Pov's Deican.

Yo Deican el ser frío y supuestamente insensible a los ojos del mundo ¿me estoy ablandando? Han pasado aproximadamente tres días, digo aproximadamente porque últimamente mis pensamientos no cesan de confundirse. He planeado una y otr vez una manera de entrar a la "fortaleza" de Giovani, pero todos los planes terminan en el fracaso inminente. Me veo esperando a que salga de ahí para cazarlo afuera. La única alternativa que veo es sacarlo de su madriguera. Pero es casi imposible. Ese viejo sabe más de lo que aparenta, tantos años en este peligroso mundo no pasan por gusto. ¡Qué molesto!

Por segunda vez consecutiva me quedo despierto hasta las campanadas que anuncian la media noche. No sé si es miedo, o algo parecido. Pero con cada campanada mi corazón palpita más rápido, y juro por Dios que siento como mi cuerpo toma más vitalidad. Debe ser todo parte de mi imaginación porque técnicamente es imposible que me revitalice cuando suenan las campanadas de las doce, sería una idea totalmente estúpida e infantil, como si esas cosas pasaran en la vida real. Todo lo que necesito es dormir más horas al día.

Mi teléfono me despierta. ¡Quién mierda llama a estas horas de la mañana! Número desconocido, lo que faltaba.

   —Diga — respondo la llamada de mal humor.

   —Jamás pensé que me causarías tantos problemas — esa voz jamás creí que la volvería a escuchar.

   —Demian — aprieto los labios molesto ¿por qué  me llama? No sé supone que esté en prisión.

   —Mi adorado hijo. ¿Cómo pudiste hacerme algo así con lo mucho que yo te quiero? — valga la ironía en sus palabras.

   —Corta el rollo. ¿Para qué mierda me llamas?

   —¿Acaso no puedo hablar con mi único hijo? — puedo escuchar la sonrisa al otro lado, o me la imagino, eso provoca que un escalofrío recorra mi columna.

   —O me dices algo que me sirva o corto esta mierda ahora.

   —Tan educado como siempre. Pero tienes razón, tengo cosas más importantes de las que hablar. Me he enterado de muchas cosas mientras estoy aquí — respondo con un ajá — Necesitamos hablar y lo sabes.

   —No tengo nada que hablar contigo — espeto.

   —Tienes razón, necesitas mi ayuda con Giovani, si quieres vienes, si no haz lo que quieras. Ya sabes en qué prisión me encuentro, y si no pregúntale a tus amiguitos — cuelgo. Lanzo nuevamente el teléfono contra la pared. Es el ¿tercero? ¿cuarto? que rompo. Yo necesitar su ayuda. "JAJAJAJA", ni en mis peores pesadillas yo necesitaré su ayuda.

   —Buenos días — Kyra entra a la habitación. Después de dirigirme una cálida sonrisa mira el teléfono que lancé y cambia su cara. Alza una ceja y se cruza de brazos  — ¿Ahora porqué? — ella ha sido quien me ha comprado los nuevos teléfonos.

   —Buenos días — me levanto de la cama para llegar a ella y besarla, cuando me separo no ha cambiado su posición en lo absoluto.

   —¿Quién? — vuelve a preguntar.

   —No quiero hablar de eso ¿vale? — trato de esquivarla para ir al baño pero se mueve y obstruye mi paso.

   —Deican Alexander Black. ¿Quién? — bufo molesto y pongo los ojos en blancos. Somo le voy a decir porque quiero, no porque me lo esté ordenando ni nada por el estilo. Además se ve graciosa enojada.
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   —Demian Black — logro sobrepasarla para ir al baño a asearme y cumplir con la naturaleza.

   —¿Qué quería? — suspiro.

   —Me vas a dejar en el baño tranquilo — pregunto desde adentro.

   —Vale, hablamos abajo, ya Johan preparó el desayuno, fue a buscar unos productos de aseo que faltan — escucho como sale de la habitación y cierra la puerta tras ella.

   —¡No voy a ir y punto! — me levanto de la mesa a medio acabar el plato y me voy. Mira que es cabezona, no voy a ir a ver a mi padre, jamás admitiré que necesito ayuda, su ayuda. Soy Deican, puedo con todo. Escucho los pasos de mi novia — todavía no me acostumbro a decirle así — detrás de mí. Me giro molesto.

   —Amor — pone su cara suavemente en mi mano — soy más que conciente de que no necesitas la ayuda de nadie — me da un suave beso.

   —¿Entonces para que quieres que vaya? — pregunto más calmado, no se ese poder que tiene de calmarme.

   —No está de más escuchar su consejo, además, no quieres demostrarle lo fuerte que eres, lo que eres capaz de hacer, lo que haz hecho, restrégale en la cara que tu estás afuera y él no — desde ese punto de vista suena diferente la oferta.

   —Lo pensaré — vuelve a darme un beso y se va contoneando sus caderas.

   —Necesito un favor — después de pensarlo por horas y más horas accedo a ver a mi padre, no es que lo necesite pero quiero saber lo que tiene por decir.

   —¿Qué es lo que quieres? — responde Amanda cortante, cada vez que la llamo es para algo que me conviene.

   —Quiero a mi padre en una sala para conversar con él — no hay respuesta, luego carcajadas.

   —Nunca pensé que me llamaría para hablar con tú padre. Sabes que no puedo hacer eso — quien carcajea soy yo.

   —Tu si puedes, y no lo estoy pidiendo, lo estoy ordenando, se cosas de ustedes, muchas cosas y no les conviene tocarme un pelo o desobedecerme. Recuerdas lo que me dijiste, que tendría un amigo dentro de la "Ley" pues ahora es momento de cumplir tu palabra — pum beibe.

   —En dos horas, espera mi llamada con la dirección en la que debes estar — cuelga. Bien, Deican, bien.

No importa cuánto trates de dejarlo atrás, tu pasado siempre te perseguirá. Demian, mi padre adoptivo, jamás hubiera pensado eso, somos muy parecidos, ambos de pelo negro y ojos oscuros, las facciones se parecen, nuestra forma de caminar. Pero en fin, la vida a veces te da sorpresas, hasta los más ricos, las supuestas familias perfectas tenemos nuestras cosas ocultas, porque donde quiera que halla una criatura, hay bajo el velo de la supuesta felicidad, amargos y punzantes dolores. No me queda de otra que aprender de esos errores y tratar de no caer en lo mismo.

Estamos en el carro, Kyra maneja, a mi me pesa manejar, tengo mi mano en su muslo pero mis pensamientos están muy lejanos. Estos cuatro días han sido muy raros. Sigo confundido sin razón, las cosas pasan en mi mente muy rápido, ni tiempo casi he tenido de reaccionar. Y para poner la guirnalda al pastel se encuentra mi padre. Tenía que aparecer justo en este momento. A veces pienso que hay un ser del más allá que me quiere joder la vida.

Es un edificio grande, pintado de gris por completo. Cuando pasamos el gran muro característico de las prisiones, Andrea nos está esperando a la entrada. El lugar por dentro parece muy antiguo. Lúgubre es la palabra exacta para describirlo. Las paredes rayadas con escritos y manchas de humedad, el olor a desechos humanos cubre todo el perímetro.

   —¿Dónde estamos? — le pregunto a Andrea haciendo un mueca de asco, como pueden tener a un ser humano en un lugar como estos.

   —En un sitio clandestino, ahora calla y espera a que lleguemos a la sala — y ahora empieza la verdadera belleza del lugar para completar pasamos por una sala de tortura. Al estilo las que salen en las pelis, con sangre y muchos objetos oxidados y manchados de sangre seca. Se te eriza la piel de nada más mirar eso. Luego pasamos por una sala que está oscura por completo, se escuchan ruidos, cadenas que crepitan, pero nada se ve.

   —Es aquí — frente a la "sala oscura" hay una puerta de metal. Al otro lado está mi padre ¿de verdad quiero verlo? Me quedo mirando la puerta durante unos segundos hasta que Kyra toma mi mano, giro mi cara hacia ella y me da un beso. Es hora de enfrentar al hombre que me jodió la vida y al mismo tiempo me dió una nueva razón para vivir, quien me abrió las puertas al mundo en el que me encuentro. Cuando la puerta se abre se escucha la fuerte carcajada de Demian Black. Reconozco su riza, mas me es imposible reconocerlo por completo, se ve demacrado. Tiene barba, los huesos de la cara se ven, su pelo está sucio, y sus ojos, esos ojos inconfundibles ahora están aún peor, sus ojos se parecen más a los de Desmond, macabros, cuando los miras sabes que detrás de ellos hay un plan en marcha, una oscura maquinaria que se alimenta de almas.

   —Demian — tomo asiento frente a él. Me mira, desde su silla, esposado por completo a la mesa. En voz baja mi novia susurra que me espera afuera, Andrea sale con ella, dejándonos solos por completo.

   —Creí que serías mejor — pone cara de falsa tristeza — Como vas a dejar que Desmond tome el control de la empresa para tu centrarte en el desgraciado de Giovani.

   —¿Quién eres tú para regañarme? — alzo una ceja — Perdise ese derecho hace mucho tiempo.

   —Te ayudaré, solo porque no quiero que nadie destruya lo que yo construí — tira su cabeza hacia atrás quedando con la vista en el techo — Me haz causado muchos problemas froter — no entendí la última palabra. Debe ser por todo lo que ha sufrido dentro de este lugar. Se lo merece por hijo de puta.

   —Habla rápido o me voy — vuelve a mirarme.

   —Sencillo, su amante fue un blanco fácil. Giovani te hizo creer que habías ganado algo con eso pero no es así. Hay un pequeño secreto que muy pocas personas conocen. Giovani tiene una nieta: Leinna. Una pequeña de 9 años que tiene problemas en su frágil corazón. Nadie se ha preocupado tanto por esa niña como Giovani. Tócala a ella y tendrás al viejo en la palma de tu mano — ¿por qué no me había enterado de eso? Esa información no está en la base de datos que creó Desmond, que bien oculto se lo tenía el hijo de puta.

   —Hemos terminado — voy a levantarme de la silla cuando siento una mano fría envuelta en mi muñeca ¿cómo se levantó? —Quita bicho — trato de sacarme y solo logro que apriete más ¿cómo le queda fuerza con ese cuerpo de esqueleto?

   —Pronto ,froter, pronto. En menos tiempo del que imaginas sabrás la verdad detrás de tu vida — con la mano libre le doy un fuerte golpe en la cara. Logro que se tambalee, me suelte y choque con sus silla. La agente junto a nosotros hace su aparición tomando a Demian, al mismo tiempo que Kyra me saca de la habitación.

   —¿Qué ha pasado?

   —Está loco, solo dice palabras sin sentido, solo eso — creo.

   —¿Algo sobre Giovani? — al menos tengo ese dato importante.

   —Tenemos que investigar una pista que me dió, estamos un paso más cerca dee acabar con él — no voy a celebrar antes de tiempo, aunque debo decir que me siento más aliviado al saber que tenemos una carta escondida contra Don Giovani.

   —En una de las prisiones estatales de Virginia se desató una fuerte revuelta en la que numerosos presos escaparon y otros murieron. Entre las personas que escaparon de la prisión se encuentra el ex empresario Demian Black, a quien se le considera muy hostil y peligroso. Las fuerzas del orden están en su captura, si vemos a este hombre en las calles por favor llamad a la policía — apago el televisor. No puede ser. No ahora ¿por qué ahora? Mi teléfono comienza a sonar. Estoy seguro de que es él.

  
   —Eres el mayor hijo de outa que conozco — le digo a penas respondo. Siento ira e impotencia. Y si escapó por mí. Automáticamente reviso mi ropa, falta algo.

   —Muchas gracias hijo — mi navaja. Cuando me tomó de la mano lo que hizo fue distraerme para tomar la navaja para escapar. ¿Cómo pude ser tan idiota?

   —Lo sabía, lo sabía, lo sabía — comienza a reírse y cuelo la llamada. Kyra se encuentra detrás de mi callada —Lo sabía — me volteo a donde está —Sabía que me iba a usar y no creíste en mí, lo sabía — escucho su "lo siento"en voz baja. Un lo siento no resuelve las cosas. Ahora tengo problemas peores. Demian Black está suelto en las calles y mi vida corre peligro.