Vante despertó luego de unas horas, entre aquel desastre que él mismo había causado, se levantó recordando que Taehyung estaba herido por la espada demoníaca, sin importar como se sintiera fue lo más pronto posible al lado de Taehyung, pero para su sorpresa, la herida había desaparecido, solo parecía estar débil por la hemorragia. La noche empezó a caer y con ella la nostalgia, hacia tiempos que no pasaba una noche sin la compañía de su hermano, también recordó la traición de Lucifer, lo veía como un padre pero ahora todo se había ido a la basura. Vio a su hermano y tomó uno de los paños que había usado para cubrir la hemorragia y limpio mejor toda la suciedad, después busco algo de su ropa para humedecerlo y limpiar por completo los rastros de sangre de su hermano.

Ambos estaban mal, a él la maldición se lo estaba llevando y él podía sentirlo, incluso cuando de pronto aparecía ese dolor punzante que le daba y él trataba de fingir no sentir nada para que su hermano no se asustara sentía que en cualquier momento su inmortalidad se iría al infierno. Salió a la entrada de la cueva y se acomodó a un costado, vio el atardecer irse y la noche caer, recordó entonces, esa ocasión en que buscó a su padre, en la que agradecía tener un padre y que realmente le gustaría volver a ver. Pero también pensaba que no querría que su padre viera su terrible agonía, que no le gustaría llevarse como último recuerdo a su padre deshecho por las lágrimas asumió entonces que en algún momento tendría que morir y si fallaban sería el mismo Taehyung quién acabaría con él. Moriría solo y deseando conocer aquello que sólo en sus más preciados sueños podría ver pero se estaba resignando de cierto modo, aunque eso no significaba que moriría sin pelear, porque no quería morir, porque quería con todo su corazón volver y ser feliz. Pero esos eran los pensamientos de Vante pues en los pensamientos de su tío, una idea irracional se estaba maquinando y era algo que sólo beneficiaba al gran monarca y no a los gemelos.

—Eres poderoso, ahora Taehyung está debilitado y Vante... aunque me duela reconocerlo ya no es el mismo, está muriendo a cada instante, hay algo diferente en él, maldita Agnes, me lo ha quitado al fin, pero con ambos debilitados te será fácil matarlos, que sea rápido. No importa cómo lo hagas, los quiero muertos, Belial, debes entender que Vante es muy inteligente y astuto, además no con confíes en que está debilitado, es Vante, él tiene una voluntad de acero y hay algo que lo está impulsando a llegar al final. Algo que está lejos y creciendo, algo que ama con todo su corazón y eso mismo hace que quiera destruir al oráculo para que esté a salvo, así que manéjate con cuidado y no confíes en ninguno —ordenó el gran Monarca al verdugo que enviaba.

—Traeré sus cabezas como trofeo, no se preocupe mi señor, esos niños no sabrán qué fue lo que les pasó — Belial salió rumbo a la tierra en busca de los hermanos.

Para ese momento Vante estaba junto a Taehyung, lo abrigaba y verificaba que estuviera bien, se quedó por un instante junto a él. —¿Te vas a tardar mucho?— dijo sentado en el suelo doblando su rodilla para abrazarla y poner en ella su mentón —Yo nunca te dejó solo por tanto tiempo, empiezo a aburrirme, despierta pronto... — dijo estando ahí muy relajado, sin separar la mirada de su hermano.

Pasaron los minutos y Vante seguía ahí velando el sueño de su hermano con su tranquilidad y paciencia con la que siempre lo había tratado a pesar de no entenderlo cuando una presencia lo alertó. Tomó la espada de Taehyung y salió, justo estaba frente a él, frente a la cueva y Vante lo veía con odio, pero el sujeto habló. ─Dime que no planeas enfrentarme, Vante... sabes que te conozco bien y tú a mí y esto no resultará, es mejor que decidas aceptar lo que viene para ti y tu hermano —dijo Belial.

—Nunca fuiste bueno negociando Belial, pero no pensé que cayeras tan bajo, ahora dime, ¿también planeas deshacerte de mí por culpa de mi maldición? —terminó preguntando, con sus grises ojos viendo firmemente al enemigo.

—Lo sabes, pero Vante, no voy a luchar contigo, solo he venido a conocerte, solo quiero verte... —el demonio estaba viendo fijo al híbrido también.

Vante empezó a sentir que su cabeza dolía, empezó a ver visiones donde podía ver a su familia, pero parecía doler horrores, Vante se vio tentado a dejarse vencer cuando el dolor lo obligó a caer al suelo. Pero pronto recordó que Taehyung dependía de él y si moría Belial iría por él, no podía permitirlo, de ese modo permitió que su enemigo se acerque, dejó de pensar para que este no leyera sus pensamientos. Belial lo tomó por el cabello lo levantó para obligarlo a verlo —Mírame Vante... ¿Dónde está tu gloria ahora? Eras un demonio hermoso y ahora tienes sangre fluyendo de tu nariz y boca, estas pálido y demacrado, moribundo, ¿dónde está la belleza que caracterizaba al heredero? —veía fijo a Vante mientras hablaba.

Vante sólo escuchó cada palabra y en realidad tenía razón, no sentía aquella gloria con la que se paseaba por las medias noches y por el inframundo pero no dolieron que las palabras porque ya no le interesaba nada del inframundo. Entonces escuchó las palabras que jamás quiso oír para él —descansa en paz alteza —sintió como Belial estaba por romperle el cuello y supo que era el momento, levantó la espada y lo atravesó de la única manera que podía y de la única que podía salvarse. Era la espada de Taehyung, la que cortaba almas y Vante vio desde el suelo a Belial sufrir mientras su alma era destruida, Vante no sintió pena, pero supo que no podría sobrevivir así si el monarca enviaba más asesinos, de ese modo pronto acabarían con él.