06
Jeongin, Hyunjin y Félix iban en la parte trasera del auto cantando, todos iban animados, la navidad juntos siempre era grandiosa.
Jisung tenía su mano en el muslo de Minho, acariciandolo suavemente. Sentía bastante culpa, su novio era su mayor adoración, en algún punto de estos dos años, había querido ser sincero con él, pero no pudo, ver sus ojitos llenos de emoción en aquel entonces, no permitió que se sincerara y siguió fingiendo, hasta hoy...
— Ya vamos a llegar, quiero ver a Sunno. — dijo Jeongin con emoción.
— Como siempre, Jeongin nos abandona por estar con Sunno. — reprochó Hyunjin.
— Nos mete cacho, Hyunjin. — dijo Félix.
— Claro, Sunnito es el verdadero amor de mi vida. — mencionó entre risas Jeongin.
Minho río suavemente y posó su mano sobre la de su novio, regalandole una sonrisa.
Jisung ayudó a su novio a sostener el pastel mientras bajaba del auto, luego se lo entregó y comenzaron a caminar hacia la puerta. Todos sus amigos iban detrás; sus familias sabían que si iba uno, iban todos, era su costumbre.
— Hermanito. — Su hermana le saludó con un fuerte abrazo — trajiste a la manada, pensé que era chiste de mamá.
— No lo es — sonrío tranquilamente — te presento a mi novio por fin en persona.
Minho se inclinó pero la mujer le abrazó fuertemente — Al final te conozco, ya era hora, moría de ansias de ver a mi gran amigo.
Jisung sabía de la buena relación que tenía su hermana mayor con su novio, pero sus miradas de complicidad y alegría eran extrañas.
— Hola chicos, pasen y denme un abrazo.
Todos abrazaron a la preciosa mujer amable y se adentraron a su hogar.
Jisung le ofreció ayuda a su novio con llevar el pastel al refrigerador y cuando iba a meterlo, se le ocurrió algo.
Jeongin llegó a dónde Jisung estaba, sus manos sobre la caja de cartón en donde estaba el pastel hecho por Minho.
— ¿Ya tienes un plan?
— Sí — Jisung le volteó a ver — diremos que habían hormigas, mira, hay un nido de hormigas en ese rincón llevándose una cucaracha, si las esparcimos en él, nadie podrá comerlo.
— Sigo creyendo que ser sincero es mejor, la cagada ya está, mejor es decirle la verdad.
— ¿Y humillarlo enfrente de mi hermana? — rió sarcasticamente — Jamás, prometo decirle la verdad, pero no hoy, no lo lastimaré esta noche, quiero que pase una buena navidad.
— Como quieras, pero antes, déjame verlo.
Jisung comenzó a esparcir las hormigas que Jeongin le pasaba, algunas muertas, otras vivas, pero si antes no era apetitoso, ahora menos.
— Jeongin, pásame más — Jisung extendió su mano para obtener las hormigas, pero se quedó esperando — Rápido, antes que venga Minho.
Al no tener respuesta, giró su rostro y está seguro que se quedó sin color. Minho estaba parado ahí, viéndole con los ojitos tristes y Jeongin detrás de él con la mirada asustada.
— Minho, dejame explicar.
— Silencio. Jeongin, déjanos solos.
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