Después de aquella dolida discusión ambos se calmaron y decidieron proseguir con su misión, esta vez no ocultaron su imagen, Vante se encargó de delimitar el perímetro que reconoció como perteneciente al aquelarre y Taehyung camino por el centro siendo visto y alertando a las brujas. Siendo demonio Taehyung no tenía piedad y peor ahora que tanto daño emocional le estaban haciendo, sentía odio profundo por aquellas hechiceras, Vante observó desde lo alto de un tejado las acciones de su hermano en total serenidad, sabiendo que podría sólo y así fue, Taehyung empezó a esparcir una especie de plaga. Las bruja empezaron a sentir que su piel ardía, vieron como llagas dolorosas estaban esparcidas en sus cuerpos, la piel les quemaba y las burbujas de agua que se formaban al reventar también les quemaba como ácido, los ojos grises del rubio observaban atentos y cada reacción le pareció inspiradora, no pudo evitar que aquel demonio que dormía en su interior saliera a flote. Pero mientras Taehyung asesinaba una a una a las brujas con aquella plaga y bajo sus gritos de agonía, el menor esperaba a la líder del aquelarre, esperaba ese momento en que atacará a su hermano para ser él quien diera el golpe y así fue, la bruja salió y estaba conjurando algo cuando Vante la interrumpió de un golpe.
—Mearna... —dijo Vante, viéndola en el suelo, parado frente a ella.
—Príncipe Vante... Aún sigue en píe... —la mujer parecía sorprendida de ver a Vante parado frente a ella.
— ¿Esperabas que me arrastrara a implorarte piedad? ¿Esperabas que viniera siendo cargado por mi hermano...? —espetó con una sonrisa traviesa.
—Tu hermano ya debería haberte consumido y tus culpas ya deberían estar purgadas... ¡Tú deberías estar agonizando y alimentando con tu sangre al oráculo! —la mujer parecía frustrada y molesta al decir aquello.
—Lo hará, no te preocupes, pero eso es problema mío, tú ahora solo deberías preocuparte por ti —en ese momento el lado sádico y amenazador de Vante se volvió a lucir y la mujer se arrastró tratando de alejarse de él. Pero en ningún momento advirtió que el híbrido pondría tanta fuerza al pisotear uno de sus tobillos que lo rompería en el acto, ella se detuvo y gritó del dolor cosa que hizo que el rubio riera. —Vamos... Te vi muy valiente hace rato... ¿Acaso no te parece divertido el dolor? —Dijo rompiendo su otro tobillo — ¡por qué yo lo vivo constantemente y créeme que me gustaría compartirlo contigo! —se agachó para tomarla por la parte trasera de la cabeza y verla directamente a los ojos —Una mujer tan bella no debería llorar tanto... — Expresó ladeando su cabeza mientras la observaba divertido. La vio llorar por un instante y suplicar para que no le hiciera más daño pero fue en vano, después de sus tobillos rompió sus rodillas de la misma manera y luego le rompió el cuello dejándola ahí tirada como solía hacerlo con sus víctimas en otros tiempos.
Taehyung, quién había limpiado aquel lugar por decirlo de alguna manera, observó la escena inexpresivo, no comentó nada al respecto pero sabiendo que habían terminado con aquellos que protegían el oráculo comenzó a provocar fuego en todo el lugar.
—Debemos irnos... —habló el pelinegro, firme y demandante.
—El oráculo está a unas millas de aquí... Ya nada lo oculta —informó Vante mientras salía del lugar.
— ¿Cuál es tu plan? —Cuestionó el mayor.
— Lo voy a destruir, se cómo hacerlo, de ese modo también los demonios que guarda serán destruidos ─explicó el rubio.
— ¿Los demonios a los que alimenta tu sangre? ¿Qué pasará contigo entonces? Por qué eso me libera a mí, pero ¿Y tú? —Taehyung volvió a alterarse escuchando aquella explicación, parecía por fin haber entendido en qué consistía el sacrificio.
—Estaré bien Taehyung... Por favor no quiero que pierdas la cabeza —La voz del rubio fue suave, estaba intimidado por la actitud de su hermano.
— ¡Eres un idiota! —espetó molestó —Sabías que el Dios Padre cobraría un precio muy alto por liberarme, quería que obligáramos a la maldita de Agnes a romper el maldito hechizo y de ese modo salvarnos a ambos... ¡Pero tú siempre quieres hacerlo solo! —mientras Taehyung le gritaba, Vante permanecía en silencio mirando al suelo.
—Taehyung, el daño ya es irreversible, Agnes no tiene el poder suficiente para detener el hechizo por que las brujas que la ayudaron murieron donando su sangre. Es por eso que nuestro plan no habría funcionado, no te dije nada porque no quería que te pusieras así, tienes razón, soy un idiota, fui muy egoísta al no decirte, me arrepiento de no habértelo dicho antes. De ese modo tú te habrías regresado a casa y yo me habría encargado de todo, incluso del final, pero no lo hice porque en el fondo tengo miedo de morir solo —explicó permaneciendo en aquella misma posición. El mayor lo escucho pero nada mitigaba el dolor que está sintiendo, nada podía suavizar la idea que su hermano gemelo con el que debió crecer y al que solo pudo disfrutar por un tiempo iba a morir irremediablemente. —Taeh... —iba a hablar pero fue interrumpido por la ronca voz de su hermano.
— ¡No quiero oírte! —Grito en un arranque de rabia y subió a su caballo e hizo correr este a toda marcha dejando a Vante sólo observándolo. El rubio ahogó un suspiro viendo como su hermano se alejaba, de nuevo había hecho rabiar a ese hombre noble que siempre vivió en él, pero lo hacía por él mismo, por su familia y por la humanidad que Taehyung tanto amaba, pero en realidad Vante no quería morir, tenía motivos para estar vivo pero también esos mismos motivos lo llevaban a aceptar aquel destino. Mientras tanto Taehyung corrió tanto hasta que sintió que se había alejado tanto que por fin pudo bajar del caballo y desahogar su pérdida futura, donde pudo odiar libremente a las brujas e incluso a las deidades que tanto daño les hicieron y por las cuales ahora de nuevo estaba sufriendo de nuevo.
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