Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12

-Gyu, traje de las galletas con azúcar que amas y también...¡Beomgyu!- gritó Kang, al ver a su amigo tirado en el suelo, con pequeñas lágrimas en sus ojos.

-A...ayú- intentaba decir en un hilo de voz.

-Ya voy amigo. Tranquilo- dijo, levantando el cuerpo del rubio del piso. Intentó estirar sus músculos, pero no podía soportar los fuertes gritos y sollozos del menor.

-Soo...

Su cuerpo no podía más del dolor, aumentaban los calambres y las punzadas no paraban. Soobin hizo caso omiso a los reclamos del rubio y trató de enderezar el delicado cuerpo de su amigo para poder quitar esos calambres. Una vez lo estiró, comenzó a frotar sus piernas, sus glúteos y su espalda, haciendo que los músculos dejen de contraerse.

Unos minutos luego, Beomgyu dejó de sentir aquel dolor infernal y se recostó nuevamente en el sillón.

-¿Puedes decirme que te ocurrió?- dijo Kang preocupado, metiendo una galleta a su boca.

-Ni yo lo se- dijo casi susurrando- Me estiré y mi cuerpo se contrajo.

Soobin sospechaba que él mismo se hizo eso. Consideraba que como eran las ocho y media de la mañana, Lee se había despertado recientemente, y viendo que durmió en el sillón, algo raro ocurría. Podía sonar bastante obsesivo, pero ¿Quién quisiera tener un loco psicópata que lastima a su novio como amigo? Beomgyu era como su familia, al igual que Yeonjun, pero ya dudaba sobre las actitudes del mayor. Quería averiguar sobre los daños que tenía Lee, porque no había forma que Soobin se quedara sin hacer nada cuando su pequeño amigo estaba sufriendo.

-Es mejor que desayunes- giró su cabeza en dirección a los bolsos- ¿Y eso?

Beomgyu se quedó callado, tomando su café con crema y leche que le había llevado Kang.

-Iba a llamarte anoche- dijo tímido- Quería preguntarte si podía ir a tu casa.

-Cuando quieras, no se porque no lo dijiste antes- rió, intentando aliviar al incomodidad.

-Pero, sin que Yeonjun lo sepa.


En Australia

-Felix, no será la última vez que nos veamos. Recuerda, tu también vives en Corea- dijo con obviedad Choi.

-Si lo se, pero estar tan cerca de mi casa me trae recuerdos- dijo viendo por la ventana el paisaje de su país natal.

-Te prometo que un día vendremos y traeré a mi pareja aquí- sonrió.

-Lo anotaré y le voy a decir a mi mamá- rio.

Choi ya se encontraba armando sus bolsos. Estaba ansioso, esa misma noche iba a viajar a Corea y ver a su novio de nuevo. Iba a volver a tenerlo cerca, besarlo y cuidarlo, evitando que los chicos se acerquen a él, en especial un chico que quería evitar para que no le haga daño a su Beomgyu.

Pensaba en como sería verlo de nuevo. ¿Se tiraría a sus brazos a llorar? ¿Lo besaría ante todos? ¿O estaría durmiendo y cuando despierte lo verá? ¿Estará en su casa? No sabía de que forma el menor lo iba a recibir, pero esperaba que fuera de una buena forma, viéndolo feliz, sano y hermoso, como solía estar casi siempre.

En parte pensaba en como evitar que Jung interviniera una vez llegados a su país. En Australia era más fácil disimular la relación entre ambos, pero si eso se viera en Corea, Beomgyu se iba a enterar. Él era de ir varias veces a la oficina de Choi sorpresivamente. No quería perder a su novio por el maniático de su compañero, quien le hizo una muy mala jugada.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando su molesto compañero entró.

-¿Puedes creerlo? Todavía esos ingratos mocosos me llaman papi- bufó, guardando su teléfono en su bolsillo trasero- Una videollamada para hablar conmigo, por favor, como si ellos me interesaran- comenzó a guardar sus cosas en sus bolsos.

-Me fascina como es que amas a tus hijos- burló.

-Jamás quise tenerlos, pero San es terco- se acercó a él para abrazarlo y besarlo, acariciando suavemente su pecho.

Yeonjun lo apartó.

-No puedes besarme ni siquiera tocarme. Recuerda que rompí el trato- gruñó.

-Pero no puedes romper el amor que te tengo a ti- dijo suavemente, besando sus labios con profundidad.

Como si fuera mala suerte, alguien entró al cuarto y vio la escena.

-¡Aléjate!- gritó enojado el mayor.

Fijó su vista en el intruso

-Felix...

-Am... Yeonjun- rascó su nuca.

-¿No ves que interrumpes algo?- Wooyoung iba a cerrar la puerta, pero Felix habló antes de que lo hiciera.

-Tengo una llamada...- levantó el teléfono.





En Corea

Soobin se quedó ordenando un poco más, eran las 10 y media de la mañana, dejó que Lee durmiera un poco luego de sufrir aquellos dolores.

Subió a la segunda planta para barrer un poco, estaba aburrido pero no quería dejar al rubio solo, por lo que se las ingenió para ordenar. Sin embargo, eso le iba a costar, puesto que el menor si era muy desordenado. En esas dos semanas que estuvo solo sin Yeonjun, esa casa parecía un juntadero.

Lavó la ropa que quedaba, limpió los platos que Lee dejaba mediante los días que pasaban, se dedicó a limpiar un poco los muebles y barrer los pisos.

-¿Cómo es que está solo y desordena más que cuando está Yeonjun?- se quejó, sacando varios paquetes de comida abajo del sillón.

Esa pregunta lo hizo pensar dos veces más que cuando está Yeonjun. Dejó sus quehaceres de lado y subió silenciosamente al cuarto donde el menor estaba profundamente dormido. Kang se acercó y lo destapó un poco, dejando su torso a la vista. Delicadamente le subió un poco su pijama y notó esos terribles golpes.

Puso una mano en su boca, viendo como el cuerpo del rubio estaba lleno de hematomas y cortes. Los golpes parecían ser un poco antiguos, no dudaba que haya sido Choi quien los provocó. Pero los cortes se veían recientes. Las líneas de sangre marcadas en su torso y espalda parecían estar entrando en proceso de cicatrización, pero algunos cortes más arriba indicaban rastros de sangre fresca.

Kang lo volvió a tapar y bajó a la otra planta lo más rápido y silencioso que pudo. Se sentó en el sillón, tomando su cabeza con ambas manos, mostrando desesperación.

Tomó su teléfono y marcó al número que tal vez podría ayudarlo.

-¿Hola, Soyeon? Lamento hablarte ahora, pero necesito ayuda urgente- dijo, con un tono preocupado y asustado.




En Australia

-Es urgente, Jun, por favor- dijo, tendiendo el teléfono.

Yeonjun fue caminando hacia el pecoso y tomó el teléfono, atendiendo a la llamada.

-Si, soy Choi Yeonjun- decía, mientras asentía- ¿Qué?- ambos presentes miraban expectantes la llamada- ¿Ahora?... Está bien, está bien, voy enseguida.

Colgó la llamada y le devolvió el teléfono a Felix. Fue directo hacia sus cosas y cerró el bolso, dejándolo al lado de la puerta.

Salió y se dirigió hacia la sala de juntas donde Christopher lo estaba esperando. Felix lo comenzó a seguir por detrás.

Choi iba caminando rápidamente, mientras que a su lado Felix casi corría para llegar a la par del alto.

-Oye, ¿Qué fue todo eso?- dijo con la voz entrecortada.

-Te prometo explicártelo luego- dijo llegando a la sala.

Felix se quedó viendo como la puerta era cerrada frente a él. Un puchero se formó en sus labios y se fue caminando lentamente hacia algún lugar sin rumbo.

Algo lo tomó por sorpresa, más bien, alguien.

-Escucha bien, ni se te ocurra abrir la boca pequeño, si lo haces, te costará la vida- dijo con voz amenazante.

-¿Tu te crees capaz de todo?- enarcó una ceja.

-Ay por favor, no lo intentes- rio sarcásticamente- Se que tu no tienes nada más que tu empleo para perder, así que más te vale mantener tu boca sellada si no quieres ir a la miseria.

Wooyoung soltó el agarre, mientras se iba hacia su cuarto, mirando fijamente hacia el frente.

Felix estaba confundido, pero tenía miedo. No podía perder su empleo, si bien no conoce mucho a Jung, sabe que es demasiado intuitivo y es capaz de lograr lo que se le cruza a la mente. Salió casi corriendo del lugar, yendo lejos de donde se encontraba Yeonjun.




En Corea

-Perfecto, gracias Soyeon- agradeció, con voz amable, así colgando el teléfono.

-Ajam...- aclaró su garganta el dueño de la casa.

Soobin se paró en seco, viendo fijamente al menor. 

-Beommie...

-Soobin...

-¿Estás mejor?- intentó ocultar su nerviosismo.

-Lo escuché todo, Kang- puso sus brazos en la espalda.

-Agh, puedo explicarlo- intentó defenderse.

-No hace falta- dijo bajando lentamente de las escaleras- Se que quieres ayudarme, pero pronto desapareceré, no necesito ayuda.

Soobin se tensó.

-¿A qué te refieres?- dijo, con su labio temblando.

Beomgyu solo se quedó viendo al mayor sin darle respuestas. Parecía una guerra de miradas, donde apenas parpadeaban. Esas miradas se contaban muchas cosas en un lenguaje que no entendían.

Lo que Soobin no notó fue la sangre corriendo por el brazo del rubio.





Les dejo el drama de la semana

Aclaración: por si llega a haber confusiones, esta historia NO es mpreg. Wooyoung y San son casados y adoptaron a dos niños. Digo porque a  veces ese género no les gusta.

Que lo disfruten y me olvidaba: Feliz día del amigo atrasado, mandenle besitos y abracitos virtuales a sus amigos.

Bien, hasta la próxima actualización

Adioooooos

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro