~LIV~
Harry salió del despacho de Umbridge sintiéndose mareado.
Su mano sangraba a horrores y él intentaba detenerlo apretándola, lo que causaba más dolor.
Cerró los ojos con cansancio y se dispuso a andar hacia el aula abandonada donde tenía sus castigos con Draco.
Al principio fue inaguantable y no paraban de discutir, pero ahora que un par de semanas habían pasado fueron capaces de tener conversaciones normales, incluso se habían reído juntos alguna que otra vez.
Por algún extraño motivo prefería ir al castigo que a la sala común.
Sabía que allí una Hermione preocupada le reprocharía por no contar a nadie los maltratos a los que le sometía Umbridge, además de tener que aguantar los murmullos y las intensas miradas de el resto de los alumnos.
Cuando entró al aula Draco ya estaba allí.
-Llegas tarde Potter, casi empiezo sin ti.
Pero el tono burlón del rubio se fue cuando vio como Harry se tambaleaba.
Caminó rápido hacia él y le sostuvo entre sus brazos.
-¿Qué diablos te ocurre Potter? ¿No será esto una excusa para poder tocarme?
Al ver que el chico tampoco respondió a su burla le ayudó a sentarse en una silla, una vez allí se fijó en su mano cubierta de sangre.
-¡¿Cómo mierdas te has hecho eso Potter?!
El rubio se apresuró a conjurar un aquamenti con el que paró el sangrado de la herida.
-Accio trapo.
Comenzó a limpiar la herida del chico bajo la atenta mirada de Harry.
Lo cierto es que este se había dado cuenta gracias a sus últimas conversaciones que Draco no era completamente el idiota que él creía. Pero en aquel momento, viendo como el rubio entrecerraba los ojos, concentrado en su herida, no pudo evitar encontrarle atractivo.
-No debo decir mentiras.... ¿Quién te ha hecho esto?
El tono de voz de Draco sonó preocupado y enfadado, a pesar de que la intención era ser indiferente.
Harry suspiró, no queriendo hablar del tema.
-Se te da bien esto de curar heridas.
Draco rodó los ojos ante su respuesta, claramente evasiva.
-Has perdido bastante sangre, tienes la tensión baja, ten.
Se sacó de su bolsillo una chocolatina, la cual Harry tomó y comenzó a comerse.
-¿Siempre llevas chocolate contigo?
El rubio se encogió de hombros y comenzó a vendar su herida con una tela desgastada.
-En nuestro tercer año, gracias a los dementores tu hermana tuvo muchas bajadas de tensión parecidas a la tuya, Corvus siempre llevaba chocolate por lo que pudiera pasar y yo decidí hacer lo mismo.
Harry cerró los ojos, pensando en lo terrible que debió ser ese año para su hermana.
-Tú y Deborah.... ¿Os conocéis mucho?
Draco arrastró una silla y se sentó junto a Harry.
-No mucho, ella es la mejor amiga de mi primo, así que hemos hablado alguna que otra vez... Pero digamos que no le gusta mucho cuando me burlo de ti frente a ella, es decir, soy tan ingenioso que la molesta.
El moreno junto a él soltó una pequeña risa y Draco sonrió ante aquello.
Un silencio se instaló tras aquello, en el cual Harry llegó a la conclusión de que podía desahogarse con Draco.
-Fue Umbridge, lo de la herida, es lo que hace en nuestros castigos.
El rubio le miró confundido.
-Me obliga a escribir esta frase con una pluma que me provoca estas heridas, normalmente no estoy tan débil después, pero hoy se ha pasado.
Draco apretó los puños reprimiendo la rabia contra el sapo rosa.
-Pero si no te encontrabas bien, ¿por qué no te fuiste a tu sala común? Sabes que por mucho que me queje no te delataría.
Harry se pasó una mano por su cabello, frustrado.
-No me gusta estar allí últimamente. Con todo esto de Voldemort, todo el mundo me mira como si fuera un bicho raro, incluso Ron y Hermione aunque no lo admitan. Toda esta mierda me hace sentir....
-¿Sólo?
Completó el rubio.
Harry asintió, sintiendo como un peso se iba de sus hombros al ver que no le juzgaba.
-Te entiendo, yo también me siento así a veces, creo que la mayoría de las personas de mi casa lo hacen.
El moreno no pudo evitar recordar como el sombrero casi le pone en Slytherin, pero no iba a sacar el tema.
-Encima Hermione sigue insistiendome en que tengo que contarle lo de Umbridge a Dumbledore, como si le fuera a importar.
Draco rodó los ojos al escuchar el nombre del viejo.
-Dumbledore no, pero estoy seguro de que la asociación de padres....
-¿De qué padres Draco? Porque te recuerdo que los míos están muertos, a nadie le importa.
Unos segundos de silencio le siguieron a aquello, en los que Draco parecía estar eligiendo bien sus siguientes palabras.
-Puede que tus padres no estén aquí, pero tu hermana sí y estoy más que seguro de que ella te ayudaría.
Harry bajó la mirada, era justo lo que le dijo Hermione.
-No quiero molestarla con cosas estúpidas, tendrá otros asuntos que atender.
Draco soltó una risa.
-Por favor Potter, conozco a tu hermana desde hace años y lo único que hace es estudiar, ignorar al mundo y preocuparse por ti.
Harry se levantó de su silla y negó.
-No, no quiero cargarla con problemas, sobre todo después de la última vez.
Ante la mueca de confusión de Draco, el moreno decidió continuar.
-La noche en la que Voldemort volvió yo estaba muy alterado, ella intentó tranquilizarme y yo.... Le dije unas cosas horribles, la hice llorar Draco, no puedo pedirle un favor después de eso.
Draco se recuperó rápido de su sorpresa ante la mención de Deborah llorando y se levantó de su asiento caminado hasta Harry.
-Tener peleas es normal entre hermanos, Corvus y yo nos amenazamos de muerte cinco veces a la semana, pero siempre acabamos arreglándolo. Habla con ella.
El elegido volvió a negar con la cabeza. No sabía ni como comenzar una conversación.
Draco, quien estaba algo molesto por su respuesta bufó.
-¿Y qué pretendes? ¿Estar así todas las noches hasta que te desangres?
Harry no respondió y Draco le agarró del brazo.
-Suficiente, ¿vienes conmigo a decírselo o lo hago yo?
El moreno se giró hacia el abrumptamente y le miró con el ceño fruncido.
-No le digas nada.
Dijo muy lentamente remarcando cada palabra.
Draco dio un paso atrás recuperado el espacio personal que Harry le había quitado.
-El castigo ha terminado Potter, no te preocupes no le mencionaré tu herida a tú hermana.
Y dicho aquello Draco salió rápidamente de allí.
Harry se quedó mirando la puerta unos segundos para luego gruñir y patear una de las mesas.
Genial, había estropeado aquello también.
***
Por otro lado, Deborah se encontraba en la sala común estudiando sus apuntes de pociones para el examen que Snape pretendía ponerles.
Draco entró furioso por la puerta y se quedó mirando a la chica decidiendo que hacer.
Finalmente lo mandó todo a la mierda y se acercó a ella.
-Potter, mírale la mano a tu hermano, está teniendo castigos con Umbridge.
Deborah miró confusa las escaleras por las que Draco había subido sin entender lo que el chico había querido decirle.
Pero a pesar de todo decidió que le haría caso, pues nada bueno podía estar ocurriendo si Umbridge estaba involucrada.
¡Hola!
Nuevo capítulo en el cual casi no aparece Deborah.
¿Qué os parece la nueva relación de Draco y Harry?
¿Qué opináis de cómo se siente el elegido?
¿Ganas de que Deborah le mire la mano a su hermano?
Nos vemos!
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