~LXXI~
Dos semanas habían pasado desde que Harry volvió de Hogwarts.
El tiempo que pasaba en la casa de sus tíos normalmente era un infierno, pero la situación en la que se encontraba lo hacía aún peor.
Seguía sin saber nada de Sirius o Deborah desde lo que le dijo Dumbledore.
No salía prácticamente de su habitación, pues la culpa le estaba comiendo vivo.
Sentía que era todo su culpa, sino se hubiese dejado engañar por Voldemort ahora Deborah y Sirius estarían perfectamente.
Se pasaba las tardes observando el álbum de fotos que Hagrid le regaló en su primer año.
Le encantaba ver las fotos de sus padres junto a Sirius y Remus, pero había una que era su favorita.
En ella él estaba en los brazos de su padre, quien sonreía a cámara, mientras que una pequeña Deborah intentaba atrapar los destellos que salían de la varita de su madre.
Aquella imagen le llevaba a fantasear con la familia que pudo haber tenido.
También llevaba todo ese tiempo pensando en Draco.
Había estado leyendo el profeta y sabía que su padre había entrado en Azkaban.
Si el rubio no le odiaba antes seguro que ahora lo hacía.
Escuchó como llamaban al timbre de su casa pero no le dio importancia, asumiendo que serían los amigos de Dudley.
La voz de su tía hablando con otra persona llegó a sus oídos, aunque no pudo reconocer la segunda voz, pues hablaban en un tono muy bajo.
Decidió ignorar aquello y volver a mirar la foto con añoranza, por lo que no se percató de los pasos que se dirigían a su habitación.
La puerta de esta fue abierta causando que el chico se sobresaltara.
Deborah estaba allí, a unos pasos de él.
Se levantó rápidamente de la cama y la miró aún sorprendido.
-¿Estás bien?
La chica se limitó a asentir.
-Mejor que hace un par de días.
Harry sintió sus rodillas temblar al escuchar su voz y con pasos torpes se acercó hacia ella, envolviendo su cintura con sus brazos y apoyando su cabeza en el hombro de la chica en un abrazo.
-Lo siento Deborah, lo siento.
La nombrada abrió los ojos con sorpresa ante la muestra de afecto y dio unas pequeñas palmaditas en su cabeza.
-Harry nada de esto es tu culpa, si Bellatrix hubiera querido hacernos algo lo hubiera acabado haciendo.
El chico asintió y dándose cuenta de la posición en la que se encontraba, se separó rápidamente de ella, sintiéndose incómodo.
-Lo siento.
La chica negó con la cabeza y se sentó en su cama.
-No pasa nada, he recibido más abrazos en estos últimos días que en toda mi vida.
Harry se acomodó a su lado.
-¿Cuántos han sido?
Su hermana observaba distraída la habitación del chico.
-Tres o cuatro.
Se limitó a responder, agarrando el álbum de fotos que Harry había estado mirando apenas unos segundos antes.
-Eso es triste.
Declaró el chico ante las palabras de su hermana.
La chica alzó una ceja.
-No me digas que nuestros queridos tíos te abrazan todos los días.
Harry negó con la cabeza.
-No, pero Hermione me abraza bastante igual que la señora Weasley, Sirius....
Bajó la mirada al nombrar a este último.
Deborah suspiró y apoyó una mano en su hombro.
-Él está bien. Estoy segura de que despertará en cualquier momento.
Tras decir aquello Deborah agarró la foto que Harry había estado mirando.
-Recuerdo días como aquellos. Solías ir por toda la casa subido en tu escoba de juguete persiguiendo al gato.
El chico soltó una pequeña risa.
-¿Teníamos gato?
Su hermana asintió aún mirando la fotografía.
-Sí. Me pregunto que fue de él.
Las horas pasaron y los hermanos Potter siguieron charlando, hasta que comenzó a anochecer.
Deborah se levantó de la cama de su hermano.
-Yo me tengo que ir ya, te llevaría conmigo, pero Dumbledore dice que no es seguro y aún no hemos conseguido convencerle de que eso es una tontería.
Harry miró sorprendido a la chica.
-¿Hemos? ¿Hay más gente intentando convencerle?
Su hermana asintió.
-Pasarás el final de las vacaciones con los Weasley, supongo que él te vendrá a buscar.
Dicho esto sacó su varita y desapareció de allí, dejando a Harry con una sonrisa.
No se habían olvidado de él.
***
Cuando Deborah volvió a la mansión Black se encontró con un ambiente tenso.
Remus tenía la cabeza gacha mientras que una enfadada Tonks le fulminaba con la mirada.
La morena se acercó silenciosamente a Elisa y a Edmund, quienes habían vuelto no hace mucho de una misión.
La rubia miraba la escena con el ceño fruncido mientras que Ed sonreía levemente.
Al notar su presencia Edmund acarició el brazo de su amiga con cariño, volviendo su atención rápidamente a la escena.
-¿Te vas a ir? Sirius podría despertar en cualquier momento.
Deborah miró preocupada a su prima al ver cómo su cabello se volvía marrón.
-Si no ha despertado aún no creo que lo haga pronto Tonks.
Respondió Lupin en un tono neutro.
-No puedes perder la esperanza tan rápido.
El hombre no contestó a las acusaciones de la chica y se dispuso a irse.
-¡¿Tampoco me vas a contestar a mi otra pregunta?!
Lupin suspiró y negó con la cabeza.
-No puede ser Tonks, lo siento.
Y dicho esto se marchó.
Tonks dio una patada al suelo y entró rápidamente a la cocina, golpeándose con la pared en el proceso.
-Vale, ¿qué acaba de ocurrir?
Preguntó Deborah a Elisa y Edmund.
La rubia rodó los ojos.
-Que Lupin se va de misión otra vez, pero ahora él le ha pedido a Dumbledore una lejos de aquí.
Edmund asintió.
-Cuando Tonks se enteró comenzó a regañarle por abandonar a Sirius y en algún momento de esa pelea le declaró sus sentimientos, pero como acabas de ver Remus no ha reaccionado bien.
Deborah asintió abrumada ante toda aquella información y se giró hacia Elisa.
-¿Tú estás bien? Solías estar con Tonks.
La chica se encogió de hombros indiferente.
-Lo nuestro fue hace ya mucho Debbie, solo espero que Lupin no juegue con ella.
La morena asintió y se adentró a la cocina en busca de su prima.
La encontró sentada a la mesa de esta, junto con Regulus quien escuchaba sus quejas mientras que le ofrecía un chocolate caliente.
-¡Es un cobarde!
Dijo la chica para beber de la taza que su tío le había ofrecido.
-Siempre lo ha sido.
Dijo el hombre sentándose junto a ella.
Deborah imitó sus acciones y se sentó.
-Entiendo que todo el asunto del hombre lobo le haga ser desconfiado, pero no puede apartar a todo el mundo que se preocupa por él.
La morena asintió ante lo dicho por su prima.
Regulus suspiró.
-¿No podías haberte enamorado de alguien con menos problemas?
La joven negó con la cabeza y Deborah acarició su brazo cuando sus ojos se cristalizaron.
-Todo saldrá bien, de una manera o de otra.
Dijo la morena.
Regulus se levantó cuando Krecher apareció en la cocina.
-Tonks, ¿te quedas a cenar?
La chica asintió apoyando su cabeza en el hombro de Deborah.
El hombre asintió y se marchó junto al elfo.
Una vez solas, Deborah acarició el cabello de su prima.
-No sabía que te gustaban mayores.
Tonks soltó una carcajada ante la broma de la chica.
-Eres mi prima favorita.
Debroah negó con la cabeza.
-Técnicamente soy la única.
¡Hola!
Voy a avisar de que estas semanas estoy muy ocupada con exámenes y no sé cuanto voy a poder actualizar jajajj.
Reencuentro de Harry y Deborah!!!
¿Qué os ha parecido?
¿Parte favorita?
Os leo!
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