~LXXXIV~
Harry se movía de un lado a otro en la madriguera bajo la mirada preocupada de Hermione.
Se suponía que Deborah y Edmund tendrían que haber llegado ya.
Sirius por su parte miraba a su hermano, quien trataba de disimular sus nervios, pero no apartaba la mirada de la puerta mientras jugaba con su anillo en un intento de calmarse.
Los hermanos Pevensie se encontraban rodeando al menor de los Black, buscando en él algo de apoyo.
El resto de la orden estaba concentrada en George, quien acababa de perder una oreja.
Un sonido se escuchó en el patio y fue suficiente para que tanto Harry como Lucy corrieran fuera de la madriguera.
Ambos observaron como Dylan ayudaba a un mareado Edmund a caminar, mientras que Jade y Deborah les seguían unos pocos pasos detrás.
Lupin se adelantó a los chicos antes de que pudieran llegar hasta sus familias y apuntó a los recién llegados con su varita.
Deborah rodó los ojos mientras Lupin preguntaba a Dylan.
A estas alturas, Regulus, Peter y Susan también habían salido.
Cuando Lupin asintió con la cabeza y se apartó, Lucy corrió hasta su padre y su hermano y les envolvió en un fuerte abrazo.
Jade y Deborah intercambiaron miradas al ver como Regulus se acercaba a ellas.
El hombre tomó la cara de la chica y observó sus heridas.
-¿Qué ha ocurrido?
Preguntó con un tono preocupado.
Harry y los Pevensie se acercaron para escuchar la conversación.
-Nos rodearon por todos lados, así que tuve que volar hacia arriba. Estuvimos un tiempo esquivando sus maldiciones, pero una le dio a Edmund y acabamos estrellándonos en un bosque. Jade y Dylan vinieron a buscarnos.
Regulus acarició la mejilla de la chica para luego mirar a Jade, quien estaba junto a ella.
-Gracias.
La del cabello morado miró al hombre sorprendida, pero no tardó mucho en dedicarle una leve sonrisa.
-No hay de que.
Regulus asintió y fue hacia Dylan y Edmund, comprobando el estado de ambos.
Deborah se vio envuelta en el abrazo de Lucy, quien lloraba nerviosa.
La morena suspiró antes de acariciar el cabello de la chica. Si bien no estaba acostumbrada a los abrazos, los de Lucy eran algo normal para todos.
Una vez la pequeña se separó Harry decidió acercarse a ella.
-Lo siento mucho, todo esto es mi culpa. Sabía que no era un buen plan y has acabado herida. No dejo de poner a la gente en peligro y...
Deborah interrumpió el parloteo nervioso de su hermano colocando una mano en su hombro.
-Tendrías que ser muy egocéntrico para pensar que el único motivo por el que alguien intentaría matarme en esta guerra eres tú. Todos aquí somos traidores, nos quieren muertos con o sin ti. No pongas ese peso en tus hombros porque no te corresponde.
Harry asintió y sonrió levemente ante las palabras de su hermana.
-Me alegro de que estés bien.
La chica asintió y todos entraron a la madriguera.
Tonks abrió los ojos al ver a su prima y caminó rápidamente hacia ella.
-¡¿Qué os ha pasado?! Ven, te cursaré las heridas.
La morena asintió y se sentó en el sillón frente al sofá en el que George inconsciente yacía.
Deborah dejó que Tonks curara sus heridas mientras observaba como Fred tomaba la mano de su hermano.
-¿Qué le ha ocurrido?
Preguntó Ed, preocupado por su amigo.
-Una maldición le alcanzó, va a perder la oreja.
El moreno asintió y se colocó junto a Fred observando la herida del chico.
Desde su sitio Deborah pudo notar como Fred temblaba observado a su hermano dormido.
Suspiró y se levantó del sillón colocando su mano en el hombro del chico.
Fred se giró sorprendido ante aquello, pues Deborah no le había dirigido la palabra desde la boda de Remus y Tonks.
Deborah no le miraba, observaba atenta como Ed examinaba a George, pero para Fred fue suficiente.
Unos minutos más tarde George despertó y su gemelo se quedó junto a él.
Tan solo faltaban cuatro personas por llegar, Bill y Fleur, los cuales habían perdido el translador pero estaban a salvo y Moody y Mundungus, de los que no se sabía nada.
No pasó mucho tiempo hasta que los primeros cruzaron la puerta con terribles noticias.
-Moody ha muerto.
Deborah sintió cómo una daga se clavaba en su pecho al escuchar aquellas noticias.
Tonks sollozó y se abrazó a su marido, lamentando el destino del que una vez fue su mentor.
La morena deseó poder hacer lo mismo, pero no era momento de llorar, no aún.
Suspiró intentando tranquilizarse y notando como sus piernas comenzaban a temblar.
Regulus se levantó de su asiento y apoyó una mano en su hombro tratando de darle apoyo.
Deborah sintió como una incontrolable rabia nacía en ella al escuchar como Mundungus había abandonado al ex auror.
Hagrid sacó una botella de whisky de fuego y repartió el líquido entre las personas en la habitación.
-Por Alastor Moody, el mejor auror que jamás haya existido.
Deborah se terminó el líquido en su vaso de un solo trago, sintiendo la necesidad de desahogarse con algo.
Dejó el vaso vacío en una mesa y tomó su varita caminando hacia la salida.
-Voy a buscar el cuerpo.
Anunció en un tono de voz monótono antes de cruzar la puerta.
Sus pasos fueron seguidos rápidamente por dos personas más.
Regulus y Bill se colocaron junto a ella, dispuestos a acompañarla.
-Le vi morir y no pude evitarlo, ayudar a que descanse en paz es lo menos que puedo hacer.
Se limitó a decir el pelirrojo.
Deborah asintió, sin molestarse en cuestionar por que Regulus estaba con ellos.
***
Bill les condujo hasta la zona en la que había visto caer a Moody, pero no encontraron nada.
-Debería estar aquí, le vi caer.
Deborah negó con la cabeza, no queriendo que sus sospechas fueran ciertas.
-Se han llevado su cadáver.
Dijo Regulus con tristeza, mirando preocupado a Deborah.
La chica se sentía desbordada por emociones. Moody fue una de las primeras personas en tener fé en ella, fue su mentor, le enseñó todo sobre duelos, siempre iban a las patrullas juntos y Deborah adoraba molestarle.
Alastor era una de las personas más nobles que había conocido y se merecía algo mejor.
-No. Tiene que haber algo, no podemos volver con las manos vacías.
Dijo con firmeza, ocultando todo el dolor que sentía.
Ignorando a los hombres junto a ella, comenzó a buscar por los alrededores, sin saber muy bien que es lo que esperaba encontrar.
No supo bien cuánto tiempo llevaba buscando, pero Regulus se acercó lentamente hacia ella.
-Deborah, tenemos que irnos. No hay nada.
La morena negó con la cabeza.
-Algo se les habrá caído.
Dijo sin ni siquiera mirarle.
Regulus suspiró y tomó las manos de la chica.
-Ya no podemos hacer nada más por él.
Deborah miró a los ojos del hombre que la crío durante unos segundos y suspiró asintiendo.
-Lo sé. Pero él era un buen hombre, sé merece un funeral decente.
Regulus asintió y acarició las manos de la chica.
-La vida no siempre nos da lo que nos merecemos Deborah y tú eso lo sabes bien.
La morena reprimió las lágrimas y apoyó su cabeza en el hombro de Regulus.
El hombre acarició el cabello de la chica.
Ninguno lo decía en alto pero ambos estaban aterrados. Aquello era solo el principio, se avecinaba una guerra y las cosas solo iban a empeorar.
¡Hola!
Estoy llorando con este capítulo :(
¿Qué os ha parecido?
¿Cuál ha sido vuestra parte favorita?
Hemos tenido un momento de Reg y Debbie que yo ya los echaba de menos.
Nos vemos!
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