Pov's Deican.
Miro con lentitud la lápida de mármol gris brillante. No era la lápida más grande que existía, es una muy pequeña, modesta para no llamar la atención. En letras hermosas, talladas en la lápida, está un nombre con una fecha de nacimiento y de fallecimiento.
<<Es lo mejor para poder seguir>> me dice Ezequiel en voz baja, apagada.
-Si eso es lo que tu dices, eso es lo que será, espero que ese plan que tienes funcione - me levanto del suelo del cementerio.
<<Aunque no lo creas por completo, Demian es más fuerte de lo que alguna vez fue Giovani, y para vencerlo necesitas mejorar mucho>> asiento en respuesta. Antes de abandonar el cementerio para ir con Kyra veo nuevamente la inscripción en la tumba, ese nombre es:
Deican Alexander Black.
Oficialmente estoy muerto.
Pov's Ezequiel.
-Kyra - llegó hasta ella lo más rápido que puedo. Hace una mueca de disgusto cuando se da cuenta de que poseo el control ahora. Contra la voluntad de Deican.
-¿Qué quieres Ezequiel? - inquiere de mala gana y me dedica una hermosa chispa de ira en sus ojos.
-Tengo algo muy importante que hacer, en unos días Deican te necesitará y solo en ese momento tendrás que aparecer - le informo.
-¿Qué planeas?
-Sabes muy bien que Demian ahora tiene su sello, y Demian al tener la misma sangre tiene mucho más poder que Giovani. Necesitamos que Deican se fortalezca más. Pedí de favor a un amigo que me ayude en eso, ya tenemos quien entrene al muchacho - Astaroth, uno de los grandes duques del infierno, el me ayudará en esto.
-¿Mientras tanto que hago?
-No interfieras hasta que yo te llame, mientras está en el entrenamiento yo controlaré los recuerdos de Deican hacia ti, lo que significa que solo te recordará cuando yo lo crea necesario - en respuesta me gruñe - Ahora me voy - me sumerjo en las sombras para llegar a mis destino.
Jamás pensé que sería capaz de sentir tal dolor. Tener que elegir entre acabar con su vida yo mismo y poder estar con ella luego o que él la mate y jamás pueda volver a verla. Claro está que mi decisión está tomada desde un inicio, pero por desgracia eso no quita el dolor que voy a sentir al hacerlo, el que ya siento y el que ella sentirá por mi culpa. Toco a la puerta de su casa y me recibe hermosa. Está usando un short corto y una blusa blanca casi transparente.
-Te dije que vendría nuevamente - le digo entrando a la casa y dándole un beso.
-Jamás me haz dicho mentiras - me abraza. Voy a extrañar ese cálido abrazo. Un nudo se forma en mi garganta. ¿Por qué? Por qué tiene que hacerme cosas como esta. Por que tiene que ser así.
-Estás tan hermosa como siempre - es la verdad, ella es la mujer más hermosa que he visto, tanto por fuera como por dentro.
-Ven aquí - se enjorqueta en mi cuerpo - ya hablaremos luego - se que no habrá ese luego pero necesito esto tanto como ella lo necesita. Comenzamos a besarnos con pasión y amor. Beso su boca, su cuello, su pecho. La voy llevando hasta su cuarto - olvídate de la cama, existe algo que se llama sofá - me impresiona. Por más que esté feliz, todavía guardo en el fondo de mi pecho ese dolor de lo que estoy a punto de hacer.
Las campanadas de media noche de la iglesia de por aquí cerca me despiertan. Ahí está ella, con sus ojos cerrados, siempre tan delicada, con su cuerpo esculpido por los dioses. Me voy removiendo suavemente y la despierto, llegó la hora, la hora más dolorosa de mi vida, el peor momento que me tocará vivir.
-¿Ya te vas? - tomo de sus brazos y la siento junto a mí.
-Quiero que ne escuches - le digo en tono serio - Hay alguien que me está controlando desde las sombras, que nos está controlando a todos, y es tan fuerte que yo solo no puedo detenerlo, he estado jugando a dos bandos, ocultando algunas cosas, pero no se por cuanto tiempo más podré hacerlo, y hasta que Deican no esté listo por completo tengo que seguir sus órdenes. Cuando llegues al infierno - mi voz se entrecortada y mis ojos se cristalizan, debo estar más sensible por las emociones de Deican, aunque de verdad me duele todo esto - Busca a mi hermana, Diana escúchame, tienes que buscar a Aloqua y decirle quien eres para mí. Que nunca te quepa duda de que te amo más que a nada y que siento mucho lo que voy ha hacer - las lágrimas amenazan con abandonar mis ojos y el nudo en la garganta cada vez duele más
-¿De que hablas? - le doy un beso, toco sus suave rostro, y con mi garra atravieso su pecho. Tumbo su cuerpo en mis brazos mientras poco a poco su espíritu abandona su cuerpo, dejando una última lágrima por nuestro amor. Azazel se lleva su espíritu, no sin antes bajar su cabeza en señal de dolor frente a mí, yo imito su acción antes de ver como se la lleva. Luego de preparar la casa como si hubiera sido un asesinato premeditado abandono el lugar y me voy lo más lejos que puedo. Siento una presencia poderosa, no se si es él, porque no se siente tan como él, aún así necesito desahogarme.
-¡Ya hice lo que querías! - grito con todas mis fuerzas esperando que me escuche. Estoy triste y enojado. Nunca imaginé que me iba a doler tanto ¿Cómo due capaz de mandarme a esto? ¿Cómo fui yo tan débil para cumplirlo? No tiene corazón, no tiene sentimientos - Ahora estás conforme - escupo con ira. Él sabe lo que hizo y porqué lo hizo y sabe las consecuencias de lo que me ordenó, y como me siento acerca de eso. Para él todo es un juego, todo es un puto juego de ajedrez en el que sacrifica a todos los peones que necesite para seguir con vida, y por desgracia todos somos sus fichas de juego.
<<No estoy complacido por completo pero algo es algo >> dice con voz escalofriante en mi mente.
-Juro que me vengaré - aprieto mis labios con rabia. ¿Cómo que no está complacido? Siempre es lo mismo. Ojalá esté complacido cuando Deican logre matarlo.
<<Quiero verte intentarlo>> su estrepitosa carcajada suena en toda mi cabeza, siento que me va a explotar por su culpa.
¿Qué hice? Esta vez no puedo retener las lágrimas por mucho más tiempo. Diana.
Pov's Deican.
Me despierto poco a poco por la molesta luz que llega a mis ojos. Se escucha el canto de las aves y algunos árboles moverse por el viento. Abro los ojos y doy un vistazo al lugar donde me encuentro. Es una extensa pradera con dos o tres árboles solamente. Estoy en medio de la nada, con un dolor de cabeza que me está matando. ¡Puto Ezequiel! No tengo ni siquiera un cuchillo a mi alcance para atravesarme y obligarlo a aparecer, voy a cojer una piedra y me voy a reventar la cabeza si no aparece.
-¡Ezequiel! - grito con rabia y desprecio,estapy harto de todos los secretos y todo el misterio que tiene, se supone que tenía que cambiar mi vida ¿Esto es un cambio? O solamente soy lo que siempre he sido. Sigo dependiendo de otras personas para poder vivir -¡Ezequiel, maldito hijo de puta! ¡Responde! - sigo gritando a todo pulmón - ¡Kyra! - tampoco hay rastros de ella. Igual que el capullo de Ezequiel, no lo hizo - ¡Ahh! - grito frustrado al mismo tiempo que le doy una patada a una piedra. Me levanto del suelo y comienzo a caminar hacia donde el mismo Diablo me lleve. Mi cuerpo se convierte en un envase de fino cristal, mientras está siendo llenado por la ira incontrolable las paredes se comienzan a cuartear.
Mi pecho sube y baja sin control y los latidos del corazón aumentan de velocidad. La oscuridad sale del suelo, penetra en mi piel, miro mis brazos, mis venas comienzan a sobresalir, a tornarse de un color oscuro. El cielo se nubla, en pocos segundos las frías gotas de lluvia hacen contacto con mi piel.
-¡Ah! -gritéo al cielo. Alguien de verdad me quiere ymandóa agua para refrescarme. Sigo caminando a paso lento, disfrutando de el agua, liberándome de los tormentos que azotan mi cabeza, expulsando toda la ira que tengo, ahora no voy a resolver nada con ella. Ezequiel no se librará de esta -Algo le haré, aunque sea lo último que haga- ya sueno como un villano de Disney. No se qué coño estuvo haciendo en el tiempo que dormí, ni qué coño hago aquí, pero tampoco se donde estoy y si no se donde estoy, no puedo usar las sombras para salir de aquí - Buena mierda - pateo otra roca al caminar. Utilizo los pocos conocimientos que tengo sobre naturaleza - los que aprendí en la escuela - para ir hacia el norte, siempre hay que ir al norte, creo. El dolor de cabeza se expande por todo mi cuerpo, mis piernas fallan y caigo al suelo, aunque la caída es amortiguada por la hierba y algunas piedras pequeñas se clavan en mis rodillas haciéndome sangrar.
Siento como mis huesos se quiebran uno a uno y vuelven a su lugar, mi piel se desgarra y comienza a escapar sangre de ella. Aprieto mis manos lo más fuerte que puedo, tanto que mis nudillos se vuelven de color blanco. El dolor es muy fuerte. Escupo sangre y pronto me empieza a apretar el pecho, me falta el aire. Mi vista se vuelve nublada y pierdo la fuerza en mi cuerpo. Cuando estoy dispuesto a morir, veo una figura masculina que se acerca a mí. Se acuclilla, por mi vista nublada solo puedo distinguir sus ojos negros y con el iris de la pupila dorado, como si fueran de oro derretido. Pasa la mano con suavidad por mi pelo, intento resistirme pero mi cuerpo no responde a mi mis órdenes. Estoy en una especie de shock
-Descansa hijo mío - entonces con su mano cierra mis ojos poco a poco siento como una paz que jamás había sentido entra en mi cuerpo, y caigo en los brazos de Morfeo.
Me despierto por la molesta sensación de que alguien me mira. No hay nada peor que estar dormido y sentir eso.Tardéo unos segundos en acostumbrarme a la luz del ambientr. Abro los ojos y lo primero que vi me asombra. Estoy acostado en una gran cama como la de los castillos en las películas, con sábanas de seda y hay una mesa de luz a cada laso. La habitación en la que me encuentro está pintada de un color gris. Doy una ojeada rápido al lugar. Hay un televisor pantalla plana de 60 pulgadas, un pequeño living con sillones de cuero que contrastan con la pared y una pequeña mesa ratonera en el centro. A un lado hay una biblioteca y al otro un armario con un espejo de cuerpo entero. Hay una puerta que da al balcón y otra que imagino de al baño. Me paro de la cama y veo que el piso es de madera oscura. Todo muy hermoso. Si estoy en un castillo es uno con estructura antigua, pero el señor del lugar tiene una cultura modernista porque todo lo que hay en esta habitación es de este siglo.
¿Dónde mierdas estoy?
-Hasta que despiertas, pensé que me volvería vieja esperándote.
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