Ahora y sin que Taehyung lo supiera, la dirección de la los ataques había cambiado, su hijo era el nuevo blanco, pese a que supieran que ellos habían sobrevivido gracias al gran poder que el pequeño Häel tenía, eso no quitaba que aquel pequeño fuera un demonio incontrolable que pronto sería temido por todos aquellos que supieran sobre sus orígenes, estos porque la sangre noble de sus mayores les precedía, por el momento la mañana era tranquila en el palacio, Sunoo se dedicaba a hacer sus tareas con aquella institutriz que lo había educado desde que fue necesario y hasta hoy seguía. 

Taehyung se dedicaba a firmar algunos de sus papeleos necesarios para el buen funcionamiento del reino, Garin solía arreglar ella misma las flores que ambientaban el palacio y esto lo hacía en el mismo jardín en que ahora su pequeño hijo estudiaba para estar al pendiente, era una madre muy atenta que dedicaba su tiempo libre al cuidado de los amores de su vida, ella también pasó por mucho antes y cuando su pequeño hijo estuvo perdido, pero aunque todo pareciera tranquilo, ni Taehyung ni Arlener se confiaban porque sabían que era ahí donde siempre atacaban antes. 

La cabaña de Vante estaba protegida por el poder de Arlener que nunca lo abandonó aunque estuviera lejos, por eso difícilmente atacaban el hogar del príncipe ya que era un lugar que nadie podía rastrear y menos ingresar, el rey ahora pensaba a cada instante en cual sería el siguiente ataque de aquella mujer que ya antes intentó quitarle la vida a sus primogénitos sin mostrar un ápice de piedad como si de adultos se tratara; ahora el joven y recientemente coronado Taehyung pensaba que la venganza seguiría con ellos, pero no podía estar más equivocado y aunque la seguridad de los niños era ahora prioridad, nada podía prepararles para lo que se venía. 

Zadock había usado bien sus artes para averiguar aquella verdad que condenaba a muerte un pequeño niño inocente que no pasaba de hacer las travesuras normales de un infante de su edad sin duda alguna pondría a prueba el temple de su majestad ante otra situación delicada, todo parecía ser que lo vivido con Vante sólo había sido un entrenamiento para luego luchar por la vida de su hijo amado. 

一 Hijo mío...一 dijo Arlener sacándolo de sus pensamientos. 

一 Padre, perdona que no haya ido a verte, había muchas cosas atrasadas y debía ponerlas al día 一 respondió con respeto aquel noble rey. 

一 No te preocupes, se que ahora tus responsabilidades son diferentes y más grandes, además tienes un precioso niño que se está volviendo cada día más travieso 一 analizó el padre del rey mientras veía por la ventana al mencionado que hacía aviones con una pagina de papel mientras la maestra le insistía en que siguiera con la lección. 

一 Él y Häel son quienes le dan vida a este palacio que tantas situaciones oscuras a visto pasar, por cierto, el joven demonio está perdiendo su clase de historia, creí que vendría este día 一 concluyó Taehyung recordando que los niños compartían clases puesto que no irían a una escuela común siendo como eran. 

一 Vante no quiso que viniera, creo que esto del nuevo cambio le esta afectando demasiado, mi hijo había tenido seis años de paz que me regocijan a pesar de no poder verlo, él sabía que yo estaba ahí, siempre al pendiente a través de ti, ahora de nuevo le debe lealtad y obediencia a mi hermano que tantas veces nos traicionó... 一 meditó el mayor sabiendo que aquello no sería fácil para su hijo. 

一 Me dolió mucho saber que había perdido la gracia del Dios Padre, yo tuve la dicha de conocerla y se que a Vante eso le llenaba de paz el corazón, además de eso, un par de horas antes me lo dijo, me dijo cuán feliz era pero nadie imaginó que su hijo tuviera en don de sanación y resurrección, sabes que muy pocos han tenido ese poder porque es demasiado grande, ni tu hermano lo posee... 一 prosiguió Taehyung soltando un suspiro de resignación ante lo ocurrido un día antes, como un duelo. 

Así la conversación continúo sin más que resignación por los acontecimientos, pero en las afueras del palacio, el plan de Priscila había empezado, el primer paso sería averiguar y estudiar todos los movimientos que ahí ocurrían, tener bien vigilados a los reyes y a su objetivo obviamente para saber cuándo sería el momento preciso para atacar, para llevarse al pequeño y de ese modo sacrificarlo para obtener las llaves del cielo y de la tierra, solo así podría sacar a su hermana del sufrimiento del infierno en que ahora se estaba pudriendo luego de haber atentado contra su majestad. 

De nuevo el ambiente se tornaba pesado, lúgubre sin que nadie supiera porque se estaba sintiendo aquel pesado ambiente, pero los que llevaban tiempo allí sabían que era presagio de muerte, de daños y maldad desatada, ahora era cuando el miedo empezaba a cernirse entre los que habitaban aquel hermoso palacio que destilaba estilo y glamour pero que era el centro de muchas envidias y odios de gente tan poderosa que sabía cómo hacerle daño a los que ahí habitaban, sus ocupantes y gobernantes nunca había sido malos con ellos, pero los enemigos de estos habían sido crueles a niveles inmensurables. 

Vante ahora también se encontraba en alerta porque sabía que Lucifer no era de confiar, su hijo era demasiado poderoso para dejarlo solo en la tierra, seguramente lo querría para educarlo a su manera, de alguna forma recordaba que así había sido con él, cuando decía sentirse orgulloso de tener un heredero tan bello para sucederlo cuando el cansancio y la orden del Dios padre llegara, para poner un relevo que fuera digno de tanta dicha, de tanta responsabilidad y que fuera firme para cumplir con aquella ardua labor de custodiar a las almas peligrosas y nauseabundas de la humanidad.