Pov's Deican.
Han ocurrido un cúmulo de cosas en un pequeño lapso de tiempo, debería seguir el consejo de Cass y centrarme en la escuela, dejar que mi mente descanse unos días y vuelva a ser solo un adolescente, sin Dean aquí y con Kyra enferma es más difícil de llevar la situación. No me puedo dejar desanimar por ello.
—Que aburrimiento — puedo escuchar el bullicio de Monteiro, odio su molesta voz, no se como desde su grupito puedo escuchar todo cuando estoy a más de diez metros de donde están, la gente que habla tan alto es muy molesta — ¿y si jugamos a algo fuera de la escuela?
—Ya jugamos fútbol todas las tardes ¿qué más quieres? — también puedo escuchar a James, ruedo los ojos ¿es tan difícil hablar en voz baja? Me levanto de mi mesa, ni comer tranquilo dejan los estúpidos estos. Lo más lindo es que nadie dentro del comedor les dice nada, les tienen miedo, hasta los profesores los tienen como los putos reyes de la escuela.
—Hablo de jugar a algo nuevo, no sé — expresa de manera obvia.
—¿Algo así como la ouija? — intervino Lucas alzando una ceja. Guardan silencio por unos segundos mirándose los unos a los otros.
—¡Eso es! Invoquemos un muerto — prácticamente chilló Monteiro de un salto. Juro que se me escapa una carcajada que tuve que ahogar cuando —como la niña del Exorcista— giraran su cuello para mirarme sonrientes.
—¿Quieres jugar Deican? — el comedor entero hace silencio, las personas dentro de este se quedan expectantes. No me muevo, solo los miro como se levantan y caminan a mi posición.
—Prefiero no meterme en esos juegos de niños. No me interesan esos juegos falsos en los que supuestamente se invoca a un muerto — La ouija es una estafa, el supuesto "puntero" por el que habla el ser del más allá es movido por las pequeñas presiones ejercidas por los dedos de los participantes, no hay nada sobrenatural detrás de eso, ni seres del más allá, ni parientes muertos hace poco tiempo, ni nada de eso, es el subconsciente quien te enseña lo que quieres ver.
—El pequeño Deican tiene miedo — habla Xander por primera vez. No había vuelto a escuchar su voz tan de cerca desde lo que pasó, veo su mirada fija en mí de una forma espeluznante ¿sabrá algo? Los cuatro estallaron en risas por su comentario. Odio sus comentarios estúpidos. Deseos de matarlos, una bala en cada cabeza, no faltan.
—No tengo miedo — sentencio tratando de ignorarlos. No puedo matarlos, no puedo matarlos. Desmond no me deja, no puedo matar si no tiene que ver con trabajo.
—Entonces demuéstralo — James pone su mano en mi hombro, ya se como terminará esto si no acepto. Después de todo lo ocurrido aquel día no hemos vuelto siquiera a cruzar nuestras vistas.
—Vamos, no seas marica — dice Monteira sonriendo.
—¿Qué gano si juego? — alzo una ceja y doy un paso al frente, desafiándolos. Esto debe ser un expectáculo para los demás.
—A las 10, en mi casa, mis padres no estarán, aunque eso ya lo sabías — sonríe ¿cómo puede sonreír? Su padre está muerto y su madre, aunque mejor que la mía, está de viaje — los tuyos tampoco — esa cara de cínico me molesta como nadie se puede imaginar, las ganas que tengo de partirla — Todo lo que pasó entre nuestras familias queda olvidado, después de todo nos conocemos hace mucho y no tuvimos nada que ver con eso ¿verdad? Amigo — la entonación que le da a esa última palabra es el detonante de mi decisión.
—Jugaré — termino de decir para irme y evitar totalmente el tema. Cuando me dispongo a caminar a uno de ellos se le ocurrió la brillante idea de ponerme una zancadilla, de no ser porque reacciono lo suficiente rápido estampo mi cara contra el suelo.
—¿Te caíste? — pregunta Lucas antes de que todos pasen por mi lado para irse a sus clases.
—No, besé el suelo porque es mi amor platónico — aprieto los puños y me levanto. Hoy tengo que ir a casa de James, ruedo los ojos. Dejo la bandeja en el el suelo y voy a recoger mis libros para ir a mi siguiente clase, que por desgracia es Literatura.
Unas horas después.
Tomo mi mochila con una muda de ropa porque uno no nunca sabe que pueda pasar, además de esconder el revólver que siempre traigo, y el teléfono de emergencias para llamar a mi responsable no legal. Bajo las escaleras a toda prisa esperando no encontrarme con nadie.
—¿A dónde vas jovencito? — intervino Cass. Extiende los brazos tratando de cortarme el paso pero como siempre me escabullo.
—Ni se para que te molestas querida, jamás podrás retenerme aquí — sigo caminando, no hace el intento de pararme, mejor para mí.
—!Te castigaré! — grita fingiendo molestia.
— Solo sigo tu consejo, me voy con unos "amigos" — hago énfasis en la palabra amigos, jamás pensé llamarlos así. Ya he hablado con Johan y me espera con la limo frente a la casa.
—Vamos a la casa de los abogados Knigth — le informo al entrar, asiente confuso y comienza la marcha. Enciendo los audífonos bluetooth y pongo la música.
I'm sorry but.
Don't wanna talk.
I need a moment before I go.
It's nothing personal.
I draw the blinds.
They dont't need to see me cry.
'Couse even if they understand.
They dont't understand....
Después de un aproximado de veinte minutos llegamos hasta la gran reja de la casa. Johan se encargó de avisar que somos nosotros quienes estamos en la puerta, las rejas se abrieron logrando que entre limusina entraran. Llegamos a la puerta y James nos espera en ella. La casa es blanca aunque por la oscuridad de la noche no se ven mucho los detalles.
—Johan, búscame cuando llame a tu teléfono — digo mientras abro la puerta de la limo.
—Joven amo... — lo interrumpo.
—Haz lo que te pido — cierro la puerta. Asintió resignado y dio media vuelta para volver.
—Son las 11: 30 ¿cómo pudiste venir tan tarde? — James está con la espalda pegada en la pared y los brazos cruzados. Al parecer tampoco va a hablar de todo lo que ha pasado entre nosotros, mejor así, espero no tener que lidiar con una situación incómoda.
—Lo siento, no tuve mucho tiempo — rueda los ojos y me invita a entrar. En la casa todo está apagado, le da un toque un poco escalofriante, casi nada se puede ver con la penumbra, mínimamente algunas sombras de los muebles son distinguibles. Seguimos caminando hasta llegar a una sala donde se encuentran Monteiro y Xander sentados en un círculo con tres espacios libres, el famoso tablero de la ouija estaba en el centro.
—Como te habrás dado cuenta Lucas no ha llegado, toma asiento — me siento y James se vuelve a ir, imagino que va a esperar a Lucas. Es muy incómodo estar aquí con ellos, y más si me miran fijamente.
—Y cuéntame Deican ¿quieres contactar con alguien del más allá esta noche — intervino Montero, quien se sienta a mi lado solo para molestar. Sabe bien lo de mi padre, si cree que voy a caer en sus estúpidos juegos, no me conoce, no voy a revelar nada.
—A lo mejor si —ojalá llamemos a un un demonio que se los comiera y me deje a mi libre. Estaba a punto de responder algo y lo interrumpo antes de si quiera empezar — No creo que los demonios existan, pero si existen, quiero contactar con uno — sonrío con toda la maldad que puedo, a veces me doy miedo a mi mismo.
—Tienes altas expectativas —aunque Xander hable, se ve claramente su mirada ausente, no sabía que era su padre la persona que estaba sentada en aquella silla, de haberlo sabido no creo que la situación hubiera sido diferente pero a lo mejor creo que me hubiera sentido de una forma diferente o hubiera tratado de compensarlo de alguna forma. En este mundo tener sentimientos es una debilidad, así que no son permitidos.
—¿Y si empezamos antes? — pregunta Monteiro poniendo las manos en el puntero.
—Ya quieren empezar sin mí — Lucas entra a la habitación seguido de James. El primero toma asiento a mi lado y el otro a su lado.
—Ahora que estamos todos, empecemos — Xander habla por segunda vez en la noche, haciendo caso a sus palabras ponemos las manos en el tablero, con los dedos alrededor del triángulo— ¿Hay algún ser del más allá cerca? — esperamos en silencio, hasta que de a poco el puntero se mueve.
Si
—Os juro que yo no moví nada — suelto una risa en tono bajo, me pondría a explicar el porqué se mueve el puntero, pero bueno, considerando que es a Monteiro a quien tengo que decírselo, no lo haré.
—¿Podemos saber tú nombre? — esta vez se movió más rápido.
E, Z, E, Q, U, I, E, L.
El sonido que produce la superficie del triángulo al entrar en fricción con el tablero de madera hace que los vellos de mi cuerpo se levanten.
—¿Y bien Ezequiel, qué eres? — todos me miran ¿qué? Todavía no me creo que esté jugando este juego. Ahora de seguro dice que es un demonio y responde al deseo de mi subconsciente de conocer a uno.
D, E, M, O, N, I, O.
—Estamos hablando con un demonio, no me lo creo — Xander rueda los ojos y el puntero vuelve a moverse, aún más rápido que antes, ya es más fácil formar las palabras.
Idiota, no soy quien esperabas
Xander tensa la mandíbula. Al parecer tenía la esperanza de comunicarse con su padre.
Lo siento, él no pudo venir a verte, en el infierno son muy estrictos con ladrones miedicas.
—¡Qué clase de mierda esta! — levanta las manos del puntero molesto.
—¿Te vas a rajar tan fácil? — James se ríe — sabía que eras un marica — Xander se levanta y toma a James por la camisa para después atinar un golpe en su cara. Hay tensión en el ambiente. Con las manos de las tres personas que quedamos el puntero vuelve a entrar en fricción.
No sé peleen, la noche aún es joven, quedan muchas cosas que podemos hacer.
James se sienta mientras se soba el lugar donde recibió el golpe; en cambio Xander, molesto, prácticamente se lanza sobre el cojín en el suelo, pone las manos de mala gana en el tablero.
—Nosotros hacemos las preguntas ¿vale? — al parecer el dueño de la casa no quiere otro altercado esta noche, pero yo si quiero, y quizás con un poco de "fuerza involuntaria" lo logre.
Me parece bien. Con una condición, yo decido quien pregunta.
—Para ser un demonio y estar al otro lado de un tablero eres bastante molesto — Monteiro se queja.
Primero pregunta Deican.
Me miran esperando a que haga algo. ¿Cuál de ellos será el responsable de la broma? Xander por su reacción queda descartado, Lucas es demasiado estúpido para idear algo como eso, por no hablar de Monteiro. Solo queda una opción.
—¿Y? ¿Qué quieren que haga? — me encojo de hombros.
—Marica, sabía que tú no puedes hacer nada bien — Lucas, en serio, quieres que pregunte, pues bien, voy a preguntar.
—Dime Ezequiel, entre nosotros hay muchos secretos que las personas no quieren que salgan a la luz — las miradas extrañas que me dirigen los demás de la sala no me van a detener, esto no será muy difícil ¿que creían? Llegó mi oportunidad de joder un poco y hacer que desvíen la atención de mi desgracia familiar — ¿A qué temen las personas en esta sala? — ahora sus miradas irradian odio puro, creo que si sus miradas no me matan, lo harán ellos con sus propias manos. Los cuatro al mismo tiempo se levantaron, por supuesto, que yo, no me iba a quedar.
—¿Por qué mierda has dicho eso? — James se abalanza sobre mi como un león sobre su presa. Pero todo se detiene cuando, para mi sorpresa el puntero se mueve solo.
James: miedo a la situación que acaba de pasar, a aceptar que su padre no es quien creía que es, que está muerto por las cosas sucias en las que estaba metido, y que su madre, no es una santa.
Lucas: miedo a que su padrastro lo golpee a él y a su madre cuando llega borracho.
—¿Qué clase de brujería es esta? — James es el único que reacciona y trata de detener el movimiento o romper el tablero mas una onda lo detiene.
—Eres real — las palabras salieron de mi boca sin un creermelas, somos lanzados contra la pared, mientras el tablero sigue hablando.
Monteiro: miedo a como reaccionen cuando les cuente que es gay, y que le gusta James.
Monteiro se vuelve el centro de atención, su cara se pone roja y trata de evitar la mirada directa de quien le gusta. Las lágrimas se acumulan en sus ojos y lleva sus manos a la cara para cubrirse.
—Basta por favor — solloza. Esto se está poniendo bueno. Debería tener miedo, pero no tengo, me divierte, y espero que si este demonio acaba con mi vida, primero termine con la de ellos para así poder verlos muertos.
—¡Para ya! — grita James tratando de safarse de la fuerza invisible que nos mantiene en nuestro lugar.
—Vamos a morir — solloza Lucas poniendo su cara entre sus piernas, es el primero que reconoce que el miedo se lo está comiendo por dentro. James está sudando y ha perdido prácticamente el color de la piel.
—Xander me he enterado de muchas cosas acerca de ti, a tu padre le gusta hablar mucho cuando lo torturan — acabo de sentir lo que es el verdadero terror, la voz se ha manifestado, mi pecho palpita con euforia, parece salir de todos lados, como si hubieran varias bocas hablando al mismo tiempo, escupiendo las palabras como látigos sobre nosotros.
—James, esto no es gracioso, muy lindo los efectos de sonido y las máquinas, para ya — Xander esta bastante exaltado.
—¿Crees que es una broma? — grita irritado, su cuerpo completo está en temblores, el de todos en general.
—No creen que todavía me tomen en serio quizás deba darles algo lindo — Xander comienza a gritar de forma grotezca. Lleva sus manos al cuello con desespero y pronto se les ve la sangre salir, algo puntiagudo corta su garganta, aunque por la luz no se vea nada, sabemos que está ahí. Los demás jugadores tratan de conservar la calma y parecer valientes. No me disgusta ver la sangre sin embargo la estoy pasando realmente mal, esto no es normal. Xander cae al suelo con la sangre resbalando de su cuello creando un charco de sangre a su alrededor. Primero el padre por mi culpa y ahora el hijo por un juego. James, Lucas y Monterio a penas pueden moverse: solo miran con los ojos abiertos, con expresión de terror pensando en quien sería el próximo...
La policía tardó unos minutos en llegar a la escena y llamar a nuestros padres o en mi caso a mi niñera y el mayordomo. Tomaron declaraciones de cada uno de nosotros, al menos a mí que acepté hablar, por lo que escuché no es el primer caso que ocurre de esa manera, solo hay una peculiaridad, es la primera vez que alguien sobrevive. Ya estoy en la limusina para irnos de este lugar, de seguro el colegio entero sabrá esto mañana. Vuelvo a tomar mi teléfono para poner música una vez más, para tratar de calmarme. Esto es un sueño, tiene una explicación lógica, solo tengo que encontrarla. Al Johan arrancar algo cae al suelo. Me agacho a ver que es.
—¡Santa mierda! — es el tablero de la ouija. Y tan pronto como me acerco a tomarlo se mueve.
Quiero darte algo que quieres, y lo tendrás, hablemos después, ahora no tengo tiempo, pero hoy comienza tu venganza.
Algo me decía que no tenía que tener miedo, todavía no me creo del todo que sea un verdadero demonio, pero ¿qué más puedo perder?
Mi teléfono suena, busco, y encuentro que no es el mío, es el teléfono de emergencias donde en letra rojas dice el nombre de Desmond. Contesto rodando los ojos.
—Tu y yo tenemos que hablar — cuelga. Vuelvo a mirar el tablero ¿qué pasaría si.....
Primer capítulo del nuevo Poseído. Esto va a ser divertido al menos para mí 😁
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