Cuando por fin llego al lugar de la entrevista los nervios se hacen palpables y las manos me empiezan a sudar, las puertas de cristal se abren automáticamente dejando ver a un grandulón de traje en la puerta

- Buenas tardes, vengo para una entrevista de trabajo - informo al grandulón

- ¿Su nombre por favor? - su tono es atemorizante

- Alicia Stone

- Un momento - me informa el vigilante que empieza a digitar la información en su monitor hasta que me da un pase de visitante, sigo adelante mientras escucho como el tacón suena al hacer contacto con el mármol blanco, llego al ascensor cuando el vigilante ingresa conmigo oprimiendo el piso siete, permanezco callada he inmóvil mientras que llego a mi destino

Paso a un salón de grandes ventanales y una pequeña sala que adorna la estancia, en la esquina se encuentra una joven más o menos de mi misma edad en un escritorio de vidrio y un traje gris, me dirijo hacia ella y hablo educadamente

- Buenas tardes vengo para una entrevista para el puesto de recepcionista - la voz me sale un poco chillona justo lo que quería evitar

- Siéntese por favor, en un rato la atenderán

Hago lo que me dicen al cabo de media hora ya me están entrevistando para el cargo, cuando por fin he acabado con el procedimiento que dura alrededor de dos horas me siento agotada con semejantes tacones. Odio las entrevistas en todas sus formas, no puede existir algo más horripilante, siempre te observan como queriendo saber toda acerca de ti lo cual solo ayuda a que los nervios se hagan más palpables; según lo que me dijo la psicóloga es que tenía que esperar llamada para saber si pase al puesto o no, así que tendré los dedos cruzados toda la tarde para que así sea.

Llego a mi edificio y empiezo a subir los tres pisos el cual nunca me parecieron tan largos, definitivamente mi cuerpo de resistencia física no tiene es nada, por eso doy gracias de ser flaca porque no me gusta casi hacer deporte, y si fuera gorda pues tampoco me importaría, amo demasiado la comida como para privarme de ella, especialmente si son cereales con leche.

Pongo a reproducir la música de mi celular ya que el televisor se quemó hace poco y no he tenido el dinero para comprar, toda la tarde pego los ojos al celular y ni siquiera un pinche mensaje llega, me desespera así que decido hacer limpieza general.

Cuando estoy tratando de tomar una siesta empieza a sonar welcome to jungle de los Guns n roses, me paro de inmediato y contesto

- Señorita Alicia era solo para avisarle que efectivamente ha pasado la entrevista, empieza a las ocho de la mañana, en un correo le enviaremos toda la información, esto incluye reglas además de algunos datos personales que debe llenar. Que tenga un feliz día

Nada podía ser más perfecto, conseguí trabajo en tiempo record además de ser una muy buena empresa. Como me gustaría restregárselo a la regordeta es su cara; llamo a Mark a informarle la buena noticia el cual se alegra mucho por mí, decido acostarme temprano ya que mañana me toca madrugar pero no sé si es por la ansiedad o los nervios o por todo en general que lo único que consigo es dar vueltas toda la noche

Llego a la oficina quince minutos antes y me doy un aplauso porque estoy siendo puntual una vez en mi vida, me asignan el puesto de trabajo y me dan una pequeña inducción de como recibir las llamadas y pasarlas a las demás extensiones, yo estoy encargada de la última planta el cual solo tiene una oficina bastante amplia, aunque no la veo ya que tiene las puertas cerradas pero me la alcanzo a imaginar. Me siento a través del escritorio de piedra blanca y comienzo a leer los folletos de inducción en el computador cuando suena el teléfono y en la pantalla pone el nombre de Erick Griffin

- Buenos días, habla Alicia Stone ¿En qué le puedo colaborar?

- Señorita Stone puede pasar a mi despacho por favor

- Si señor enseguida voy

Cuelgo la línea y me paro nerviosa abriendo las grandes puestas de madera y ahí esta una silueta masculina y bien cuidada detrás de un grande escritorio, camino con decisión y me paro enfrente de él hasta que me llega todo su imponencia, cabello negro, ojos azules, nariz recta y unos labios carnosos tentadores. Así es, todo un calienta braguetas a la vista; me quedo callada hasta que el comienza hablar

- señorita Stone mi nombre es Erick Griffin es un placer conocerla - extiende su mano y yo la recibo encantada cuando un corrientazo pasa por todo mi sistema, abro los ojos y me quedo observándolo más del tiempo previsto hasta que el suelta mi mano

- Igualmente señor Griffin - logro decir después de semejante numerito que he hecho delante de mi jefe

- Siéntese por favor- hago caso a lo que me dice cuándo empieza hablar de nuevo- como se habrá dado cuenta este es el sector administrativo de la marca Audi, hay tres concesionarios en la ciudad y estamos extendidos en todos los países del mundo. Usted será mi asistente personal, debe de estar atenta a todas mis peticiones y llevar la agenda de reuniones de forma organizada; nadie la ocupara más que yo, su día empieza y termina conmigo. ¿Entendido?

- Entendido - me quedo sin palabras ante su discurso de bienvenida, repito sus palabras nuevamente en mi cabeza "mi día empieza y acaba con él" - pobre idiota - susurro

Salgo de su imperio y me siento detrás de mi escritorio poniéndome al corriente acerca de la empresa, como bien me lo dijo tengo que ser demasiado organizada y no quiero perder mi trabajo. El día transcurre rápido y lo mejor es que ya no tendré que salir tarde para llegar a dormir en un mueble duro y frio.

Cuando ya he salido de las oficinas el sol apenas se está ocultando cuando el móvil empieza a sonar, lo saco del bolso y visualizo el nombre de Zoe en la pantalla cosa que me deja sorprendida

- ¿Paso algo? - hablo un poco asustada

- ¿Ese es el saludo que le das a tu hermana?

- Por lo general las únicas veces que me llamas es para informarme de malas noticias, o para decirme que mamá empeoro - trato de sonar lo más relajada posible aunque sé que no lo consigo

- Quiero que hablemos, ¿nos vemos en la cafetería de la esquina?

- Voy para allá - cuando termino la llamada juego al laberinto con todos los peatones de la ciudad hasta que puedo llegar a mi destino

Entro a la cafetería y empiezo a buscarla entre todas las personas hasta que la localizo sentada en la esquina usando gafas de sol el cual no es necesario ya que el local es bastante oscuro lo que me hace pensar en solo una opción

- ¿Te pego ese desgraciado otra vez? - Voy directamente al grano, estudio sus gestos cuando agacha la cabeza lo que me da la respuesta inmediatamente, arrastro la silla y me siento junto a ella cogiendo sus manos temblorosas - ¿Por qué estas con ese perro?

- Porque lo quiero y es el padre de mi hijo - trago entero ante aquellas palabras, miro su vientre y quedo suspendida en el aire. Me alegra en cierta forma que vaya hacer mamá pero también me decepciona saber que el padre es un cerdo que la maltrata y no la valora

- No sé si felicitarte o darte el pésame - nunca he podido evitar ser sincera y menos con algo que me afecta directamente

- ¿Cómo puedes decirme eso? - quita sus gafas de sol y yo pongo una mano en mi boca cuando veo su ojo izquierdo completamente rojo con una sombra morada a través de este

- ¿Que como lo digo?, ¿es que acaso eres ciega o no te has mirado en un espejo?, no es heroico hermana traer una vida a sufrir y si vas a defender al bebe como lo haces con tu persona dudo mucho que llegue a nacer - las lágrimas empiezan a recorrer sus mejillas blancas y pálidas

- Pensé que me apoyarías pero veo que no será así

- Pensaste mal, estaré para ti siempre pero si me entero que ese tipo te vuelve a poner una mano encima esta vez no tendré piedad, así que más vale que se comporte

Así pasamos hasta las nueve de la noche hablando de lo ilusionada que se sentía de ser madre, yo solo me dedique a escucharla y asentir pues no compartía el mismo sentimiento por las circunstancias de la concepción, pero yo no podía ser juez, jurado y verdugo al mismo tiempo. Decidí que ella tenía que vivir con sus decisiones como todos en algún momento lo hacemos