
❝Consuelo❞
31
Kim escuchó la puerta abrirse y supo que no era Jungkook porque él era más silencioso, el aroma característico de su madre la envolvió y giró en la cama para encararle, no iba a echarla solo porque ella no había sido parte de todo ese alboroto de hace rato.
—Mi Kim...— suspiró, sentándose— lo lamento, cariño, no sé cómo justificar lo que acaba de suceder— se limpió el rostro, había llorado un poco debido al enojo que sintió— pero puedo asegurarte que tienes mi apoyo y mis felicitaciones, un bebé que es querido jamás será un error, Jungkook nos explicó que están conscientes de lo rápido que sucedió, pero que no quisieron tomarlo como algo malo y mejor recibirlo con felicidad.
Resopló una risa.
—Jungkook es más maduro que yo, al menos él si pudo regresar y hablar al respecto— dijo— siempre defendiéndome.
—Como tiene que ser, supongo que es una razón por la que le quieres tanto— acarició su hombro por encima del cobertor— ¿Recuerdas nuestras llamadas? Tú en Londres y yo aquí, hablando sobre que habían montones de chicos guapísimos de ojos azules rodeandote, nos reíamos como adolescentes hablando de ellos y antes de finalizar la llamada... siempre preguntabas por Jeon Jungkook.
—Mamá...
—Él siempre te gustó tanto, ningún otro le llegaba a los talones— sintió su rostro caliente, sabía que se había puesto totalmente roja— es bueno saber que fuiste correspondida y que le gustas con la misma intensidad, lo entiendo, además, pasaron cinco largos años en los que no sabían nada del otro, es natural que al volver a encontrarse las ansias por tenerse fueran como de otro mundo— se inclinó, besó su mejilla— te amo, hija, eres mi regalo más precioso y yo estaré aquí para lo que necesites siempre.
Sonrió con los ojos brillantes por las lágrimas.
—¿Incluso si tengo ochenta?
—Incluso después de muerta, yo encontraré la manera de aparecer y ayudarte en lo que me pidas— negó, sacudiendo la mano— disfruta de tu relación de la manera que quieras y al ritmo que se te antoje, eres una adulta, una mujer responsable y confío plenamente en tí, sé que harás las cosas a tu buen criterio.
Se acostó con ella, cuchicheando como siempre, Kim se permitió volver a emocionarse con su madre y eso le devolvió el alivio.
—¿No es muy pronto?
—Que va— le respondió, risueña— cuando quedé embarazada de tí, lloré durante tres días y aunque todavía no fueses... algo, técnicamente— rieron— yo ya estaba imaginándome como sería, pensaba, ah, probablemente será un niño y si lo es, será el hombre más consentido del universo y si resulta ser una niña, mi tonto esposo le bajará el cielo, porque él estaba obsesionado con la idea. Ambos estábamos hechos un manojo de ilusiones cuando apenas y nos habíamos enterado.
—Jungkook probablemente quiera una niña, también.
—Tengan opciones de nombres para ambos casos. Por si las dudas.
—Yo opino que hay que celebrar con jugo de mora para Kim y el Jeonfeto— comenzó Jimin— y vino blanco para nosotros cuatro.
—También podría ser una mini Kim.
Jungkook asintió.
—Ojalá.
Los padres de ambos se habían ido luego de disculparse con los dos, especialmente con Kim, aunque eso no hizo mucha diferencia en Jungkook pues él seguía enojado, pero su novia si que sabía perdonar fácilmente.
Mientras Jimin iba con Jungkook a la cocina para traer lo mencionado junto a un poco de lo que quedó de la cena, Rosé ubicaba a Kim en medio de ella y Taehyung para apretujarla en un abrazo que parecía buscar hacerla llorar, como si no hubiese llorado lo suficiente hacía minutos atrás.
—Nuestra Kimie es una bebé que tendrá un bebé.
—Jungkook necesitaba a una bebé y ya tiene dos— comentó Jimin con malicia mientras llegaba— Daddy y sus babys.
—¿Por qué todavía no te golpeo?
—Debes estar reteniendolo hace años.
Se rieron, Jungkook le acercó a Kim un vaso con jugo de fresa que era su favorito últimamente y luego tomó asiento con Jimin, ambos conversando pues eran buenos amigos aunque no lo parecía.
—Cuando nazca el nene o nena— comenzó Taehyung— supongo que es cuando van a casarse.
—Probablemente— respondió el mayor— ya compré el anillo perfecto.
—¿Perfecto?— asintió, sonriente— Lo quiero ver.
Kim sabía que con sus amigos si podía emocionarse.
—Jungkook sugirió que nos casaramos de noche y en la playa— sonrió, dando pequeños aplausos y tomando del jugo después— y a mí me encanta la idea porque la playa es un lugar importante para los dos.
—Me pido ser la dama de honor.
—Ay, claro que sí, Rosie.
Entonces Taehyung observó intensamente a Jungkook.
—¿Qué?
—Yo tengo que ser el padrino.
—No creo que a Yoongi le haga mucha gracia eso.
—No me importa, tengo que serlo yo.
Se aproximaba una disputa por ese puesto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro