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3. La Cueva del Dragón

Había empacado lo necesario en un morral colgado en mi hombro. Sé que mi magia aún es pura y débil, pero no iba a permitir que el Hechicero Superior continúe en mi mente ni por un segundo más.

Quiero ser libre, con vida o sin vida.

Hace poco escuché que Gadeon salió al Norte a cazar presas para su colección de bestias. Aún así, no podría salir por la puerta. Los demonios y gárgolas eran muy grandes para mí. Sin embargo, tenía otra solución.

Corrí hacia una de las habitaciones secretas del Hechicero, sabía que si me encontraban ahí moriría. Pero, mi plan era actuar rápido y sin errores.

Se supone que debería haber algún objeto que me transporte hacia allá, pero ¿Cuál sería?

Recorro la habitación analizando cada objeto sin tocarlo. Una de las copas frente a un espejo grande llama mi atención, ésta parece estar llena de sangre. Me pongo en cuclillas para verla de mas cerca, no pierdo el tiempo y reviso el libro que traigo en mi morral.

"La Copa de los 1000 Caminos es una especie de transporte hacia todo territorio de la Isla Darknaw. El espejo frente a ella es un mapa para dirigir a la Copa. Dirigir el mapa no es fácil, si no se logra crear una ilusión en el espejo."

ㅡ¿Ilusión? ㅡRepito esa palabraㅡ Pero, si creo una ilusión... Gadeon lo sabrá en un instante, al leer mis pensamientos.

Resoplo...

ㅡNo, Ernaline. Dijiste que no te importaba morir en el camino, debes hacerlo ㅡMe digo a mí misma.

Pienso en la Cueva del Dragón, en la gema antes mencionada, en mí enfrentándome a la bestia... Es fuerte, demasiada peligrosa y muy poderosa. Mi magia no es suficiente, me estoy debilitando y cuando menos lo espero caigo. Observo unos cabellos dorados antes de que mi cabeza impacte con el suelo... ¡¿Qué demonios?!

El espejo frente a mí me muestra una enorme montaña. Muy en mi interior es consciente de que lo conseguí.

Sigo las instrucciones de mi libro, sumergiendo mi dedo índice derecho en el líquido oscuro de aquella copa. Sin saber cómo la magia termina haciendo su acto. Puedo visualizar la enorme montaña frente a mí, es mucho más alta de lo que se veía en el espejo.

Un par de mariposas vuelan muy cerca de mi nariz, mientras entro en razón. Ya no estoy en el castillo de Gadeon, sino fuera, en algún bosque frente a la montaña que debo escalar si quiero conseguir mi libertad.

Comienzo mi ruta sin perder más tiempo, perdiéndome en los árboles, siguiendo el mapa que tengo en uno de mis libros, todo es cuestión de magia para pasar los obstáculos que se presentan.

ㅡPor los mil demonios... jamás podré llegar a la cima ㅡProtesto una vez que ya no siento mis piernas de tanto caminar.

A estas alturas Gadeon ya debió enterarse de mi ausencia, pues mis pensamientos no evitaron esconderse.

Dejo caer mi cuerpo sobre el césped, hace mucho que no había estado alrededor de la Naturaleza. Gadeon me tenía encerrada en su Castillo y digamos que afuera de éste no es nada comparado a esta vista.

ㅡ¡¿Y qué si no lo es?!

Esa no fue mi voz.

Me levanto del césped de inmediato, asustada por aquella voz inesperada. Invoco mi aura oscura de bruja, que destella una minúscula y débil luz color violeta casi a un tono azul.

Camino hacia el lugar de donde vino la voz y mis ojos se iluminan cuando lo veo. Son los cabellos dorados de mi ilusión.

ㅡ¿Quién eres tú? ㅡSu voz suena más varonil, definitivamente debe ser mayor que yo.

Quiero resporderle, pero sus ojos azules hacen que se me corte la voz. Aquel chico tenía el rostro más perfecto que había visto, combinado con inocencia y belleza. Era una criatura espléndida.

Su piel blanca hacía un juego perfecto con su vestimenta color crema, un color demasiado claro para mí. Pues jamás lo usaría.

ㅡTe lo diré una vez más ㅡForma un escudo mágico y en su otra mano sostiene una larga espada como defensaㅡ ¿Quién eres tú?

Hago un intento por controlar mi corazón que ha empezado a acelerarse.

ㅡMi nombre no importa... Estoy escapando del Castillo de Gadeon ㅡMusito con la esperanza de que baje sus armas.

ㅡ¿Huyes? ㅡFrunce las cejas sin poder creerlo.

Asiento.

Mi aura oscura se apaga mientras relajo mi cuerpo, aun no entiendo la ilusión que vi en el espejo.

ㅡEres demasiado pequeña para haber huido de ese monstruo ㅡRecalca mirándome de pies a cabeza.

ㅡY tú demasiado ingenuo al no creer en mí por mi estatura ㅡContrataco molesta por su forma de despreciarme.

Sonríe.

El chico que aún no se presenta con su nombre guarda su espada y su escudo desaparece mágicamente.

ㅡDisculpe querida dama ㅡInclina su cabeza.

ㅡ¿Ahora me tratarás bien? ㅡNo me guardo mis pensamientosㅡ No tengo tiempo para tus juegos.

Camino por su lado izquierdo en dirección hacia la cima de la montaña, y por supuesto que el niño bonito me sigue por detrás.

ㅡ¿Irás hacia la Cueva del Dragón?

Aunque quiera detener mis pasos no lo hago.

ㅡ¡Pequeña Bruja!

Ese nombre...

Sólo Gadeon me dice de esa manera.

Doy media vuelta para observar al chico que se detiene. ¿Acaso Gadeon podría haber tomado el cuerpo del chico?

Nunca lo había visto utilizar esos métodos, pero la posesión de cuerpos era una técnica usada por los demonios y Gadeon es uno de ellos.

Me tengo que poner de puntillas para estirar sin cuidado sus mejillas, y el muy tonto se burla en mi cara, casi escupiendo baba.

ㅡ¿Qué se supone que haces querida Nane? ㅡPregunta acercando su rostro al mío, agachándose a mi altura.

ㅡQuítate ㅡEstiro mi mano en su rostro.

ㅡPero tú comenzaste.

ㅡSolo quería asegurarme de que no eres un demonio ㅡExplico.

Ahora el chico no evita ocultar sus burlas.

ㅡ¡¿Piensas que soy tan idiota para dejarme controlar?! ㅡLe resta importancia como si pudiera hacerle frente a uno.

Vuelco los ojos.

ㅡNo tienes idea de lo que es lidiar con uno ㅡProtesto porque su fe en sí mismo es elevada.

ㅡ¿Y tú, sí? ㅡContinúa burlándoseㅡ Si estuviera poseído ¿Qué habrías hecho?

No respondo.

Cuando estoy con Gadeon nunca lo enfrento, o bueno... No desde que cumplí 150 años.

ㅡ¿Lo ves? Ni siquiera harías nada, tu aura no te protege, eres una presa hasta para la criatura más insignificante.

Continúo en silencio, sin saber cómo lo supo.

ㅡNo deberías hablar demasiado si no vas a defenderte ㅡEleva una de sus cejas doradas.

Este chico podría ser simpático y todo sus sinónimos, pero agotaba mi paciencia porque tenía razón. Estoy indefensa.

Antes de que pueda contestarle, escucho una voz de un adulto aproximándose, mientras grita un nombre que pone en alerta al chico frente a mí:

ㅡ¡¡Ascián!!

¿Comentarios sobre el capítulo?
Este debió salir ayer, pero estaba tan ocupada que no tuve tiempo para subirlo :(

¿Cómo les cae Ascian? ¿Aliado?¿O enemigo?

¿De qué edad *humana* la imaginan a Ernaline?

Es todo por hoy...

¡Saluditos!

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