Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6


— ¿¡Tercer ojo!? — preguntó alterada. — ¿¡Cómo que Tercer ojo!?

— ¡Tranquilízate! No debes tomarte todo tan enserio — respondió Britney. — Escucha, ella no me vio, no pudo verme, y simplemente por tener su Tercer ojo cerrado, son pocas las personas que se les otorga la oportunidad de abrir su tercer ojo.

La de ojos carmesí se aventó sobre el sillón, acariciando ferozmente sus sienes.

— ¡Ah, estoy más confundida que antes!

De tanto repetirlo, la fantasma no pudo aguantar.

— ¡Ya! — exclamó. — Ella no puede ver fantasmas! ¡tú sí! ¡FIN! — aclaró exaltada la niña.

— Bueno ya, pues, ya — suspiró Bonnie. — Aunque, debo admitir que me irrita mucho la idea de que me haya arriesgado por un periódico que no sirvió de nada.

— Sólo en eso tienes derecho a quejarte — respondió rendida. — Está hecho, no puedo ayudar de ninguna forma a Garnier — y de flotar por el techo, Britney comenzó a flotar por los suelos.

— Él mismo lo dijo, deberías obedecerlo.

— Es que no entiendes, Bonnie... — replicó la chiquilla. — No es por berrinche, no tienes idea de lo que ha hecho Garnier, ha hecho algo tan lindo e impresionante que le estoy eternamente agradecida.

La de cabellos morados dirigió su mirar a la niña.

— ¿Qué?

— Vida, nos dio vida — respondió seria. — U a segunda oportunidad, una oportunidad de vengarnos, y no puedo hacer nada, Garnier no me dio esta oportunidad para hacer nada, necesito ser vengada, sé que si logro vengarme haciendo que ese ruin hombre pague lo que ha hecho podré ser libre.

— ¿Libre?

— Estoy atada, Bonnie — suspiró. — No puedo descansar, no sé que es la paz, soy un alma en pena que no logra dormir, y hasta que ese asesino no muera, no me iré de este mundo.

— Eso... Eso suena horrible — respondió emotiva.

— Lo es.

— Pero... Tú no fuiste la única, ¿o sí? — preguntó la chica.

Al escuchar la duda de la ojos carmín, Britney sólo la miró y lentamente negó con la cabeza.

[...]

— ¡Abrirán hoy, vamos! ¡por favor! ¡insisto! ¡YO PAGO! — jaló más de la manga del chico.

— Te he dicho que no puedo, perdón — respondió por quinta vez. — Tengo ya un compromiso.

— ¡Sólo serán unas horas!

— No, he dicho que no, entiéndelo de una buena vez, Baby — el pelirrojo trataba de mantener la poca paciencia que le quedaba.

— ¡Oh, por favor! — gritó la chica.

De repente un objeto cayó del techo, haciendo que la pelirroja se asustara de inmediato.

— ¡Foxy, ayuda! — abrazó al chico por la espalda. — ¿Qué sucede?

Una lata se estrelló contra la pared, Baby gritó atemorizada, causando que Foxy se quejara por tal sonido tan agudo, él mantenía la calma.

— ¡Sálvame, Foxy! — chilló la muchacha.

El de cabellos rojos no respondió, se quedó tieso en su sitio, estaba pensando.

— ¡Estoy muy aterrada! — comenzó jalar de la chaqueta.

— Y tienes mucha razón por la cual estarlo.

— ¿¡E-Eh!? — exclamó la pelirroja.

— ¡Baby, en menos de cinco segundos debes salir corriendo de aquí! — ordenó Foxy, su tono se escuchaba realmente serio.

— ¿Q-Qué harás tú? — la chica volteó a ver una silla de madera moverse lentamente, lo cual le puso los pelos de punta.

— ¡Acabaré con el causante de este lío! — juntó sus puños al ver la silla acercarse. — ¡Ahora!

La de cabellos rojizos salió corriendo dramáticamente de ahí, sus pasos se apresuraron al encontrar el pasillo que la llevaría a la planta baja.

— ¡Muy bien!

— ¡Bien hecho, chico! — felicitó al fantasma que comenzaba a visualizarse cerca del techo.

— ¡Fue muy divertido! — exclamó triunfante.

— Y yo estoy agradecido.

— ¡Nah! — el pequeño descendió hasta llegar a la altura del pirata. — Sabes bien que no me agrada.

— Que berrinche.

— Pero mi berrinche te hace libre.

— Ese... Ese es un buen punto. — Foxy sonrió.

[...]

Nada, nada, no hay nada.

No hay rastro, no pudo encontrarlo, no hay nada.

Sus cabellos alborotados por el viento suplicaban encontrar un lugar sereno, su piel estaba helada, ¿de qué había servido su chaqueta?, estaba exhausto, nada, no hay nada.

Unos cabellos obscuros cual noche se pasearon frente a él, tan descuidados, tan desnutridos, tan maltratados, una furia interna exigía salir, destrozar, torturar a aquel ser que era empujado por las fuertes ventiscas.

— Te encontré.

[...]

— Tus mejillas están...

— ¡Ya lo sé! — exclamó con enfado la niña, se encontraba cruzada de brazos, mientras ignoraba a la chica cabellos morados que tenía detrás de ella.

— Okey...

— ¡Por favor! — pidió de nuevo la pequeña.

— No puedo hacer eso, lo sabes bien.

— Pero también te cae mal, además, puede que ella por fin lo deje paz.

— Oh, pobre e inocente criatura — respondió Bonnie, mientras observaba las infladas mejillas de la infante. — Al decirle que lo deje en paz, ella automáticamente llegará a la conclusión de que tengo celos, lo que causará que sus afectos hacia Foxy aumenten, así funcionan las cosas.

— Oh...

— Es triste, lo sé — concluyó.

— ¡Aún así! — continuó la fantasma. — Ella no tiene nada que hacer cerca de él, no es suyo.

— Tampoco tuyo.

— ¿Pero de qué lado estás? — cuestionó con fastidio.

— No lo sé, ni siquiera entiendo a qué te refieres — confesó Bonnie.

La niña suspiró. — Es que los adultos nunca entienden.

— Tal vez... Si tú me explicarás como fue que Foxy te gustó, pueda que yo le agarré un poco de sentido.

— ¿Foxy? — preguntó la chiquilla. — ¿El de cabellos rojos con garfio falso?

— Eeeeh, ¿sí? – respondió con duda.

— Ah, no.

— ¿Qué?

— No es él al que me refiero — flotó por el aire hasta visualizar el salón donde se encontraban todos.

— ¿Entonces? — Bonnie comenzó a levantar sospechas. — No...

La niña se giró viendo a la chica.

— Foxy contiene un fantasma en su interior.

[...]

Se alejó de aquella esquina, en la que duró varios minutos explicado y consolando a la aterrorizada chica de cabellos morados, tal vez con el transcurso del tiempo lograría digerir positivamente la información que se le había dado.

— No puede ser posible... — murmuró de nuevo Bonnie.

— Claro que lo es — respondió Britney, y salió de la habitación.

En las áreas más oscuras de la gran sala, la niñita deambulaba al mismo tiempo que observaba a los clientes pasar, trataba de no hacer ningún movimiento brusco para pasar desapercibida.

Al salir de aquella sala repleta de gente, Britney se dirigió a la cocina, no había nadie, o eso parecía hasta que logró ver una cabellera pelirroja.

Con mucha cautela se acercó, se colocó en una esquina y tan sólo la observó.

— Abre, abre, abre — murmuró mientras colocaba un círculo sobre las palabras escritas en el papel. — Creo que hoy iba a cerrar... — dicho esto tachó la palabra.

La niña no tardó en entender lo que la chica planeaba.

— ¿Acaso nunca se rendirá? — dijo entre dientes.

La de cabellos rojos volteó desesperadamente a la puerta, sospechó que alguien había entrado, pero nada, la puerta se encontraba cerrada, lo cual le causó un gran alivio a la joven.

Con demasiado cuidado, colocó una pequeña bolsa sobre la mesa.

Aquel extraño comportamiento de la muchacha llamó aún más la atención de la fallecida, su mirada no se apartaba de la líder Funtime.

Las mejillas de Baby comenzaron a presentar un ligero rubor al meter su mano dentro de la bolsa, con delicadeza sacó algo de ella, y como si fuera el objeto más fino y caro del mundo, mantuvo con la punta de sus dedos un pequeño y llamativo labial.

— ¿¡Eso!? — exclamó incrédula. — Por favor... — pero al procesar la información, la niña sintió hervir rápidamente su sangre, la cólera se apoderó de ella. — ¡Hasta aquí! — gruñó la pequeña.

La pelirroja abrió delicadamente el nuevo labial, son una gran sonrisa pensó en todos los hermosos momentos en los que le sería útil aquel cosmético. Sus labios hicieron contacto con el labial, pintándolos de un color magenta con brillos.

Con gran orgullo se levantó, tomó el papel que había finalizado en la mesa y se apresuró a salir de la cocina.

Para no tener que llamar la atención de los clientes y tener que salir de su descanso, Baby tomó uno de los pasillos solitarios del edificio, ella estaba decidida en presentarle el nuevo tono que tenían sus labios al joven pelirrojo.

— ¡Esto le encantará!

— Ah, pero claro que no.

Y sin aviso alguno las luces del pasillo se fueron, la chica ahogó un grito al saber que podía alertar a la clientela.

— ¿Quién apagó la luz? — preguntó temerosa. — N-no es divertido.

Con mucho esfuerzo logró encontrar la pared entre la obscuridad.

Sus labios recién pintados comenzaron a temblar rápidamente, estaba muy asustada, y se llevó otro gran susto al sentir unas pequeñas manos en su cuello.

La chica pegó un grito, esta vez no le importó llamar la atención.

Las manos desaparecieron.

Baby tomó su cuello con cuidado.

— ¿Q-Quien está ahí?

Después de unos pocos segundos la luz regresó, ella respiró de alivio al ver que no había nada, comenzó a agradecer al cielo, y el interruptor de nuevo apagó sus luces.

Una extraña corriente de viento recorrió el pasillo, la piel se le hizo de gallina al sentir tan frío viento, la luz volvió, y se fue de nuevo. Una vez más iluminó el pasillo, pero la obscuridad gobernó el pasillo, como si alguien estuviera jugando con los interruptores de luz.

— ¡Ba-Basta, estoy harta de tus juegos, muéstrate de una maldita vez! — exclamó Baby.

La luz se mantuvo encendida, como si nada hubiera pasado, quien fuera el bromista se había rendido, eso tranquilizó a la chica, volvió a tomar aire y siguió su camino.

— Si eso quieres — contestó con una seriedad que se escuchó por todo el pasillo.

Las luces se apagaron.

Y cuando volvieron una pequeña silueta se encontraba al final del pasillo, en dirección a la pelirroja.

Baby se quedó paralizada del miedo, el horrible show que había vivido hace unos pocos instantes la hizo pensar en una posibilidad: Fantasmas. Y estaba en lo correcto.
Sus mejillas fueron humedecidas por sus lágrimas llenas de espanto.

— Hey... Con que quieres ganarte a Foxy, ¿correcto? — dijo la niña cabizbaja, su voz provocaba un pequeño eco que llegaba a los oídos de la chica.

Ella no respondió, no tenía el valor, no quería salir herida de allí.

— Te diré algo... — sus pequeños pies tocaron el piso, se dirigían despacio hasta la asustada chica. — No tienes nada que hacer con él... — dijo.

— A-Ah... — el miedo la tenía comiendo de su mano.

— Tú no sabes quién es él.

Los ojos de Baby no dejaban de ver al fantasma.

— A-Ayuda... — susurró.

— Tú no sabes quién lo eligió a él — continuó el paso lento.

— Ayuda.

— No sabes quién es él — la distancia que las separaba ya era muy poca.

— ¡Ayuda!

— Tú no sabes... — se detuvo al estar a un paso de la chica. — ¡QUIÉN CUIDA ÉL! — alzó su sangrada mirada, quedando frente a frente.

— ¡AYUDA! — exclamó con terror.

La anima se abalanzó contra la chica, haciendo que ella cayera de espaldas, las luces volvieron a apagarse, sus lágrimas corrían sin control por su rostro.

Unos pasos rápidos se dirigieron hacia aquel pasillo al escuchar tan horrendo grito.

— ¡Hecha un vistazo, Alex! — le dijo Foxy mientras corría a toda velocidad.

— ¡Claro! — El niño de cabellos rojizos se separó del joven y salió disparado rumbo al pasillo.

Al llegar a su destino, si tan sólo tuviera físico, a Alexis se le hubieran puesto los pelos de punta al ver la aterrada cara de Baby, pero lo que más le llamó la atención, fue aquella silueta que se encontraba a unos metros de la chica, él no se movió, aunque eso no pudo evitar que el anima volteara a verlo, y al hacerlo, sin hacer nada más, desapareció.

— ¡Ah, Alexis! — exclamó el pirata. — ¿Qué sucede? — preguntó al verlo tan quieto, vio el pasillo y oprimió el interruptor que prendió la luz. — ¿Eh? — su mirar pudo visualizar a la líder de los Funtime tirada en la mitad del pasillo. — ¿Baby, qué pasó? — le preguntó a la chica.

Y ella, que mantuvo todo este tiempo su cabeza mirando al suelo, miró al chico que se mantenía de pie al final del pasillo.

— ¡Oh, Foxy! — gritó agradecida, se levantó rápidamente y corrió hacia el joven, cuando ya sólo quedaban pocos e insignificantes centímetros, se abalanzó sobre él, tal y como había hecho el fantasma con ella. — ¡Gracias por salvarme, Foxy! — le agradeció al oído.

— Sí... No fue nada, sólo presione el interruptor — rió un poco. — De verdad — contestó ya serio.

— ¡Y viniste a mi rescate! — Baby se separó del pirata. — Oh, yo te estoy muy agradecida. — se sonrojó al mirar los ojos miel del muchacho.

— Nah, no pasa nada, ya todo está bien — trató de finalizar para volver por donde llegó.

— ¡Correcto! — prosiguió la líder. — Ahora que todo está bien, déjame te recompenso por tu gran acción con una salida al parque de diversiones.

— Oh, no deberías hacerlo, no hice la gran cosa.

— ¡Pues para mí sí! — afirmó Baby. — Debes aceptar esta invitación, Foxy — rogó. — Todas las salidas que te he propuesto las haz rechazo, al menos déjame premiarte por esto, ¡por favor!

El de cabellera roja lo pensó un poco, se rascó la nuca y le dio a saber la respuesta. — Está bien.

— ¡SÍ, SÍ! — celebró la chica, se alegró tanto que no tardó en abrazarlo. — ¡Gracias, gracias, gracias! — apretó el abrazo. — Será el viernes en la tarde, a las cinco de la tarde — soltó al pirata. — Nos divertiremos mucho.

Y el pelirrojo no tuvo más remedio que sonreírle.

[...]

— Y... — Britney hizo una pausa para suspirar. — ¿Cómo te encuentras? — preguntó con tranquilidad, aunque para ser sinceros, estaba que se le quemaba la existencia.

— Bien — respondió la chica de ojos carmín. — Creo que ya me quedó claro todo, creo... — Bonnie miró a la niña. — ¿Dónde anduviste todo este tiempo? — la de cabello morado se acercó a Britney. — No estuviste haciendo alguna travesura, ¿verdad?

— ¡No, no, claro que no! — mintió. — Estuve... Rondando por ahí, sólo eso.

— Okey... — dijo no muy convencida. — Volveré al trabajo, se ha acabado mi descanso.

La niña se quedó ahí, pensando en la tan mala e innecesaria acción que había hecho, pero una cosa era segura, le gustó mucho espantar a la fastidiosa Baby.

Además, ya le había hecho el favor de abrir su ojo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro