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Ira

La noche había entrado y el joven demonio que estaba aprendiendo a vivir emociones humanas permanecía junto a la cama con sus piernas dobladas y sus brazos sobre sus rodillas, por un momento de nuevo abandonó la imagen de Taehyung, Garin seguía dormida sobre la cama.

El incubo empezó a hacer un recuento mental de cómo había llegado hasta ahí, remarcando que si no hubieran matado a su hermano nada de eso estaría pasando, no sentiría todo aquello, poco a poco fue enardeciendo su sangre más en contra de aquellos asesinos, la rabia se empezó a revelar dentro de su ser, la ira se adueñó por completo y quiso despedazar a los maldito pero no estaban.

Pensó entonces en la iglesia, el lugar del traidor que los había ayudado, ahí había almas que podría tomar y consumir, ahí estaba esa mujer que no lo había dejado pasar cuando fue con Garin, ahí desataría su furia.

Dejó a Garin y fue a aquel lugar que tan bien lo haría sentir, observaba desde las sombras, con calma, las monjas limpiaban, ordenaban, cocinaban, reían, había algunos hombres haciendo el trabajo pesado y algunas personas que rezaban, los ojos grises observaban a detalle cada movimiento, cada acción, de pronto una de las monjas salió parecía que sacar la basura, estaba solitario y oscuro.

Vante hizo su primer movimiento en ese momento, se paró frente a ella, tal cual era en el infierno, sus imponentes alas negras, sus ojos rojos y su natural cabello gris, una sonrisa maquiavélica apareció en sus labios, vestía totalmente de negro y observó a su víctima detenidamente, ladeo la cabeza analizándola.

La mujer intentó gritar pero de pronto sintió como su cuerpo no respondía, sabía que estaba despierta pero era como si hubiera caído bajo un pesado sueño, no pudo articular palabra alguna, el demonio se acercó y ella deseaba tanto huir, pero nada pudo hacer. El empezó a besarla morbosa y suciamente, la sujeto fuerte a su cuerpo y tocaba sus glúteos por encima del hábito apretándolos, la mujer gemía por él miedo, era algo que ella no quería hacer, algo que no estaba bien ante su señor. El incubo subió pronto su hábito y bajó su ropa íntima, la mujer lloraba de miedo, no quería, la gran mano de Vante abrió sus piernas y metió sus dedos en sus virginales pliegues, ella que jamás había conocido aquellas sensaciones empezó a mezclar el temor con el placer y Vante sonrió entonces.

─Ahora, mientras te hago mía... pide por tu alma... ─dijo al momento en el que con ambos brazos la cargó, haciendo que las piernas de ella rodearan su cintura.

Él liberó su miembro y empezó a rozarlo en la intimidad de ella y empezó a desear más y Vante lo sabía, beso el cuello de ella lascivamente, mientras su miembro inició la dolorosa intrusión en aquel cuerpo virgen, la mujer también sintió dolor, en ese momento el incubo le permitió moverse y ella se aferró a él, a sus hombros fuertemente entre quejidos.

Cuando Vante que estuvo completamente adentro empezó a empalarla ella gemía entre el placer y el dolor, lágrimas salieron de sus ojos, no conocía aquel placer pero lo estaba disfrutando y no conocía aquel ser pero sabía que era maligno, Vante al fin logró saber que estaba llegando al orgasmo pero ella se vino primero y el segundo después tomando su último aliento.

Dejó caer el cuerpo de la joven sin ningún cuidado y espero a que los custodios angelicales lo asediaran, se les había escapado un alma de aquel lugar y él la había disfrutado y así fue, mientras esperaba sobre un muro cercano al lugar del cadáver tres pares de hermosas alas blancas aparecieron.

Vante los observó de nuevo con una sonrisa lasciva, quería seguir jugando y lo iba hacer, los ángeles eran de rango menor, por lo que sus armas eran simples fechas, Vante era hijo de un noble del infierno y su don era poderoso por lo que no tuvo problemas con derribar a los tres lanzando bolas ardientes de fuego que parecía salido del mismo infierno.

Mientras uno de ellos lo atacó, busco tomar a otro por sorpresa, eran dos masculinos y una fémina, en el cruce, Vante uso a uno de los masculinos como escudo y fue vencido por ellos mismos, en la distracción noqueo a la fémina y sujeto al masculino que quedaba.

El hijo de Arlener sabía que el pecado más grande radicaba en caer en la tentación, acercó sus labios a los del ángel, el rostro de Vante era tan delicado, dejó aquella imagen pesada de ojos rojos y volvió a su imagen suave y seductora de ojos grises, el ángel sentía el aliento de Vante, le atrajo tanto, su mirada, sus labios, su piel perfecta que si no fuera un demonio perfectamente podría ser un ángel. Vante supo entonces que aquel ángel había perdido la batalla, había caído en la tentación, en su tentación y lo aprovechó, dejó que sus labios se unieran a los de él y el ángel se corrompió pues lo aceptó y le gustó. El ángel se convirtió en cenizas entre sus manos, cabe destacar que a Vante nunca le habían atraído los hombres, simplemente quiso acabar con aquel ángel de la peor manera, fue igual con la chica, mientras se acercaba a ella que estaba en suelo, las bolas de fuego habían incendiado el templo y muchas personas estaban dentro.

Pero aquello era algo que sólo regocijaba a Vante, era culpa del sacerdote, ellos estaban siendo castigados por culpa de aquel sacerdote que lo había traicionado, tomó del cabello a fémina de ángel y la arrastró acercándola al fuego, de la misma manera la levantó, y comenzó a besar su cuello, mordiendo fuertemente en algunas partes dejando marcas. ─ ¡No tienes una maldita idea del odio que siento por la humanidad en este momento! ─dijo con completo enfado.

─¡¡¡No me importa lo que tu condenada alma sienta!!! ─expresó la chica con furia.

─¡¡Lo sentirás entonces!! ─rompió su túnica y beso sus pechos mientras iba tocando más abajo sin dejar de sujetarla.

─¡¡¡Maldito!!! ─gritó el ser celestial mientras empezaba a sentir las caricias del ultraje. Poco a poco también aquel ángel femenino fue siendo tentado a disfrutar del tacto, fue entrando en pecado y sintió como la lujuria de Vante se apoderó de ella durante la penetración, Vante fue rudo y brusco, entrando y saliendo duramente, estaba airado y ella se lo estaba pagando, mientras arremetía al ser celestial el fuego se incrementaba, toda su rabia y frustración estaba saliendo a flote, toda aquella ira estaba desatada.

Por fin Vante logró su cometido y también aquel ángel se convirtió en cenizas, el íncubo se quedó sobre las cenizas y estaba apuntó de levantarse para hacer estallar por completo el templo cuando una espada de fuego amenazó su cuello. ─ ¡Alto ahí!.. ─Habló fuerte y claro el dueño de aquella mítica arma ─Ya ha sido suficiente por hoy... ¡De rodillas!.. Vante y acomoda tu atuendo... ─Ordenó la voz. Vante obedeció en el acto, y se quedó esperando una nueva orden, sonrió de modo cínico mientras obedecía, parecía confiado a pesar de estar acatando órdenes.

─Mi señor... ¿Vas a castigarme...? ─se limitó a preguntar el peligris.

─Debería, pero no lo haré, pues aunque me agrada lo que has hecho aquí el Dios omnipotente me pidió que te detuviera... ─El demonio recién llegado se movió para quedar delante de Vante y lo miró directo.

Vante había adoptado su forma humana habitual, se mantenía con la cabeza inclinada, por respeto, pues quien estaba frente a él no era más que el mismísimo Lucifer, este vestía como los hombres lo hacen, no lucia nada particular, de no ser por sus hermosas e imponentes alas mezcladas de negro con dorado, aquellas botas de estilo metalero, esos pantalones negros de mezclilla ajustados a su silueta y la camisa de mangas largas dobladas a tres cuartos, combinada con una cadena en el cuello que traía una cruz invertida habría pasado totalmente desapercibido. El rostro de aquel ángel caído y rey de los infiernos era algo que no se podría explicar con palabras, labios perfectos masculinos, su rostro perfectamente alineado, cejas pobladas, ojos verdes, nariz estéticamente estilizada, piel blanca y cabello color castaño claro, su cuerpo perfectamente ejercitado, la imagen perfecta de un modelo masculino.

Se agachó frente a Vante, tomó el mentón de este haciendo que lo viera. ─Siempre has sido un demonio tan hermoso, siempre has obedecido mis mandatos, siempre, mírate, podrías ser perfectamente mi sucesor con tanta belleza y sensualidad... ─soltó a Vante y se puso de pie ─ ¡Muéstrate Vante! ¡Quiero verte en toda tu esencia! ─ Tal y como se lo habían ordenado, Vante se mostró como un verdadero demonio, elevó sus alas negras, sus ojos rojos, su delicado arete de cadena, a diferencia de su líder, las alas de Vante era totalmente negras pero extensas. ─Eres tan perfecto, jamás podría castigarte... en menos de una hora conseguiste el alma de una virgen religiosa, de dos ángeles y de varios indignos que venían a este templo, pero debía detenerte antes que abusaras de la chica ángel, pero sabes que no hago lo que me piden, solo necesito que te calmes, esta vez no habrá castigo pero otro ataque de rabia como este y tendré que condenarte a vivir como humano normal por un mes, sería una pena perder tanta belleza y talento por tanto tiempo ─expresó el rey del infierno.

─Lo entiendo... pero podrías mandar a alguien, no era necesario que vinieras personalmente... ─dijo Vante inclinado.

─ ¿Y perderme este espectáculo? Haces cosas tan fenomenales que no puedo resistirme a verlas personalmente ─de pronto el semblante del mayor cambio a uno serio ─Vante... necesito hablarte de algo... es por eso que vine─

─Dime, mi señor... te escucho... ─la expresión de Vante esta vez fue de curiosidad.

─Camina conmigo, mientras hablamos, los humanos ya vienen a ver lo que ha ocurrido y no deben vernos... ─expresó el mayor.

Vante obedeció y comenzó a caminar junto a su líder. ─Debo contarte y confesarte algo, algo que tú padre supo hasta hace poco... ─el mayor hablaba pensativo, buscando las palabras apropiadas ─ninguno de los dos líderes nos hemos pronunciado respecto a tu actuar... yo porque lo disfruto y el Dios omnipotente por siente una responsabilidad. Cuando tu padre los engendró a ustedes, lo hizo con la realeza, algo que ya era un logro de su parte, pero quería un hijo, no dos y resulta que también fue otro logro, ambos serían híbridos, ambos mitad demonio y mitad humano. Pero el Dios creador no estuvo de acuerdo, creyó que ustedes desatarían un caos, por lo que me busco para hacer un trato, dejaría que tu fueras libre aquí bajo la educación de Arlener pero quería a Taehyung como ángel, algo que no iba a permitir, pero tampoco tenía opciones, sólo le pedí que permitiera a Taehyung vivir como humano y a ti como híbrido, pero entonces él negocio nuevamente y me dijo que Taehyung sería un alma pura en un cuerpo completamente humano pero tú no podrías materializar cuerpo humano en la tierra a menos que lo hurtaras o se te entregará como lo hizo Taehyung. Prácticamente nos quitó a Taehyung y luego de eso su destino fue marcado, cuando lo asesinaron, el Dios todopoderoso se dio cuenta de que había sido un error, fue una crueldad peor que cualquier atrocidad demoníaca y decidió que lo llevaría a su gloria para que pudiera descansar hasta que su próxima vida estuviera lista... Fuimos nosotros quienes los separamos, me siento tan responsable como él por todo lo que estás pasando, ninguno de ustedes merecía un destino tan duro siendo almas nuevas... Ahora el Dios Padre me ha pedido buscarte para que te pueda compensar, puedes pedirle algo y él te compensará tu sufrimiento cumpliendo esa petición... ─Lucifer terminó de hablar y espero a lo que Vante dijera.

Pero el menor tenía un silencio sepulcral, sus manos estaban hechas puño, era evidente la rabia que sentía, busco un árbol y estrelló su puño, se deslizó hasta caer de rodilla sosteniéndose del mismo árbol, reclinó su espalda en el árbol y abrazó sus rodilla, no podía articular palabras, tenía de nuevo un nudo que lo ahogaba. Para el líder del infierno era difícil ver a su favorito así, por que como lo había dicho, se sentía responsable pero nada podía hacer. Pronto Vante lo miró, sus alas lo cubrieron como abrazándolo y se puso de pie de donde se había hecho ovillo tratando de evadir el dolor, parecía estar dispuesto a hablar, nada más... Lo vio por unos instantes en total silencio, pero Lucifer leyó su mente. ─ ¿Estás seguro que es lo que quieres? ─pregunto el demonio mayor.

─Estoy seguro, la ceremonia de cumpleaños del rey será pronto y el anuncio de la boda será entonces, para ese tiempo habré terminado mi venganza y entonces él deberá cumplir... ─dijo Vante.

─Será una promesa... ─dijo aquel gran demonio y entonces se fue.

Vante de nuevo se quedó solo, a lo lejos veía el humo que restaba de aquellas llamas y sintió regocijo pues era una parte de venganza para aquel que lo separó de su hermano...

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