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Este capitulo lo he escrito en la cq y me llego la idea.
Espero y les guste
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Me encontraba entrando al salón junto con el joven Max y este se sentó en una butaca frente a mi,hací que prácticamente tapaba todo mi panorama pero de todas formas no prestaría atención.

- ¡ya conocen las reglas jóvenes! - dijo el profesor exaltando me - número uno: cero maquillaje - dijo refiriéndose a una chicas que enseguida se empezaron a despintar - numero dos: nada de teléfonos celulares - dijo empezando a retirar los que observava - y numero tres: nada de cabello en la frente - dijo el profesor mirándome - quitese ese copete ¿señorita...

- McGrath - conteste y todos voltearon a mi dirección incluyendo al joven frente a mi

- ¡quitese el cabello de la frente señorita!

- no puedo - dije casi en un susurro

- ¡como que no puede! ¿acaso esta paralitica? - dijo elevando la voz

- no. Pero prefiero no hacerlo

- ¡mi clase, mis reglas!

Levante mi cabello y lo pose detrás de la oreja nerviosa

- que le costaba?

- mucho - conteste para mi misma pero el silencio del salón produjo que lo oyera toda la clase.

- ¿como ha dicho? ¡señorita!

- dije que mucho. ¿acaso esta sordo? - conteste bajo pero con obvio enojo.

Max se levanta de su asiento y se coloca a un costado de mi bajando con su mano el cabello para tapar mi ojo nuevamente.

- disculpe a mi hermana maestro Aldo, es nueva y apenas se esta adaptando - dijo y le pique el estomago.

- supongo que lo dejare pasar.

- es lo menos que puede hacer - dije en susurro causando asombro a toda el aula.

- callate... - dijo Max por lo bajo

- disculpa? No se le permite hablar mientras yo no lo autorice

- y quien le autoriza a usted gritarle a los estudiantes - rete tranquila.

- la misma gente que paga mi salario señorita.

- mantenido

- ¡es suficiente! Largo de mi salón!

- ni quien quiera estudiar con un maestro que no sabe hablar y solo grita como cavernícola

- ¡largo!

- que primitivo es este mundo ¿no creen? - dije refiriéndome a toda la clase los cuales no contestaron por el asombro de mis palabras

- joven Maxwell retire a su hermana ¡antes de que lo haga yo! - dijo con la poca cordura que le quedaba

Max recogió sus cosas y yo las mías sin dejar en ningún momento de observar al profesor y ni yo ni él cedía a bajar la mirada.

- ¡que hermosa clase tuve! - dije cínica antes de salir del salón.

Max me llevo a las gradas, precisamente debajo de estas.

- lo de "no quería dar mala impresión" no llevaste a cabo.

- mi ojo... Lo viste cierto

- si. Que fue?

- no lo se, pero cada que me enojo o altero este se enciende, pero lo que no entiendo es ¿porque?

- deberías de tratar tu temperamento. - dijo desde la mochila.

- traes a esa cosa a la escuela? - pregunte y Max libera al pequeño robot el cual se sujeto a mi pierna.

- Steel tiene razón. Te ayudaré a controlar tu poder y tu temperamento - dijo Max.

- cuando?

- este sábado

Tocaron la campana y regresamos a la escuela después de que Steel se desprendiera de mi pierna. Las clases transcurrieron con tranquilidad y con un chisme en boca de todos. "La chica nueva le contestó al maestro Aldo". En el almuerzo cuando llegue toda la cafetería quedo en silencio pero nada de eso me molesto. Es más, me sentía respetada y admirada por la escuela entera.

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DayyanaMendoza