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¡Vacaciones!

Las vacaciones posteriores a los exámenes son uno de los momentos más pacíficos para un universitario, hay un momento en que no deseas otra cosa que dormir antes de las dos de la madrugada y despertarte después de las seis de la mañana. Hasta lo más ordinario se convierte en extraordinario cuando se trata del descanso adecuado y las comidas a una buena hora.

Jimin y Jungkook lo entienden a la perfección. Maldición, ellos con trabajo dormían tres horas y daban dos comidas al día.

Para un universitario siempre habrá prioridades posteriores al estudio, primero es desvelarte para exentar y luego descansar adecuadamente, por último, reponer los kilos perdidos por la dieta a la que uno se somete involuntariamente.

Pero hay algo, tan importante como dormir dieciséis horas seguidas o consumir dos hamburguesas tamaño familiar, y es el contacto físico. No cualquier tipo de contacto, en realidad se trata de uno que genera placer y provoca suspiros y jadeos ahogados.

Jimin lo extraña tanto al punto de suspirar cada que ve el torso desnudo de su pareja al nadar junto al resto de sus amigos, o cuando se cambia de atuendo antes de salir con todos a cenar.

Jungkook no es muy diferente, siente que la espera es agotadora, que su paciencia se pierde cada que su novio se agacha sin pudor alguno dejando una vista perfecta de su trasero abultado, o cuando sus labios sobresalen y su boca se mantiene entreabierta por la comida picante que tanto disfruta consumir.

—¿Deberíamos encender el fuego? Comienza a hacerse de noche y no han de tardar en tener hambre. —Escucharon a SeokJin decir a su novio, moviendo las extremidades de Taehyung para que éste lo soltase del lío de lianas en que se había convertido.

—Pero, hyung, tú debes estar aquí conmigo, dándome calor y amor —renegó sin mover un solo músculo y haciendo pucheros con sus labios delgados.

—Tae, por favor...

—¿Crees que deberíamos regresar a nuestra habitación? —preguntó Jimin en un susurro, sentado detrás de su pareja y acariciando con sus pequeñas manos los abdominales marcados que ocultaba la camiseta sin mangas.

—¿Deberíamos? —Jungkook regresó la pregunta tratando de verlo por la vista periférica y un escalofrío le recorrió la espalda. Jimin sonreía de medio lado y su mirada tenía un brillo único.

—Ya sabes... —Ahora se encontraba en su oído, encendiendo con su voz ronca todas las terminales nerviosas en su cuerpo—. Podríamos hacer algo más en lo que todos se encuentran aquí en la playa.

La invitación era tácita, pero cualquiera la entendería a la perfección. Jungkook tragó saliva con fuerza y asintió despacio, poniéndose de pie de inmediato y extendiendo su mano para ayudarle a hacer lo mismo.

—¿Chicos, se van? —preguntó Namjoon desde la distancia al notarlos, ellos asintieron a la par y Jimin se recargó en el hombro de su novio antes de bostezar con fuerza.

—Jimin está muy cansado, el viaje ha sido agotador para nosotros y no hemos podido dormir bien desde los exámenes —explicó tratando de lucir lo más convincente posible y reteniendo la sonrisa que amenazaba con salir.

—Entiendo... y conociendo al pequeño Park Jimin estoy seguro de que no dormía ni comía por estudiar. —Los hoyuelos de Namjoon se marcaron con su sonrisa y asintió dejándolos marchar—. Descansen chicos.

En cuanto se adentraron a la habitación Jimin dejó salir una risa queda antes de dejarse caer en la mullida cama y Jungkook no dudó en acercarse para ponerse sobre su cuerpo sin aplastarle.

—Ya estamos aquí, ¿qué debemos hacer? —cuestionó con su voz ronca, besándole las mejillas y descendiendo por su cuello.

Jimin gimió encantado y permitió que el recorrido de besos se extendiera hasta la altura de su ombligo, lugar en el que su pareja tomó su tiempo, acariciando y lamiendo el vientre plano. La camiseta había desaparecido y ellos realmente no saben cómo ni cuándo.

El ambiente poco a poco se volvía más caliente y eran conscientes de eso, de como sus miembros despertaban ocultos debajo de los shorts de baño.

—Podemos... podemos...

—¿Si?

La pequeña mano de Jimin bajó por la espalda contraria hasta situarse a la altura de sus glúteos, apretó un poco y luego dio la vuelta al cuerpo para encontrarse con el miembro de su pareja y acariciarlo sobre la ropa, delineó el largo y concentró sus caricias en la cabeza, provocando suspiros profundos.

—Podemos divertirnos mucho, hace tanto que no lo hacemos —murmuró.

Jungkook sonrió ladino y se separó de su cuerpo, admirándolo desde la altura para posteriormente quitarse por sí mismo la camiseta. Luego volvió a bajar y se lamió los labios antes de acercar su boca caliente a la de su pareja, derritiéndolos a ambos con un beso profundo donde sus lenguas se enredaban y la saliva escurría por las comisuras.

—¿Estás seguro? Los chicos podrían escucharnos. —Pero sus acciones decían todo lo contrario. Él ya se encontraba dando la vuelta al cuerpo de Jimin y poniéndolo boca abajo.

—Sí, está bien —dijo a mitad de la cama, buscando a tientas la almohada que pondría bajo su cadera—. Seré muy silencioso.

—Uhmm —gimió Jungkook, incrédulo hasta las orejas—. Ni siquiera encendimos la luz cuando llegamos.

—No la enciendas, creerán que seguimos despiertos —pidió.

La risa se ahogó en lo profundo de su garganta. Estaba sorprendido, aunque no tanto.

—Lo estuviste planeando, ¿no es así? —cuestionó besando su hombro desnudo mientras sus manos tocaban la piel caliente de su espalda.

Jimin asintió, sus ojos cerrados y boca semiabierta eran una obra de arte. Cada vello de su cuerpo se encontraba erizado y su cadera se movía involuntariamente para generar un roce entre su pene erecto y la superficie de la cama.

—Todo el día, cada que te veía. —Su voz es cálida y dulce, es como el terciopelo y seduce a Jungkook como nada más es capaz de hacerlo. Hay algo en esa voz que lo motiva a querer ser duro y exigente.

—¿Cada que me veías? ¿Qué era lo que pensabas? —preguntó interesado. Quería escuchar a Jimin decir lo mucho que lo deseaba, saber que su pareja estaba tan deseosa por ese encuentro como lo estaba él.

—Quería hacerlo, quería que me tomaras ahí sin importar nada. —Los movimientos de cadera seguían, pero ahora con una nueva dirección. Su trasero se movía contra la polla de Jungkook, restregándose sin pudor alguno y con los codos enterrados en el colchón.

Él no dudó en seguir el juego e imitó los movimientos de Jimin, sujetándolo de las caderas para ejercer más presión en cada embestida falsa. De inmediato se escucharon los gemidos en muestra de lo satisfactorio del movimiento y Jungkook volvió a sonreír.

Era fascinante, Jimin pocas veces se volvía tan sumiso o complaciente en la cama —a excepción de cuando bebían— y justo en ese momento parecía estar dispuesto a todo.

—¿Quieres hacerlo ahora? —preguntó deteniéndose por un segundo y recibiendo a cambio un asentimiento entusiasta junto a un empujón de sus glúteos—. ¿Seguro, bebé? Vamos, dime algo.

—Sí, lo quiero. —Jungkook de inmediato comenzó a desnudarlos a ambos y Jimin no dudó en comenzar a sobre estimular su miembro con sus pequeñas manos, mordiéndose los labios por el placer.

Un par de glúteos blancos y redondos quedaron expuestos y Jungkook bajó su rostro para besarlos con cuidado, sintiendo como se mecían de un lado a otro para que las caricias también llegaran a la piel fruncida de su entrada. No lo pensó mucho, hizo que Jimin se hincara en el colchón con la cara enterrada en las almohadas y admiró la piel dejando que su aliento caliente la erizara.

—¿Te mantendrás callado?

Jimin asintió, pero en cuanto su lengua se apoderó del canal entre sus glúteos no pudo guardar silencio.

—¡Ahgg, Kook! —gimió con fuerza y todo su cuerpo tembló.

—Shhhh, dijimos que guardaríamos silencio. —A lo lejos podía escucharse las risas del resto y el movimiento de las olas—. Voy a prepararte y tú te mantendrás callado.

—Yo...

—¿Qué pasa?

De repente Jimin fue más consciente de lo que estaban haciendo, de hasta dónde estaba llegando su calentura y lo mucho que había pensado en eso.

—El lubricante está en mi mochila.

—Ohhh.

Jungkook no dijo más y se puso de pie en busca del frasco con lubricante a base de agua. Y aunque Jimin pensó que él se reiría del haber traído condones y demás, también sabía que su pareja jamás diría algún comentario que lo hiciera sentir ofendido o avergonzado. Muy por el contrario, pudo ver una sonrisa sincera en sus labios delgados y una mirada cariñosa en cuanto volvió detrás de él.

—Fue una buena idea, así no será tan duro para ti y no tendremos que esperar para volver a casa —comentó mientras abría el frasco y vaciaba una generosa cantidad en su mano derecha que posteriormente se dirigió a su entrada. Luego volvió a girar el cuerpo de Jimin para verlo mientras lo preparaba y besó con ganas su boca, jadeando en medio del beso.

Jimin quiso agradecer, aunque las palabras no salieron. En su lugar, un gemido surgió de lo profundo de su garganta y terminó en un jadeo al sentir la invasión de los falanges de su pareja.

Los dedos de Jungkook eran largos y delgados, perfectos para dilatarlo y darle placer. Y aunque al principio podría ser doloroso, él siempre sabía qué lugares tocar y el momento exacto para hacerlo.

Observó con ojos perezosos como el cabello oscuro se pegaba a su frente por el sudor, como aquellos labios delgados envolvían su pene y éste desaparecía en el interior de su boca, así como la sensación electrizante de los cuatro dedos en su interior.

—Jungkook~ Ahhg~ Jungkook.

Su miembro fue liberado de aquella boca pecaminosa, pero no por completo. Jungkook mantuvo sus labios en el tronco, besando cada centímetro de piel caliente y las venas que sobresalían por la excitación.

—¿Si? —cuestionó sin detenerse, apenas haciendo contacto visual.

Jimin cerró los ojos y dejó caer su cabeza en la almohada, cansado y a punto de correrse.

—Voy a...

—¿Terminar? —El asentimiento fue suficiente motivación para acelerar las embestidas con sus dedos y volver a introducir el miembro frente a él.

—No, Jungkook, espera, espera. —A pesar de suplicar por que se detuviera su mano se dirigió al cabello largo y lo haló con fuerza mientras su interior apretaba los falanges invasores.

El orgasmo fue tan inevitable como devastador, su mirada se nubló y el aire abandonó sus pulmones a base de gemidos y jadeos roncos. Para evitar hacer más ruido del debido cubrió su rostro con una de las almohadas y dejó salir pequeñas lágrimas por las orillas de sus ojos gracias al placer.

Jungkook esperó unos minutos para retirar la almohada y la mirada desenfocada de Jimin pudo ver la sonrisa socarrona contraria.

—¿Estás bien? Te corriste mucho. —Contrario a sus facciones, su voz era suave y acogedora.

Asintió, notando como el más alto jugaba con el semen en su abdomen y lo dirigía a su entrada, combinándolo con el lubricante.

—Sí, estoy bien —respondió con la voz ronca y los ojos brillosos.

—¿Quieres que continuemos?

Jimin vio como el miembro ajeno se veía más grande de lo que recordaba, el grosor era tan sorprendente como su longitud, las venas sobresalían hermosamente y el líquido preseminal lo llamaba para ser probado.

—Sí, hay que continuar —murmuró poniéndose en cuatro, dejando a la vista el canal abierto que esperaba ansioso por ser llenado.

Jungkook no tardó en acercarse con su miembro izado y buscar el preservativo sobre la cama.

—Deja eso.

—Estoy buscando el condón.

—Lo sé, no es necesario que lo uses —indicó, moviendo las caderas sugestivamente.

—Claro que es necesario, sabes lo que puede pasar si no.

—Kook, por favor, solo esta vez.

¿Jungkook quería?

Por supuesto, pero temía de la reacción de Jimin si las cosas no salían bien en el futuro.

A pesar de sus dudas acercó su miembro palpitante a la entrada en el mismo estado y entró poco a poco, gozando de la sensación de piel con piel y luchando por no embestir inmediatamente.

Jimin recibió gustoso el trozo de carne caliente que se hacía espacio en sus entrañas y jadeó ahogadamente al sentirlo por completo en su interior.

—¿Estás bien?

—Lo estoy.

Abrazando una de las almohadas se empujó a sí mismo hacia atrás, chocando con el cuerpo contrario y haciendo que Jungkook lo sujetara de las caderas mientras él se penetraba.

—¿Quieres que me mueva? —Jimin sabía que él solo se estaba conteniendo por lo que no dudó en asentir. Las penetraciones fueron lentas y delicadas, cuidadosas al no haberlo hecho por un tiempo. A pesar de ello, Jimin sentía que se quedaba sin aire, no podía describir la deliciosa opresión que generaba la polla de su acompañante en el botón de nervios que tenía dentro.

Con el paso de los segundos las embestidas fueron tomando fuerza y velocidad, obligando a Jimin a enterrar las uñas en el colchón mientras sus gemidos eran cubiertos por la almohada en su boca. Jungkook no estaba muy diferente, el placer que le generaba la piel caliente que envolvía su miembro era indescriptible, como terciopelo cálido que lo abrazaba con la presión exacta y lo hacía gruñir en voz baja.

Sus dedos fríos buscaron los pezones ajenos y Jimin gritó al sentir como los pellizcaba con poca fuerza. Sus ojos se humedecieron por el placer de los besos que eran dejados en su cuello y se elevó cuando Jungkook lo abrazó con uno de sus brazos.

—Detente o voy a correrme. —Alcanzó a decir, su cabello rubio se encontraba hecho un caos y sus mejillas estaban húmedas por las lágrimas y el sudor.

—¿Por qué me detendría cuando estás tan cerca? —Su voz ronca dando directamente en uno de los oídos contrarios.

Jimin gimió frustrado, moviéndose a la par de las embestidas.

—Por favor, hablo en serio —pidió, rodeando con uno de sus brazos el cuello de su pareja.

Jungkook sonrió, abrazó con más fuerza a Jimin y con su otra mano acarició el largo de su cuerpo hasta dar con el miembro que lloraba como muestra de lo cercano que estaba su segundo orgasmo.

—¿Por qué me detendría? Míralo, ruega por atención —dijo antes de envolverlo con su gran palma y masturbarlo con rapidez.

Jimin se mordió los labios con extremada fuerza y con su mano libre acarició uno de sus pezones.

—Mírate, pidiendo que me detenga cuando tú también te tocas.

Y era verdad, el placer lo estaba volviendo loco.

—S-si me corro me escucharán, lo sabes. —Lo sabía, tan bien como que Jimin le pediría más en cuando tuviera su segundo orgasmo.

Sonrió antes de besar la piel desnuda de su cuello y hombro, posteriormente los recostó a ambos y aceleró las embestidas y su profundidad.

—Hagamos una apuesta. —Jadeó—. Te correrás y si alguien más viene a reclamarnos haré lo que tú quieras más tarde, si nadie te escucha lo dejaremos hasta aquí. ¿Qué dices?

¿Pasar vergüenza y disfrutar o que nadie lo notara y no poder dormir por seguir caliente?

Jimin no sabía que podría ser peor.

—Eso... eso es... injusto ¡Ahgg!

—¿Lo es? —Jimin solo asintió, incapaz de responder con palabras—. Vamos bebé, sé que te falta poco. —Incentivó Jungkook, halando sin mucha fuerza su cabello y mordiendo su hombro. Amaba dejarle marcas que más tarde podría ver con orgullo, Jimin nunca se quejaba y parecía bien con ello por lo que siguió con esa interesante costumbre.

Él realmente quiso postergar su orgasmo, luchó con toda su cordura y fuerza de voluntad, pero resultó imposible. El mundo dio un vuelco y una corriente eléctrica lo recorrió de pies a cabeza, centrándose en su vientre bajo y provocando una fuerte descarga de semen que manchó las sábanas debajo de ellos.

Jungkook no necesitó que le dijeran que su pareja se había corrido, lo supo cuando su interior se contrajo y se le dificultó más la penetración, mas eso no disminuyó su placer. Muy por el contrario, la presión extra incrementó su éxtasis y aceleró su eyaculación. Llenó con su caliente esencia a Jimin y disfrutó de la obra de arte que era su semen escurriendo por los muslos firmes.

Se derrumbó junto al bulto en que se habían convertido y rio despacio cuando lo sintió acurrucarse a su lado.

—¿Estás bien? —preguntó mientras su mano viajaba a acariciar los cabellos rubios y despeinados.

—Lo estoy. ¿Qué hora es?

—Casi las dos de la mañana. Deberíamos dormir.

—Sobre eso...

—¿Aún estás duro?

Jimin se mordió los labios y cerró los ojos.

—No es necesario que hagas nada, solo déjame montarte, de lo contrario no podré dormir. —Sentía vergüenza en tener que pedir eso, pero ambos sabían lo que sucedía cuando tenía más de un orgasmo en la misma noche.

—¿Todavía podremos dormir? —cuestionó con ironía, sintiendo al más bajo subirse sobre él y penetrarse a sí mismo.

—No tardaré, lo prometo.

—Está bien, sabes que no debes preocuparte por eso.

Tan solo eran las dos de la mañana, todavía les quedaba una larga noche para disfrutar de esas vacaciones.

En otra habitación, algunos metros retirada de la de ellos, Min Yoongi abrazaba con fuerza a Jung Hoseok, tratando de retener las lágrimas que jamás creyó soltar por un peluche.

—¿Crees que... que todavía estén despiertos? —preguntó a su pareja con los ojos rojos y el labio tiritando, era vergonzoso, pero tampoco podía evitarlo.

—Bebé, es hora de dormir, estén despiertos o no, no puedes ir a molestarlos. —Trató de hacerlo entender, así como de animarlo con un par de caricias en su cabello y besos sobre su frente.

—Pero... Es mi peluche, Hobi. He tenido ese peluche desde que tenía diez años, siempre duermo con él y nunca lo había perdido por tanto tiempo.

"Razones por las que tengo más celos de un peluche que de un ser humano" Pensó Hoseok.

—Es solo por hoy, bebé. Y no está perdido, solo cambió de dueño momentáneamente. Mientras puedes dormir abrazado a mí, me mantendré lo más quieto posible —ofreció. Y aunque Yoongi quiso seguir quejándose y negar, optó por asentir y acurrucarse a su lado, llorando en silencio por su pérdida—. Yoongi, no llores, me harás llorar a mí también y comenzaré a odiar a tu peluche. Ni cuando me fui a Japón lloraste tanto.

—N-no es lo mi-mismo. Tú fuiste a Japón por trabajo, mi pequeño está ahí secuestrado. Ni siquiera me dieron tiempo de decirles que dejé mi mochila en su habitación —renegó con un puchero en sus labios.

Hoseok se enderezó y haciendo uso de su fuerza movió a Yoongi sobre su cuerpo para tenerlo sentado en su regazo, luego lo besó despacio, limpiando sus mejillas húmedas y pellizcando su nariz.

—Es hora de dormir, pequeño. Mañana pelearé por ti y recuperaré ese dichoso hijo tuyo.

—Se llama Ggo Mi.

—Lo que sea, a dormir.

—Pero...

—Shhhh, a dormir.

Sí, una larga noche. 






[3160 palabras de basura hecha con amor. Te amito park_jimin061313, sabes que tú como Meli_Gonz96 son el amor de mi vida]

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