Cap 8 - Mentiras
Pov's Deican.
Una figura oscura atraviesa a toda velocidad la puerta. Se detiene frente a mí, pronuncia un "Vamos" y sigue corriendo hasta donde me imagino que sea el cuarto de Dean ¿cómo sabe dónde está el muerto? ¿Cómo llegó tan rápido? ¿No estaría siguiendo? Ignoro mis pensamientos, vuelvo a la escena del crimen, mi amiga me sigue en silencio, desde una corta distancia.
—No hagas nada, vete, nadie puede saber esto, resuelve el problema de tu amiguita —me río en su cara, provocando una mirada asesina que atraviesa mi cuerpo como una daga.
—No me pienso ir, es mi amigo quien está desaparecido, estamos en esto juntos, no me voy a ningún lado — sonríe, se pasa la mano por el pelo, se lanza sobre mí, tomándome del cuello.
—Mira crío — me levanta en peso — o te vas ahora con tu amiguita o te vas en una bolsa cuando vengan a limpiar esto ¿entendiste? — no respondo, aprieta más.
—No — escupo en su cara — no te tengo miedo — me suelta. Pasa la mano por su cabeza frustrado, aún así no deja de sonreír de forma maníaca. Saca el cuchillo que siempre guarda ¿me matará? Lanza el cuchillo contra el espaldar de la cama. Por inercia miro ahí donde quedó clavado. Todo resultó see una distracción, en el momento en el que aparté la vista aprovechó para ir a donde está Kyra, no se de donde sacó otra arma, pero tomó a mi amiga y puso la pistola en su cabeza
—O te vas, o la mato — aprieto la mandíbula y los puños — a ti no te puedo matar, a ella sí — busco entre mi ropa el revolver que él mismo me regaló. Al ver como quito el seguro del arma sonríe — No te atreves — mi amiga sonríe también. Hace un movimiento hacia la izquierda, se agacha y con un golpe que tumba el arma de la mano de Desmond, toma la pistola del suelo y viene corriendo hacia donde me encuentro. Me parece extraño como Kyra sabe tantas cosas, ella no es normal, algo me oculta.
—No nos vamos a ir de aquí. O nos ayudas a encontrar a nuestro amigo o buscaremos a alguien que lo haga — ¿por qué sonríe? ¿Por qué?
—Veo que estás muy seguro de lo que dices — hace un movimiento con la cabeza, cómo si estuviera dándole una señal a alguien y todo es oscuridad.
Un brusco movimiento me levanta, estamos en un carro. Mierda, Desmond nos hizo algo. Miro a mi lado y Kyra está en el mismo estado que yo, abriendo los ojos confundida.
—Kyra Valadria — lee de una carpeta — tu archivo es muy interesante — pasa hojas, la mira a los ojos, me mira a mí, vuelve a pasar las hojas y deja el archivo a un lado de su asiento — Oh Deican! No sabes a la figura tan importante que tienes a tu lado —trato de moverme, mas algo aprieta mis muñecas, estoy esposado. Kyra, con plena conciencia ya de sus actos buscó desesperada algo entre su ropa — no te preocupes, para asegurarme de algunas cosas, te he quitado las cuatro dagas que tenías en tu chaqueta y tus zapatos, también el revolver que escondías, tu teléfono también lo tengo y el dispositivo de rastreo está ahora en el fondo de un lago — ella muestra los dientes como una perra que quiere atacar para conseguir comida o proteger a sus crías — No querida, Deican todavía no sabe quien eres.
—¿¡Alguien me puede decir que mierda está ocurriendo!? ¿¡Por qué siempre soy el último en enterarme de todo!? — exijo molesto, quiero explicaciones de lo que aquí está pasando.
—Kyra es la primogénita de la familia Valadria, descendientes cercanos de la nobleza en Inglaterra, se dice que su familia se volvió extremadamente rica matando gente para la corte imperial, lleva la sangre asesina corriendo entre sus venas — eso explica muchas cosas.
—Puedo explicarlo — ese sentimiento de traición, que conlleva a una ira inminente de aloja en mí. Me siento usado.
—Así que fuiste tu la ladrona que entró a mi casa ¿tú eres quién te estás llevando gente? ¿los matas? ¿quién te contrató? — suelto como veneno, deseando que mis palabras fueran dagas que la atraviesen y se desangre frente a mí.
—No he hecho nada de eso vale. Puede que mi familia sea una asesina, pero yo no soy así, Dean también se ha vuelto mi amigo, al igual que tú, solo vine a cambiar de aires a empezar de nuevo - ¿espera que le crea? No pienso creer semejante mentira.
—¿Cómo puedes hablar de amistad? ¿En serio? ¿Somos tus amigos? ¿Tienes a caso como demostrar que no fuiste tú el ladrón? ¿O qué no has matado a nadie? — se queda callada, eso pensé — suéltame — le exigí a Desmond que mira sonriente la escena que tenemos montada frente a él. Bien que lo está disfrutando el cabrón, un enfermo es lo que es.
—¿No que te ibas a buscar a tú amigo? — se acerca, abre las esposas y vuelve a su lugar.
—Para el carro — el conductor mira por el espejo, Desmond asiente y aparca el carro a un lado de la calle — Aquí me bajo, ya veré como llegar a casa — abro la puerta y me bajo. Es verdad que no tengo idea de dónde estamos. A penas puse un pie fuera del carro, en vez de arrancar como pensé que ocurriría, lo que escuché fueron reclamaciones sin sentido.
—¿¡Por qué los haz hecho!? — grita mi... ya no se si puedo llamarla amiga, no sé quién es, la persona que había conocido es una mentira.
—Tardé mucho en encontrarte — su voz suena calmada y fría, a la vez cargada de odio.
—No te dejaré, no esta vez, así sea lo último que haga —amenza la primogénita de los Valadria.
—O le cuentas la verdad o no podrás detenerme — ¿la verdad? ¿Qué verdad?
—Y lo haré — es hora de entrar.
—¿De qué verdad hablan? — interrumpo abriendo la puerta.
—Pensé que te habías ido — eso hubiera sido lo conveniente. Pero me quedé a escuchar lo que hablaban, aunque sea una forma de actuar baja... Qué mierda, yo hago lo que me de la gana, si quiero oír una conversación que tiene que ver conmigo lo hago y punto, no tengo que rendir cuentas a mi conciencia.
—Vamos cuéntaselo — entro al carro en espera de alguna respuesta de parte de la persona que tengo a mi lado, nada sale, solo un molesto silencio — sabía que no podrías.
—Yo, solo quiero que me escuches, y no pienses nada malo, es verdad que no vine a la escuela solo por cambiar de aires, vine por ti, me mandaron a investigarte — lo sabía, lo sabía, eso no podía ser todo. Desmond pone los ojos en blanco. Saca de su carpeta una laptop y se queda en ella.
—Te escucho — no debería ni darle el placer de quedarme escuchando su explicación.
—Me mandaron a investigarte. Una organizacion de espías de los Estados Unidos, fueron a donde nosotros estábamos pasando las vacaciones, se presentaron como personas "normales" con un trabajo para nosotros, sobretodo me necesitaban a mí — no me voy a precipitar creyendo nada, como tampoco voy a no creerle, primero tengo que escuchar todo lo que tiene que decirme — No aceptamos trabajos de espiar a nadie y menos acabar con una familia de forma lenta, preferimos matar, pero la suma de dinero era considerablemente grande, así que mi familia investigó y resultó que esas personas no eran quienes decían ser, cuando nos rehusamos a aceptar el trabajo trajeron refuerzos. Capturaron a mis padres. Los tienen presos en una cárcel y eliminarán su condena si hago mi trabajo.
—Investigarme — es difícil creerle a alguien, cuando simplemente se acercó a ti para tener información sobre ti y tu familia.
—Mi misión es averiguar a través de ti lo necesario para que tú familia caiga. Los espías se llaman Gabriela, y — busca el otro nombre en su mente — no recuerdo mucho el nombre del otro, ese ni siquiera habló.
—¿Y esperas que te crea? — parece tan falso lo que me está diciendo, ojalá tuviera el poder para saber cuando la gente me miente, que fácil sería todo. Por muy dolorosa que sea la verdad, la prefiero ante cualquier mentira.
—Por favor Deican, llevan una semana dándome una última oportunidad para conseguir algo y no lo he hecho, no puedo, no después de todo lo que se de ti — es la típica película, como la descubrí me cuenta una verdad a medias, para ganarse mi confianza y cuando menos me lo espere clavar el puñal en mi espalda. La he visto una y otra vez, siendo repetida a través de los años, siempre es igual, mentiras diferentes pero el final es el mismo. Es como el refrán que dice: Todos los caminos llevan a Roma. Aquí todas las verdades a medias llevan a una traición.
—Tu actuación es un cliché muy usado, no puedo creerte Kyra, lo siento mucho, después de todo nuestra supuesta amistad se basa en una mentira, y un edificio sin buenos cimientos tarde o temprano se desmorona — Desmond sonríe victorioso, como si le hubiera ganado en algo a Kyra, esta es la razón por la que todo lo que me dice no lo creo, ellos saben algo que yo no, algo más.
—Te investigué durante 2 meses, se todo de tí: hábitos, lugares a los que vas, clases, amigos, comida favorita, actividades que te gustan, disgustan, tus padres, todo. Tuve más de una oportunidad para presionar sutilmente tus puntos débiles para sacarte información, y no lo hice ¿a caso no es suficiente prueba? — no respondo, son muchas cosas lo que me acaba de decir, me ha estado vigilando durante dos meses, además del mes que llevamos como supuestos amigos, estudiando mi comportamiento como si fuera un animal, después de eso no puede haber amistad, soy su objetivo.
—Son muchas cosas, no puedo, me acabas de decir que estuviste estudiandome durante más de un mes, buscando puntos débiles para desmoronar mi familia. Si no lo hiciste estoy seguro de que no haz sabido como hacerlo, estás entrenada en esto desde que naciste, no puedo confiar en tú palabra — su cara cambia, como si lo que acabo de decir la ofendiera. No tiene derecho a sentirse ofendida, en primer lugar fue ella quien me mintió.
—Pude haberte dicho que eres adoptado desde... — no escucho más de lo que me dijo, no pude. A mi mente vienen imágenes de mi pasado, una tras otra, respuestas a preguntas mentiras de un niño confundido. ¿Por qué papá es así? ¿Por qué mamá nunca me abrazó? Un torbellino de sentimientos se arremolinan en mi pecho, y lo aprietan, dejándome sin aire. Un nudo se forma en mi garganta. Todo cae, es como cuando rompes un cristal y ves cada trozo esparcirse por el suelo.
—Fuera — hablo en voz baja, sin fuerzas — los dos se van — solo se me quedan mirando, como si no hubieran entendido lo que le dije —¡FUERA! — abro la puerta para que se vayan, no me interesa si el auto es de Desmond, se van. Kyra abandona el auto en silencio, cabizbaja —tu también —alza una ceja. Una fuerza empieza a crecer desde el interior de mi cuerpo, alimentada de ira — Dije que ¡TE VAYAS AHORA!
Es un capítulo corto pero es porque el próximo será bien largo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro