Deborah, Jade y Corvus se encontraban sentados en un árbol alejado del castillo.

Jade estaba tumbada en una rama, fumando como le era costumbre. Corvus y Deborah se encontraban a los pies del árbol ambos mirando al castillo con nerviosismo.

Unas semanas habían pasado desde que Ed fue castigado por Umbridge y el chico no se había quitado la falda.

Aquel día sus tres amigos esperaban a que saliera de su castigo.

Un silencio rondaba entre ellos, dadas las personalidades de Debs y Corvus, normalmente Jade sería la encargada de hablar, pero la chica estaba muy ocupada observando las ramas del árbol con un aire melancólico.

Corvus se puso de pie al ver cómo Ed se acercaba a ellos.

-¿Estás bien?

Se apresuró a preguntar cuando le tuvo cerca.

Ed asintió con la cabeza mientras que tomaba la pomada que Deborah le ofrecía y comenzaba a ponérsela en la herida.

-Esa cabrona ha decidido ir más fuerte que otros días, pero yo no me quito la falda.

Corvus besó la frente de su novio, pero la risa irónica de Jade hizo que todos se giraran hacia ella.

-¿Por qué no sólo te rindes? Llevar falda, no llevarla.... Eso no importa, finge y luego a escondidas haz lo que te de la gana, ¿qué más da?

Deborah negó con la cabeza mientras que Ed fruncía el ceño.

-Importa Jade, importa porque no debería tener que  esconderme para poder ser yo mismo.

La morena rodó los ojos.

-Ríndete Ed, este mundo no es bueno para las personas como nosotros.

Dijo esta vez mirando al chico a los ojos.

-No pienso hacerlo, esa mujer puede torturarme todo lo que le de la gana, pero no voy a rendirme.

Jade volvió a soltar una carcajada.

-Ese es un buen discurso. ¿Tú que opinas Corvus? Deberíamos decir la verdad siempre, no escondernos.

El del cabello rizado miró a la chica temeroso de que dijera algo.

-Jade, para.

Dijo Deborah, intuyendo que algo no iba bien.

-¿De verdad piensas que engañas a alguien con ésto? Eres un sangre pura, tu misión en la vida es casarte con una mujer y tener hijos y no hay nada que puedas.... Que podamos hacer para salir de esto.

Corvus negó con la cabeza mirando al suelo.

-Vete a la mierda Avery.

Dicho esto se marchó de allí, siendo seguido por un Edmund preocupado.

Deborah se acercó en silencio a Jade, sentándose junto a ella.

Observó cómo un par de lágrimas caían por sus mejillas y ponía sus manos en su cabeza frustrada.

-Joder, ¿la he cagado verdad?

Deborah asintió con la cabeza.

-Siempre hay una opción, por muy complicado que sea, la hay.

Jade miró a la chica junto a ella con detenimiento.

-No todos somos lo suficientemente valientes como para escoger la difícil. Pero no debería haberlo pagado con ellos, desearía ser igual de valiente que Ed.

La chica a su lado asintió de acuerdo, Edmund era una de las personas más valientes que conocía.

-A mi también me gustaría serlo.

***

Ed y Deborah caminaban juntos tras acabar sus clases el viernes.

Ambos estaban exhaustos y sin demasiadas ganas de hacer nada.

-¡Ed, Debs. Esperad!

Los amigos se giraron ante el llamado de Lucy.

La chica junto a Hermione corrieron hasta estar frente a ellos.

La Gryffindor miró hacia todos los lados asegurándose de que no hubiera nadie alrededor, para luego susurrar.

-Este sábado en cabeza de puerco tendrá lugar una reunión para aquellos que no nos conformamos con las clases de Umbridge. Estáis invitados, pero no podéis decírselo a nadie.

Los Slytherins intercambiaron miradas antes de asentir.

-Allí estaremos.

Contestó el chico antes de seguir con su camino.

-¿Has hablado con Corvus?

Preguntó Deborah preocupada, no había visto a su amigo desde la discusión con Jade.

Ed negó con la cabeza.

-Cuando paró de huir de mi se negó a hablar conmigo del tema y terminó por irse. Lo peor es que ya es otra vez el mejor amigo de Jade, como sino hubiera pasado nada.

Deborah apoyó una mano en el hombro de su amigo.

-Me está ocultando cosas Debs, y honestamente no sé si quiero averiguarlo.

***

Aquel fin de semana Ed y Deborah caminaron hasta Cabeza de Puerco.

Al entrar al local los primeros en notar su presencia fueron los gemelos, quienes se acercaron con sonrisas.

-Pero mira quienes son, nuestros Slytherins favoritos Gred.

El nombrado sonrió e hizo espacio para que se sentaran junto a ellos.

-Ya lo veo Feorge, ésta reunión está apunto de ponerse más interesante.

Deborah rodó los ojos divertida sentándose junto a Fred y esperando a que la reunión diera comienzo.

Ambos Slytherins notaron la penetrante mirada de un par de estudiantes sobre ellos, pero decidieron ignorarlo.

Cuando el trío dorado entró por la puerta Harry miró con sorpresa la cantidad de gente que había.

La reunión dio comienzo, pero tomó un giro molesto cuando un Hufflepuff comenzó a hacer preguntas estúpidas.

-¿Y por qué deberíamos creerte? ¿Qué nos asegura que quién no debe ser nombrado ha vuelto?

Deborah rodó los ojos.

-A nadie le importa si crees a mi hermano o no. No eres especial así que si quieres irte vete.

Ron, quien llevaba ya un rato discutiendo con el chico, sonrió en dirección a ella.

Los gemelos por su parte estallaron en carcajadas.

-¿Y tú quién eres para hablar? Tú y tu amiguito solo sois unos Slytherins, nos traicionaréis en cuanto tengáis oportunidad. No os quieren ni en vuestra casa, sois el gay y el monstruo que le acompaña.

A pesar de que Ed y Deborah no se molestaron por el comentario, varias personas en la sala lo hicieron.

-¿Quieres irte con un regalito extra idiota?

Dijo Fred sacando la varita.

George siguió a su hermano, intercambiando una mirada divertida con Ed ante la reacción de su gemelo.

El chico de Hufflepuff sacó su varita al sentirse amenazado.

-¡Basta ya!

El grito de Harry detuvo lo que prometía ser una interesante pelea.

-Si venís aquí a que os cuente lo ocurrido el año pasado podéis iros porque eso no ocurrirá. Lo único importante ahora es que Voldemort ha vuelto y necesitamos defendernos.

Tras sus palabras la sala se llenó de asentimientos e incluso el molesto Hufflepuff estuvo de acuerdo.

-Y que sea la última vez que alguien insulta a mi hermana o a Edmund. Esto no se trata de la casa en la que estamos, todos tenemos un objetivo común.

Una vez dicho eso la reunión se dio por terminada y todo el mundo se acercó a firmar el pergamino de Hermione.

Deborah y Ed se colocaron últimos en la fila.

Cuando llegaron a firmar el papel Hermione les miró preocupada.

-¿Estáis bien chicos? No os invité para que os insultaran.

Deborah negó con la cabeza quitándole importancia mientras firmaba el papel.

-No es ni de lejos lo peor que me han llamado, aunque le daría puntos por originalidad.

Ron sonrió divertido ante su comentario mientras que Ed negaba con la cabeza.

-Pues a mí me ha ofendido. ¿Por qué siempre me llaman gay? Soy bi, podría robarle a su novia imaginaria si quisiera.

Deborah negó con la cabeza divertida.

-¿Qué es bi?

Preguntó el pelirrojo confuso.

-¿A los sangre pura no os enseñan nada? Una persona bisexual es alguien que se siente atraído por su género y otros. Por cierto, ¿sabéis dónde se ha metido mi hermana?

Harry miró sus manos pensativo mientras que Ed salía del bar junto a Deborah a toda prisa tras enterarse de que su hermana estaba con Neville.

Lo cierto es que el término bisexual le ayudaba a comprender mejor lo que le estaba ocurriendo.

Siempre tuvo claro que le gustaban las chicas, pero desde el curso anterior notó que se sentía atraído hacia Cedric. En aquel momento descartó el tema pensando que era admiración, pero últimamente había una persona que no salía de su cabeza y no era Cho precisamente.

¡Hola!

Siento haber tardado en actualizar, he tenido un bloqueo escribiendo este capítulo.

Aún no me termina de gustar, pero quería actualizar ya.

¿Os ha gustado?

¿Cuál ha sido vuestra parte favorita?

¿Qué opináis del comportamiento de Jade?

Nos vemos!