~LXXV~
Deborah salió de su clase algo cansada.
Se había pasado toda la noche anterior haciendo patrulla junto a Moody, por lo que no había dormido.
El profesor de contra hechizos y su voz calmada no le habían ayudado precisamente, pero consiguió tomar los apuntes necesarios.
Y como ya era su costumbre de aquel mes que llevaba en la academia de aurores, se dispuso a salir de allí sin hablar con nadie.
Mientras abandonaba el edificio vio a lo lejos a su prima, quien tenía una mirada melancólica y el cabello castaño.
Frunció el ceño y se acercó a ella.
-Hola.
Tonks miró a su prima y suspiró cansada. No hacía falta que ella dijera más, sabía perfectamente lo que quería saber.
-Remus está en tú casa, se está peleando con Reg.
Deborah negó con la cabeza agotada de toda esa situación.
-¿Tú estás bien?
La castaña asintió.
-Me dijo que mis sentimientos son correspondidos, pero que hay muchas razones por las cuales nunca podremos estar juntos.
La morena, que era muy observadora y creía conocer esas razones asintió.
-Iré a ver que ocurre.
Dicho esto se despidió de su prima y apareció en su casa.
A la primera persona que vio fue a Susan, quien le dedicó una leve sonrisa ante las voces que se escuchaban en el salón.
Ambas chicas caminaron a la puerta de este observando la escena.
Regulus y Lupin estaban uno frente al otro, ambos con el ceño fruncido.
Dylan se encontraba con una mueca preocupada detrás del primero.
-Mira Lupin, lo único que estoy diciendo es que debes tomar una decisión. Rechaza a Nymph u olvídate de él.
El nombrado se sentó en el sofá.
-Aunque me olvidara de él no podría estar con ella. ¿Tú me has visto? Soy un monstruo.
Deborah negó con la cabeza y decidió intervenir.
-Tengo muchas razones por las cuales no me caes bien Lupin, pero tu licantropía nunca ha sido una de ellas.
Remus agachó la cabeza, decidiendo no responder a la chica, pues no sabía cómo.
-Además, sigo creyendo que hay que acabar con toda esta tontería de Sirius. No va a despertar. Lo mejor que podemos hacer ahora mismo es desconectarle de esa máquina y darle un funeral digno.
Regulus tensó sus hombros y Dylan dio un paso adelante, preocupado por la reacción de su amigo.
-Sirius no se mueve de esta casa hasta que él mismo vuelva a escaparse. No me puedo creer que entre todas las personas negativas que tenemos en la orden seas tú el que se rinde con él.
Una lágrima cayó por la mejilla de Remus.
-No va a despertar Regulus. Y tú no eres el indicado para reprocharme que me rinda. Tú fuiste el que dejó de hablar con él cuando llegaste a Hogwarts, nunca hiciste nada para protegerle ante los abusos de vuestra madre a pesar de que él siempre evitaba tus castigos.
La cara de Regulus se deformó en una mueca de dolor y furia y sacó su varita.
Dylan se apresuró a colocarse frente a él y colocar las manos en los hombros de Regulus, buscando calmarle.
Deborah, quien también estaba furiosa ante los comentarios de Lupin caminó hasta colocarse frente a él.
-Escúchame bien. Entiendo todo el dolor por el que estás pasando ahora mismo, pero Regulus está pasando por el mismo. Y antes de reprochar cosas del pasado deberías saber que hay una gran diferencia entre vosotros. Cuando Regulus actuó como un cobarde tenía once años, tú tienes treinta y seis.
Lupin suspiró y secó sus lágrimas para marcharse de allí.
Deborah apoyó su cabeza en su mano. No se podía creer que estaba sintiendo pena por el hombre que la abandonó.
Detrás de ella, Dylan había logrado quitarle suavemente la varita a Regulus y ahora le dedicaba una pequeña sonrisa.
Un silencio se hizo en la sala, pues nadie sabía muy bien que decir.
Susan fue la primera en romper aquel silencio caminando hacia la cocina.
-Vamos, es hora de comer y me muero de hambre.
Dylan le dio la razón a su hija y tras dejar una caricia en el hombro de su amigo, la siguió.
Una vez solos, Deborah se acercó al hombre, quien le dedicó una cansada sonrisa.
-¿Qué hay de comer?
Ambos entraron a la cocina.
***
Por otro lado, en Hogwarts, Lucy Pevensie caminaba a toda prisa por los pasillos del castillo.
No había ido al baño antes de su clase de transformaciones y ahora se arrepentía terriblemente.
Suspiró mirando la puerta del baño. No le apetecía lidiar con Myrtle, pero situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas.
Pero se detuvo ante la escena que se encontró nada más cruzar las puertas.
Draco Malfoy estaba sentado en el suelo, con su cabeza enterrada entre sus piernas y sollozando.
Lucy había sospechado que algo no iba bien cuando Harry le comentó la pelea que había tenido con Draco en el tren. Después de cómo le había ayudado el año pasado para que el moreno estuviera bien, le extrañaba ese comportamiento.
Se acercó al rubio a paso lento y se sentó junto a él, causando que este se percatara de su presencia.
Al ver a la chica se secó todas las lágrimas de sus mejillas con furia.
-Lárgate Pevensie.
La chica negó con la cabeza y abrió su mochila sacando un chocolate.
-Toma, esto siempre me hace sentir mejor.
El chico miró con el ceño fruncido el chocolate que ella le extendía.
-No quiero tú estúpido chocolate.
Pero tras unos segundos de insistencia acabó por tomarlo.
-Sabía que algo iba mal desde que Harry me contó lo del tren. No necesitas decirme nada si no quieres, pero no te juzgaré.
Draco negó con la cabeza.
-No quise hacerle daño, es solo que.... No debería haber venido este año a Hogwarts y tú tampoco.
Lucy, que no era ninguna idiota, sabía a que se refería el chico.
-Bueno, por suerte o por desgracia Harry y yo estamos en Hogwarts. Pero no tiene por qué ser algo malo, podemos ayudarte a ser libre.
El rubio volvió a negar y una lágrima cayó por su mejilla.
-No podéis ayudarme, nadie puede.
La castaña suspiró. Sabiendo que no le haría cambiar de opinión sacó una bolsa de chocolates de su mochila y se la dio al chico.
-Para ti, lo vas a necesitar. No te preocupes por mi, Neville compartirá los suyos.
El rubio tomó la bolsa y esbozó una pequeña sonrisa.
-Gracias Pevensie.
La chica se levantó y le dedicó una sonrisa.
-No hay de qué. Pero Draco, algún día la oportunidad de ser libre te llegará, no la desperdicies.
¡Hola!
Ha pasado un tiempo pero he vuelto jajajj.
Amo la amistad de Draco y Lucy, me encanta escribir sus escenaaaas.
¿Qué os ha parecido?
¿Parte favorita?
Nos vemos!
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