Cap 10 - Secuestrados y psicópatas
Pov's Deican.
—Mierda, mierda, mierda — repite una y otra vez dando vueltas por toda la habitación, se pasa las manos por el pelo frustrado, lanza los objetos al suelo. Una pequeña llamada provocó esto. Cuatro lotes de droga desaparecieron a penas mi padre comenzó la búsqueda del perdido, alguien se adelantó a ellos a paso de gigante, eso no es bueno, ni para él ni para su vida, si no encuentra al ladrón ya no será útil para sus clientes, y deberá huir o empezar una guerra contra ellos que de seguro va a perder. Su teléfono vibra, pienso que es un mensaje porque se queda leyendo, uno de los topos infiltrados en el FBI lo corroboró, los 5 lotes están bajo su custodia, y este es solo el comienzo, vienen a por él. Los federales están a un paso minúsculo de acabar con el imperio de la CIA de la mafia.
—Cálmate por favor — me mira con cara de pocos amigos, mi esfuerzo es gigantesco, tratar de no demostrar lo mucho que disfruto verlo de esta manera es muy difícil. Es la primera vez en la vida que lo veo de esa manera, es fascinante ver su forma de afrontar cuando las cosas no salen como lo tenía planeado.
—Tengo que llamar a Don Giovanni, tenemos un topo, alguien está diciendo la ubicación exacta de los lotes, y tengo que encontrarlo — tienen más de un topo diría yo, no es sólo un topo, además de mí deben haber incontables infiltrados, esto es un juego de largo alcance, hay mucho por perder.
—Te apoyo, tienes la información de todos los que trabajan para su organización en esta sala ¿De quién no tienes información? Confío en tí, tienes todo bajo control todo el tiempo, busca un peón fácil de manipular y sacrificar cuando sea necesario — hay que darme un Oscar por mis actuaciones, hasta yo me lo trago.
—Cuando vuelvas de la escuela te quiero aquí para que me ayudes, mientras tanto voy a abrir los expedientes de los más nuevos o los más influenciables — realmente está con la soga al cuello.
—No te centres solamente en las más nuevos, céntrate en los débiles — tomo mi mochila y bajo las escaleras. Sonrío a penas salgo de la casa, llevo conteniendo está sonrisa demasiado tiempo. Tengo que seguir asistiendo a la escuela, eso no entra en negociación, no puedo levantar sospechas pero al menos cuando salga "trabajo" junto a Demian.
Durante el tiempo que a mi me toca resignarme asistiendo a clases y copiando todas las explicaciones innecesarias, mi querida amiga Kyra se lleva la mejor parte. Está afuera siguiendo una pista que consiguió. No es justo que yo tenga que estar aquí. Vuelvo a mirar el salón. Hay muchos puestos vacíos, de compañeros que han estado con nosotros desde la primaria. No se encuentran, pueden estar en manos de un psicópata de los más peligrosos. Jamás se había dado un caso de secuestros en masas de esta manera. El objetivo obvio es la escuela. El estado está haciendo todo lo posible porque no se filtre la información y se resuelva rápido. Desarrollaron un programa que restringe todo lo relacionado con las desapariciones, cada publicación de Facebook, un estado, una llamada, una historia, todo lo saben y lo eliminan, así el problema será contenido sin salir de nuestras fronteras.
—¿Estás atendiendo la clase? — pregunta el profesor de química.
—Claro que lo estoy haciendo — respondo de manera obvia.
—¿Puedes decir de que estabas hablando? — sonríe.
—Del grafeno, descubierto por los científicos rusos André Heim y Konstantin Novoselov , gracias a ello ganaron un premio Nobel en 2010 — ahora soy yo quien sonríe, porque quien ríe último ríe mejor. Me encanta cuando los profesores no obtienen la respuesta que esperaban y tu les das un galleta sin manos. Es súper. Para aquellos profesores que se creen superiores.
—Muy bien, sigamos — le sonrío con suficiencia y sigue con la clase.
El resto de la clase transcurre con facilidad, los pocos que siguen viniendo a la escuela no tienen casi con quién hablar, sus compañeros están entre los "enfermos" como dijeron el jefe del FBI y un funcionario de la CIA en las noticias. Suena el timbre para el cambio de salón. Antes de salir el profesor me llama.
—¿Si? — ahora viene el sermón.
—No estabas atendiendo — regaña.
—Igual respondí a su pregunta — me encojo de hombros —Si no hay más que hablar tengo que cambiar de clases.
—Tienes razón, tendremos otra oportunidad de hablar fuera de este lugar — eso fue raro. Espero que se haya equivocado de persona o algo por el estilo por eso último que me dijo.
Sigo caminando para tomar los libros de la nueva clase. Un fuerte escalofrío cruza toda mi espina dorsal y siento un fuerte latigazo en la herida que ayer me hizo Kyra. Siento un poco de mareo, miro mi mano. Está cubierta de sangre, por segunda vez. La vista empieza a fallar, la imagen cada vez se vuelve más borrosa. Un zumbido constante me molesta. Las imágenes pasan como flashes, distantes y sin sonido. Cómo si fuera susurrado por alguien en mi mente empiezo a caminar hacia la salida de la escuela, directo a un carro negro, alguien me toma en brazos al llegar a este.
Pov's Demian.
Las horas pasan lentas, me molesta hasta el sonido del reloj al mover las agujetas. Es sumamente estresante no encontrar lo que quiero, más en un momento como este. Mi teléfono suena asustándome
—Carlos — el es uno de los profesores de Deican, uno de los nuestros que como tapadera tiene su trabajo diurno en una escuela.
—Se han llevado a Deican — Mierda, si Deican muere ahora tendré que dejar mi negocio por completo en manos de Desmond, no es que quiera al chico, al final no es mi hijo, pero Desmond se gana que lo aborrezcan de todas las maneras posible. He esperado durante mucho tiempo el momento perfecto para matarlo, un pequeño error. Es que parece perfecto, jamás ha cometido un error en el trabajo, en ningún trabajo.
—¿Para qué mierda estás ahí? ¿¡Cómo vas a dejar que se lleven a mi hijo!? — hablo fuerte y con carácter. Es un ser inferior a mí, yo puedo hablarle o tratarlo como quiera.
—Lo sien.. — lo interrumpo.
—Me interesa una mierda que lo sientas ¡Encuéntralo! — lanzo el teléfono contra la pared. Me cago en la puta. Tenía que ser ahora, justo ahora cuando lo secuestren. La policía me pisa los talones, Don Falcón tiene sospechas de que fui yo quien robó su diamante para venderlo, y para más molestia su hija Sophía no deja de llamarme. Abro una de las gavetas, necesito relajarme, esto de hacer de "padre preocupado" me está cansando demasiado, tomo una bolsita de cocaína, un simple gramo. La abro con suavidad, nunca me cansaré de esto, la pongo sobre la mesa, preparo con un trozo de papel en tres hileras, hago un cilindro con este, y a volar.
Pov's Deican.
—Lo hemos encontrado — la voz se escucha baja, lejana a mi lugar.
—¿Y dejarás ir a todos sin más? — esa voz la conozco, lo que ahora no puedo ubicar a quien pertenece.
—Haz magia hermana, haz magia — siento un ruido extraño, como de huesos quebrándose y luego como si alguien los succionara. La tarea de abrir mis ojos me es impedida, una especie de trapo cubre mi vista, estoy amordazado y atado de brazos y piernas. Estoy sobre una superficie metálica, muy fría. Siento los pasos de una persona acercándose lentamente, una mujer al parecer, con tacones. Cada golpe que da la suela del fino zapato contra el suelo retumba en todo el lugar, dando la sensación que solo estuviéramos nostros. Siento una mano pasar por mi cara, se detiene sobre mis ojos, y arranca lo que los cubría, con sus uñas araña la piel de mis párpados.
—Oh Deican! ¿Cómo está mi alumno favorito? — ¿La directora? ¿Cómo? Ahora encajan las piezas, fue ella todo este tiempo, me da escalofríos haber compartido con alguien tan enferma. La conexión entre todos los alumnos, tiene acceso a cada uno de los expedientes, por eso la facilidad de conocer las direcciones de cada víctima. Quita la mordaza para que pueda hablar, y así disfrutar de mi respuesta.
—Bruja — escupo con fuerza.
—No te preocupes. No soy una bruja, soy mucho peor — pasa la mano por mi pecho, en una suave caricia.
—Me están buscando, te encontrarán y toda esta locura terminará — estalla en una aguda y molesta carcajada.
—Eso dicen todos, pero querido mío, esto está a punto de empezar — sigue pasando la mano por mi cuerpo, luego asegura las ataduras de mis extremidades — Con permiso — y vuelve a quitarme la capacidad de hablar —¿qué te parece mi última adquisición — con un mando inalámbrico o algo así enciende las luces del local poco a poco, empezando por donde estamos. Parece ser un almacén abandonado. Las primeras luces iluminan un lugar vacío, viejo, sucio y deteriorado por la humedad, y así sigue hasta llegar al final. Allá, en la pared está clavada una persona. Cuando se enciende la luz que está sobre esta puedo distinguir quién es. Trato de llamarla, con toda mi fuerza, intentos que son frustrados por la mordaza — no te molestes no puede escucharte, se desmayó — Kyra está allí. No puedo hacer nada para salvarla, nadie puede. Si no me encuentran esté será mi final, con 16 años le diré adiós a la vida siendo asesinado por una psicópata que se hizo pasar por mi directora durante dos años. Sonríe. ¿Qué tiene planeado para nosotros?
—¿Cuál es la finalidad? — se encoje de hombros.
—Eso lo tendrás que descubrir por ti mismo — Escuchamos a unos carros llegar. Estaban esperando por una señal de que este era el lugar, al encender la luz nos descubrieron, gracias a Dios o al diablo, si es que existen. Lo primero que ocurre después de eso son varias armas disparándose al mismo tiempo contra las afueras de aquí — Hora de irnos — Elisette o como se llame en la vida real toma la camilla donde me encuentro y comienza a empujarme en la dirección opuesta a la que provienen los tiros. Hay una entrada secreta que conduce a un pasillo bajo tierra, ese será el lugar de mi sepultura. Nos detenemos. Ella gira como una fiera sobre su propio eje —Ven a mí niña, te he escuchado desde que te safaste, ven a enseñarme lo que tienes — no se si es por mi imaginación, o por la situación en la que estoy metido, porque juro que veo como los ojos de Kyra destellan de color naranja. La psicópata se lanza sobre mi amiga con rapidez, llevando las manos a su cuello para darle una rápida muerte. Kyra le da una patada en el estómago, no se inmuta, otra patada y nada ocurre. Una asesina sin sus armas, perdiendo fuerza por la asfixia y sus movimientos no afectan a su contrincante, esto no terminará bien. Algo ha explotado, o al menos creo eso, no escucho el sonido de la explosión pero si una gran llamarada que cubre por completo a Elisette. Entre gritos agonizantes la suelta y se lanza al suelo para tratar de apagar las llamas con la tierra. Nada pasa, las llamas parecen ser mágicas. Crecen con cada segundo, quemando el cuerpo de la psicópata, puedo ver como la piel se ampolla y se va friendo como si fuera un animal al horno, los ojos explotan dejando dos cuentas vacías en su lugar, ya sin ropa y por completo carbonizada los gritos de dolor se detienen. El olor a cadáver quemado llega hasta donde estoy. Kyra corre en mi dirección tan pronto tiene la oportunidad. Quita la mordaza y me desata lo más rápido que las heridas que cubren su cuerpo se lo permiten.
—¿Estás bien? — ella trató de salvarme, casi muere haciéndolo, ya está perdonada, en ella puedo confiar, no cualquiera arriesga su vida por otra persona, de ser yo el que estuviera en su lugar, nunca lo hubiera hecho.
—¿Bromeas? ¿Estás bien tú? Estás muy herida deja que te cargue — trata de negarse con la escusa de que no es nada, no la voy a dejar así, prácticamente a la fuerza la subo sobre mi espalda y la llevo afuera. No miro el cadáver cuando pasamos junto a él, fue suficiente la vista horrorosa que tuve de ella mientras se estaba incinerado viva, se lo merecía, por ser tan perra, ahora hay que ver cuántos sobrevivientes de los secuestros quedan, y donde se encuentran. Cuando regresamos al almacén quienes están adentro no son los oficiales. Son otras personas, con calmar pesadas, y máscaras extrañas. Uno en particular me causa mucha impresión. Una mascara de Demonio, con ojos vacíos y oscuros, como si te absorbieran dentro de su infierno interior. Este se quita la máscara, y resulta ser mi padre quien estaba frente a esos hombres. Que alivio siento al saber que es él y no otra persona. Corro con mi amiga a cuestas par llegar a donde él se encuentra.
—Llevénla a un hospital, es de confianza, me salvó la vida — digo al mismo tiempo que la voy bajando con delicadeza, cuidando que no le haga daño. Para la mafia alguien que te salva la vida es sagrado. Mi padre hace unas señas a sus hombres para que se la lleven, descanso sabiendo que está en buenas manos, o al menos eso voy a creer.
—Vine lo más rápido que pude — aligera su faz contraída cuando logra ver que estoy intacto. Casi veo preocupación en él. No puedo dejar que eso me nuble el juicio, lo haré caer, no voy a dejar que me tiemblen las manos.
—¿Buscaste a los demás secuestrados? — me apresuro a preguntar.
—Si, hay muchos sobrevivientes, ya mis hombres están en eso ¿y el responsable de esto? — eso es lo gracioso de los psicópatas, se encuentran entre nosotros, cómo personas normales. Un psicópata puede ser cualquiera, tu padre, tu amigo, tu hermano, cualquiera.
—Muerta, y no preguntes — camino para entrar al auto que me imagino que pertenece a Demian —¿Cómo diremos esto a la policía? —al haberme involucrado cambian las cosas.
—Deja que nuestros hombres se encarguen — ¿Escuché bien?
—¿Nuestros?
—Si nuestros, ahora eres un jefe, estás por debajo de mí pero te harán caso — No lo puedo creer, esas palabras salieron de su boca. Yo..yo.. a lo mejor está cambiando de verdad
¡NO!
¿Y si se imagina que soy un topo? ¿O sabe que la policía habló conmigo? No puedo dejar que me compre con hermosos regalos, tengo que vengarme, por tantas mentiras, por todo lo que me hicieron sufrir, eso no se olvida nunca.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro