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❝La misma❞

17


A Jungkook siempre le llamaban una hora o dos antes de tener que levantarse para prepararse e ir al trabajo, esa mañana no era la excepción y cuando alcanzó su teléfono, verificó que se trataba de su madre, así que contestó tranquilo todavía con Kim abrazándose a su torso desnudo. Besó la coronilla de su cabeza y se quedó con los ojos cerrados.

—Mm, mamá.

—¿Te desperté? Oh... lo siento, no creí que estuvieras dormido, hijo. Como nunca duermes.

—Está bien... no estoy en mi casa, estoy con Kim— soltó sin percatarse, se dió cuenta de lo que dijo cuando la línea quedó en silencio, suspiró— terminé con Sienna, mamá.

La escuchó bufar.

—Me lo veía venir. Entonces... esa Kim es...

—La misma que te conté.

—¿Cuándo volvió?

—Inicio de año, es maestra en la universidad.

—Entonces se ven todos los días, supongo que están saliendo. Sabes que no me gusta la informalidad, Jungkook, si sales con una mujer es porque planeas casarte con ella o al menos que sea tu novia. Vas a cumplir cuarenta y todavía no tienes hijos, ya sé que no te gusta que sea de esta manera, sólo no quiero que te quedes solo.

Jungkook tenía la nariz enterrada en el cabello de Kim, luchando para no quedarse dormido mientras escuchaba el regaño.

—Kim es mi novia, ma. No te alteres demasiado, no le hace bien a tu estado de salud.

—¿De verdad o solo lo dices para no preocuparme? Mira, voy a preparar una cena.

—¿Ah?

—Una cena, llamaré a tu hermano para que asista con su esposa, con los niños, le diré a tu padre que consiga los mejores vegetales del mercado...

—Mamá. Tengo que hablar primero con ella al respecto.

—Y vas a venir con tu novia si o si porque la queremos conocer, te enviaré un mensaje con la fecha y hora. Adiós.

Colgó, dejó el teléfono a un lado y resopló, arropandose hasta las orejas, apretujando a Kim en sus brazos para acariciar su espalda, la piel de Kim era tan suave y olía tan rico que allí se quedaba, sumido en ella y su esencia.

—Bebé...— pronunció ese amado apodo varias veces durante minutos, intentando despertarla con suavidad pues resultaba ser que Kim se asustaba si llamaban a su nombre en un tono de voz alto mientras aún dormitaba, dando también leves palmaditas a su trasero— Choi Kim.

—¿Mm?

—Arriba. Tienes clases que dar.

—No... es hasta el mediodía.

—Son las siete.

Bufó, dándole la espalda.

—¡Es muy temprano!

—Mi madre llamó.

Abrió un ojo, regresando a voltearse para  verlo y este solo se dedicó a llenarle el rostro de besos perezosos.

—¿Y qué te dijo?— le besó directo en los labios durante unos segundos, comenzando a acomodarse encima suyo—¿Le dijiste sobre nosotros?

—Sí...

Bajó por su mentón, tenía más acceso gracias a la desnudez de Kim dado que luego de haber cenado, se metieron a la cama y tal cual habían dicho en la playa, en casa continuarían. Eso hicieron y parecía que harían de nuevo.

—¿Y cómo reaccionó?

—Bien— atrapó el labio inferior entre sus dientes, soltandolo luego, bajando ahora hasta sus pechos, viendo las marcas violáceas en ellos y sonriendo satisfecho con ellas allí— quiere conocerte, organizará una cena y quiere que estemos allí.

Kim se quedó de piedra, Jungkook la observó divertido.

—¿Conocer a tus padres?

—¿Por qué esa reacción?— contuvo la risa—¿No quieres?

—No es eso, si me gustaría. Pero nunca he conocido a los padres de nadie.

—Entonces estás nerviosa.

—¡¿Tú qué crees?!— intentó sentarse y no la dejó regresándola a la almohada— ¿Cuándo nos reuniremos con ellos? Tenemos que llevar algún regalo...

—Kim.

—¿Te imaginas llegar con las manos vacías? Espero que tengamos tiempo para planear algo, tal vez pastel...

—Kim— llamó de nuevo— a papá no le gusta el pastel.

—Ay, no. Ya iba a arruinarlo.

Rió, negando y encerrandola entre sus brazos, ambos a los lados de su cabeza y sus narices tocándose, el gesto meloso de siempre.

—Necesitas respirar. Puedes llevarle una botella de vino, le encanta.

—Oh, bueno, esa es una gran opción— respiró, señaló al cajón— ahí hay condones.

—Ya, bebé.

—Me acabas de besar entera y eso me emocionó. Hazte cargo.

Se rió, asintiendo.

—Dame un beso, entonces.

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