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~LI~

Tal y como dijo Molly el primer día que llegó, aquella casa necesitaba una limpieza.

Y tan pronto como se confirmó que Harry asistiría a Hogwarts puso a limpiar a todos.

Edmund y Deborah se encontraban limpiando lo que parecía ser una oficina.

-No me puedo creer que con lo estirados que sois Reg y tú ninguno se molestara en limpiar la casa.

Deborah se encogió de hombros mientras sacaba un baúl antiguo de un armario.

-Solo limpiamos las habitaciones que vimos necesario usar. Además Krecher se hubiera vuelto loco, justo como ahora.

Ed asintió recordando lo alterado que se ponía el elfo cada vez que iban a tirar algo.

Deborah abrió el baúl y un montón de polvo salió, causando que ambos amigos tosieran.

-Joder, por lo menos no es un monstruo raro, es cuestión de tiempo encontrarnos uno aquí.

Cuando el polvo se disipó descubrieron que el baúl estaba vacío.

-Que raros son los sangre pura.

Murmuró el chico abriendo cajones en un escritorio.

Deborah miró el baúl vacío durante unos segundos para luego levantarse, pero un grito les interrumpió.

-¡Prefecto! ¡Mi Ronnie!

Ed soltó una pequeña risa al escuchar a Molly.

-Bajemos a felicitar al prefecto.

Deborah asintió, también divertida con la situación.

Cuando llegaron al lugar proveniente del ruido vieron como Molly estrechaba a su hijo entre sus brazos.

-¡Prefecto, como todos en la familia!

Deborah sintió como alguien aparecía detrás de ella.

Saltó levemente por el susto y se giró para ver a Fred, quien le sonrió divertido dándose cuenta de el susto que le había dado.

-¿Y quiénes somos George y yo? ¿Los vecinos de al lado?

La morena reprimió una sonrisa al ver cómo su madre ignoró su comentario y arrastró a Ron y a Hermione abajo, hablando de la fiesta que les iban a celebrar.

Harry bajó la mirada sintiéndose mal.

Por mucho que se alegrara por Ron, una egoísta parte de él le decía que se lo merecía más y se sentía traicionado por Dumbledore.

Ed pareció notar la aflicción del chico, pues le puso una mano en el hombro.

-No te preocupes Harry, ninguno de nosotros cuatro fuimos prefectos y somos geniales.

Cuando Harry se giró a mirarles, los gemelos pusieron caras graciosas y Fred pasó un brazo por el hombro de Deborah, a lo que la chica pisó su pie sin fuerza.

Fred fingió un gran dolor y exageradamente se tiró al suelo mientras que George fingía curarle.

-¿Cómo has podido hacerme esto Potter?

Dijo cómicamente mientras que George le soplaba en la oreja intentando reanimarle.

-No me arrepiento de nada.

Dijo Deborah cruzándose de brazos.

Y eso fue suficiente para Harry.

El chico soltó una gran carcajada ante la actuación de los gemelos y la aportación de su hermana, olvidándose por un momento de todo el asunto de los prefectos.

George chocó los cinco con Fred y se levantó dirigiéndose hacia Harry.

-Ahora, si me acompañas abajo te explicaré mis grandes ideas para la medicina.

Ed soltó una risa y bajó tras los chicos diciendo que no se perdería aquella charla.

Cuando se quedaron solos, Fred, aún en el suelo miró a Deborah.

-Pensé que moriría antes de ver a Deborah Potter unirse a una de mis bromas.

La chica rodó los ojos, ignorando aquel sentimiento de nerviosismo que se alojó en su cuerpo una vez se quedaron solos.

-Gracias, por hacerle reír.

Dicho esto extendió su mano hacia Fred.

Este la tomó, ensanchando aún más su sonrisa y se levantó rápidamente.

-Es a eso a lo que me dedico Potter, y soy muy bueno. La única persona que se me resiste eres tú.

La chica alzó una ceja ante la cercanía que el pelirrojo había puesto entre ellos y se apartó disimuladamente.

-Buena suerte con eso Weasley.

Dijo para bajar por las escaleras, dejando tras ella a un Fred sonrojado.


***

Como había prometido Molly, se celebró una pequeña fiesta en honor a los prefectos.

Deborah se encontraba sentada en una esquina, alejada de el ruido mientras que comía un pedazo de el pastel preparado por la señora Weasley, lo cierto es que era delicioso.

-¡Hola primita!

La morena asintió con la cabeza en dirección a Tonks, que se sentó a su lado.

-¿Cómo está mi Slytherin favorita? ¿Preparada para tú último año?

Dijo volviendo su pelo verde.

La morena suspiró.

-Ni me lo recuerdes, no quiero ni pensar en la cantidad de exámenes que voy a tener que hacer.

Su prima rió mientras que agarraba un pedazo de el pastel de Deborah y se lo comía.

-Sí, aún recuerdo como casi se me fríe el cerebro ese curso, si no hubiera sido por Elisa....

Un silencio se instaló ante la mención de la chica, lo cual Deborah aprovechó para aclarar un par de dudas.

-Aquel día dijiste que te gustaba alguien más, ¿se puede saber quién?

Pero su prima no contestó puesto que estaba prestando atención a las historias de Remus sobre sus días de prefecto.

Deborah miró la manera en la que su prima observaba hablar al hombre y se temió lo peor.

Pero aquella sensación empeoró al pasar la mirada por la sala y ver cómo Sirius observaba a su amigo de la misma manera.

En aquel instante Deborah supo que lo que sea que estaba sucediendo allí no iba a acabar bien.

No teniendo ganas de aguantar aquella situación se levantó y fue al baño.

La chica se remojó la nuca suspirando, odiaba que hubiera tanta gente a su alrededor, la desorientaba.

Se miró al espejo durante unos segundos y comenzó a intentar peinar su descontrolado cabello, rindiéndose al final.

-Necesito un corte de pelo.

Murmuró para ella misma saliendo de el baño.

Se disponía a encerrarse en su habitación y a ignorar a todo el mundo el resto de la tarde cuando el grito de la señora Weasley llegó a sus oídos.

Caminó preocupada en la dirección en la que vino el grito, par encontré se a Harry paralizado en la puerta de la habitación. Dentro de ésta, la señora Weasley se encontraba de rodillas sollozando ante los cadáveres de sus seres queridos.

-Ridiculous...

Por mucho que lo intentara, el boggart no retrocedía.

Escuchó más pasos llegar hacia donde estaba, pero no prestó atención.

Al ver el cadáver de Harry suspiró, sabiendo cual era su mayor miedo y apartó con delicadeza a Molly.

Cerró los ojos cogiendo fuerzas y preparándose para lo que estaba apunto de ocurrir.

-¡Papá despierta, tengo miedo!

Su rejuvenecida voz le hizo abrir los ojos encontrándose con esa escena que no había podido olvidar.

El cuerpo de su padre descansaba en el suelo, mientras que su yo de tres años trataba de despertarlo.

Avanzó hacia el armario del que había salido el boggart, pasando por encima de aquella horrible escena y lo cerró, causando que el bicho se fuera.

Se dio la vuelta y vio como Sirius, Harry, Remus y Molly la miraban sorprendidos.

La mujer se acercó a ella y comenzó a disculparse una y otra vez.

-No pasa nada señora Weasley, sacaremos a ese boggart de aquí mañana.

Dijo tratando de calmar a la mujer, quien asintió aún en lágrimas y se retiró junto a Lupin a la cocina, para comer algo.

Harry abrió la boca intentando decir algo, pero las palabras no salían, solo recordaba una y otra vez aquella horrible escena.

Sirius por su parte bajó la cabeza, sintiendo una presión en su pecho.

Deborah miró cínica al hombre cuando este posó una mano en su hombro y se soltó de su agarre bruscamente.

-No actúes tan triste Black, ambos sabemos que tu viste aquella escena en primera fila.

Una lágrima cayó de el ojo de Sirius mientras que la chica se apresuraba a salir de allí.

-Sirius...¿A qué se refería ella?

El hombre se giró a mirar a Harry, quien le devolvía la mirada preocupado.

Se apresuró a secarse la lágrima y apoyó su mano en el hombro de Harry.

-Siempre he sido una persona muy impulsiva, más aún cuando era joven. Cuando aquella noche entré a casa de tus padres y vi a James y a Deborah allí.... Me dejé llevar por la ira. En lugar de quedarme a cuidar de vosotros decidí ir a buscar a Pettigrew. Fui un idiota y ahora lidio con las consecuencias.

Harry miró al hombre frente a él con cariño antes de abrazarlo.

-Lo importante es que intentas ser una mejor persona Sirius.

El hombre correspondió al abrazo.

-Lo intento cachorro.


***



Por su parte Deborah se metió en su habitación y sacó un cigarro, fumando con ansiedad.

A pesar de que no lo admitiría en voz alta, ver aquella escena de nuevo le había afectado.

¿Pero como no iba a hacerlo si su mayor miedo era ya una realidad?

Unos toques en la puerta la hicieron sobresaltar.

Edmund entró despacio con una pequeña sonrisa.

-Hey. ¿Estás bien? La señora Weasley nos ha dicho que te has enfrentado a un boggart.

A pesar de que la mujer no hubiese dicho en qué se había transformando aquel monstruo, Es tenía claro que le afectaría.

Deborah no contestó, se limitó a asentir con la cabeza.

-El día que dejes de mentir a esa pregunta te pago unas vacaciones a donde tú quieras.

Ed se sentó junto a ella y tosió gracias al humo del cigarro.

-Apaga esa mierda Debs, mis preciosos pulmones no pueden con tanto.

La chica negó con la cabeza divertida y apagó el cigarro.

-¿Sabes que estoy aquí para ti?

Deborah volvió a asentir y Ed apoyó su cabeza en su hombro.

-Vaya dúo hacemos. La depresiva de los cigarros y el romántico fallido.

Ed se rió de su propia broma mientras que Deborah apretó sus manos.

Pasara lo que pasara se tenían el uno al otro.

¡Hola!

Han pasado bastantes cosas en este capítulo, algunas más alegres que otras jajjaj.

¿Qué os ha parecido?

¿Cuál ha sido vuestra parte favorita?

¿Opiniones sobre Sirius?

Os leo!

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