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IX

"¿Esposa?"

La servidumbre preparaba el baño con sumó cuidado, ni uno quería hacer enfadar a la deidad que era dueño de ese hogar gigante, de un lugar a otro para sacar los mejores productos de limpieza física que había ahí, algo que se le hizo sumamente raro a Anfitrite quién decidió hacer acto de presencia en el palacio, ya que debía estar ahí para que Poseidón no sospechara de su ausencia, tenía la excusa perfecta y sabía que sería apoyada en ésta, podría decir que estaba con Afrodita todo este tiempo pues, la diosa de la belleza y del amor no había hecho acto de presencia unos días por "asuntos" entre ella, y pensaba agregar que ella estuvo todo ese tiempo a su lado, Poseidón le creará puesto, Afrodita sabe la relación entre ambos y apoyaría a Anfitrite seguramente.

Hecho un vistazo de reojo, viendo a una de las sirvientas, y se acercó a ella para preguntar por que parecían estar buscando cosas de baño, Poseidón no solía pedir eso cuando de daba un baño, el hacía todo eso por no querer recibir la ayuda de otros, ¿De pronto quiere armar un baño elegante?.

En su mente surgió la idea "Quiere que nos llevemos bien, y dejo a esa humana ya para tomar un baño conmigo e hacer las pases", su ilusión salió a flote, haciendo que levemente una sonrisa se mostrará en sus labios -ahora de color carmín-.

- ¿Para que todo este escándalo?, ¿tenemos invitados o Poseidón desea bañarse conmigo? -

Preguntó atrevida con lo último, esperaba que la sirvienta le dijera un si e la guiará a el baño para estar con su marido.

Pero.

La sirvienta negó con la cabeza, mientras en sus brazos acomodaba una tela blanca que Anfitrite no había notado, viéndolo bien era un vestido.

- El señor trajo a una chica herida a el palacio, nos pidió que prepararemos el baño para ella por que esta sucia -

La respuesta de la sirvienta creó en Anfitrite un dolor de pecho que se convirtió en rencor y una respuesta "ofensiva" para su persona, sabía que esa chica sería su amante por que Poseidón no traería a cualquier mujer que no sea algo para el a la casa - Sin decir que es la primera vez que lo hace - no dijo nada solo escuchó como la sirvienta se despedía de ella para caminar lejos, posiblemente a el baño privado de la deidad que reina sobre el mar.

¿La trajo a el palacio?,¡¿Trajo a su maldita amante a el hogar que ambos compartieron por milenios?!.

Camino con rabia directamente a la habitación de su marido - para confrontar lo -, habían tres habitaciones sin contar las que no eran de otro uso como la biblioteca o el comedor, dos eran habitaciones separadas que supuestamente están para sus "hijos" pero ahí dormían ambos, Poseidón ídon en una y Anfitrite en otra, la habitación compartida nunca fue usada ya que Poseidón nunca se dignó a compartir habitación con ella, de echó, en su noche de boda fue la única vez que durmieron ahí, dándose la espalda, nunca se unieron físicamente a pesar de los intentos de la nereida, Poseidón pareciere que le repugna su sola presencia, algo que le dolía.

Cuando al fin llegó a la habitación, no entró de repente, se quedó parada afuera guardando silencio para escuchar, sabía que Poseidón estaba tan distraído con la mortal que no había notado su presencia, así que no temía estar ahí.

Solo escuchó como conversaban los dos, escuchó la voz de la doncella mortal que era amante de Poseidón, su voz era dulce e femenina y sonaba alegre, una voz envidiable era de admitir.

Al parecer su conversación era totalmente normal, algo que la sorprendió, pues no era secreto Poseidón no era la persona más habladora del mundo, e era sorprendente oír como hablaba de forma fluida con alguien solo se oía una vez en la vida.

Vio como una sirvienta se acercaba, alejándose en el momento para esconderse detrás de uno de los pilares bien adornados.

- Mi señor, el baño ya esta listo, ¿Me permite escoltar a la invitada? -

Preguntó amable la sirvienta, Poseidón dejó que se la llevara sin hablar, algo que sorprendió a Anfitrite, o que aprovecho eso mismo para para hablar con la humana, movió su cabello - negro como las profundidades del océano - acercándose a la sirvienta y a Charlotte, quienes en conjunto miraron a Anfitrite, siendo la única que habló la sirvienta.

- Señora, ¿Necesita algo? -

Preguntó de forma cortes la sirvienta viendo a su señora.

- Me gustaría guiar a la invitada a el baño de el señor de éste hogar, es lo menos que puedo hacer sin saber que estaba aquí -

La palabras de Anfitrite sonaban dulces y "sinceras", la sirvienta miró a su señora, no desconfiaba de ella por eso mismo dejó a la chica de cabellos - blancos como espuma de mar- en compañía de la esposa de su señor.

- Y dime querida, ¿Mi esposo te trajo aquí por que estabas herida?, eso le dijeron los sirvientes -

Habló, buscando provocar a la chica.

- ¿Esposa?, ¿usted es la esposa del señor Poseidón? -

Charlotte preguntó, esperando que solo habría oído mal, después de todo, ¿Esperar qué la persona que amas, esté casado, tal vez tenga hijos e no te diga nada?, inclusive se había echo la fantasía de ser su esposa e formar su propia familia como para enterarse que estaba casado.

- En efecto querida, soy su esposa, Anfitrite, pensé que ya sabias, me disculpo -

Anfitrite hizo una cara de preocupación falsa, al ver cómo la chica a sus ojos trataba de contener sus palabras, posiblemente las quejas y ganas de volver a la habitación.

- Yo no sabía señora Anfitrite, me presentó, mi nombre es Charlotte Cordelia Vasilías, soy hija única del duque Vasilías -

Charlotte hizo una reverencia ante la mujer, quería lamentar su descubrimiento pero sería grosero, se hacía la idea que Anfitrite no sabía que era la amante de su esposo, de su Poseidón.

- Sin formalidades querida, deja te acompaño a el baño para que tomes una ducha, estás llena de arena y tú cabello esta enredado -

Era de admitir que para Charlotte, Anfitrite era una mujer demasiado bella, su cabello negro, sus ojos, su cuerpo, su rostro era demasiado hermoso y demuestra la belleza de una mujer adulta, algo que hacía que la joven doncella se quedará acomplejada, ella apenas le llegaba a los talones a la esposa de el dios del mar a sus ojos.

- Bien señora Anfitrite, sera un gusto total -

Así, ambas terminaron llegando a el baño, Charlotte por todo el caminó a el lugar asignado para su limpieza pensando en como le diría a Poseidón sobre ésto, estaba enojada y triste, depositó su total confianza en el, no lo dejaba de amar e eso hacía que tuviera miedo de enfrentarlo, se excusa en su mente que tal vez tiene un razón para sus acciones e el la ama a ella.

En la entrada del gran baño, la puerta era dorada con adornos de delfines, sin duda era el baño privado de Poseidón con solo ver la entrada.

- Me retiró querida Charlotte -

Anfitrite le dio la espalda en ese momento sin esperar una respuesta, formando en su rostro una sonrisa maliciosa, dejando a Charlotte sola con las palabras en la boca, quien con la cabeza baja, aún con las palabras "Soy su esposa" golpeando sus pensamientos como un martillo con clavos, por un momento su cara cambió en grande, viendo el interior del lugar, era gigante, tenía una gran piscina, los adornos de diferentes piedras preciosas y adornos de mármol, las toallas que suponían eran para ella, un vestido con una nota que ignoro por el momento, e lo mejor de el baño, un balcón situado dónde terminaba la piscina, con vista a el reino de Poseidón.

Dejando caer la ropa de dormir a el suelo, mostraba su cuerpo joven, dónde habían moretones por el ataque físico del duque ahora solo era piel limpia y suave, sumergiéndose en el agua a temperatura perfecta.

Sin duda los dioses son geniales.

Algunos...

La gente del pueblo de la doncella, al oír el alboroto que se había generado por la honda de choque de el tridente de Poseidón y el cuerpo del duque.

La cara de espanto por el estado de el hombre era aterrador, su torso casi desprendido de sus piernas con tres apuñaladas en el estómago - Por las tres cuchillas del tridente-, mientras el padre de la iglesia local se acercó, vio tela rota, a simple vista pareciera tela normal pero el tipo de tela era el que daría el resultado puesto el duque era de alto rango a comparación de los del pueblo, solo otra familia a ese nivel se atrevería, y la única familia noble de la zona cercana es la casa Vasilías, se sabía que el duque estaba comprometido con la hija única, e por la tela, era de un vestido de dormir -específicamente femenino -, por ende, Charlotte estaba involucrada, y algo lo hacía preocuparse por la seguridad del pueblo por que en sus registros dice que el Diablo porta un arma con tres cuchillas ¿sería ella una bruja que fue defendida por el mal mismo?.

Solo Dios lo sabrá.

Espero les gusté ❤️🐢

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