Todo ocurrió muy rápido, de un momento a otro una gran explosión se escuchó y todos echaron a correr.

Deborah imitó a sus compañeros y corrió, sintiéndose angustiada por la cantidad de gente que había a su alrededor.

Salió de la sala y miró hacia los lados, buscando una cara conocida.

Sintió como su brazo era agarrado y tiraban de ella hacia un lugar oscuro.

Alzó la cabeza y observó que George era quien la había metido en aquel pequeño sitio.

-¿Estás bien Debs?

La chica asintió ante lo dicho por Lucy, quien junto a Neville también se escondía allí.

Aunque por mucho que fingiera no se encontraba bien, odiaba los espacios cerrados.

-¿Dónde estamos?

Susurró la chica, escuchando los pasos de Filch y su gata.

-En uno de los pasadizos secretos de Hogwarts.

Contestó George con una pequeña sonrisa.

Deborah se removió incómoda en su sitio.

-Tenemos que ir a nuestras salas comunes y quedarnos allí, así no podrán acusarnos.

Lucy asintió y tras esperar a que el pasillo estuviera despejado salieron de allí.

Deborah tomó aire aliviada y miró a Lucy.

-Te acompaño a tu sala común, vamos.

La chica asintió y se despidió de Neville con un beso en la mejilla antes de seguir a la mayor.

-¿Crees que habrán pillado a muchos?

Deborah se negó con la cabeza.

-Espero que no a muchos.

Pero ambas se detuvieron al encontrarse de frente a Draco Malfoy.

El rubio era miembro de la brigada inquisitorial y había ido junto a Umbridge para detener a la gente del E.D, pero cuando las vio se quedó paralizado.

Bufó frustrado y se acercó a las chicas a paso rápido.

-Deberíais tener más cuidado si vais a huir, alguien podría veros.

Lucy abrió los ojos con sorpresa. Si bien era cierto que Draco llevaba bastante tiempo sin molestarla y que Harry había dicho que no era tan malo, no se esperaba esa amabilidad.

-¿No nos vas a llevar con Umbridge?

Draco rodó los ojos.

-No, y más te vale acompañarme antes de que cambie de opinión.

La Hufflepuff asintió aún sorprendida y ambas chicas siguieron al rubio hasta la sala común de los tejones.

-Gracias Malfoy.

Dijo Lucy con una amable sonrisa antes de entrar en su sala.

El rubio ignoró la amabilidad de la chica y miró a Deborah.

-Vamos Potter.

Ambos caminaron en silencio unos segundos, hasta que Deborah no pudo aguantar su intriga.

-¿Por qué nos has ayudado Malfoy?

Draco ignoró la pregunta de la chica.

-¿Sabes si tu hermano está bien Potter? No hablo con él desde que se acabó nuestro castigo.

Deborah alzó una ceja.

-No sabía que erais amigos.

El rubio se sobresaltó y negó con la cabeza varias veces.

-No lo somos, yo solo.... ¿No puedes simplemente contestar?

Ambos se detuvieron frente a la puerta de la sala común.

-No hablo mucho con él, pero está enfadado, lo noto.

Draco bajó la cabeza.

-¿Tú sabes por qué puede estar enfadado?

Preguntó la morena.

El rubio miró a los lados asegurándose de que no hubiera nadie a su alrededor.

-No lo has escuchado por mi, pero creo que sé algo. Potter y yo acabamos hablando bastante en nuestros castigos, me contó que tenía visiones relacionadas con Quien no debe ser nombrado, además de que se sentía desplazado de el resto de sus amigos....

Hizo una pausa en la que tragó saliva.

-Nuestro último castigo juntos fue dos semanas después de las vacaciones de Navidad. Me contó que Snape le estaba dando clases de oclumancia, pero que solo le hacían sentir más débil. Luego tuvimos una pelea y no he vuelto a hablar con él.

Deborah hizo silencio, decidiendo que hablaría con Snape y con su hermano en cuanto tuviera la oportunidad.

También sentía una gran curiosidad sobre el motivo de la pelea entre Harry y Draco, pero decidió no preguntar.

-Gracias Malfoy, hablaré con mi hermano.

El rubio asintió y esbozó una pequeña sonrisa.

-No has de qué Potter, solo no me menciones cuando hables con él.

La chica asintió y se adentró a la sala común de Slytherin.

***

Una semana después de que Umbridge hubiera descubierto al E.D las cosas se habían salido de control.

El director Dumbledore se había ido del colegio y más de la mitad de alumnos se paseaban por ahí con cicatrices en sus manos.

También había aumentado el número de rebeldes que rompían las reglas del sapo rosa, por lo que el ambiente en Hogwarts siempre era tenso.

Harry salió furioso de su clase de DCAO y corrió ignorando las voces de sus amigos.

Se puso las manos en la cabeza y dejó que una lágrima de frustración surcara su mejilla.

Odiaba a esa mujer que estaba haciendo su vida imposible, las visiones no estaban mejorando, Dumbledore se había ido y para colmo hoy tenía clase de oclumancia con Snape.

Luego recordó a Draco y cerró los ojos aún más frustrado.

Durante aquel año había sentido que el rubio era la única persona con la que podía ser sincero sin que le mirara como si estuviera loco, le encantaba pasar tiempo con él.

Pero nada más volver de las vacaciones de Navidad el rubio le había dicho que no podían volver a verse y Harry aún intentaba averiguar el por qué.

Tan metido estaba en sus propios pensamientos que no se dio cuenta que alguien se sentaba a su lado.

-Este no es el mejor lugar para llorar, alguien podría verte.

Harry alzó la cabeza para encontrarse con su hermana, quien le ofrecía un pañuelo.

-Sé que todo esto apesta Harry, pero no tienes que pasar esto solo.

El moreno tomó el pañuelo que la chica le extendía, sintiendo esa sensación de protección que aparecía cuando su hermana estaba junto a él.

-Todos piensan que estoy loco o que soy un mentiroso.

Deborah negó con la cabeza.

-Puede que te parezca mentira, pero todo Slytherin sabe que Voldemort ha vuelto. Este no está siendo un año fácil para nadie, pero la única forma de superarlo es mantenerse unido a la gente que quieres.

La chica observó como su hermano asentía.

-Por cierto, hoy iré contigo a tu clase de oclumancia, no me fio de Snape.

Harry soltó una pequeña risa ante el tono enfadado de la chica.

-A ti tampoco te cae bien.

***

La noche llegó y ambos hermanos Potter entraron al aula de Snape.

Al ver a la mayor el hombre puso una mueca de desagrado, la cual Deborah ignoró para sentarse en una de las mesas.

La clase comenzó y Snape se metió en la mente de Harry.

Deborah frunció el ceño al ver cómo el hombre se burlaba de su hermano y estuvo a punto de intervenir, pero Harry fue más rápido.

De un momento a otro era Harry quien entró en la mente del profesor.

Cuando el chico salió miró Snape se acercó a él con la varita en alto.

-¡Eres un cerdo bueno para nada como el idiota de tu padre!

Harry le miró asustado, algo aturdido por lo que acababa de ver, pero Deborah se metió en medio apuntando a Snape con su varita.

-Mi padre pudo cometer muchos errores en el pasado, pero él era un gran hombre, maduró y se sacrificó por su familia. Usted por otro lado solo es un hombre de 35 años que aún no supera que la chica que le gustaba en Hogwarts no le correspondiera porque era un racista, así que decide pagarlo con sus alumnos, convirtiéndose en lo que tanto odiaba de mi padre.

Snape miró a la chica sorprendido, no comprendiendo de dónde había sacado tanta información.

-Me he criado con Regulus y también sé que usted fue un mortífago y un defensor de Voldemort, así que no se haga el perfecto conmigo. La próxima vez que le levante la varita a mi hermano tendremos un problema y Harry cambiará de profesor de oclumancia.

Dicho esto tomó a su hermano del brazo y le sacó del aula de pociones.

Harry aún seguía sorprendido cuando salió al pasillo junto a su hermana.

-Te acompañaré a tu sala común.

Susurró Deborah.

La chica se sentía agotada después de todo lo que le había dicho a Snape.

Se sentía agotada en general de ver cómo poco a poco su vida y la de sus seres queridos se iba a la mierda sin poder hacer nada para evitarlo.

Tras unos minutos de paseo en total silencio, Harry se atrevió a preguntar esa duda que le carcomía.

-Deborah... ¿Papá era una mala persona?

La chica suspiró agotada y le obligó a detenerse.

-Nadie es perfecto y nuestro padre tampoco era la excepción. Si bien nada justifica todo lo que le hizo a Snape, no creo que él fuera una mala persona. Hizo cosas muy buenas por sus amigos, creció y se dio cuenta de sus errores y se unió a la orden para ayudar a todos, además de que nos protegió a todos aquella noche...

La voz de la chica se apagó ante esa última frase.

Intentaba pensar en esa noche lo menos posible, odiaba pensar en esa noche.

Harry asintió, notando la tristeza que invadía a su hermana.

-¿Tú la recuerdas? ¿Aquella noche?

Deborah asintió, mirando al suelo.

-Desearía poder olvidarla, buenas noches Harry.

Y dicho esto se fue.

Harry quiso detenerla y asegurarle que todo iría bien, que él la protegería, darle un abrazo.

Pero se quedó ahí plantado como un estúpido y un cobarde.

¡Hola!

La cosa se va poniendo intensaaaa.

No voy a decir que ocurre en el siguiente cap pero se viene.

¿Qué os ha parecido?

¿Parte preferida?

¿Qué creéis que es lo que ha ocurrido entre Draco y Harry?

Nos vemos!