~LV~
Harry caminaba enfadado con una molesta Hermione y Lucy detrás.
-¡Harry, vuelve aquí!
El moreno quiso seguir huyendo de su amiga, pero se chocó con alguien.
Se balanceó y cerró los ojos, listo para la caída, pero una mano agarró su brazo y le estabilizó.
Abrió los ojos y se sorprendió al ver que quien le había agarrado era Edmund Pevensie, quien le dedicó una pequeña sonrisa mientras que Deborah se colocaba a su lado.
Harry estuvo apunto de agradecer cuando se dio cuenta de que el moreno no le soltaba el brazo.
-Si no te retuerces será mejor.
Dijo el chico.
Al ver cómo su hermana llevaba su mano hacia la suya y comenzaba a subir su manga se movió bruscamente intentando huir, pero Ed tenía más fuerza de la que parecía.
Hermione y Lucy, quienes ya les habían alcanzado, miraban la escena temerosas de la reacción de ambos hermanos Potter.
Deborah quitó la venda que cubría la mano de su hermano y se quedó paralizada.
No debo decir mentiras.
Harry pudo soltarse del agarre del chico pues este también se sorprendió.
-¿Tú sabías esto Lu? ¿Por qué no nos dijiste nada?
Reprimió el mayor de los Pevensie.
La mencionada bajó su cabeza avergonzada.
-Harry me dijo que no se lo dijera a nadie, yo solo...
El nombrado se colocó delante de su amiga, desafiando a Ed con la mirada.
-Ella no ha hecho nada malo. Esto no es vuestro problema.
Ed rodó los ojos, nada intimidado por el berrinche del chico.
-¿Ha sido Umbridge? ¿Te ha hecho esto en los castigos?
La voz de Deborah salió en un tono bajo y tenso.
Ed se acercó a su amiga, preocupado.
-Sí y no puedes contárselo a nadie.
Respondió Harry intentando aún sonar intimidante.
-No te preocupes por eso.
Dijo la chica antes de darse la vuelta e irse a paso rápido.
Ed miró el lugar por el que se fue su amiga y a Harry alternamente durante unos segundos para luego suspirar y mirar al chico.
-Apartar a la gente cuando te sientes mal no es la solución Harry, eso solo lo empeora.
Lucy agarró la mano de su hermano cuando vio que este se iba.
-¿Te quedas? Me prometiste que me ayudarías con transformaciones.
Su hermano bufó.
-Pero quiero ver lo que va a hacer Debs.
Protestó como un niño pequeño.
-¿Crees que va a hacer algo?
Ed soltó una carcajada ante el comentario de Hermione.
-¿Qué si creo que va a hacer algo? Somos Slytherin Hermione, llevamos la venganza en la sangre.
***
En otro lado del castillo, los gemelos se encontraban vendiendo sus productos a escondidas.
-Aquí tienes Niguel, este es de prueba así que cuéntanos si te encuentras mal luego.
El niño de primero asintió y se fue de allí entusiasmado.
Fred y George chocaron los puños en celebración cuando un carraspeo se escuchó tras ellos.
Ambos se giraron para ver a Deborah Potter, quien no parecía muy contenta.
-Iba a preguntaros si aún seguíais con las fases de prueba, pero veo que se contesta solo.
Fred alzó una ceja extrañado de que fuera ella a hablar con ellos.
Aunque no se quejaba, había extrañado a la chica.
Deborah por su parte se cruzó de brazos.
-Tengo un trato que ofreceros. Se trata sobre venganza.
George agarró a su hermano del hombro, con la intención de ponerse de acuerdo en que harían, pero Fred parecía tenerlo claro.
-Te escuchamos Potter.
La chica asintió.
-Hay alguien a quien quiero dar una lección. Yo necesito armas y vosotros probar vuestros productos.
George sonrió , más interesado que antes.
-Sigue hablando Potter.
Fred asintió de acuerdo con su hermano.
-Necesito que me deis el producto más inestable que tengáis, no me importa si es peligroso para esa persona, no es ningún alumno. Vosotros veis las consecuencias que tiene probarlo en un humano y yo hago justicia.
Los gemelos intercambiaron miradas divertidos.
-¿Y quién será el pobre que sufra tu venganza?
Deborah negó con la cabeza.
-Lo averiguareis en la cena.
Fred asintió antes de ponerse a rebuscar en su maletín.
De este sacó una pequeña bolsita con unos polvos morados.
-Esto es lo más nuevo que tenemos, no está aún en formato masticable así que tendrás que ponerlo en la bebida de la persona.
Deborah tomó la bolsa.
-Gracias Weasley. Ahora sí me disculpais, tengo una conversación pendiente.
Los gemelos observaron como la chica se iba a paso rápido.
George golpeó el hombro de Fred, quien se había quedado atontado mirando a la chica.
-¿No te parece que está preciosa cuando planea algo malo?
Su gemelo soltó una carcajada, divertido por el enamoramiento de su hermano.
-Vamos romántico, nosotros tenemos que seguir con las pruebas.
***
Deborah tocó la puerta del despacho de Umbridge.
-Adelante.
Al escuchar la estridente voz de la mujer sintió aún más furia, pero se contuvo.
Obedeció y observó complacida como la mujer se alteraba al verla allí.
-Señorita Potter, que sorpresa. Tome asiento, ¿le apetece un té?
La morena se sentó.
-Sólo si usted me acompaña.
El sapo rosa soltó una risita y sacó dos tazas en las que comenzó a servirlo.
-Y dígame señorita Potter, ¿a qué se debe su visita?
Deborah aprovechó qué la mujer se distrajo buscando azúcar y echó los polvos en su té.
-Verá profesora. El otro día estaba con mi hermano dando una vuelta cuando me di cuenta de que su manos estaba sangrando, le quité la venda que llevaba y me di cuenta de que tenía una herida en la que ponía que no debía decir mentiras. ¿No sabrá usted algo de esto?
La mujer tosió y bebió de su té nerviosa.
-No comprendo por qué yo debería saber algo de eso, seguramente haya sido alguna broma entre compañeros.
Deborah apretó los puños y contó hasta diez en su mente.
-Es que la herida no estaba hecha con magia normal, era magia oscura y de más está decir que en este colegio no se practica eso.
El sapo frunció el ceño, notando esta vez el tono acusador en las palabras de la chica.
-¿Y por qué viene a preguntarme esto a mi y no al director?
Deborah se inclinó hacia ella desafiante.
-Pues porque cuando lo vi me pregunté, ¿quién sería tan perra como para hacerle eso a un chico de quince años cuando se encuentra vulnerable? Y la única en mi mente fue usted.
Umbridge abrió la boca ofendida.
-Escúcheme bien señorita Potter, más le vale disculparse ahora mismo. No toleraré este tipo de comportamiento.
Deborah negó con la cabeza.
-No, escúcheme usted a mi. Quizás haya ido a por mi hermano pensando que como no tiene padres no tendrá que enfrentarse a nadie, pero se equivoca, no volverá usted a tocar a mi hermano. Me importa una mierda si es usted profesora o el puto ministro.
Umbridge sonrió.
-¿Y qué hará una niña como tú? Para empezar no tienes pruebas de lo que dices y para continuar no tienes a nadie que he apoye huérfana.
Ante lo último dicho, Deborah no pudo evitar recordar todas las burlas de sus primeros años en Hogwarts, pero se recompuso rápido.
-Puede que tengas razón en eso, puede que no tenga pruebas y que nadie me crea si lo digo, pero créame que puedo hacerle la vida imposible.
Umbridge soltó una pequeña risa y sacó un papel de debajo del escritorio.
-Vaya a entregarle esto al profesor Snape, está castigada. Ya que parece estar tan preocupada por su hermano, vendrá con él.
Deborah tomó el papel brusacamente para salir de allí.
Mientras iba al despacho de Snape, celebraba su victoria, pues había conseguido que el sapo rosa se tomara todo el té.
***
A la hora de la cena Deborah comía tranquilamente mientras que Ed a su lado la regañaba.
-¿Tú forma de solucionar las cosas es hacer que te castiguen a ti también? Debs....
Pero no pudo seguir, ya que un agudo grito llegó desde la mesa de los profesores.
Umbridge estaba teñida de color morado y un montón de plumas comenzaron a salir por todo su cuerpo.
Mientras todos los alumnos se reían escandalosamente, Deborah miró burlona a su amigo.
-¿Qué decías?
Ed sonreía divertido.
-Qué nunca volveré a dudar de ti amiga.
Mientras tanto, desde la mesa de Gryffindor, Harry observaba sorprendido a la profesora.
Buscando respuestas miró hacia su hermana y vio como guiñaba un ojo a alguien de su mesa.
Siguió su mirada y pudo ver como los gemelos correspondían el gesto.
Harry bajó la mirada con una sonrisa sintiendo un calor en su pecho.
No estaba solo, su hermana cuidaba de él.
Cuando la cena acabó, después de que Umbridge fuera llevada a enfermería bajo las risas de los estudiantes, Harry decidió acercarse a su hermana para agradecerle.
Pero se sorprendió al ver como esta hablaba con Draco.
-Gracias por darme la pista Malfoy.
El rubio sonrió y asintió.
Cuando Deborah se hubo ido, Harry se acercó al rubio.
-¿Así que se lo contaste tú?
Draco se giró hacia él y se encogió de hombros.
-No sé de qué me estás hablando, te prometí no hacerlo. Simplemente sugerí que debería mirarte la mano.
Y dicho esto el Slytherin se fue, dejando a Harry con una tonta sonrisa.
¡Hola!
Nuevo capítulo en un horario un poco raro, pero es cuando tengo tiempo jajaj.
¿Parte favorita?
¿Os ha gustado la venganza?
Nos vemos!
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