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~LXXXV~

Deborah, Regulus y Sirius aparecieron en el patio de la madriguera, en el cual había una mesa larga.

Hoy era el cumpleaños de Harry y los tres habían sido invitados a celebrarlo con él.

-Vamos a ayudar.

Dijo Sirius animado para adelantarse y saludar a la familia de pelirrojos.

Regulus y Deborah intercambiaron miradas, ambos algo incómodos con la idea de tener que comer con la numerosa familia.

Si bien ambos se habían acostumbrado al caos que eran los Pevensie, todos los miembros de aquel clan eran prácticamente familia.

Allí, delante de la madriguera viendo como Sirius abrazaba a Harry felicitándole y Ron y Hermione charlaban con ellos, no pudieron evitar sentirse como intrusos.

Deborah sabía que era el cumpleaños de su hermano y que tenía todo el derecho a pasarlo con él, pero el ambiente festivo de la casa no acompañaba nada a su humor, aún atormentado por la muerte de Alastor.

Cuando estuvieron delante de Harry, Regulus le extendió una pequeña caja al chico.

-Feliz cumpleaños.

Harry miró al hombre frente a él y agradeció el gesto algo intimidado por su presencia.

El chico abrió el paquete y sacó un pequeño medallón.

Acarició el centro de este descubriendo que tenía una tapa, la cual fue abierta.

Hermione, quien observaba a su amigo sonrió emocionada.

-Allí tienes que poner una foto Harry, mis padres... Tienen uno igual.

Deborah miró a la menor extrañada al ver la tristeza en su expresión cuando mencionó a sus padres, conocía bien ese dolor.

-Es tradición de la familia Black regalar ese medallón cuando uno de nosotros cumple los 17. Deborah tiene uno, al igual que yo.

La morena asintió sacando su medallón de debajo de su camisa.

Harry miró el objeto entre sus manos conmovido. Era una tradición familiar y le habían incluido.

-Yo no tengo uno, me fui antes de que me lo dieran.

Dijo Sirius en un tono gracioso.

Ron se rió levemente mientras que Regulus rodó los ojos ocultando su diversión para tomar a su hermano del hombro y llevarle dentro de la casa, donde ayudarían a Molly.

-¿Qué foto tienes tú en el tuyo Deborah?

Preguntó Hermione en un tono amable.

-Tengo dos fotos de mi familia.

Se limitó a decir, no enseñándoles lo que había dentro.

-Feliz cumpleaños Harry. Espero que la misión que estáis planeando en secreto vaya bien.

Dijo para luego irse hacia dentro de la casa, dejando al trío de oro sorprendido.

-¿Cómo lo sabe?

Ron hizo la pregunta que sus amigos tenían en sus cabezas.

Cuando Deborah entró a la madriguera sintió como una mano agarraba su muñeca.

-¿Podemos hablar?

La morena sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar las palabras del pelirrojo, lo cierto es que no sabía si estaba preparada para enfrentarle, al menos no ahora.

Pero aún así asintió, sabiendo que Fred insistiría si se negaba.

Fue arrastrada por su novio hasta el jardín trasero de la casa, el cual estaba vacío.

Una vez allí, Deborah miró la punta de sus pies, no queriendo comenzar la conversación.

-Lo siento mucho Debs. Aquella noche debí haber parado cuando me lo pediste.

La morena asintió y dejó que el chico agarrara sus manos.

Fred acarició las manos de su novia, pequeñas comparadas con las suyas y suspiró para seguir con su explicación.

-Sé que no es ninguna excusa, pero ya llevamos mucho tiempo juntos y pensé que era el momento. Cuando me pediste que parara creí que solo estabas nerviosa, lo siento.

Deborah asintió de nuevo.

-No pasa nada, estás perdonado.

Fred sonrió aliviado, pero ambos sabían que aquella conversación no había acabado todavía.

-¿Hay alguna razón por la cual no quieras? Quiero entender lo que te ocurre.

La morena frunció el ceño ante su elección de palabras.

-No me ocurre nada, simplemente no quiero.

Un silencio se instaló entre ambos, siendo obvio que las palabras del chico le habían molestado.

-Y... ¿Crees que alguna vez querrás?

Deborah lo pensó unos momentos, aunque sabía muy bien la respuesta.

Negó con la cabeza.

Fred abrió los ojos sorprendido.

-¿Nunca? Pero todo el mundo quiere, puede que aún...

-Yo no quiero.

Le cortó rápidamente la chica.

Fred asintió con la cabeza.

-Vale.

Deborah le miró sorprendida.

-¿Te parece bien?

El pelirrojo asintió dudoso.

-Supongo, es tu cuerpo, tú decides.

La morena asintió formando una pequeña sonrisa.

-Gracias.

Susurró para luego marcharse a la cocina.

Fred se quedó allí, en el patio sintiéndose confuso.

Él no quería a Deborah únicamente para acostarse con ella ni mucho menos, la quería por la gran persona que era.

Pero aún así una pequeña parte de él no podía evitar sentirse mal con todo aquello.

Siempre se imaginó como sería su vida, tendría el negocio de bromas más exitoso que el mundo mágico habría visto jamás, encontraría una persona a la que querer y con quien compartir todo, se casaría con ella y tendría hijos a los que les enseñaría todos sus trucos.

Él había decidido que Deborah era la persona indicada para iniciar ese viaje, pero nunca se había planteado que quizás ella no quería lo mismo y la sensación era abrumadora.

Escuchó unos pasos dirigiéndose hacia él y se giró para mirar a Charlie quien le sonreía.

-Pareces pensativo hermanito.

Fred soltó una pequeña risa y asintió.

Su hermano mayor llegó junto a él y Fred le observó durante unos segundos, preguntándose si sería buena idea consultar a su hermano.

-Charlie tu... ¿Has estado alguna vez con alguien que no quisiera tener sexo?

El nombrado soltó una pequeña risa.

-Ese alguien sería yo.

Fred le miró confuso.

-¿Tú...

-Yo soy asexual, eso significa que no siento el deseo de tener relaciones sexuales.

El menor de los Weasley asintió, comprendiendo un poco mejor y preguntándose si eso era lo que Deborah era.




***



Deborah se encontraba sentada junto a Sirius y a Regulus en la mesa en la que todos comían celebrando el cumpleaños de Harry.

Todos charlaban animadamente mientras que Deborah se dedicaba a mirar su plato de comida ya vacío en busca de algo con lo que distraerse.

-Hacía mucho tiempo que no nos veíamos Debbie.

La nombrada miró a Charlie Weasley, quien le dedicaba una amable sonrisa.

-Desde que te graduate de Hogwarts si no recuerdo mal.

Contestó amablemente.

El pelirrojo frente a ella había cambiado bastante desde la última vez que le vio. Su cabello había crecido y una cicatriz adornaba su mejilla.

-Tonks y Elisa me dijeron que estaba a en el curso de aurores. ¿Qué tal te va?

Deborah negó con la cabeza.

-Tuve que dejarlo cuando Voldemort murió Dumbledore, no era seguro.

Charlie asintió y se dispuso a continuar con la conversación, pero fue interrumpido por el ministro de magia y su hermano Percy dirigiéndose hacia ellos.

Molly corrió hacia su hijo y le estrechó entre sus brazos bajo las miradas enfadadas del resto de personas en la mesa.

-Mientras Percy se pone al día con su familia, ¿podrías mostrarme el jardín Harry?

El chico se levantó resignado, sabiendo que no tenía opción, pero le sorprendió ver que el hombre no se movía.

Tenía una mueca de incomodidad y miraba fijamente algo. Harry siguió su mirada y sonrió divertido al ver lo que asustaba al ministro.

Deborah observaba fijamente al hombre mientras acariciaba su varita, Regulus no la había sacado, simplemente le miraba y Sirius estaba de pie y parecía dispuesto a intervenir.

Harry negó con la cabeza en su dirección y se marchó junto al ministro.

Deborah por su parte los siguió con la mirada preocupada. La muerte de Moody le había hecho ser más consciente de que si alguien tenía posibilidades de morir en aquella guerra ese era su hermano.

Y ella no pensaba permitirlo, cualquiera que quisiera ponerle un dedo encima a Harry tendría que vérselas con ella.

Por encima de su cadáver.


¡Hola!

El siguiente capítulo será la boda de Bill y Fleur y empezará la acción jajajj.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

¿Cuál ha sido vuestra parte favorita?

Nos vemos!

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