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Tn se dejó abrazar por los fórnidos brazos de la morena. Dejando que esta estrujara su rostro en el más que pronunciado escote
-Finalmente. He venido cada día durante la última semana pero nunca hay nadie en casa, así que hoy cuando pasaba por aquí del mercado decidí probar suerte. No pensaba que mis plegarias por verte serían atendidas tan rápidamente, muchacha.
Sonrió. Apartándose de ella para verla
-Te ves pálida, necesitas comer más verduras y pescado.
La morena se relajó y dejó su bolso sobre la mesa, para sentirse como en su propia casa. Hasta que vió al pálido muchacho en la sala
-Santa Isabella Purísima, ¿Qué le pasa a este muchacho?
Oliver sintió como un par de fórnidas manos morenas lo sacudieron al tomar su temperatura y despojarlo de la cobija a su lado
-No me digas que alguien no ha estado durmiendo como debería.
-De hecho, no.
Respondió el muchacho
-Yo sé que son jóvenes y tienen energía, pero Dios santo muchacha déjalo descansar. Solo mira lo pálido que está.
Tn rió nerviosamente ante el comentario, cosa que Oliver tardó un poco más de tiempo en asimilar
-¿Cuanto lleva así?
-Toda la mañana. Pero ya le dí un alagésico-...
-Qué analgésico ni qué ocho cuartos, este muchacho lo que tiene es hambre. Y conozco la receta perfecta para devolverle el color a sus cachetes.
-Eh, gracias pero acabo de almorzar.
-No, de hecho llegas en un buen momento. Oliver aún no toca su plato.
Refutó la castaña, de brazos cruzados desde la sala con una sonrisa. La tía Krone no perdió más tiempo y se dirigió a la cocina
-Muchacha, trae mi bolsa del mercado. Vamos a prepararle a este muchacho algo especial.
Tn asintió con una sonrisa cómplice
-Creo que una sopa de mondongo estaría bien, ¿No crees?
-No mi niña, lo que este muchacho necesita para volver a tener hambre y apetito en la cama es una buena taza de mi guiso especial. ¿Qué tantas verduras tienen en la nevera?
La menor rió, viendo de reojo a su pareja
-Todas las que una embarazada necesita.
❀...
Oliver conocía a la familia de Tn como personas animosas y sencillas, cuya vida giraba en torno a los afanes de la cocina y la ceremonia de sentarse en la mesa
Pero durante casi más de dos horas el muchacho vió a las dos morenas sacar, cortar y picar tres tipos de carne distintos en una olla con todo tipo de verduras y especias que le hacían reconsiderar su apetito. Y como cereza del pastel, Tn había escondido su plato en la nevera de la cocina, la cual debido al reducido espacio estaba justo detrás del prominente trasero de la tía Krone
No obstante, mientras el guiso se cocinaba a fuego lento por un rato. La morena se acercó a él para examinar su espalda, cosa a la que Oliver no cedió por incomodidad y verguenza
-¿Qué es, muchacho? No deberías sentir pena en manos de una experta. Cuando mi esposo volvía a casa exhausto yo siempre sabía que hacer para acomodar su espalda.
-Anda, bebé. Confía en ella.
Oliver no sabía con exactitud qué karma le estaría pagando a Tn cuando las manos fornidas de la tía Krone se situaron en su espalda y supo que ya no tendría escapatoria
Durante los próximos 15 minutos la mujer dobló y desdobló al muchacho como si fuese un saca piojos de papel, haciendo que sonaran y crujieran todos y cada uno de los músculos de su espalda a un punto en que la castaña llegó a sentir compasión por él
Pero justo cuando creía que había sido suficiente la tía tocó un punto sensible de su espalda que sonó tan melodiosamente como el gruñido que se escapó de lo profundo de Oliver
Y finalmente la tía lo soltó, con una sonrisa complacida. Para ir a la cocina y revisar su caldo
Tn se acercó por compasión al muchacho, quien una vez recuperado se incorporó. Dándose cuenta de que ya no sentía rastro de dolor o incomodidad alguno miró a su novia con una mezcla de rencor y sentimientos encontrados
-Tu tía hace milagros.
Confesó
-La comida está servida.
Escucharon ambos desde la cocina. Intercambiando miradas con el otro en el momento en que aquel olor extraño se sintió en el aire
❀...
La receta era simple, en una olla grande freír bastante cebolla picada, tocino y tomate, sazonado con sal, pimienta en grano, ajos y cilantro. Luego se añadía por capas trozos de carne de cerdo y de res, pollos deshuesados, habas, maíz, repollo, pimentón, pescado, almejas que por alguna razón la tía Krone tenía en su bolsa del mercado y también langostinos. Espolvorear un poco de azúcar mascabada y vaciar dentro una botella de cerveza que tuvo que pedir a la vecina de al lado
O eso era lo que el muchacho recordaba haber visto antes de que lo sacaran de la cocina antes de poner el ingrediente especial, cuyo secreto la tía Krone estaba dispuesta a llevar a la tumba
Finalmente luego de cocicarlo por una hora a fuego lento y servirlo en el orden inverso en que fué preparado. Y el resultado era un guiso oscuro casi completamente, con un olor peculiar
Uno que Oliver se vió forzado a probar frente a la tía Krone
El muchacho sostuvo la cuchara frente a su boca, armándose de resignación y pensando que en el fondo lo merecía. Probó el primer bocado, sintiendo el picoso sabor del guiso jugar con su paladar, no tan convencido, el segundo despertó la calidéz en su pecho y el tercero logró sacudirle la fiebre
La tía Krone osdervó gustosa como su vieja receta lo había vuelto a hacer. Y con su feliz sonrisa de matrona satisfecha tomó la mano de la castaña para despedirse
-Mi trabajo aquí está hecho, muchacha. Pero volveré pronto a prepararle algo a ese niño para que crezca sano y fuerte en tu barriga.
Dicho esto besó la frente de la castaña y susurró a su oído
-Esta vez asegúrate de que duerma temprano... Aunque con los ánimos que tendrá después de llegar al ingrediente secreto, dudo que la bestia en sus pantalones quiera dormirse tan pronto.
Tn rió entre dientes. La tía y sus bromas pesadas, pensó
-Cuidado con ese niño.
La morena le guiñó un ojo antes de despedirse oficialmente y abandonar el apartamento prometiendo volver muy pronto para visitarlos. Tn se sintió satisfecha al ver que los remedios tradicionales de pueblo habían surtido efecto en devolverle el color a los cachetes de su pareja
-¿Eso era necesario?
-Si me hubieses escuchado cuando te dije que era mucho sobreesfuerzo para ti, nada de esto habría pasado.
Tn se dirigió a la cocina a guardar el resto del caldo milagroso en un recipiente, cuando sintió unas manos en su cintura
-Debes descansar.
-No dijiste eso la última vez que nos quedamos despiertos hasta tarde.
La morena sonrió
-¿Tu espalda se siente mejor?
-De maravilla.
Oliver volteó su cintura para verla a los ojos con una sonrisa que la muchacha conocía bien
"Así que era verdad."
Tn no pudo evitar sonrojarse suavemente al ver la forma en que aquellos orbes rojizos la asechaban
-¿Hoy también quieres quedarte despierto hasta tarde?
Oliver no respondió, estaba ocupado prestando atención a las manos de la castaña que subían por su pecho, enredándose en su cuello mientras un suave olor se colaba en él. Tn se acercó a sus labios con intenciones ciniestras y una mirada juguetona
-Dime que vas a tomar en serio las indicaciones de Zack.
Demandó, Oliver frunció el ceño. Sin poder refutar cuando sintió los labios de la menor en su cuello
-Que vas a hablar con tu jefe y si es necesario cambiarás de trabajo.
Si hubiera estado completamente consciente de si mismo se habría negado a razonar o habría objetado con esa necedad nata en él. Sin embargo su orgullo estaba bajo efectos del guiso misterioso de la tía Krone, que mantenía su consciencia intranquila con cada roce húmedo de su boca
Oliver intentó acorralarla contra el respaldo de la cocina, cosa que hizo a ambos cuerpos hacer contacto. Tn siguió besándolo pero esta vez cambiando el punto de ataque a sus hombros. Mientras sus manos bajaban por la cintura de la morena
-¿Quieres besarme? Hazme esa promesa.
Oliver soltó un sincero gruñido, al agacharse para levantarla en sus brazos y mirarla a los ojos
-Lo que diga, mi señora.
Respondió en burla, caminando a la habitación. Al menos esa respuesta fué suficiente para ella por esa noche
Aunque ninguno de los dos durmió y la mañana siguiente el muchacho despertó de maravilla
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[ 13 semanas de gestación ]
[ Mes #4 ]
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