Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Extra 2- Yeonjun

capítulo largo

11 de enero, 1997

Yeonjun se encontraba coloreando un libro que sus padres le habían regalado para su cumpleaños. Era un día de mucho frío y no podía salir a jugar al patio, por lo que se las tuvo que ingeniar para quedarse adentro.

Como todos los días, sus padres se iban a trabajar, según lo que él había escuchado, no tardarían en salir de vacaciones. Todos sus compañeros de colegio decían que saldrían con sus familias de viaje o verían películas juntos. Pues, en el caso de Choi, estaría solo con su nana o su abuela.

Ya había terminado de colorear todo el libro, que en parte eran cien dibujos para colorear, pero todas las veces que él se quedaba solo pintaba desde el amanecer hasta el anochecer. Dejó su librito y soltó un bufido, colocando su cabecita en sus manitas.

-¿Mamá y papá ya vendrán?- preguntó, mirando de reojo a su noona.

-Si amor- sonrió Soojin.- Ellos vendrán en unos minutos.- dijo viendo su reloj.- Ahora toma tu leche, no puedes estar con el estómago vacío.

Yeonjun tomó el vaso y tragó lentamente el contenido. Miró unos segundos el vaso, mientras en su cabeza resonada la palabra vacío. Él no tenía solo el estómago vacío, ni su casa vacía. Su vida estaba vacía, sin sus padres, sin hermanos, sin amigos. Se sentía solo.

-¿Algún día conoceré a alguien?- preguntó al aire, sin dejar de mirar el vaso. Soojin lo vio mientras secaba los platos.

-¿A qué te refieres?- preguntó confundida.

-Siempre estoy contigo, quiero conocer a alguien nuevo.- hizo un puchero. Soojin besó su frente, corriendo los cabellos castaños del menor.

-Estoy segura que un día tendrás a alguien a quien amar.- guiñó el ojo.



Los días pasaban, y seguía siendo lo mismo de siempre. Los padres de Choi acudían a su trabajo día y noche, apenas llegaban a saludar a su hijo antes del colegio y antes de dormir. Era 13 de agosto, donde Yeonjun cumplía ocho años. Como era normal, sus padres no estaban ahí, pero le habían dejado un libro esa mañana. Sonrió, por lo menos no se olvidaban de él, la nota decía feliz cumpleaños, te amamos hijo, aunque era la misma nota de todos los años, y se le notaba por el color del papel y las arrugas que tenía.

Yeonjun sonrió fuertemente y abrió con rapidez el regalo. Soojin se encontraba grabando para que los padres de Choi no se perdieran nada. Su abuela también estaba ahí, para soplar las velitas junto a su nieto. En lo que el pequeño abría el regalo, notó confusión en su rostro. Soojin quedó estupefacta al ver su reacción.

-¿Qué es esto?- sacó el libro y frunció el ceño.- Maaa...te... Mate... Noona ¿Qué dice aquí?- aunque tuviera ocho años, su lectura se le dificultaba por falta de aprendizaje.

-Matemáticas- dijo confundida Soojin.

-¿Cómo le darán a un niño un libro de matemáticas?- se quejó la abuela de Choi.

En ese instante, la puerta de entrada fuer abierta. Los padres del menor ingresaban a la sala. Yeonjun moría por salir corriendo a abrazar a sus padres, pero recuerda cuando la última vez que lo hizo recibió un fuerte regaño seguido de un golpe por ser "inmaduro"

-Mi lindo niño, feliz cumpleaños.- sonrió su madre, besando sus mejillas. El pequeño seguía sin reacción alguna.

-¿Abriste tu regalo?- dijo un poco seco su padre.

-Si- respondió del mismo tono.- Matemáticas.

- Si, a partir de mañana te ayudaré con eso. Debes especializarte con los números.- dijo el señor, quitándose el abrigo. Era una mañana lluviosa allí.

-¿Por qué? Odio matemática.- hizo un puchero, sobresaltándose por el golpe que hubo en la mesa.

-¡No seas desagradecido! ¡Agradece que trajimos un regalo y no un estúpido libro de colorear!- regañó. El pequeño comenzaba a formar lágrimas en sus ojos.-¡Sin llorar! Sabes que no debes llorar.


Durante años, Choi recibía libros y libros de matemáticas. Su padre no lo dejó elegir una carrera, debía ser contador como él. Yeonjun ni siquiera había terminado la escuela primaria y ya tenía su vida decidida.

Él ya contaba con quince años. A esa edad, mientras no se encontraban sus padres en la casa, salía con su mejor amigo, Soobin. Kang lo invitó a su casa esa tarde ya que era el cumpleaños número ocho de su hermanito, Taehyun. Choi fue a comprarle un regalo con sus ahorros, le compró un juego de cartas, debido a que no sabía que comprarle a un niño de ocho años. Después de todo, eran cartas para niños con dibujos. Un regalo que jamás había recibido en su vida, porque según su padre, debía hacerse hombre a temprana edad.



-¡Un juego de cartas! ¡Gracias Yeonjun!- sonrió el menor abrazando al mejor amigo de su hermano.

Yeonjun veía como Taehyun abría regalos variados. Había ropa, juegos, pijamas y peluches. El menor era completamente feliz aunque le regalaran una banana. Su tía le regaló un hermoso pastel de Spider Man y el pequeño Kang demostraba su felicidad.

-Así se siente.- dijo para sus adentros, viendo la hermosa infancia que tenía y el jamás pudo tener.


Mientras tanto, esa misma semana, surgió un rumor sobre Choi. Alguien en su escuela difundió que Yeonjun acosaba a una de sus compañeras. Esa chica había dicho que Yeonjun la perseguía y la veía en el baño, además de levantar su falda. El castaño se defendió diciendo que jamás haría eso porque 1. El jamás sería así con una mujer puesto que era muy respetuoso y caballeroso, y 2. Él era gay, no tenía ninguna atracción en verle los atributos a una chica.

Junto al director del colegio y sus padres tomaron la decisión de cambiarlo de escuela, debido a todos los malentendidos que hubo y las mentiras de esa chica quien le hizo la vida imposible a Choi. Por esto mismo, se cambió al instituto donde encontraría a ese alguien que tanto soñó.


Tuvo que dejar a Soobin atrás, pero aun así seguían manteniendo contacto. Esa mañana, en su primera semana de su nueva escuela, discutió fuertemente con su padre. Mientras se sumergía en sus pensamientos, por accidente chocó con alguien.

-Como lo siento, yo...- el otro chico se quedó estupefacto. Yeonjun no dijo nada y ayudó al rubio a juntar sus cosas.- Muchas gracias.- sonrió débilmente.

Mientras se iba, volteó a ver al chico quien lo estaba mirando también. Choi le sonrió, haciendo que el menor se sonrojara.



Un tiempo luego de conocer a Beomgyu, ambos comenzaron a conocerse un poco más y salían. Soobin no lo llamaba mucho últimamente, puesto que él salía con Yeji y se olvidaba de su amigo. Por lo que al estar con Beomgyu no era malo en la relación de amigos con Kang.

Lee y Choi ya contaban con nueve meses de noviazgo, mientras que Yeonjun tenía casi diecinueve años, Beomgyu todavía tenía diecisiete, por lo que era muy menor para estar con él y lo hacía sentirse incómodo, más que nada por la relación entre él y los padres del menor.



Una noche, mientras llovía apenas, la puerta del departamento del mayor era tocada con intensidad. Con desgano y odio, fue a abrir, dejando ver a un Beomgyu destrozado. Lloraba como nunca hizo en su vida. Se tiró a sus brazos y no lo soltó.

-Gyunnie, ¿Qué tienes?- preguntó preocupado y somnoliento. El rubio secaba sus lágrimas mientras hipaba.

-Dis...discutí con mis padres... por ti...- intentaba hablar pero era en vano.

Esa noche Yeonjun dejó su estricto horario de sueño para escuchar a Beomgyu con su corazón partido. El menor había discutido fuertemente con sus padres por el hecho de ser gay y querer estar con Yeonjun.


Primera señal: dependencia


Eran dos adolescentes que creían que el mundo era rosa y lleno de corazones, donde tu pareja era perfecta y jamás te lastimaría. Era la primera vez donde dormirían juntos en la misma cama. Anteriormente era el mayor quien dormía en el sillón para que Beomgyu durmiera cómodo en la cama. Lee temía ser un estorbo y pidió que se iría a la casa de su amigo a dormir. Los celos de Yeonjun no lo permitieron y por eso, esa misma noche, ambos conocieron lo que era la intimidad.



Cuando Choi había iniciado la universidad, fue elegido rápidamente  como un genio de los números, recibiendo elogios de todos los profesores. Su habilidad para calcular era totalmente única. Un día en una clase, Yeonjun dejó a Beomgyu en su universidad, viendo con odio como se iba con Jeongin. Él ingresó a su universidad y se quedó sentado en su asiento, esperando a que de la hora de la clase.

No vio quien estaba a su lado, pero sintió la silla moverse.

-Hola Yeonjun.- dijo un chico más bajo, con un tono tímido.

-Wooyoung.- secundó confundido.- ¿Necesitas algo?

Jung titubeó. Miraba a su perfecto compañero y eso no permitía que sus palabras salieran de su boca.

-¿Pu...puedes ayudarme... con estos cálculos...por favor?- Choi asintió dudoso.


La rutina era la misma. Dejaba a Beomgyu, miraba con celos al amigo de su novio, iba a su escuela y ayudaba a Jung. No había cambios, hasta ese día.


-Yeonjun- llamó desde lo lejos. Choi suspiró y se acercó a él.

-¿Qué ocurre?

-¿Tienes un momento?- sonrió.

En ese instante, Choi Yeonjun se convirtió en otra persona. Los labios de Jung habían chocado ferozmente con los suyos, provocando asco y repulsión en él. No toleraba esa sensación, necesitaba besar a su pareja y alejarse de Wooyoung.

-¡¿Qué mierda haces?!- gritó fastidiado, limpiando sus labios.

-Lo que quise hace mucho tiempo- se acercó, pero fue fuertemente empujado por el mayor.

-Te recuerdo que tengo pareja y ni estando loco estaría contigo.- sin más que decir, salió del baño, dando un portazo. Jung veía con una sonrisa mientras negaba.

Era el comienzo



Tiempo luego, Yeonjun veía a Jeongin cada vez más cerca de Beomgyu. Intentaba confiar en él, pero la sensación de Wooyoung lo hacía sentir celos y temía perder a Lee.

-Adiós Innie- rió, despidiéndose de su amigo. Se adentró en el auto, besando la mejilla de su novio, quien no daba movimiento alguno.- Junnie, mi amor, ¿estás bien?

Los labios de Yeonjun atacaron los de Beomgyu, así sintiendo un poco de dolor.

-Te amo. Eres mi novio, por favor, no me dejes nunca.- suplicó. El rubio no entendía los actos del mayor, pero ya temía de lo que ocurriría.


Segunda señal: sospechoso.


En ese lapso, todo lo que parecía que habían construido, pareció derrumbarse. Ya no eran adolescentes, eran adultos jóvenes, debían ser conscientes y maduros sobre lo que hacían, aprender a confiar, entender que no son como otras personas. Pero al parecer, mientras más crecían, más desconfiaban.

Yeonjun tuvo un ajetreado día, estuvo como loco sacando números de las cuentas en la oficina y luego, como un completo tonto, fue a casa de Wooyoung. Tuvieron su "encuentro" y luego el menor le presentó a su prometido. Choi quedó petrificado, estaba a punto de romper un matrimonio.

Tuvo que hacer malabares para poder irse de esa casa de forma sigilosa y evitar que la pareja de Wooyoung, San, y Beomgyu se enteraran de aquel trato.


Llegó a su casa y encontró a su novio vestido con jeans rotos y una camisa blanca. Aunque maldecía por dentro por verse jodidamente hermoso, su límite llegó al punto extremo, convirtiéndose en alguien quien jamás juró ser.

Tomó fuertemente del brazo a Beomgyu, jalándolo hasta el interior de la casa. Un portazo dio y luego cerró sus puños, para comenzar a golpear y marcar su cuerpo. Gracias al sonido de un cuadro caerse, se detuvo de sus actos.

Beomgyu salió corriendo de allí, dejando a Choi solo. Vio el cuadro, con la foto de ambos pasando una hermosa cita. Sus ojos se aguaron, pero contuvo las lágrimas no debes llorar idiota.



Con los años, Choi restringió toda cosa que implicara estar con otras personas, ya sea salir, estudiar, juntarse o lo que sea. Tenía vigilado como halcón a su pareja. Odiaba hacerlo, pero por una extraña razón sintió que estaba obligado a realizar aquello.

Porque no solo yo te estoy controlando, alguien me controla a mi.



Beomgyu recibió mucho maltrato por su parte cuando él le daba todo realizado con amor. Eso lo hacía sentirse peor, ver como él era malo y Lee seguía siendo bueno y amable.

Gracias a alguien, cambió a ser un hombre que juraba no ser. Se estaba convirtiendo en su pesadilla, la cual quiso evitar cuando era un niño. Amaba a Beomgyu. Se odió a si mismo por haber ayudado a un amigo quien le dio la espalda y lo hizo lastimar.

Por una amistad te perdí para siempre.


Casi lo mata, no le importaba perder su dinero, su trabajo o sus relaciones con sus personas cercanas. Yeonjun lo que menos quería era perderlo a Lee, quería al menos sufrir viéndolo ser feliz como nunca pudo serlo con él.

Por suerte, su ex pareja era muy fuerte, porque realmente lo era. Choi agradeció a todos los cielos y aprendió a dejarlo ir.

O al menos eso intentaba.



Ese día que estaba por viajar a Australia, en el mismo lugar se encontró con el menor. Pensaba que o ignoraría, o lo miraría con repulsión. Pero no, estaba ahí parado, sonriéndole y le saludó. Choi sintió a morir, era la mejor persona en el mundo. Aun cuando en esos seis meses lo superó, ese día recayó.

Se mudó a Australia donde tenía el doble de trabajo y pasaba días y noches sin dormir ni comer. Hasta se aguantaba para ir al baño y eso le trajo problemas. Estaba pagando su castigo, y estaba pagándolo muy caro.

Aun así, su esfuerzo fue en vano. Durante un largo tiempo no hablaba ni pensaba en el menor, pero luego, esa imagen de él saludándolo en ese lugar lo hizo recordar y así volvió a investigar sobre su vida.

Pasarán los años, pero no te podré superar fácilmente. Porque te amo.






Holaa

Muy largo vio

Les gustó el cb? obvio si yo no lo supero ahshjdsfkmbgfd

Espero que lo disfruten y hagan stream

Hasta la próxima

Adiooos


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro