La noche empezaba a caer, ni Arlener ni Garin sabían algo de Vante, los dos estaban preocupados, pero todo estaba en casa, su auto, su ropa, todo, no podía haberse ido, lo más seguro era que algo le había pasado ─Señor Arlener, déjeme acompañarlo, sé que en algo le puedo ayudar... ─insistió Garin después de tanto discutir.

─Por favor señorita, usted debe permanecer aquí, si algo llegara a pasarle le juro que moriría de vergüenza y tristeza ─dijo Arlener a Garin.

─Es que no puedo solo quedarme y esperar, necesito sentirme útil... ─Garin no pudo contener las lágrimas.

─Lo que tú haces, si me permites tutearte, es más importante, tú eres la madre de un pequeño que crece y debes protegerte para cuidar de él a la vez... por eso no puedo permitir que salgas... ─habló el mayor. Garin en ese momento comprendió a lo que se refería, entonces dejó de insistir, aceptó quedarse, aunque eso no significaba que estuviera tranquila. Arlener presentía que su hijo se había ido pero deseaba estar equivocado, él sintió una pena muy grande tiempo antes, sabía que era por Vante pero quiso confiar y ahora no tenía nada, Arlener iba saliendo de las escaleras cuando su señor de nuevo lo visitó.

─ ¿A dónde vas, hermano? ─preguntó Lucifer.

─ ¿Por qué lo preguntas si ya lo sabes? ─espetó molesto el padre de Vante.

─Porque sabes que no debes salir, no puedo permitirlo, le hice una promesa a tu hijo ─respondió el líder.

─Mi hijo... mi hijo al que están matando que quizá ya esté muerto... ustedes han jugado con su vida a su antojo y jamás se detuvieron a pensar en él ¿y ahora me vienes con esto? No me hagas reír... hermano ─dijo esta vez enojado y lleno de impotencia.

─Entiendo tu molestia y lo harás aún más, lo único que puedo hacer es pedirte perdón por el mal que cayó sobre tu familia, sé que no te ayuda en nada pero estoy siendo sincero, pero ahora por favor no vayas... ─insistió el líder.

─Sé que mi hijo no está bien, desde hace horas no lo escucho y tampoco siento su presencia, desde hace horas siento que me he quedado solo, esa soledad que tú no entiendes... al menos dime si aún está vivo... si volveré a verlo... por favor ─Arlener en ese momento parecía frágil, parecía estar ahogando un nudo doloroso en garganta que no lo estaba dejando respirar.

─Eso yo no puedo decírtelo, puesto que me han prohibido intervenir, me han apartado de Vante y tampoco lo escucho desde hace rato, estoy en la misma posición que tú... comprende por favor... no te enojes conmigo ─Esta vez el gran líder también sonó dolido.

─Si él se ha ido... sí él ya no está... ¿Qué le diré a Garin? El bebé jamás sabrá nada de su padre o del hermano de su padre... yo jamás le hablaré de ellos porque no podré encontrar el valor y sosiego para decirle que ambos murieron porque el Dios Padre y nuestro Señor del infierno jugaron con ellos... como fichas de ajedrez, como dijo Vante... ─fue en momento que Arlener se quebró, su voz se escuchó ahogada y su rostro se humedeció.

─Lo lamento... nunca quise que esto pasará... ─ambos tomaron asiento sobre la arena mientras Arlener se reponía. Entretanto los mayores mantenían aquella conversación tan dolorosa, en el campo de mirra unos pasos se acercaban al cuerpo que permanecía junto a la roca, inmóvil.

─Parece estar muerto ─dijo uno de ellos.

─No deberíamos estar aquí... sí ya está muerto para que lo ayudamos ─habló el otro.

─El Dios Padre quiere que lo saquemos de aquí y lo llevemos con su familia, no nos dijo si vivo o muerto, nosotros estamos para obedecer ─el primero se acercó lo suficiente para tocar el cuello del cuerpo ─Tienes razón... ha muerto, seguro nuestro Padre quiere que su familia deje de buscarlo─ confirmó

─Mira que meterse en un campo de mirra, siendo lo que es ¿Acaso quería suicidarse? ─el segundo también se acercó y lo observó por un instante.

─Siento mucha tristeza emanando de este cuerpo... no sé por qué creo que no debió terminar así... siento muchos deseos de llorar... ─los servidores de Dios se mantenían observándose uno al otro pensativos.

─Me pasa exactamente lo mismo... no debería... saquémoslo de aquí... creo que el aroma de estas flores ya está empezando a afectarnos ─dijo el segundo ángel.

─No cabe duda que era hijo de un noble, Dios no nos enviaría si no fuera alguien importante, escuché que su padre es hermano del señor de las tinieblas y su madre fue una reina... ─el primer ángel hablaba mientras cargaba el cuerpo inerte en sus brazos.

─Todo es extraño... nosotros cargando el cuerpo de un demonio por mandato de Dios... ─el segundo ángel caminaba junto al primero, ambos saliendo de aquel campo.

一Me parece extraño, hemos caminado con él por un buen trayecto y su cuerpo aún permanece cálido, ni siquiera el rigor mortis asoma ─expresó el ángel que cargaba.

─Es verdad, pero no respira y tampoco tiene pulso, no escucho su corazón bombear, no puede estar vivo... ─respondió extrañado el segundo.

─No importa, su padre lo necesita y nuestro señor nos ha enviado para devolverlo, solo pienso que hay algo más que un demonio muerto, recuerda que las mirras matan el espíritu de un ser del infierno, jamás uno de ellos buscaría morir de esta manera ¿y si fue asesinato? ─cuestionó el primer ángel.

─Lo que dices tiene mucha lógica pero como sabes, aquí solo está el cadáver... además nos castigaran si nos desviamos de nuestra misión ─expresó el segundo ángel.

─Eso lo sé, lo entiendo pero sigo sintiendo pena por él, sigo sintiendo pesar al verlo y esa sensación de que no debió irse de esa manera no me deja tranquilo... ─volvió a replicar el primer ángel.

El segundo ángel lo observó por un momento, igual noto que su piel permanecía intacta, sin palidecer, parecía estar dormido, optó por tocar su frente, quería saber cómo había llegado a morir en ese lugar. En cuanto el ángel lo tocó los recuerdos de horas antes fluyeron y él pudo verlos y escuchar todo, cuando le informaron de la muerte de su madre, vio como corrió sin dirección hasta donde lo encontraron y supo que había sido un accidente, un trágico accidente.

─Tienes razón... él no debió morir así, no fue asesinato ni suicidio, llegó por accidente a ese lugar, bajo una inmensa tristeza ─explicó aquel curioso ángel. Mientras aquellos curiosos cargan el cuerpo del joven demonio, el alma de este permanecía en un lugar extraño para él, no había nada, era como caminar en un desierto en la noche nublada, pronto alguien se acercó, alguien que traía luz cubriéndolo.

─Bienvenido... sé que no es cómodo este lugar pero no podías ir al cielo y yo no puedo bajar al infierno ─dijo con una voz clara, era una persona normal, como los ángeles que vio en la tierra, solo hacía diferencia sus alas blancas.

─ ¿Estoy muerto?,¿Finalmente sucedió? Por qué no podía morir antes de terminar mi pacto, además, este lugar no es... no es lo que iba a ser... ─Respondió alterado y con dudas Vante.

─Ciertamente tu cuerpo carece de vida en este momento, no hay un alma que lo mantenga activo, pero la gracia del Dios Padre lo mantiene a salvo, solo estarás aquí por un instante ─explicó el ser angelical.

─ ¿Cómo es que llegue a esto? ¿Cómo ocurrió? Pero sobretodo ¿Por qué estoy aquí y no en tártaro? ─Vante estaba lleno de dudas, nada de lo que ocurría tenía lógica para él.

─Fue un accidente, corriste cargando una gran pena, pero tus ojos estaban tan llorosos que no viste el camino y tampoco sabías que aquella fragancia era la flor de la mirra, eres un alma joven, no sabes muchas cosas, esa fragancia tóxica para ti fue la responsable de que estés aquí. La razón por la que estás aquí y no consumido por tártaro es que Dios escucho tu pequeña plegaria antes de caer, ahora me envía a mí para responderte. Vante... lo que Dios quiere de ti no es más que vuelvas a ser tú, lo que Dios quiere es que recuperes lo que aún puedes recuperar pero es verdad, jamás quiso que vivieras todo lo que estás pasando. Cuando decidieron que no fueran híbridos, te eligieron a ti para esa vida pues eras fuerte, Taehyung en cambio, es sentimental, no habría soportado mucho, por esa razón tú fuiste tú y él fue él. Nunca fue para burlarse de ustedes, nunca fue la idea dañar a tu familia, pero ahora todo empeoró y se salió de control, ahora los desertores han profanado tu espacio y quieren afectar tu futuro. Lo que Dios ahora quiere es que seas valiente, él va a compensar esa valentía cumpliendo la promesa... ─explicó el ángel que lo había recibido.

Vante escucho cada palabra, entendió muchas cosas, sabía que era verdad que Taehyung era noble y bueno, jamás disfrutaría a una mujer hasta dejarla muerta sin sentir remordimiento. Tenía la mirada baja, quería volver, quería seguir con su trabajo, quería cumplir su parte. ─Tu Dios es muy cruel... me ha quitado tanto... permite que las cosas pasen... ¿Y ahora me pide que sea valiente? Él no sabe lo que estoy viviendo... déjame volver... déjame volver... dile que yo lucharé hasta el final, hasta mi final pero déjame volver con mi padre... déjame volver a mi hogar... por favor... ─dijo suplicante, con desesperación.

─Él conoce tu pena, Vante... él sabe lo que estás pasando... ─levantó su mano y poco a poco la luz se fue apagando para Vante.

Había caído la noche en el lago, Arlener seguía sentado junto a su mayor y líder, quien cuidó que no se moviera de aquel lugar, Garin seguía adentro de la cabaña, bebía un té caliente esperando noticias.

Los Ángeles que cargaban el cuerpo de Vante seguían caminando en dirección a la cabaña, pero sintieron como algo había cambiado, de pronto hubo pulso de nuevo, de nuevo respiraba y su corazón latía.

Después de un rato, Arlener se quedó solo, pensando en su hijo, pero entonces pasó, su presencia volvió, Vante parecía haber vuelto, aún no sabía dónde estaba por qué su presencia estaba oculta pero ahí estaba.

─¡¡¡Arlener!!! ¡¡Es Taehyung!! ─grito Garin desde arriba.

Arlener subió a toda prisa, llegó y lo encontró en su cama, Garin estaba con él, estaba inconsciente, tenía la apariencia de Taehyung de nuevo, parecía cansado, lo tocó y tenía un poco de fiebre, Garin salió para atender a los dos "hombres" que habían llevado a Taehyung.

Cuando Arlener se vio solo con su hijo lo levantó y lo abrazó con fuerza contra su pecho, no pudo evitar que sus lágrimas volvieran a salir, tenía a su hijo de nuevo, ya no se encontraba solo, lo coloco de nuevo sobre la cama y se limpió el rostro.

─No vuelvas a asustarme así, no sabes lo angustiado que estaba, sé que no está siendo fácil pero lo vas a lograr... yo creo en ti... ─el padre sentía un alivio momentáneo, tenía a su hijo de nuevo.

Vante de nuevo había perdido su don pero algo parecía ayudarlo a mantener la apariencia de su hermano, Arlener se dio cuenta de, pero no le importaba, amaba tanto a su hijo que lo único que quería era cuidarlo.

Vante por fin había vuelto a su hogar, estaba con su padre, seguía inconsciente pero estaba de nuevo donde lo amaban y cuidaban, eso ayudaría a su alma herida mientras se recupera para continuar.