III
"No me importa usar a otros con tal que mi puesto este a salvo, debes ser tonto para caer en mis encantos"
La diosa suprema, reina de Olimpo, diosa del matrimonio, La diosa más bella de todas, Hera, estaba sentada en su trono desde lo más alto de el monte Olimpo, una sonrisa adornaba sus labios carmín, su dedo indice subía y bajaba haciendo un pequeño ruido al chocar contra el trono de oro y joyas.
No dudaba de las palabras de Anfitrite que logró escuchar desde la cima, sabía que la nereida haría bien su trabajo después de todo, levantándose de su asiento se dispuso a ver sus jardines después de ver su trabajo completado, bajo las escaleras con elegancia digna de la diosa más hermosa de todo el Olimpo y ella misma se proclama más bella que cualquier otra diosa.
Ahí en sus preciados jardines se encontró una conversación entre su hijo Ares, Dios de la guerra y Afrodita diosa de la belleza y sensualidad, acercándose a ellos con la cabeza alta y decidida a interrumpir la conversación para requerir ayuda de la diosa de la belleza, se paró frente a ambos con semblante frío.
- Ares retiraré - Ordenó, lo cuál el dios de la guerra sin decir nada en contra de las palabras de su madre salió de aquel sintió rápidamente. - Afrodita necesito tú ayuda - Hablo a la de cabellos rubios, quien solo de dispuso a asentir y ver a la reina del Olimpo.
- ¿Que necesitas Hera?, ¿Hay algún problema que pueda solucionar yo? - Preguntó con una sonrisa en su rostro pálido, Hera solo vio a la Diosa de la belleza.
- Hay una humana, que proclama ser más hermosa que tú y yo juntas, quiero que hagas que el hombre más cruel de su pueblo se enamore de ella para que su belleza sea dañada y deje de decir que es más hermosa que nosotras, me lastima ver que una simple mortal se cree mejor que tú y que yo - Hablo, fingiendo preocupación por la "idea" de que Afrodita sea considerada menos hermosa que una humana. - Su nombre es Charlotte, pertenece a una familia noble de la zona. -
Pero para la diosa de la belleza algo se le hacia raro, no era que Hera se preocupara por ella, eso la llenaba de orgullo de tener a la Diosa de Dioses a su lado, si no que pensar que una humana en la era actual creía en otros dioses aparte del que los humanos pusieron como "Yahvé" y su hijo "Jesús", tal vez la humana se dio cuenta de que no solo existían ellos, pero de igual forma se le hacia raro, solo recurrió a la idea de que ella uso esos nombres por que ambas diosas son de conocimiento popular por ser hermosas.
- Quiero que me muestres a la chica Hera - Sonrió coqueta Afrodita, Hera solo se dio la vuelta haciendo un ademán de manos en señal que la siguiera, lo cual la diosa de la belleza hizo caso.
- Es ella, vive cerca del mar, viste buenas ropas y tiene alrededor de dieciocho o diecinueve años de edad - Hablo desde lo más alto del Olimpo, señalando la pequeña aldea en la costa donde habitaba la mortal que proclama ser más hermosa que ambas diosas.
- Si que es bella, se ve joven y es una doncella pura - Sonrió en la idea de dañar la belleza de la joven por creerse mejor que ella, más algo la perturbo, en los ojos de la muchacha no se veía rastro de maldad alguna menos soberbia como muchas antes que se proclamarón más bellas que la diosa de la belleza. - Yo me haré cargo que tenga su castigo Hera, nuestra imagen no se verá afectada por una mortal hermosa. -
Algo que Hera sabía es que a los dioses la mejor forma de convencerlos era poniendo en riesgo su orgullo y honor, Afrodita no era la excepción para nada.
Al ver que la Diosa de la belleza se retiraba decidido volver a su trono para ver de cerca los movimientos de Anfitrite, Poseidón y de la pequeña mortal de su cuñado.
Quién diría que la más bella resulta ser una arpía.
En las orillas de la costa estaba ahí Charlotte, esperando la llegada del chico extraño que la visitaba todas las tardes, movía sus delgados dedos entre la arena, ahora mismo portaba un vestido azul de mangas cortas y con un lazo en su cintura femenina.
Vio el mar esperando a alguna ola pequeña para poder remojar sus pies pálidos y descalzos, su padre salió a un viaje de negocios y su madre la cual cada día empeoraba más con su enfermedad algo que a Charlotte le preocupaba demasiado, su madre la dejó salir otro día por que veía que desde los meses que su hija salía en las tardes a el mar se notaba más feliz.
Saliendo de sus pensamientos noto como a lo lejos noto la silueta de la Deidad, mejor conocida el extraño de la playa para la de ojos obsidiana.
Camino un poco cerca de las rocas, buscando a el chico rubio, encontrándose con un pequeño pez herido que con sumo cuidado tomo entre sus manos.
- ¿No puedes volver a el mar? - Preguntó a el pez como si fuera a responder, lo dejo en el agua para que la corriente llegará a el y volviera a las aguas del inmenso mar.
Lo que no sabía en ese momento que ese pequeño pez dorado era la Diosa de la belleza buscando probar la nobleza del corazón de la joven que va a sentenciar, era un corazón noble y puro lo vio, más su honor estaba en juego y aún que la joven de hebras de un tono blanco cremoso sea la más pura de las doncellas no se detendrá ya.
A las espaldas de la joven, se hizo presente la deidad de cabellos rubios, algo que logró formar una sonrisa más el aura de el chico se mostraba molesta e oscura algo que preocupo a Charlotte.
- Si trajiste diferente ropa, te ves tan apuesto, eres como los príncipes de los cuentos de hadas que leí de niña - Halago a Poseidón para intentar que su aura cambiara, más solo logró que en el fondo del pecho de la deidad sintiera una punzada, sabía que Anfitrite ya no jugaba con eso de hacerle daño a la humana que visitá, va enserio y el hará lo que este a su alcancé para que no le pase nada.
Mas y como muchas promesas en este mundo, no se podrán cumplir.
Hoy subí un capítulo.
Otro capítulo ✨
Esto va para LeviaAckerman12 gracias por recomendar esta cosa 🖐️😭
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro