Cap 28 - El final del principio
Pov's Deican.
Los gritos de la niña me tienen aturdido. Después de enterarme de que Giovani seguía vivo la única manera de acabar con él es explotando la única pista que tenemos. Su nieta.
—Como vuelvas a abrir la boca te juro que te arranco la lengua — saco una de mis garras y la pongo en su carita. No quiero hacerle daño pa pobre criatura. Ella no tiene la culpa y yo no soy tan malo como para hacerle daño.
—Deican, contrólate — susurra Kyra a mis espaldas. Ella y yo tenemos una conversación pendiente. Se aprovechó de que yo no tuviera toda mi mente funcionando en su totalidad para llegar a mi punto más vulnerable y hacerse mi novia.
—Si tanto puedes leer mi mente sabrás que es el peor momento para interponerte en mis decisiones — nada más le lanzo una mirada asesina. No es momento. Estoy estresado. DEMIAN fuera de la cárcel, Giovani sigue vivo y estoy esperando a Desmond para que me ayuda a acabar con mi ex padre. Y todo eso ocurrió mientras parte de mis recuerdos habían sido borrados. Y para completar el paquete el hijo de puta de Ezequiel no quiere aparecer. Lo único que falta es que empiece el Apocalipsis.
—¡Cómo te atreves! — su voz retumba grotesca en toda la habitación, se escucha cambiada, más distorsionada que antes.
—Así que al fin el abuelito decidió aparecer — tomo a la niña en brazos, entre gritos y patadas de parte de ella se la entrego a Kyra — Ven, cobarde, enfréntate como un hombre de verdad — su carcajada llega hasta mis oídos. Poco a poco va saliendo de la oscuridad del umbral de la puerta. Ahora se encuentra diferente: por primera vez desde que lo conozco muestra su forma demoníaca. Sus ojos están oscuros, como cuencas vacías, sus dientes están más grandes, sus manos son adornadas por unas horribles uñas de color negro, su piel seguía igual, pero tiene más masa corporal. Sonrío al verlo.
—No sobrevivirás a esta — me dice con esa voz extraña.
—No eres el único que tiene sus trucos — por suerte para mí, en el cuarto de la cría hay un gran espejo, y voy a poder ver como me transformo. Empieza por los ojos, desde ambos costados se van ennegreciendo hasta llegar a la pupila y tragársela; mis dientes empiezan a crecer hasta convertirse en puntiagudos colmillos, a eso le siguen las venas cercanas a los ojos y las del cuello, que se ponen por completas negras, como si mi sangre se tiñiera de otro color. Las venas guían la sangre oscura hasta mis brazos y llegan a mis manos, las que se tornan de color rojo con grandes garras oscuras; luego sigue hasta mis pies haciéndole lo mismo que a mis manos. Con cierta comezón en mi cuerpo siento como la fuerza corre por mis venas a toda velocidad. Ese sensación de poder, es vivificante. Miro a Giovani, su boca está abierta, no esperaba que yo me transformara también —Que comience el verdadero juego — me lanzo sobre él. Se que el que primero ataca tiene desventaja pero vamos, que soy yo, yo siempre gano.
De un buen manotazo me lanza contra la pared haciendo que mis huesos crujan con el choque. Eso dolió. Vuelvo a lanzarme, cuando trata de volver ha hacerme lo mismo me agacho y clavó una de mis garras en su pierna. Tiene una desventaja, es mucho más grande y bestia que yo. Ese golpe mío lo hace enojar. Ese es mi objetivo desde el primer momento. Me dirije una mirada antes de empezar a atacar sin parar, dándome tiempo solo para parar algunos golpes, estamos usando tal velocidad por encima de la humana. Logra clavarme sus garras en el abdomen en uno de los golpes, aprovechó que solo está usando sus manos para darle una fuerte patada y lograr desestabilizarlo. Casi olvido que tengo poderes. Acudiendo a las sombras de Ezequiel logro apretarlo con una mano negra. Después de un raro empieza a emitir gritos de dolor. Las sombras lo queman.
—Estás jugando con fuego y terminarás quemándote — de alguna manera logra escaparse de mis sombras, no me preocupo, no usé ni la mitad de mis poderes. No sé porqué pero me da por reírme como un loco — ¿Qué te causa tanta gracia?
—Te cuento algo — trato de parar mi risa — una de mis pasiones es — paso la mano lentamente por mi cara hasta que mis ojos se quedan entre mis garras — jugar con fuego — con tan solo abrir y cerrar mi mano, desde mi espalda salen numerosos picos puntiagudos hechos de sombras, y todos empiezan a atravesarlo una y otra vez sin descanso. Mientras mal lo atraviesan más me acerco, hasta el punto que sus sangre salpica mi cara. Menos mal que Kyra se llevó a la niña, si no crecería con un buen trauma. Cuando estoy frente a él, ahí, mirando como poco a poco cae al suelo desangrado, sonrío victorioso — Nadie, y cuando digo nadie, es nadie, puede contra Deican Black, y esto es una muestra de ello — junto todos los picos en uno solo más grande, y lo estampo en el medio de su pecho — Ya eres historia — me viro de espaldas dispuesto a abandonar la habitación con la felicidad de que mi victoria está asegurada. Tras escuchar el sonido de los huesos de Giovani recomponerse vuelvo molesto a donde supuestamente se encuentra.
—Cuantas veces más tengo que matarte — esta vez convierto las sombras en grandes látigos que queman y lo azoto una y otra vez —Muere, muere, muere — aumento la velocidad de los azotes incrustandolo contra la pared de un latigazo aún más fuerte —¡Kyra! — la llamo, no me hace falta que cuide a la niña, que le deje libre, ya no nos hace falta. Cuando Kyra entra a la habitación solo doy una orden — Quémalo — ella asiente sonriendo y al instante sus ojos se tornan de color brillante, y del suelo emerge una llamarada hacia Giovani. Si antes había gritado ahora su agonía se duplicaba. Disfruto ver como lentamente su cuerpo se va carbonizado en el suelo. Sus ojos miran suplicantes, queriendo que acabe ya, hasta que no lo vea morir no frenaré. Emite una última nota lastimero antes de que sus ojos también sean consumidos por las llamas y muera por segunda vez. Kyra detiene la llamas.
—Ahora si debe estar muerto — ojalá fuera así, ojalá ya estuviera muerto. Pero no, el sello en su cuello comienza a brillar como si por el corriera la mismísima lava. El cuerpo quemado y esquelético se levanta del suelo. Sus movimientos son lentos pero más escalofriantes que antes, levanta su mano y mueve su mandíbula para poder hablar.
—Jamás acabarás con... — su voz chillona y distrófica se ve detenida por un grito de agonía pura para que luego su cuerpo se convierta en cenizas. Lo que no me esperaba es ver al ser que provocó que eso ocurriera. En sus manos posee una extraña arma de color negro con algunas letras doradas dibujadas. Sus ojos negros se clavan en mí. En su cuello reluce el mismo sello que en el de Giovani, esto no puede ser verdad, no puede. Demian Black también tiene el sello del demonio.
Suelta su arma, un rayo de luz le da de frente y puedo ver que es el cuchillo que tenía aquél día en la casa donde Kyra me enseñó, me preguntaba dónde estaba. Se lanza sobre mí. Se abalanzó tan rápido que no me dió tiempo a detenerlo. Sus manos ahora se encuentran enroscada en mi cuello. Acudo a las sombras, me voy sumergiendo en ellas para tratar de escapar. No sé como pudo hacerlo: me sacó de las sombras. Trato de hacer lo mismo que con Giovani, atravesarlo una y otra vez y nada pasa, las sombras no me responden. A mi lado escucho un gemido y veo a Kyra, atrapada en una especie de nube rojiza que no la deja moverse, tiene sus ojos encendidos tratando de escapar.
—No te voy a matar, no ahora, porque no sería justo y yo quiero una pelea justa con mi persona favorita en este mundo — con su mano libre atraviesa mi abdomen con unas grandes garras, y luego de eso, no recuerdo absolutamente nada.
Estoy camiando por un corredor oscuro, como si estuviera en un túnel muy largo. Mientras voy caminando veo varios recuerdos de mi vida, desde que era un niño pequeño hasta mis últimos momentos. Los recuerdos tristes, los felices, las decepciones, las alegrías. Cada paso que di en mi vida. Hay una luz, al final del túnel hay una luz. Comienzo a caminar con mayor rapidez, quiero llegar al final, quiero llegar al final de este túnel. Unos metros antes de alcanzar esa hermosa luz que pronuncia mi nombre una y otra vez puedo ver a Ezequiel.
—¿Qué haces? — pregunta poniendo ambas manos en mis hombros para detenerme.
—Voy hacia la hermosa luz — respondo tratando de apartarlo, es como si estuviera hipnotizado.
—Despierta Deican, todavía no es tu hora — siento un líquido caliente resbalar por mi abdomen, miro mi cuerpo y lo tengo cubierto de sangre — vuelvo a mirar a Ezequiel que ahora está más cerca — ¡Despierta!
—Ahh — abro los ojos. Me duele mucho la cabeza y mis latidos son tan fuertes que se escuchan en mis oídos.
—Funcionó — escucho una voz frente a mí. Cuando logro abrir bien los ojos veo el lugar en el que me encuentro. Estoy en un hospital, frente a mi hay un doctor y dos enfermeras con unos e esos equipos de revivir a las personas con electroshock. Miro mi pecho y en el están esas cosas que conducen la corriente.
—¿Me estaban reviviendo? — pregunto confuso, mi voz se escucha mucho más bajita de lo que quería.
—Estuviste muerto durante dos minutos y 10 segundos, es un milagro que tu cuerpo sabe con tanta rapidez — las enfermeras me quitan esas cosas del pecho y se llevan el carrito con el desfibrilador.
—¿Cuánto tiempo llevo aquí? — la herida en mi abdomen casi ni duele, debe ser por Ezequiel que me estoy recuperando a esta velocidad.
—Llevas tres días, cuando llegaste pensamos que estabas muerto, habías perdido mucha sangre y muchos de tus órganos tenían daño crítico. Es un milagro que estés vivo, casi se puede decir que tu Ángel de la guarda te ayudó — ¿tres días?
—Kyra ¿dónde está Kyra? — me sobresalto cuando caigo en que ella también estaba con nosotros. Mi pa... Demian también le hizo daño con esa nube roja.
—Tu amiga está mejor que tú, tenía algunas quemaduras graves y ahora está descansando dos camas después de la tuya — me remueve en la cama quitando los sueros que hay en mis brazos — relájate, puedes verla luego.
—No, tengo que verla ahora — me quito el otro suero y me siento en la cama dispuesto a levantarme.
—Unos oficiales de policía tienen unas preguntas para ti acerca de lo que ocurrió — lo que faltaba también la policía. Vuelvo a acostarme en la cama. Kyra tendrá que esperar un poco. El doctor se aparta y entras dos oficiales de policía. Dos hombres, uno de tez oscura, más viejo, y el otro un joven de pelo castaño que se ve que es un novato.
—Solo son preguntas de rutina. Según la madre de la niña, que junto a ella fueron las únicas sobrevivientes del hecho, estaba ahí en una cena invitados por Don Giovani ¿cierto? — ¿una cena?
—Si — mi boca se mueve siendo controlada por otro. Ezequiel tiene algo que ver con esto, como la otra vez con la cazadora, el se encargó de crear una falsa historia para ellos — en medio de la cena llegó mi padre, se llevó a la niña y a la mujer a algún lado, junto a Giovani tratamos de enfrentarnos a él como pudimos pero luego de herirme le prendió fuego a la casa. Mi novia y yo logramos salir con vida, me alegra mucho que la niña y su madre también — el oficial más jóven anotó todo en una libreta.
—Su historia concuerda con la contada por la madre — agrega el oficial con más edad.
—¿Alguna otra pregunta?
—No, muchas gracias por su colaboración — y se van.
—Siempre tienes una historia para todo — le pregunto mentalmente al demonio que tengo adentro.
<<Si>> responde cortante, como si estuviera molesto <<Ahora busca a Kyra, tienen que irse de aquí >>
Una de las enfermeras entra en el momento que me estoy levantando, trata de tenerme pero no puede, de un empujón la arrojo al suelo, lo siento mucho, corriendo voy hasta la cama de Kyra. Está ahí con sus ojos cerrados y conectada a las máquinas y con sueros. Le quito las agujas de sus finos brazos, la quitó de las máquinas, es una demonio, no necesita hospitales. Cierro las cortinas y me asomó afuera a ver si viene alguein, la enfermera buscó al doctor y vienen en camino. Tengo que hacer esto lo más rápido posible. Tomo a Kyra en brazos, le doy un suave beso en su frente, que linda se ve durmiendo. Y nos sumergimos en las sombras. Para cuando llegan, no hay nadie en la camilla y nosotros desaparecidos.
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