Unique
El Internado mágico de Daegu es una de las universidades dedicadas a la magia más prestigiosas de todo Corea, sólo los mejores hechiceros con cualidades destacadas pueden asistir a aquella academia.
Y eso fue lo que se consideró para que Choi Yeonjun, un mago de bajo rango pudiera mezclarse con alumnos como Choi Soobin; uno de los más experimentados magos en las pociones de su región.
Yeonjun y Soobin solamente eran compañeros de clases, y es más, los alumnos creían que entre ellos se consideraban enemigos, porque mientras Soobin era uno, si no, el mejor en las pociones pero flaqueaba con los hechizos; mientras Yeonjun demostró que a pesar de su bajo rango, era un total genio con los conjuros pero lo que más le interesaba era lo que se le dificulta, las pociones.
Es que, maldita sea, las pociones eran una de las mejores cosas que traía estudiar la magia. Con las pociones podías curar enfermedades que la medicina no pudo, podían derrotar a un oponente firme, utilizarlo con todo el mundo pero a diferencia de los hechizos también pueden usarse consigo mismo.
Si aprendes a usarlos de manera responsable, puedes convertirte en un ser bastante poderoso.
Yeonjun no consideraba aprender de las pociones para ser poderoso, sólo para ayudarse un poco en él día a día una vez consiga cumplir su sueño de toda la vida: pertenecer al consulado mágico.
Por ahora el enfoque del adolescente estaba en otra cosa, como en el reciente descubrimiento personal de que existían pociones para aumentar el libido de las personas.
Eso era nuevo para él y no se iba a quedar sólo con su descubrimiento.
A diferencia de lo que se creía y por muy frío que luce Soobin, en realidad era un gran amigo y se ayudaban mutuamente con los hechizos y pociones. Y Yeonjun estaba bastante seguro de que Soobin sabía algo sobre estas pociones.
Sólo que no esperaba que la reacción del pelinegro fuera tan alarmada.
Le preguntó muchas cosas, sus preguntas iban de si se la dieron a probar, si se sentía bien y si acaso lo llevaba a enfermería.
Soobin era algo severo cuando respecta a las pociones, en especial con él y no entendía por qué.
-Ya te dije que no tomé nada -Soobin se acercó a los estantes de la biblioteca y tomó un libro bastante grueso.
Se encontraban en la biblioteca y el libro contenía ciertas recetas para revertir las pociones, era un libro muy necesario para un internado.
-Sólo quería preguntarte si conocías sobre ellas -Soobin suspiró y cerró el libro -Apenas y me enteré que existían.
-Ese tipo de pociones no son para el alcance de todos -explicó Soobin -Al menos aquí en Corea es para evitar lo que pasó con las pociones venenosas -el bajo castaño suspiró y recibió el libro de Soobin -En su tiempo sirvieron para la reproducción, pero ahora se mantienen ocultas para evitar ataques sexuales.
-No son tan potentes ¿o si?
-Una sola gota diluida con cualquier bebestible es lo suficiente para hacer que el libido de una persona sea alterado de manera que se sienta desesperada por... Ya sabes -Yeonjun tragó saliva -En otros países es más común seguir usándola, pero acá es casi una leyenda por el bien de las personas.
Yeonjun asintió, ahora entendiendo porque su amigo se había preocupado tanto.
-Además, se demostró que el ser humano puede llegar a depender de ese tipo de pociones, como si se tratara de una droga.
- ¿Y aquí se vende? -Soobin, quien hasta ese momento seguía revisando los libros no pudo evitar voltearse a verlo con el ceño fruncido.
- ¿Acabas de escuchar lo que te dije? -Yeonjun parpadeó, confundido -La única manera de que puedas acceder a esas pociones es, o yéndote al extranjero o siendo parte del consulado -Repitió Soobin volviendo a su severidad.
-Dios Soobin, si escuché cada palabra que dijiste -El chico recibió otro libro en sus manos mientras suspiraba -Pero tal vez sería mejor que dejara de ser algo oculto para nosotros y podamos crear hechizos o algo para impedir que nos afecte de manera negativa ¿no? -Soobin alzó sus hombros y miró entregó un tercer libro.
-Mejor léete estos libros para que veas lo peligrosas que son y entiendas por qué es importante mantenerlas en secreto -Dijo el pelinegro y se fue de la biblioteca, sin que Yeonjun notara que se había ido con las orejas rojas.
El pelirrojo suspiró y miró el título del primer libro que se encontraba en sus brazos, los tres eran bastantes pesados por sí solos.
Le esperaba una larga tarde de estudio, porque estaba seguro que Soobin esperaba que se leyera los tres libros enteros.
-Hyung -el pelinegro volteó a ver a Kang Taehyun, dejando de ordenar su casillero en cuanto escuchó la voz de su menor.
-Hola Tyun -saludó cordialmente y le sonrió al más bajo.
-Necesito que me respondas unas preguntas -El pelinegro asintió, dispuesto a ayudar a su amigo.
-Claro, te escucho -Debió sospechar algo cuando el pequeño rubio se sonrojó y lo llevó hasta un rincón del pasillo, alejado de los pocos alumnos que quedaban.
-Es sobre unas pociones -El chico mordió su labio, algo nervioso y bajó el volumen de su voz -Las pociones para el libido.
El estómago de Soobin se revolvió un poco, pensando en lo peor.
- ¿Qué tan prohibidas están en el país?
-Pues... A no ser que puedas darte unas vacaciones en el extranjero o seas parte del consulado, no obtendrás ninguna poción de libido, y de todas formas está prohibido exportarlas desde el extranjero o venderlas. Es poco menos que ilegal.
- ¿Y es un vacío legal hacerlas por su propia cuenta y para uso personal? No la estarían exportando ni vendiendo -Soobin desvió la mirada, pensando en qué decirle a su compañero.
Su compañero tenía razón, había un vacío legal con las pociones de libido. Se podía fabricar por cuenta propia y usarla con uno mismo.
-Bueno... Sí, tienes razón -contestó Soobin -Técnicamente hay un vacío legal -agregó y luego pensó un poco, y rápidamente se planteó una duda - ¿Por qué preguntas eso?
Soobin realmente estaba rezando porque Taehyun le respondiera que era por una investigación, curiosidad y no por lo que estaba pensando.
-Bueno... Le comenté el tema a Yeonjun, y le pedí que hiciera una para mí -Contestó con cierta vergüenza el menor y Soobin encendió todas sus alarmas en su interior.
Ahora entendía la curiosidad tan repentina del pelirrojo, y se dio cuenta de que además le había mentido.
- ¿Dónde está? -Preguntó Soobin con un tono tosco y Kang le dijo que se encontraba en uno de los laboratorios de pociones.
Allí, donde se encontraba el pelirrojo, revisaba continuamente la hoja donde había anotado la receta que escogió y el paso a paso de cómo hacer la poción de libido.
Tal vez la podría haber hecho la poción más temprano, debido a que pronto comenzaría el toque de queda del internado; pero no le quedó de otra después de haber estudiado los tres libros que Soobin le dijo que leyera.
El lado bueno era que ahora sabía de varias pociones que podrían revertir los efectos secundarios y le dio las debidas advertencias a Kang Taehyun.
Cuando revolvió con cuidado, los ingredientes se mezclaron y poco a poco se fue tornando de un lindo rosa. Como si fuera una limonada rosa.
Sonrió, porque era la reacción que debía tener la mezcla, y oficialmente había creado una poción por su cuenta sin malos resultados o una explosión como lo fue la última vez en clases, donde rápidamente Soobin tuvo que recurrir a usar un hechizo para apaciguar las cosas y apagar el fuego.
Fue desastroso, pero esta vez había hecho las cosas bien y por eso estaba orgulloso.
- ¡Suelta ese frasco! -El cuerpo del pelirrojo se crispó cuando escuchó la voz de Soobin y miró a la puerta, donde el muchacho se encontraba agitado por haber corrido desde el otro lado del internado con la única razón de detenerlo.
- ¡S-Soobin, me asustaste! -se quejó y el menor rápidamente se le acercó para quitarle el frasco.
-Te dije lo peligrosas que son las pociones de libido ¡¿Y vienes a hacerle una a tu compañero?! -Yeonjun tapó la boca del más alto.
- ¡Cállate! -Soobin frunció el ceño tratando de liberarse, y sólo hasta entonces fue que Yeonjun se dio cuenta de que el pelinegro estaba un poco sudado, y debía admitir que se veía... Bien, se veía bastante atractivo así -Le advertí a Taehyun lo mismo, llegamos al acuerdo de que yo haría la poción pero le daría una gota, es para una sola vez.
Soobin quitó la mano de su compañero con rudeza.
- ¿Y el resto de la poción? No me digas que te ibas a quedar con el resto -Cuestionó y el pelirrojo frunció sus labios, notando que Soobin en realidad estaba preocupado por el tema.
-Eso no te incumbe -El pelinegro alzó una ceja -De todas formas tal vez ni funcione.
-Yeonjun, una poción de libido para mujer es la peor cosa que un hombre pudiera ingerir, en especial alguien joven como Taehyun -Yeonjun suspiró.
Se quedaron en silencio y Soobin comenzó el camino al grifo para desechar la poción recién creada, pero Yeonjun volvió a meterse en el medio.
-Te lo prohibo -ordenó y Soobin bufó, molesto por la insistencia de Yeonjun. Era por eso mismo que era tan severo con él.
-Si nos deshacemos de la poción haré como que nunca la hiciste, te lo prometo -Ofreció el menor, bajando un poco las rayas y tratando de negociar con el pelirrojo -Pero por favor, no insistas y déjame tirarla.
-Soobin, por favor -insistió Yeonjun, y comenzaron una batalla con las miradas.
La cual Yeonjun aprovechó y le arrebató la poción de la mano, tomó uno de los frascos vacíos y lo llenó con agua.
-Es más, te voy a demostrar que no hará efecto, por que la hice yo y soy un fracaso con las pociones -Soobin iba a protestar, sin embargo Yeonjun le impidió tocar el frasco con la poción y con un gotero que se encontraba a su alcance aplicó una pequeña gota de la poción al frasco con agua.
-Yeonjun, tira eso, te estoy diciendo que las pociones de mujeres no hacen bien en el hombre.
-Agh, si es así nombra todos los efectos secundarios que pueden causar -Soobin abrió la boca, sin embargo no pudo decir nada, porque en todos los libros que Soobin leyó y toda la información que encontró sobre las pociones de libido, nunca especificaron cuáles eran los efectos secundarios en caso de que una poción fuera para mujeres y sea consumida por un hombre -Jaque mate.
El más alto reaccionó y acercó su mano a los frascos, pero Yeonjun fue más rápido y aplicó un hechizo que congela los movimientos de su compañero, luego entre tarareo tomó el frasco con el agua y la poción diluida y le dio un pequeño sorbo.
-Uh, es dulce -sonrió y siguió bebiendo del agua, confiado de que no le haría nada.
Incluso si a la vista había hecho bien las cosas, algo salía mal con sus pociones, siempre. Por lo que técnicamente estaba todo bien.
Tomó todo el líquido y luego esperó un momento, antes de sonreír nuevamente y mirar a su compañero, en mayor parte aliviado de que la poción no funcionara.
- ¿Ves? No me pasó nada -Canturreó y rió.
Yeonjun colocó una tapa en el frasco de la poción y se fue a un punto no visible para su compañero donde escondió la poción, luego volvió y con una socarrona sonrisa descongeló a su compañero; el cual se abalanzó sobre él para tratar de quitarle el frasco.
-Dónde... -gruñó y las mejillas de Yeonjun enrojecieron cuando sintió las grandes manos de Soobin palmear gran parte de su cuerpo, el tacto volviéndose cada vez más notorio para el pelirrojo, tal vez más sensible una vez sintió las manos del pelinegro registrando sus muslos.
-Soobin -El chico lo miró por un momento, preocupado y enojado, enojo el cual aumentó cuando Yeonjun se rió -La escondí, y no la tengo yo~.
Soobin corrió hacia el lugar donde se escondió Yeonjun y revisó rápidamente, mientras Yeonjun se apoyaba del mesón del laboratorio, sintiendo un poco de calor.
-Escúchame bien -salió Soobin del escondite -Mañana volveremos cuando haya luz, y frente a mis ojos vas a tener que deshacerte de esa poción, tienes suerte de que sea tarde y que debemos volver a los dormitorios.
-Bien -Contestó el mayor, sintiendo su respiración un poco más espesa pero no le tomó importancia.
Vió a Soobin caminar hacia la puerta e intentar abrirla, pero no pudo girar la manija.
-Qué mierda -Trató de girar la manija y al ver que eso no funcionaba, comenzó a forcejear, luego de sus bolsillos tomó su teléfono y se dio cuenta de la hora.
Ya había iniciado el toque de queda, la puerta estaba bloqueada por un hechizo programado para mantener las salas y dormitorios cerrados, todo con tal de evitar que los alumnos se fuguen o que hayan saqueos a los salones.
-Maldición -el pelinegro gruñó, inadvertido de la manera en la que el pelirrojo no lo estaba mirando -Creo que puedo deshacer el hechizo para salir de acá -completó y recitó las palabras para el hechizo, pero se detuvo en seco al escuchar un fuerte gemido.
Se volteó a ver a Yeonjun, confundido, pero luego sus mejillas enrojecieron al ver a Yeonjun tapar su boca para tratar de acallar sus repentinos gemidos.
La poción había hecho efecto.
Soobin se acercó con cuidado al chico para no perturbarlo ni aumentar el riesgo de que algo pase, lo peor que podría pasar era que Yeonjun se volviera agresivo.
-M-mierda -jadeó y se retorció ante la manera en la que el calor se expandía en su cuerpo y poco a poco iba llegando a su miembro.
Respiración alterada, mejillas sonrojadas, la boca semiabierta al igual que sus llorosos ojos y su cuerpo ya estaba comenzando a crear una capa de sudor, Soobin podía notarlo al ver que el cabello que cubría la frente de su mayor comenzaba a pegarse ahí.
El menor se puso frente a él y lo estudió de pies a cabeza, suspirando.
-Te lo dije.
Yeonjun, quien hasta ese momento se mantenía cabizbajo levantó la mirada, suplicante por ayuda.
Soobin miró a su compañero por unos segundos más a los ojos, y tan rápido como parpadeó Yeonjun se abalanzó, abrazándolo aún con constantes jadeos. No pudo evitar estremecerse al sentir el cuerpo cálido del mayor, quien no temblaba pero parecía desesperarse más con cada segundo que pasaba.
-Por favor, no tengo idea de que me pasa. Pero ayúdame -Pidió y miró nuevamente a su compañero, esta vez desde el pecho ajeno.
El pelinegro suspiró y sentó a Yeonjun en la mesa del laboratorio, donde miró hacia abajo y vio la creciente erección del pelirrojo, la cual exigía una liberación y atención.
Mordió el interior de su mejilla y tragó saliva, sin saber exactamente qué hacer.
-Yeonjun, yo... -El pelinegro llevó sus manos a los muslos del más bajo, el cual se estremeció ante el tacto, su piel cada vez se hacía más sensible y las manos de Soobin no estaban haciendo nada más que estar ahí, pero lo estaba excitando y quemando en el interior por el calor que sentía.
Soobin respiró hondo y llevó sus manos al suéter que cubría la camisa y corbata del pelirrojo, prenda la cual pronto desapareció.
Yeonjun se estaba desesperando cada vez más por el letargo en él actuar de Soobin, por lo que simplemente llevó sus manos al rostro del contrario y lo besó de una buena vez.
No fue un beso sucio, pero sí lleno de deseo, porque una vez Soobin correspondió, Yeonjun rápidamente comenzó a intentar interactuar con la lengua de su menor y sus manos instintivamente comenzaron a serpentear por el cuello y pecho cubierto del menor.
Las manos de Soobin subieron de sus muslos hasta su cintura aún lentas para el gusto -o más bien necesidad- del pelirrojo.
Soobin trató de tomar poder en la situación, pero en lugar de separarse pronto se vio besando el cuello del más bajo, escuchando los jadeos del chico ante el tacto de sus labios con la tersa y delicada piel.
Con una mano se encargó de desabotonar la camisa del mayor y volvió a besar los labios del contrario una vez lo hizo, necesitaba deshacerse de la camisa y de la corbata, se separó y Yeonjun se quejó, sin embargo Soobin sólo lo hizo para deshacer el nudo de la corbata y amarrar las manos de Yeonjun.
-Esto -Yeonjun gimió y Soobin, territorial, apretó para mantener inmóvil al mayor -Es para que dejes de hacer tonterías -habló con su voz grave y hasta entonces, el iluminado laboratorio dejó de estar iluminado, porque las luces se apagaron.
Soobin tumbó a Yeonjun en la mesa del laboratorio mientras dejaba sus manos atadas sobre su cabeza y por la luz que filtraba la luna en las ventanas, fue que pudo presenciar un poco de la lechosa piel, viéndose más lívida con la luz blanca.
Soobin abrió la camisa viendo su hermoso torso y jadeó, cayendo en cuentas de que al fin tenía a Yeonjun en sus manos.
Acercó su rostro y rápidamente comenzó a dejar besos, cupones y mordiscos en distintas partes del cuello y pecho de su mayor, causando que este también jadeara y gimiera.
Llevó una de sus manos a los pezones del mayor, acariciando y jugando como si fuera un botón. Llevó su lengua al otro y dio una lamida.
- ¡M-Mierda! -Soobin se detuvo y miró con regaño a su mayor.
-Yeonjun, no deberías decir groserías enfrente de tus menores -dijo mientras soltaba su corbata propia y dejó un último beso en los labios del mayor, para luego colocar su corbata ahí -Te la quitaré pronto, pero no quiero que vuelvas a decir groserías ¿entendido? -Susurró en el oído del mayor, y este asintió.
Soobin sonrió ante la sumisión del pelirrojo y luego volvió a jugar con los pezones del mayor, los cuales chupó, mordió, apretó y acarició.
Yeonjun se estremeció al sentir como las yemas de los dedos de Soobin acariciaban en recorrido a su entrepierna, donde Soobin frotó un poco su mano contra la notable erección del mayor, causando que gimiera sonoramente y arqueaba su espalda.
Yeonjun alzó un poco la cabeza para mirar, y gimió nuevamente al ver que Soobin no separaba sus manos de su cuerpo cuando las llevó a su cinturón y comenzó a desabrocharlo, lento y tortuoso.
Pero eso le estaba gustando.
- ¿Te gusta, Yeonjun? -El pelirrojo Contuvo la respiración cuando finalmente Soobin quitó el cinturón y bajó de una el pantalón y su ropa interior, haciendo que salvaje, su erección fuera liberada.
Llevó su cabeza hacia atrás mientras trataba de respirar al sentir el aire frío golpear contra su sensible y húmeda erección.
Lo siguiente que pasó le erizó la piel, Soobin le quitó la corbata y mientras comenzaba a besarlo y mordía sus labios, comenzaba a atender el miembro del mayor.
- ¡Ah! -Yeonjun trató en mayor medida de mantener sus manos en su lugar y no llevarlas al cuello de Soobin, pero el menor no le importó, porque ahora había bajado al abdomen para dejar besos y mordiscos en lo que masturbaba.
Yeonjun comenzó a estremecerse y deshacerse entre jadeos y gemidos, con su mente en blanco pero agradeciendo a su menor por la atención.
- Soobin ¡Soobin me voy a...! -No pudo terminar la frase, porque pronto podía sentir cómo su cuerpo generaba un calor en su vientre que terminaba en su miembro y con un gran gemido llegó al orgasmo.
Tiras y tiras de su esencia caían en la mano de Soobin, cuando dejó de hacerlo el menor soltó el miembro del pelirrojo y se alejó del mayor.
El pecho de Yeonjun subía y bajaba erráticamente, el mayor trataba de recuperarse y tenía los ojos cerrados para hacer que la euforia del orgasmo se fuera más rápido.
-Soobin, yo... -Trató de hablar, con sus ojos aún cerrados, por lo que no notó cuando el menor volvió a acercarse, pero pronto abrió los ojos cuando el chico lo volteó, dejándolo boca abajo contra la mesa y gimiendo al sentir el frío de la mesa metálica - ¿Soobin?
El menor no dijo ninguna palabra, en cambio, sólo sintió como las grandes manos de Soobin se entrometen en sus muslos, apretando tan fuerte que lo hicieron jadear.
Soobin masajeó el trasero del mayor, y dejó ir un gemido ronco por el roce que hizo su miembro ahora erecto contra la suave tela de su ropa interior.
Llevó sus manos al voluptuoso trasero y separó las nalgas, sacando un jadeo del mayor y viendo la bonita y apretada entrada.
-So-Soobin -llamó Yeonjun, con su voz aún inestable.
El pelinegro llevó tres de sus dedos a la boca del mayor.
-Lame -ordenó con su voz profunda y Yeonjun, desconcertado obedeció y comenzó a lamer los largos dedos.
Una vez el menor creyó que estaban lo suficientemente ensalivados, retiró sus dedos y volvió a la entrada del mayor.
-Relájate -Susurró en el oído del pelirrojo y metió un dedo, sacando un pequeño grito del mayor.
- ¡Mierda! -Yeonjun escondió su cara entre sus antebrazos y la mesa, tratando de acostumbrarse a la repentina intromisión.
Los efectos de la poción ya habían sido aliviados, pero Soobin ahora tenía un pequeño gran problema en sus pantalones y necesitaba terminar con eso.
Una vez notó que Yeonjun había relajado un poco su cuerpo, movió su dedo para buscar abrirse paso, sacando pequeños jadeos del mayor, por lo que decidió añadir su segundo dedo.
Con ese dedo, decidió abrirlos como si de tijeras se tratase y sonrió al ver que Yeonjun se quedaba sonoramente y sus piernas comenzaban a temblar, para darse un poco en el ego, metió el tercer dedo y comenzó a moverlos como si de pequeñas embestidas se tratasen.
- Soobin- ¡Ah! -el mayor trataba de mantener la compostura, pero podía sentir como su erección volvía a formarse.
Nuevamente comenzaba a sentirse excitado, pero esta vez con menos intensidad que hace poco. Su cabeza nuevamente estaba funcionando, pero no igual que antes de la poción.
-Aguarda -Soobin no resistió más, estaba entretenido con los dedos pero su miembro comenzaba a doler de lo duro que estaba y de la poca atención que le estaba dando.
Rápidamente se deshizo de su cinturón y se bajó los pantalones, aún en ropa interior se posicionó detrás de su mayor y comenzó a masturbar un poco.
Gimió gravemente y luego bajó su bóxer, dejando que su pene saltara de manera orgullosa.
- ¿Soobin? -Yeonjun volteó un poco su cabeza, quería saber qué estaba pasando, pero rápidamente su cuerpo tembló al sentir una mano en su cintura y en su entrada algo punzante.
Soobin alineó su miembro y comenzó a entrar, haciendo a Yeonjun gritar.
- ¡Maldición! -Yeonjun arqueó su espalda en lo que sentía como poco a poco el grueso miembro se abría paso en su interior.
Soobin se quedó quieto, mientras acariciaba la espalda de su mayor y se inclinó hacia su mayor para susurrarle cosas y tratar de que se acostumbrara más rápido a tenerlo dentro.
-M-mierda, no -lloriquea Yeonjun y Soobin comenzó a dejar besos en su nuca para calmarlo.
-Está bien, está bien -Susurró y volvió a dejar un pequeño beso.
Entonces, Yeonjun comenzó a ser llenado de mimos, hasta que dejó de doler tanto en su entrada, fue hasta entonces que comenzó a mover un poco sus caderas como señal para su menor. Y eso Soobin lo notó.
- ¿Estás seguro? -El pelirrojo asintió y el menor dejó un beso en su hombro, luego tomó las caderas del mayor entre sus manos y comenzó con un lento y suave vaivén.
De verdad que Soobin se agradeció por tener un gran autocontrol, porque en el momento que escuchó gemir a Yeonjun en señal de sentir más placer, se mantuvo en ese lento vaivén en lugar de comenzar a embestir como si fuera una bestia.
-Mierda, Yeonjun -gruñó cuando sintió que el mayor apretaba su miembro, y comenzó a ir más rápido.
De un momento a otro, Soobin se encontraba embestido fuerte y profundo a su mayor, haciéndolo gemir y retorcerse en sus temblorosas piernas, disfrutaba la vista, como su miembro era exquisitamente recibido por el trasero de su mayor.
Lo disfrutaría lo más que pudiera para recordarlo en sus mañanas, cuando despierte con su amiguito nuevamente.
Llevó una de sus manos al cabello rojo del mayor y lo jaló, gimiendo ronco por el poder que sentía al ver cómo Yeonjun sólo se dejaba hacer y se deshacía en gemidos.
-Ah, Yeonjun -Gimió mientras apretaba sus dedos en la cintura del pelirrojo, seguramente quedarían marcas en la piel.
Sintió el calor en su vientre, pero en vez de avisar como lo hizo su mayor, comenzó a embestir con más rapidez y fuerza, corriéndose finalmente con una profunda embestida al interior de su mayor.
- ¡Soobin! -llamó Yeonjun en un gemido mientras sentía como el pelinegro seguía embistiendo a pesar de sentir lo caliente del semen dentro de él y cómo comenzaba a atender su sensible miembro.
Siguió así hasta que se vino nuevamente en la mano de su menor, con sus piernas temblando como gelatina y su cuerpo teniendo pequeños espasmos.
-Yeonjun... -El mencionado jadeó cuando finalmente sintió a Soobin salir de su interior y el chico lo volteó, quedando cara a cara.
Soobin tenía el cabello pegado en su frente por el sudor, jadeando por la actividad que tuvo su cuerpo.
Yeonjun no se encontraba muy diferente, y eso le pareció lindo a Soobin, incluso cuando se había recuperado del orgasmo.
-No vuelvas a hacer tonterías como esta, menos cuando incluya la alquimia ¿entendido? -El pelirrojo asintió y Soobin dejó un suave beso, sin embargo se separó por un momento, haciendo que Yeonjun se queje y lo vea alejarse.
- ¿A dónde vas? -Soobin lo miró y le mostró un rollo de papel de cocina, luego volvió con su mayor y lo ayudó a limpiarse y volver a vestirse.
Luego de eso, Soobin se sintió cansado y acarició el cabello de Yeonjun, pensando en qué podría ayudarles para pasar la noche sin el riesgo de ser regañados al día siguiente por ello.
Entonces, cuando la mente de Yeonjun estuvo más clara, le recordó que podían abrir un portal hacia sus cuartos, y fue entonces cuando Soobin estampó su mano en su frente.
Luego de que Yeonjun buscara en su teléfono el hechizo, recitó las palabras y abrió el portal hacia el cuarto de Soobin, el cual se veía totalmente ordenado.
Y siendo jalado por su menor, ambos cruzaron el portal y terminaron por dormir acurrucados.
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