

Lentamente agarró la muñeca del más alto con una mano, acariciando levemente la marca con la otra.

-Esto no te convierte en un monstruo.

Corvus se tensó al sentir como acariciaba esa parte de él que tanta repulsión le causaba.

-¿Cómo lo sabes?

Preguntó con la voz temblorosa, debido a los sollozos que estaba callando.

Edmund dejó de prestar atención a la marca y le miró a los ojos, acariciando sus mejillas.

-Por gente como Regulus Black. El es la prueba viviente de que hay esperanza para nosotros. Alguien que cometió errores y que a día de hoy es una de las mejores personar que conozco.

Un silencio se instaló entre ellos mientras que Ed limpiaba las lágrimas de las mejillas del chico.

-Además, yo nunca me hubiera enamorado de un monstruo, tengo mejor gusto.

Ambos soltaron una pequeña risa sintiendo como sus corazones se aceleraban.

Edmund se sentía como si estuviera en un trance, mirando los ojos chocolate del chico frente a él.

Como si estuvieran atraídos como imanes ambos chicos juntaron sus labios en un beso lento, uno que llevaban años queriendo darse.


***




Deborah entró a la cocina de la casa de los Weasley y se encontró a Jade asomada por la ventana que daba a la playa con una gran sonrisa.

La de cabello morado soltó una pequeña risa con los ojos clavados en la escena de fuera, sin percatarse de la presencia de la otra chica.

Debroah carraspeó su garganta, lo que causó que Jade se girara a mirarla.

-Tienes que ver esto Deb.

Dijo la de piel oscura agarrando el antebrazo de la chica y arrastrándola junto a ella a la ventana.

Desde allí ambas observaron como sus amigos se separaban de su beso y se abrazaban, mirando el atardecer.

Deborah esbozó una pequeña sonrisa, feliz por sus amigos.

-No han tardado ni dos segundos.

Bromeó Jade, también feliz.

Deborah se encogió de hombros.

-Estamos en mitad de una guerra, no es momento para guardar sentimientos.

Jade bajó la mirada hasta su mano, la cual sostenía el antebrazo de la chica y suspiró.

-Supongo.

Debroah siguió mirando por la ventana, pretendiendo no haberse dado cuenta de el gesto de la chica, pero sus mejillas estaban levemente sonrojadas.

La morena suspiró y soltó su agarre con la chica para entrelazar sus dedos.

Jade observó a Debroah sorprendida por su gesto y sonrió levemente.

No era el momento de guardar secretos, pero aquel podía esperar.


¡Hola!
Siento haber tardado en actualizar pero los exámenes me están matandooo.

Este es el capítulo 98 y si todo va según lo planeado la batalla comenzará en el 100.

El final de este libro está cada vez más cerca y yo no estoy psicológicamente preparada :(.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

¿Cuál ha sido vuestra parte favorita?

¿Qué opináis de Corvus y Ed? ¿Y de Debs y Jade?

Hace un tiempo os pregunté cuál de mis ocs (Corvus, Ed, Deb y Jade) era vuestro favorito. ¿Ha cambiado el ranking? ¿Cuál es ahora?

Nos vemos!

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