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Especial 81k

¡Hola!

Hace poco que llegamos a 81k de lecturas en esta historia y lo primero que quiero hacer es dar las gracias a todos los que leen, votan y comentan. Me ayudáis mucho a seguir adelante con esta historia❤️

Para celebrar todo esto publiqué un mensaje en mi perfil preguntando que queríais que hiciera y dando un par de opciones.

La ganadora fue un breve relato de un universo paralelo en el que los merodeadores de jóvenes viajen al futuro y conozcan a Deborah.

Aclaraciones:

-Los merodeadores están en su sexto año, verano en el que Sirius se escapa de su casa.

-Viajan a las navidades del quinto año de Harry y séptimo de Deborah. (la orden del fénix).

Sin nada más que añadir, os dejo que leáis.

Lupin estaba tirado en la cama de la habitación de su amigo James, quien les había invitado a su casa a pasar la última semana de vacaciones.

El nombrado se encontraba muy concentrado relatándole a Peter su plan para conquistar a Lily.

Sirius por su parte se encontraba rebuscando en su mochila en la que llevaba las pocas cosas que le quedaban desde que se había marchado de su casa a principios de aquel verano.

Remus se levantó acercándose con curiosidad a este último, quien hacía un baile de la victoria con un objeto dorado en su mano.

-¿Qué tienes ahí Sirius?

Este se giró hacia él con una brillante sonrisa.

-Esto es de las pocas cosas que mi madre me ha dejado, aunque más bien fue robado. La vieja tenía un giratiempo escondido.

James y Peter se levantaron entusiasmados ante la noticia, pero el más bajo se tropezó, causando que James cayera encima de Remus que tiró a Sirius al suelo, golpeando el giratiempo en el proceso.

Antes de que alguno pudiera decir nada una luz blanca les rodeó y cayeron en lo que parecía ser un callejón oscuro en mitad de la noche.

-Genial Pets, ahora se ha roto.

Se quejó Sirius mirando el objeto en sus manos.

Remus levantó una ceja incrédulo.

-¡Y también hemos aparecido en un sitio desconocido sin llevar nuestras varitas encima!

Sirius asintió sin darle mucha importancia, pues seguía haciendo drama sobre el giratiempos roto.

Unos pasos se escucharon en el callejón, pero solo James se percató de ellos ya que el resto de sus amigos estaban muy ocupados peleando.

-¿Chicos?

Una figura alta y encapuchada se colocó frente a ellos y sacó su varita, paralizando las acciones de los merodeadores.

-Mira lo que tenemos aquí, unos niños muggles perdidos. Mi señor se pondrá contento cuando se entere de mis hazañas.

James se colocó frente a sus amigos en un intento de protegerles de aquel hombre, quien ahora les apuntaba.

Cerró los ojos dispuesto a recibir el hechizo por sus amigos, pero una voz irrumpió en aquel callejón.

-¡Expulso!

El hombre salió disparado hacia atrás y los merodeadores observaron asombrados como una chica de baja estatura y negros cabellos se colocaba frente a ellos, protegiéndolos justo como James había intentado hacer.

La figura misteriosa se levantó riéndose con sorna.

-¿Más niños? ¿No os han dicho que es muy tarde para que estéis fuera?

La chica frente a ellos bufó.

-¿Por qué no te vas a dormir?

Dicho esto ambos comenzaron a lanzase hechizos en un temeroso duelo.

Parecía que la desconocida iba ganando, pero el mortífago decidió cambiar de estrategia y apuntó a Remus.

La morena reaccionó a tiempo y se movió bloqueando el hechizo, que golpeó su brazo en lugar de al chico.

Con un gruñido de dolor soltó una maldición que dejó al hombre inconsciente.

-Joder.

Murmuró agarrándose el brazo con una mueca de dolor.

Remus fue el primero en reaccionar y avanzó rápidamente hacia la desconocida.

-Lo siento muchísimo, ¿estás bien?

Ella asintió.

-Si, tranquilo, solo ha sido.....

Pero se quedó muda al alzar la mirada y ver sus caras.

Hubo unos segundos de silencio antes de que la chica negara con la cabeza.

-Joder, ya me he vuelto loca.

Los merodeadores intercambiaron miradas no sabiendo muy bien que hacer, al final fue James quien dio un paso adelante.

-¿Podrías ayudarnos? Hemos tenido un accidente con un giratiempos y no sabemos donde estamos.

La morena miró a los ojos del chico frente a ella con intensidad y lo que a Remus le pareció tristeza antes de carraspear y asentir.

-Estáis en 1995. Venid conmigo.

Dicho esto se dio la vuelta y comenzó a caminar fuera de callejón.

-Espera, ¿1995? ¿Quién era ese tipo?

Sirius se apresuró a seguirle haciendo un montón de preguntas que la chica decidió ignorar.

Llegaron a una plaza, donde el famoso Ojoloco Moody les recibió con una mueca preocupada.

-¿Qué demonios está pasando?

Se limitó a preguntar el hombre, mirándoles extrañado.

-Han tenido un accidente con un giratiempos, les llevaré a la base. Te he dejado a Carrow en el callejón.

El hombre asintió y se fue, ignorando la sangre que salía del brazo de la chica.

-¿A la base? ¿A dónde nos llevas? ¿Quién era ese hombre?

Remus golpeó el hombro de Sirius causando que este parara de hablar.

-Lo siento, habla mucho cuando está nervioso. Yo soy Remus....

-Lupin, Sirius Black, Peter Pettegrew y.... James Potter.

Interrumpió la chica.

-¿Nos conoces?

Preguntó esta vez James.

La chica evitó su mirada.

-Algo. Seguidme.

Llegaron a otro callejón, en el cual la desconocida les extendió la mano.

-Nos apareceremos frente a la base.

Sirius asintió tomando la mano de la chica.

-¿Cómo de llamas?

-Deborah.

Y dicho esto todos sintieron un tirón en sus estómagos y aparecieron frente a un edificio que Sirius conocía muy bien.

El nombrado comenzó a dar pasos hacia atrás con cara de terror.

-No, no, no, no. No voy a entrar allí otra vez.

Deborah, dándose cuenta de lo que ocurría, caminó hasta el chico y tomó sus hombros.

-Escúchame Black, ella ya no vive allí. Lo único que queda de esa vieja es un sucio cuadro al cual todos maldecimos. Nadie va a hacerte daño.

Sirius asintió lentamente, creyendo las palabras de la chica.

-Yo.... Gracias.

Ella asintió quitándole importancia.

Por mucho que Sirius confiara en aquella extraña, no pudo evitar agarrar la mano de Remus con temor mientras ella abría la puerta.

No había pasaos ni dos segundos dentro cuando un chico de cabellera morena y mejillas llenas de pecas corrió hacia ellos.

-¿Estás bien Debs? Eso es sangre.

Aunque el chico no pareció percatarse de la presencia de los chicos, su padre, que entró detrás de él si lo hizo.

-Esto.... Deborah, ¿qué está pasando?

James sonrió al reconocer la cara del hombre, mientras que este y su hijo atendían a las explicaciones de la chica.

-¡Sabía que te conocía! Pevensie, de Hufflepuff, ¿has conquistado ya a Clarisse?

El hombre sonrió nostálgico.

-Lo hice y formamos una preciosa familia.

Sirius asintió sonriente, deseando saber que había sido de él en el futuro.

-¿Y dónde está? Me gustaría charlar con ella.

Un silencio incómodo se formó en la sala.

-Ella ya no está aquí, fue asesinada por mortífagos.

El chico desconocido negó con la cabeza, tratando de quitar hierro al asunto y se giró hacia su amiga preocupado.

-Será mejor que pasemos dentro y te curemos ese brazo antes de que Molly o Reg lo vean.

Deborah asintió, pero antes de que pudieran entrar a curarse dos voces muy familiares se escucharon por el pasillo.

-Te he dicho que no Sirius. Dumbledore dijo que no puedes salir de aquí y no dejaré que nos pongas a todos en peligro.

Aquella voz dejó paralizado al Sirius joven, pues aunque era más grave, reconocería la voz de Regulus en cualquier parte.

Los hermanos entraron al salón, pero ambos se quedaron inmóviles, observando a los jóvenes.

De un momento a otro los ojos de Sirius mayor se llenaron de lágrimas.

-James.

Sollozó antes de lanzarse a los brazos del muchacho, quien correspondió al abrazo confuso.

Por otro lado, Sirius joven y Regulus se miraban fijamente el uno al otro, ambos recordando la misma noche en aquella casa.

Remus observó como Deborah daba un paso adelante y se dirigía a Regulus.

-Han tenido un accidente con un giratiempo, hay que convocar una reunión urgente de la orden y evitar que Harry les vea hasta que sepamos que hacer con ellos.

El hombre asintió y entró junto a Dylan en la cocina para comenzar a mandar patronus.

Deborah se cruzó de brazos mirando a Sirius con molestia.

-Black, luego tendrás tiempo de llorar, ahora tenemos que resolver todo esto.

El nombrado se separó a duras penas de James y miró a la chica.

-Por lo menos has tratado bien a mi versión joven.

Aún sin comprender cómo sabía aquello, Deborah negó con la cabeza.

-Lo he hecho porque él, al igual que Lupin no se han vuelto los idiotas que sois vosotros ahora.

Dicho esto entró a la cocina.

-Tiene carácter.

Observó James con una extraña sensación. Aquella chica le resultaba familiar, como si la hubiera visto en alguna parte.

Sirius adulto soltó una pequeña risa.

-Si, a veces me recuerda a...

Pero se vio interrumpido por la puerta abriéndose.

Dumbledore, Moody y Tonks entraron.

-Señores, vengan con nosotros, la reunión va a dar comienzo.



***


La corta reunión con la orden concluyó en que Dumbledore arreglaría el giratiempo y borraría la memoria de los merodeadores antes de que estos volvieran a su tiempo.

Gracias a esto último, Tonks había decidido hacerles un breve resumen de todo lo que había ocurrido hasta ahora.

-Entonces...¿Lily y yo tuvimos un hijo al cual morimos protegiendo?

La muchacha del pelo rosa asintió, se había saltado la parte de Deborah a petición de esta.

Sirius joven hablaba con su yo del futuro, aún intentado hacerse a la idea de todo lo que iba a ocurrir.

Peter miraba sus manos aterrado, su futuro no podía ser cierto, el nunca traicionaría a sus amigos.

-Quiero verle, a mi hijo.

Dijo James tras unos minutos de silencio.

Regulus  se levantó. Sabía que ese momento iba a llegar de un momento a otro.

-Iré a avisarle.

Varios minutos después, Harry bajó acompañado de Regulus.

Padre e hijo estuvieron uno frente al otro durante varios segundos en los que lágrimas cayeron por las mejillas de Harry.

-Papá.

Susurró antes de fundirse en un fuerte abrazo con este, en el que ambos derramron lágrimas.

Remus observaba la escena con una sonrisa, pero esta se quitó al mirar a Deborah.

La morena tenía los ojos cristalinos mirando la escena con tristeza, una tristeza que Remus nunca había visto.

Regulus caminó disimuladamente hasta estar junto a la chica y colocó una mano en su hombro.

***



Harry, Hermione, Lucy y los Weasley estuvieron hablando con los merodeadores hasta que fue hora de irse a dormir según Molly.

No les quedó más remedio que obedecer a la mujer e irse a la cama.

Pero Remus era incapaz de dormir, toda la información recibida en tan poco tiempo se agolpaban en su cabeza y le impedía conciliar el sueño.

Rindiendose al insomnio decidió ir a la cocina a comer algo, pero se detuvo en la puerta de esta al escuchar las voces de Edmund y Deborah.

-¿De verdad que no vas a decirle nada?

No se escuchó respuesta.

-Es tu padre Deborah, deberías hablar con él, no vas a tener otra oportunidad así.

Remus retrocedió un par de pasos sorprendido ante la noticia.

-Él está mejor pensando que su único hijo es Harry y no la cruel Slytherin.

Se escuchó el ruido de frustración de Edmund.

-Estoy seguro de que nunca pensaría algo así.

-¿Por qué no? Remus y Sirius lo hacen, aunque no lo digan directamente. Esperaban que fuera como mis padres, al igual que Harry.

Al escuchar se nombre, el joven Remus decidió que había tenido bastante por un día y volvió a su cama.


***




A la mañana siguiente todos desayunaban en la cocina cuando una figura con capa irrumpió en esta y se acercó a James furioso.

-No me lo creí cuando Dumbledore me lo dijo, pero ahora que estás aquí podremos quedar en paz Potter.

Pero una figura se interpuso entre los cuerpos del chico y Snape.

-Severus, te recuerdo que en esta casa no tolero la violencia de ningún tipo, así que será mejor que te vayas.

El hombre retrocedió un par de pasos con incredulidad.

-¿Tú también Black? ¿Ahora todos os habéis hecho amigos de él?

Deborah sacó su varita estando alerta, pero Harry fue más impulsivo.

El chico apuntó a Snape con su varita furioso.

-No toques a mi padre.

El profesor hizo una mueca de burla.

-Por supuesto, no podía faltar Potter hijo. No eres más que un insolente, egocéntrico como el cerdo de tu....

Pero no alcanzó a terminar la frase, puesto que un hechizo aterrizó en sus pies.

-Vete Snape.

Dijo Deborah muy seria.

Harry sintió un escalofrío recorrer su espalda. Su hermana podía dar verdadero miedo si se lo proponía.

Snape se recuperó de la sorpresa  en poco tiempo.

-Y quien podría olvidarse de la preciosa Deborah Potter, un fracaso tanto para los Slytherins como para los Potter.

Pero la chica no se inmutó, le habían dicho cosas peores.

James por su lado miraba la escena asustado y sorprendido. Tenía una hija.

Sirius joven observó como su hermano sacaba la varita ante eso, pero Deborah se cruzó de brazos con desinterés.

-Mira Snape, entiendo que fueron unos carbones contigo en el colegio, entiendo que les odies. Créeme odio pocas cosas más que un Gryffindor engreído. ¿Pero no crees que es momento de empezar a lidiar con ello como una persona adulta?

A pesar de las palabras tranquilizantes de la chica, el tono mordaz y venenoso no abandonó su voz.

Severus miró a los ojos de la chica con enfado durante unos breves segundos de silencio, para luego observar a James una vez más con rencor y salir de allí.

Acababa de perder la oportunidad de vengarse.

Una vez el hombre se marchó, Deborah suspiró guardando su varita.

-Necesito un cigarro.

Fue todo lo que dijo para abandonar también la cocina.




***


Deborah se encontraba en la entrada de la mansión Black, fumando como había dicho.

La puerta fue abierta y alguien se sentó a su lado.

-Así que.... Eres mi hija.

La chica asintió, aún sin atreverse a mirar a los ojos al chico a su lado.

-Esto es raro, eres mayor que yo.

James soltó una pequeña risa y observó alegre a la chica junto a él sintiéndose estúpido al no haberse dado cuenta antes.

Esa nariz era claramente igual a la suya, las pequeñas pecas en su nariz se parecían a las de Lily y por mucho que lo ocultarla atando su cabello, ese desorden era marca Potter.

-¿Por qué no me lo dijiste? Que eras mi hija.

Deborah suspiró.

-Por el mismo motivo por el cual no estoy enfadada con las versiones jóvenes de Sirius y Remus. Tú aún no has sido padre, además es raro ser mayor que tú.

James volvió a reír.

-¿Eso ha sido un intento de broma?

No recibió respuesta así que lo interpretó como un sí.

Unos minutos de silencio siguieron, en los cuales James se preguntaba como abordar el siguiente tema.

-Harry me dijo que tu también estabas allí cuando Lily y yo... Ya sabes.

Debroah apagó el cigarro y echó su cabeza hacia atrás.

-Si... Yo estaba contigo en el salón cuando él entró. Me escondite en un armario y saliste a luchar con él sin ningún arma.

James notó como los ojos de la morena volvían a cristalizarse y apoyó una mano en su hombro.

-Cuando me dijeron que iba a morir me aterré completamente. Pensé en todo lo que podría cambiar de esa noche para que Lily y yo pudieramos sobrevivir, pero ahora no cambiaría nada. Gracias a ella y a mi ahora Harry y tú estáis vivos.

Una lágrima cayó por la mejilla de la chica.

-Gracias.

Susurró.

-Y Debbie.

La chica abrió los ojos al escuchar ese apodo en su voz, en la voz de la persona que se lo puso.

-No sé si sirve de algo porque aún no soy tú padre pero Harry, Regulus y Edmund le han hablado de ti y quiero que sepas que estoy muy orgulloso y que mi yo del futuro tendría que ser un idiota para no estarlo.

Un sollozo se escapó de la garganta de la chica y James la rodeó entre sus brazos, intentado calmar su llanto.

-Gracias.

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