~LXXII~
Deborah entró por las puertas del local de los Weasley.
Miró a los lados asombrada por lo grande que era el lugar, el cual aún estaba algo vacío.
-¡Deborah! ¿Cómo está mi cuñada favorita?
La morena negó con la cabeza al oír las palabras de George.
Si bien Fred y ella habían acordado no hacer pública su relación, George y Edmund estaban enterados.
-No me llames así Weasley. ¿Qué tal vais con esto? La inauguración es en una semana.
El pelirrojo asintió contento.
-Bien, ya tenemos contratada a una trabajadora y solo nos queda terminar de llenar los estantes.
En aquel momento Fred bajó por las escaleras y sonrió al ver a Deborah.
-Pero si al final ha venido la señorita.
La morena rodó los ojos divertida y se cruzó de brazos.
-¿Qué es lo que tenías que enseñarme?
Fred sonrió y pasó su brazo por los hombros de su novia, llevándola al otro lado de la tienda.
-¿Te acuerdas de aquellos polvos morados que te dimos en nuestro último año?
Deborah asintió, recordando su venganza hacia Umbridge.
-Bueno, pues gracias a ti conseguimos probarlos y ahora están a la venta.
Fred hizo manos de jazz señalando la estantería en la que cajas con aquella sustancia morada se encontraban.
Deborah alzó una ceja divertida al leer el nombre del producto.
-¿Mata sapos? ¿Le habéis puerto ese nombre?
Fred soltó una carcajada y abrazó por detrás a la chica.
-Si. Había que honrar la causa por la cual fue creado. Además, estamos trabajando en una versión rosa.
Deborah contuvo una risa ante lo dicho por el chico, pero no pudo añadir nada más.
El patronus en forma de cuervo de Ed entró a la tienda y se detuvo frente a ella.
-Debs, tienes que ir a casa de Xenophilius Lovegood, tiene información sobre el paradero de Jade.
La morena asintió con emoción ante las palabras salidas del cuervo, que no tardó mucho en deshacerse y se giró hacia Fred.
-Tengo que irme.
El pelirrojo asintió, pero la miró preocupado.
-¿Necesitas que te acompañe? No deberíamos ir a misiones solos.
La chica negó, rechazando su propuesta.
-Tranquilo, creo que puedo con el escritor del Quisquilloso.
Dicho esto besó la mejilla del chico y sacó su varita para aparecerse delante de la casa de los Lovegood.
Suspiró viendo lo extraña que era la vivienda y tocó la puerta.
Esta fue abierta por un hombre rubio con una gran sonrisa y vestido con extrañas ropas.
-Usted debe ser Xenophilius Lovegood. Mi nombre es Deborah Potter y tengo que hacerle unas preguntas.
El rubio asintió sonriente y se hizo a un lado para dejarla pasar.
***
Una hora más tarde, Deborah salió de la casa de los Lovegood con un collar para espantar nargels, polvos de pelo de unicornio y un papel con la dirección en la que Jade se encontraba.
Al parecer la chica solo se quedó unas semanas en casa de los Lovegood, pues no quería ser una carga para ellos. Tan pronto como consiguió trabajo y un lugar en el que quedarse se marchó, pero según Xenophilius venía algunos martes a tomar el té.
Miró el papel y suspiró. Aquel lugar estaba en el Londres muggle, no sabía exactamente donde por lo que no podía aparecerse.
Guardó el papel en su bolsillo y apareció en la estación de metro de Londres, tendría que hacerlo a la manera muggle.
Para cuando llegó a la calle que Xenophilius le indicó ya estaba anocheciendo.
Observó como la gente iba en grupos riendo y entrando de un bar a otro, que de ellos estaba llena la calle.
Suponía que Jade debía trabajar en alguno de aquellos, pero desconocía en cual.
Después de fallar entrando a cuatro bares, la encontró en el quinto.
Al entrar al lugar se vio cegada por las fuertes luces y la alta música.
Aquello fue suficiente para darse cuanta de que aquello no era un bar sino una discoteca.
La gente bailaba extasiada en la pista, soltando risas y pequeños gritos.
Deborah se sintió algo mareada en aquel ambiente, pero avanzó hacia la barra en busca de su amiga.
Se sentó en esta buscando mirando hacia los lados, intentando ver a su amiga.
-¿Qué te pongo guapa?
Una voz desconocida llamó su atención haciendo que mirara a la camarera.
La mujer debía rondar los treinta años, tenía rasgos asiáticos, varios pendientes y los brazos con más tatuajes que Deborah había visto.
-Una cerveza, gracias.
La desconocida asintió y se giró en buscando una copa que llenó con la bebida solicitada por la chica.
Cuando le entregó su bebida, Deborah se apresuró a pagar. Siempre llevaba con ella dinero muggle.
-¿Y qué te trae por aquí? No te veo disfrutando como al resto.
La camarera se apoyó en la barra, para alzar su voz por encima de la música.
-Estoy buscando a alguien.
Respondió Deborah.
La mujer frente a ella la miró intrigada.
-¿Alguien? ¿Una novia? Te sorprendería la cantidad de chicas que vienen aquí así.
Debs se apresuró a negar con la cabeza.
-A una amiga. Tuvo problemas y se marchó de su casa, pero no me dio la dirección en la que estaba ahora, por eso la busco, quiero saber si está bien.
Respondió guardándose algunos detalles para ella.
La mujer asintió pensativa.
-¿Sabes? La última camarera a la que contraté tiene una historia parecida, quizás sea la persona a la que buscas.
Deborah miró al lugar al que señaló la mujer y se quedó petrificada.
Allí ante sus ojos estaba Jade, pero una versión algo cambiada.
Servía una copa mientras soltaba una carcajada ante algo que algún cliente había dicho.
Había atado sus rizos en numerosas pequeñas trenzas las cuales tenían un color morado y de lejos podía distinguir un tatuaje en su mano.
Pero lo que más le llamó la atención fue la sonrisa de la chica, estaba feliz, no recordaba la última vez que la vio así.
-Por tu mirada puedo suponer que Robin era la persona a la que buscabas.
Deborah no se extrañó demasiado ante el nombre falso, después de todo aún seguía en peligro.
-Si, es ella.
La mujer asintió.
-Su turno acaba en una hora, así que toma tu bebida tranquilamente y yo la aviso.
Deborah agradeció a la mujer, la cual caminó hasta llegar a Jade y susurró algo en su oído.
El corazón de la chica se aceleró cuando Jade se giró a mirarla.
Una mueca de sorpresa recorrió la cara de la morena, la cual acabó por convertirse en una sonrisa.
Deborah no pudo evitar corresponder a esta.
Pero la situación se vio interrumpida por unos clientes los cuales llamaron a Jade.
Una hora después, como había prometido la mujer, Jade se acercó a ella con una sonrisa.
-Me alegro de verte Debs.
La nombrada se levantó y asintió.
-Me alegro de que estés bien.... Robin.
La de el pelo morado rodó los ojos divertida y tomó su mano.
-Hablemos en un lugar más privado.
Deborah asintió y siguió a la chica hasta un callejón donde sacó su varita.
Se aparecieron frente a la puerta de un pequeño piso.
Jade abrió la puerta y le indicó que entrara.
Deborah miró el pequeño lugar de arriba a abajo.
El piso sólo tenía dos habitaciones. La cocina y el salón estaban en una misma y solo había una puerta más que Deborah supuso que era el baño.
Se sentó en el sofá cama junto a Jade y miró con una pequeña sonrisa la gran cantidad de lienzos llenos de pintura y cuadernos.
-Me alegra ver que has vuelto a dibujar.
Jade asintió.
-Los Lovegood me ayudaron a retomarlo. Ahora pinto en lugar de fumar, es más sano.
Deborah asintió.
-¿Por qué te fuiste de casa de los Lovegood? Por lo que Xenophilius me dijo estabas bien con ellos.
Jade suspiró y se pasó una mano por el cabello.
-Si, pero era cuestión de tiempo que mi padre averiguara donde estoy. Aquí entre muggles es más difícil que me encuentre.
Deborah asintió y miró con pena a su amiga. Había tenido que dejar todo atrás.
-¿Y cómo conseguiste este sitio?
Jade sonrió levemente ante el recuerdo.
-Estuve varios días paseando por las calles buscando algún trabajo hasta que Abby, la mujer que habló contigo en el bar, me encontró. Le conté que había tenido que huir de mi casa y en seguida me ofreció trabajo y este piso, el cual era de otra de sus camareras.
Un silencio se instauró ante el tono de melancolía de la última frase.
-¿Qué le ocurrió a la otra chica?
Jade miró sus manos durante unos segundos.
-La mataron. Era una mujer negra y lesbiana, la ley no estuvo de su lado y sus asesinos siguen libres.
Deborah tomó la mano de su amiga en un intento de consuelo.
-Jade yo.... No vengo solo ha preguntarte como estás.
La nombrada la miró con una pequeña sonrisa.
-Por supuesto que no Potter, no me esperaba menos.
Deborah negó con la cabeza divertida antes de ponerse seria de nuevo.
-Sabes cómo están las cosas ahora. Voldemort está a punto de hacerse con el control del ministerio y los ataques a muggles aumentan cada día, necesitamos ayuda.
Jade se apresuró a negar con la cabeza levantándose del sofá.
-No, ni hablar. Unirme a la orden es como firmar una sentencia de muerte. Esta no es mi guerra.
Deborah se levantó también algo molesta.
-Esta es tu guerra y la de todos, no puedes huir de ella porque ya estás metida.
La morena frunció el ceño y retrocedió un par de pasos.
-¡Pues no quiero estar en ella! ¡Nunca he querido y no voy a pelear!
Deborah negó con la cabeza incrédula.
-¿Y esto es mejor? Vivir escondida, corriendo de un lado a otro... ¿Pretendes huir toda tu vida?
Jade abrió los ojos con sorpresa.
-¡Lo único que quiero es llevar una vida normal, sin guerras! ¡Y tú fuiste la que me metiste en aquella batalla!
Deborah avanzó hacia ella furiosa.
-¡Tú fuiste la que accedió a ir a pesar de que yo he advertí que era peligroso! ¡Si de verdad no querías ir conmigo no tenías que haberlo hecho!
Lejos de dejarse intimidar por la muchacha, Jade también dio un paso en su dirección.
-¡Claro que tenía que hacerlo! ¡No podía dejar que fueras allí sola!
-¡¿Por qué?!
-¡Pues porque....
Y allí se detuvieron los gritos.
Jade paró de hablar de repente y dos lágrimas cayeron se sus ojos.
Deborah suspiró al ver el estado de su amiga y acarició su hombro.
-Sé que de miedo, pero de alguna manera u otra ya estamos metidas en esto. Tenemos que salir adelante por nosotros y por los que queremos.
Jade alzó la mirada y observó los castaños ojos de su amiga.
-Lo sé... Pero aquel día casi lo pierdo todo, mi casa, mi familia, a ti.
Esto último fue un susurro por parte de la chica.
-Pero has ganado muchas cosas desde entonces y tienes que luchar por mantenerlas. Para poder ganar otras, dejar de huir.
Sin saber muy bien por qué, Deborah también susurró.
Ambas se quedaron así unos segundos más, mirando los ojos de la otra, sintiendo la calma llegar a ellas.
No fue hasta que bajó la mirada a los labios de su amiga hasta que Deborah se percató de lo cerca que estaban.
Carraspeó incómoda y ambas se separaron apresuradamente.
Ninguna dijo nada y buscando huir de la incomodidad de la situación, Deborah caminó hasta los lienzos y cuadernos de dibujo de Jade, analizando estos.
Acarició un lienzo que tapaba un polvoriento baúl.
En aquel lienzo estaban pintadas varias figuras. Deborah reconoció las se Jade y Abby, pero el resto eran desconocidas.
Un chico alto y de gran tamaño con un cabello verde brillante sonreía junto a otra chica menuda y con ropas negras que bebía una copa.
-Son el resto de camareros del club. Son todos muggles y me han ayudado a adaptarme a... Todo esto.
Jade se agachó a mirar el cuadro junto a ella.
Deborah asintió y acarició el baúl que había debajo del lienzo.
-Y ese es mi baúl de Hogwarts, lo único que me queda de mi vida anterior.
Ambas chicas se incorporaron.
-Yo... Dame una dirección y estaré allí. Me uniré a la maldita orden.
Deborah le dedicó una pequeña sonrisa y le extendió un papel con la dirección.
-Una vez estés en la calle, memoriza la dirección, quema el papel y dila en voz alta. Nos vemos allí mañana a las 16.
Jade asintió tomando el papel y acompañó a su amiga a la puerta.
Deborah salió del piso dispuesta a irse, pero se detuvo durante unos segundos y acabó girándose hacia la chica.
-Me alegro de que vayas a luchar, siempre supe que no eras una cobarde.... Robin.
Jade soltó una pequeña risa ante el nombre falso.
-Nos vemos mañana Potter.
¡Holaaa!
Lo primero es lo primero. ¡Tenemos nueva portada! Hecha por esta maravillosa persona Stars_jxdn
Tiene mucho talento así que darle mucho amor jajajj.
¡Estoy de vuelta! Pero aún sigo de exámenes así que seguiré tardando un poco.
Ahora sí. ¡Reencuentro de Debs y Jade!
¿Os ha gustado?
¿Qué os parece todo lo que ha estado haciendo Jade y su vida como “muggle”?
¿Parte favorita?
Nos vemos!
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