6º
Corre, corre, corre. Salgo disparada por la calle siguiendo a papá, las lágrimas inundan mis ojos, esto es culpa mía, no fui capaz de entretener a mamá y él me dijo que si ella se enteraba lo iba a echar de la casa
— ¡papi, para por favor!
El solo sigue corriendo como loco, trato de alcanzarlo pero sin querer tropiezo con una piedra y caigo al pavimento frio, el ardor en mis rodillas hacen que llore más fuerte. ¡Papá se ha ido!
Formo mis pequeñas manos en puños y empiezo a golpear el pavimento sin importarme romper mis nudillos, de alguna forma el dolor es remplazado por la ira y el odio a convertirse en soledad
Abro los ojos sintiendo la presión en mi pecho, reviviendo el dolor de su partida, en aquel entonces no podía entender la gravedad del asunto o porque mamá no se podía enterar de nada pero con el paso de los años entendí la realidad y fue todavía más doloroso para mí; cada vez que me decía que la entretuviera era porque la engañaba con otra mujer y me manipulaba diciendo que se iría de la casa, él era mi héroe y yo la estúpida hija que se prestaba para sus juegos sin darme cuenta que estaba lastimando a la reina de mi universo.
Es sábado pero para mí el día ya ha empezado con el pie izquierdo, últimamente había podido descansar en paz sin tener diariamente un recuerdo de lo que fue tener un padre y perderlo. Centre cada lagrima, cada dolor en divertirme y pasar por cada fiesta con alcohol y drogas hasta el día que llegue a casa y mi madre no me reconoció
Toc, toc
Me dirijo a la puerta y veo por la mirilla que se trata de Pamela, abro de mala gana porque pensaba que me iba a librar de todo el ambiente laboral y de jefes idiotas pero ella es mi amiga así que debo de fingir una ancha y grata sonrisa
— ¿Por qué no te has vestido? — me mira desaprobando mi pijama de ositos
— ¿Por qué debería de hacerlo?, hoy es sábado lo que significa que es día de pereza y más pereza
— Quedamos en que hoy iríamos hacer ejercicio
No puedo evitar soltar una carcajada, yo y el ejercicio, no lo creo
— Creo que estas mal informada respecto a mis gustos, uno de ellos es que mis pies son de gelatina y no soportan correr cuando no es necesario
— Eso se llama flojera así que mueve el culo y cámbiate
Me arrastra hasta la habitación y grito de frustración en el proceso, no puedo creer que esta chica me esté obligando hacer una de las cosas que odio. Decido ponerme unos leggis y una camisa de tirantes, dispongo no bañarme porque eso la hare cuando llegue sudada y mal oliente; salimos en dirección al gym que queda a cinco cuadras de mi edificio empezamos a trotar a un ritmo suave pero a medida que avanzábamos creía que un pulmón se iba averiar y quedaría pegada al suelo como estampilla
— ¿No crees que deberíamos haber cogido un taxi hasta el gym? — hablo cansada pero sin parar de trotar
— Como crees, ahora cuando lleguemos ya no tendremos que calentar y podremos ir directamente a las máquinas para tonificar
Observo el cuerpo de pamela que es pequeño y curveado, pelo largo, piel blanco, ojos azules, pues si es toda una belleza pero quien dice que yo quiero seguir con este absurdo entrenamiento. Claro ella
Una vez adentro del establecimiento inspecciono a cada persona sudando como foca, algunos parecen que van a morir cogiendo las pesas pero de igual forma no se dan por vencidos y continúan con su rutina. Me paro en la recepción mientras que pamela dice nuestros nombres para que nos dejen pasar, una joven se acerca a nosotros en tono amable y nos pregunta si queremos entrenador personalizado el cual pamela se adelanta y responde por mí, cogen nuestras huellas para que queden registradas en el sistema y pasamos por la registradora
— ¿No hay que pagar por la inscripción?
— ¡Claro que sí!, mira belleza este es uno de los mejores lugares para hacer ejercicio lo que sucede es que el dueño es Erick y él permite que sus empleados disfruten de sus establecimientos
Frunzo el entrecejo mientras en mi pecho empieza una punzada de rabia hacia pamela, primero porque me trae aquí y segundo porque trata al jefe con tanta confianza sin quererlo la lengua me empieza a picar y no soporto la curiosidad así que le pregunto abiertamente
— ¿Por qué tratas al señor Griffin como tú?
— Es un cuento bastante largo, pero resumiendo me acosté con él un par de veces — abro la boca por la sorpresa, nunca pensé que ellos tendrían historia
— Vaya, ósea que acostumbra a coquetear con todo su personal — reprocho enfada
— ¡No, como crees! Lo que pasa es que yo a Erick lo conozco desde la universidad, fue en ese tiempo que nos enrollamos y cuando el termino la carrera de finanzas su padre le dio el capital para formar su propia compañía lo cual a echo muy bien hasta ahora. ¿Por qué el reproche?
— Era solo curiosidad, pues ya que estamos aquí empecemos a quemar calorías
Me subo en la cardio estableciendo una velocidad media, empiezo a trotar e imágenes de pamela y Erick besándose invaden mi mente sacudo la cabeza sin entender que me está pasando cuando me sumerjo en el recuerdo de mi niñez, sigo corriendo deprisa pero no puedo alcanzar a mi padre él es mucho más rápido que yo, las lágrimas caen por mis mejillas me tiro al suelo despavorida sintiendo una presión crecer en mi pecho, me quedo sin aire no logro inhalar nada me paro del suelo con la mano en mi estómago tratando de recuperar el aliento pero no soy capaz
— ¿Alicia estas bien?
¿Quién me habla? No logro distinguir a nadie, la vista se nubla y lo último que siento es como mis piernas no soportan más peso mientras que unos brazos sujetan mi cintura y me dejo llevar.
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