Regulus Black llevaba a su hija agarrada a su brazo.

Ambos caminaban con expresiones serias de camino al andén nueve y tres cuartos.

Este era el primer año que iban sin los Tonks, pues Nymphadora se graduó el año pasado y ahora iba a convertirse en aurora.

Cuando entraron al andén Debbie pudo distinguir en la distancia a Corvus.

El chico miraba aburrido a la gente, mientras que una pareja de rubios hablaba con el que parecía ser su hijo.

Cuando sus miradas se cruzaron, se limitaron a asentir levemente con la cabeza, pues ambos sabían que a los tíos de Corvus les desagrada que se juntara con traidores.

Pero no le dio mucho más tiempo a pensar en eso, puesto que unos brazos la rodearon con fuerza.

-¡Debs! Me alegro de verte, ¿qué tal el verano?

Cuando ambos se separaron Debbie le dedicó una breve sonrisa a Edmund.

-Bien, como siempre.

Edmund asintió y giró su cabeza hacia Regulus.

-Me alegro de verle señor Black.

El nombrado asintió con la cabeza.

-A mi también me alegra Edmund.

El chico asintió con una sonrisa.

-Bueno, voy a volver con mi familia, mi hermanita entra este año.

Y dicho esto el chico de fue rápidamente junto a su padre y sus hermanos.

-Tu amigo es muy alegre.

Debbie se encogió de hombros ante las palabras del mayor.

-Supongo que nos contrarresta.

Ambos se miraron, sabiendo que el momento de partir se alejaba.

-Sabes que este año entra tú hermano,  haz lo que consideres correcto y cuidate.

Debbie asintió y ambos se dieron un corto abrazo.

-Te escribiré mañana, cuídate.

Y así se dirigió al tren, para comenzar su tercer año en Hogwarts.

                               ***

Sentada en la mesa de Slytherin, hablaba tranquilamente con sus dos amigos esperando que la selección comenzara.

No tenía más amigos que los que hizo el primer año, aunque, ya no había nadie de Slytherin que la molestara.

Cuando los alumnos de primero entraron al Gran Comedor el trío de serpientes prestó atención.

-¡Draco Malfoy!

El niño rubio que ella reconoció como el primo de Corvus se sentó en el taburete.

-¡Slytherin!

El chico se dirigió a la mesa con la cabeza alta y una sonrisa ladedada.

Miró a Corvus con una ceja alzada, a lo que este soltó un gruñido.

-Niño estúpido.

Edmund soltó una risa burlona ante su comentario.

-¡Lucy Pevensie!

La pequeña pelirroja subió al asiento.

-¡Hufflepueff!

Ed aplaudió con entusiasmo.

-Ya tenéis un hermano en cada casa.

El moreno asintió divertido ante el comentario de su amiga.

-¡Harry Potter!

Debbie observó atentamente como el niño subía hacia el taburete.

Un escalofrío le recorrió la espalda al ver lo mucho que se parecía a su padre.

Siempre imaginó como sería reencontrarse con su hermano, pero ahora que le veía no sabía que hacer.

-¡Gryffindor!

Y ahí se iban sus esperanzas de poder acercarse tranquilamente a él.

Observó con una expresión neutral como Harry se sentaba en la mesa.

Poniendo una mueca de desagrado cuando los gemelos Weasley se acercaron a hablar con él.

Por otro lado, Harry se sentó en la mesa de Gryffindor mirando hacia todos lados.

Hagrid le había dicho que su hermana mayor estudiaba en Hogwarts, pero no la veía por ninguna parte.

Sonrió a Ron cuando este se sentó a su lado y ambos comenzaron a comer.

-Tú debes de ser Harry Potter, George Wesley un placer.

Dos pelirrojos idénticos se acercaron a él y le estrecharon la mano.

-Y yo soy Fred Weasley.

Ron soltó una risa mientras tragaba el pollo que tenía en su boca.

-Estos son mis hermanos, Harry.

Los gemelos se sentaron junto a ellos.

-Y hablando de hermanos.

-No creemos que la tuya esté muy contenta de que estés en Gryffindor Harry.

Harry les miró confuso, había asumido que él estaría en la misma casa que su hermana.

-Si, a los de su casa no les gustamos.

-Más en concreto nosotros dos.

Ron se giró hacia ellos interesado en la conversación.

-¿Y vosotros de qué la conocéis?

-Verás Ronnie....

Era el segundo año de los gemelos y ambos estaban preparando su broma maestra de principio de curso.

Bajaron a las mazmorras y se dejaron un montón de bombas con un líquido verde en ellas.

El plan era que los Slytherins se parecieran aún más a su casa para aquella cena.

Observaron muertos de la risa como, uno tras otro iban cayendo en su trampa.

Pero algo desbarató sus planes.

Vieron como una mano con una varita salió de la sala y una voz desde dentro pronunció :

-Reductio.

Pronto todas sus bombas se vieron reducidas a cenizas.

Observaron como Deborah Potter salió de la sala común y miró con desdén las cenizas.

-Deberíais buscaros otro hobby Weasleys, este no se os da muy bien.

Y dicho ésto se fue a cenar.

-Desde entonces hemos intentado hacerla caer en nuestras bromas, pero se ha resistido.

George asintió ante las palabras de su hermano.

-Entonces... ¿Ella es Slytherin?

Harry no podía creérselo, se suponía que Slytherin era la casa de los magos malvados.

Era la casa en la que el idiota de Malfoy estaba, su hermana no podía ser como Malfoy.

-Sí, y es una de las más gruñonas, solo superada por su amigo Lestrange.

-Es esa de allí.

Harry observó el lugar donde le señalaban sus amigos.

Una chica de cortos y revueltos cabellos azabache comía tranquilamente mientras charlaba con un chico de cabellos rizados.

Lo que más impactó a Harry fue su expresión seria, era intimidante.

-¿Da miedo eh?

Fred y George la observaban divertidos.

-Creemos que sus músculos de la cara están rotos, nunca la hemos visto sonreír.

-Tenemos la teoría de que cuando lo haga el mundo se acabará.

Debbie no era idiota.

Había notado las miradas clavadas en ella desde la mesa de Gryffindor.

Harta de aquello subió la cabeza y miró fulminante a los gemelos, quienes la habían estado señalando.

Observó como su hermano desviaba la mirada para luego ponerse a hablar alegremente con un chico pelirrojo.

Debbie suspiró, sabía que Harry no tendría una vida fácil.

Pero ella se había puesto un objetivo, y si ella era algo era cabezota.

Protegería a aquel chiquillo, a la única familia que le quedaba.

¡Se viene lo bueno!

Los capítulos anteriores han servido un poco para conocer a los personajes, pero ahora empieza la historia.

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