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S [situaciones nuevas]

Dedicado a mi dulce Sweet_Ghostie


Corría apresurada y casi sin aliento, me había dormido tarde tras una larga noche llena de recuerdos. Así que el resto de mi intinerario se vio afectado, y no sabía si te alcanzaría en la entrada de su escuela.

El sonido de la campana de entrada me hizo acelerar mis pasos y por fin llegar sin aliento. Agitada, pare frente a la puerta pero no lo vi fuera, así que me acerque y vi como entrabas a paso lento entre los apurados estudiantes que ya de por sí llegaban tarde.

—¡Senpai!— grite e intenté entrar, pero un extraño muro azul transparente me impidió la entrada

Solo los estudiantes podían pasar, y yo aún no lo era.

—¡Bakugō-Senpai!— grite y está vez con tu nombre, entonces vi como te detuviste, te giraste lento y me localizaste con una ceja alzada, ¿estabas molesto o sorprendido? —¡Tu almuerzo!

Vi cómo chasqueaste la lengua algo avergonzado e irritado al captar algunas miradas. Y después de gritarles un fuerte y feroz: "¡¿Que me ven extras?!" Te acercaste casi de mala gana a mí.

Al pasar, el muro desapareció y yo retrocedí unos pasos.

—¡Perdóname! Se me hizo tarde— me incline haciendo una reverencia media

—Tch, ya me di cuenta, creí dejarte claro que no aceptaría nada tarde.— te cruzaste de brazos viéndome con el mentón alzado

—Oh... ¿Entonces no lo aceptaras?— pregunté apretando con mis dedos la servilleta que envolvía el traste —Te digo para que no lo tires cuando te lo entregue.— murmuré lo último con cierto tono de reproche por la última vez

—¡Ya estoy aquí! ¡Ahora cállate y dámelo!— gritaste y me arrebataste el objeto de mis manos

—Me alegra. — confesé con una leve sonrisa que quedó fuera de su vista por tener mi rostro bajo

Con las prisas ni siquiera había alcanzado a ponerme una nueva crema humectante que había comprado recientemente, por lo que mi rostro estaba terriblemente reseco y ciertas áreas se descamaban.

—¡Si vas a decir algo ve me a los ojos!— gritaste fastidiado tomando de nuevo mis casquetes con una sola mano y obligándome a verte

»¿por que me dificultas las cosas, rubio?«

—¡Pero no aprietes!— me queje

—¡Entonces no bajes la vista!— cerré mis ojos ante la potencia de tu voz

Un silencio inundó el aire, pero no me soltaste, y eso me gustó aunque estaba apenada porque vieras mi feo rostro tan de cerca. Tu mano era cálida y casi abarcaba todo el contorno de mi cara sin mucho esfuerzo. Nadie había tomado mi rostro aparte del hermano mayor hasta ese momento. Por eso, me sorprendió cuando sentí como tus dedos se acercaron a mi ojo y retiraron algo, eso me hizo abrirlos y toparme con los tuyos, rubíes, hermosos, brillantes y feroces tan de cerca.

"Bum... Bum, Bum..."

De nuevo ese latido extraño.

—Una pestaña, tenías una cerca de tu ojo.— tus dedos se interpusieron sorpresivamente entre nuestras miradas mostrando a la susodicha

—¡Oh! Gracias.— me soltaste y sin permiso, tome tu mano y retire la gruesa pestaña oscura de tus dedos, haciendo que te sobresaltaras levemente por el tacto repentino —Dicen que si las soplas mientras pides un deseo, se cumple.— dije empezando a verla

—¿Ah? ¿De dónde sacaste esa estupidez?— preguntaste brusco dando un paso atrás

—Lo escuché de unas compañeras. Me pareció bobo, ¿como una pestaña puede cumplir un deseo?— fruncí mis labios pensativa

—Tus compañeras son muy tontas.

—¿También lo crees?— me emocione un poquito, no tenía a nadie para criticar las idioteces que hacían, y siendo sincera me estaban colmando la paciencia —Bueno, claro que lo crees, no las conoces. Solo tengo seis, y todas son guapas, el resto son puros chicos que les menean la cola como perros en celo. Ash, son realmente retrasados.— me cruze de brazos algo molesta recordándolos

—¿Son los que estaban contigo ese día?

—¿Cuál di...? Oh, te refieres a la excursión.— baje mis brazos y mi ánimo decayó recordando la humillación que las delante tuyo —Si... Ellos eran.

—No creo que tengan futuro aquí.— ahora fuiste tu el que se cruzo de brazos y vió al cielo azul y fresco de la mañana

Tienes un lindo perfil.

—¿Por qué lo dices?— pregunte algo curiosa, inclinandome para verte mejor

—No tienen la actitud de un héroe.

Una repentina carcajada escapó de mi boca, captando su mirada.

—¡Jajaja! ¿no me digas? ¿Y tú si?— intenté calmarme, te veías furioso de la nada, yo solo quería bromear contigo un ratito, claro que sabía que tenías todo lo necesario para ser héroe, si no no estarías aquí y nunca hubieras estado apunto de dar tu vida a cambio de una desconocida que se queda dejar matar

—¡¿Ah?! ¡Estúpida desagradecida! ¡Al menos yo ya salve a una persona!— me gritó molestó

—¿A si? Haber, ¿a quien?— pregunte algo divertida, ¿alguien más tenía la suerte de ser rescatado por ti?

—¡Tu estúpido gordo trasero del lodo andante!— escupiste tus palabras, palabras que me tomaron por sorpresa

Creía que te referías a otra persona... No se porque, pero pensé que te había olvidado de mi.

"¡Hace un año casi muero por tu culpa!"

Y recordé lo que me gritaste aquella mañana en el suelo de los baños.

—Tu me recuerdas. Me... me reconociste de aquella vez...— dije casi sin creerlo

—¡¿Ah?!— exclamaste brusco y de mala gana sin entender

—Tu... Pensé que no me recordarias... Lo hiciste. — mis ojos se iluminaron cuando por fin lo capte

¿Alguien por fin me había tomado en cuenta? ¿Alguien al fin me había mantenido en su mente después de tanto tiempo? ¿Alguien al fin no me descartó de su memoria?

—¿Quién no recordaría a la persona por la que casi muere?— le restaste importancia metiendo tus manos en los bolsillos de tu pantalón, pero para mí eso no redujo el valor que produjo en mi corazón

—¡Gracias!— de nuevo, mi corazón tomó control de mi cuerpo, desplazandolo hacia un lado, y moviéndome al chico que tenía enfrente. Es decir, tu.

Te rodeé por tu cintura mejor formada que la mía y escondí mi rostro en tu pecho que olía agradable... Delicioso, dulce.

—¡Oé! ¡Yah! ¡Sueltame pe...!

—Gracias Bakugō... Gracias por lo que hiciste, nunca te agradecí correctamente.— ignoré tus arrebatos,  gritos y explosiones en tus manos en un intento de amenaza que ignoré completamente; continúe con mis palabras, que apenas salir, hicieron que te detuvieras, así que proseguí —Esa vez planeaba morir. Pero ahora estoy viva por ti. Gracias.— un par de lágrimas cayeron por mis ojos y no pude evitar secarlas un poquito en tu saco para que no las vieras cuando me separara

Despacito, me fui alejando de ti, habías quedado tieso, casi congelado.

—Perdón, pero... Creo que necesitaba hacer eso jeje...— me disculpé avergonzada y termine de limpiar los residuos de lágrimas con la manga de mi uniforme —No lo volveré a hacer, solo que está vez lo necesitaba.— te sonreí agradecida

Creí que recibiría un gritó de tu parte o algún insulto, pero solo sentí tu enorme mano en mi cabello negro, despeinadolo suavemente.

Me impediste verte al rostro con esa acción de nuevo, y cuando la retiraste te diste la vuelta enseguida y entraste a tu edificio.

—Si recibo un castigo por llegar tarde será tu culpa mocosa.— fue lo último que soltaste, entonces me hiciste la mano en forma de despido una vez

Una enorme sonrisa se dibujo en mi rostro como nunca.

—¡Suerte en tus clases Senpai! ¡Ánimo! ¡Acabalos a todos!— grite alegre y te vi entrar

Esa mañana no me importo llegar tarde a clases, recibir otro regaño, algunas burlas, no, nada de eso me importo, porque te había visto y me había producido una extraña sensación que nunca había sentido.

Paso el día, la tarde llegó, y yo había estado limpiando el aula sola, me lo habían dejado todo de nuevo.

Suspiré cansada, tendría que apurarme a cocinar el almuerzo de mañana, y aún no sabía que te daría.

Guarde las cosas de limpieza en la bodega y salí apresurada a hacer unas compras rápidas. O al menos ese era mi plan, pero al pasar por un parque me conecto al WiFi y el sonido de notificaciones de mensaje de mi Messenger empezaron a sonar como locos.

¿Que pasaba? Me detuve y revise mi teléfono. Mi buzón estaba lleno de mensajes tuyos...

"Dónde rayos estás?!"

"Llevo esperándote casi una hora!"

"O te apareces o te reviento la cara mañana!"

"¡Responde maldita sea! ¡No puede ser que no tengas wifi!"

"Feaaaaaaaaa!!!!"

"Dónde te hayas metido en problemas te saco viva para matarte por hacerme esperar."

"¿Me extrañaste?"

"¿Dónde me esperas? (:0"

"Al fin contestas... Ya era hora."

"Dónde más?"

"¿Dónde pondrías mi comida mañana si no te entrego tu estúpido traste?"

Bakugō... Jaja, me estabas esperando en tu escuela aún.

Con una enorme sonrisa me regresé y corrí hasta ti, solo para encontrarme con que estabas charlando con una chica quién por cierto me sonaba familiar.

¡Era Ochako Uraraka! ¡La que te dio una pelea sorprendente!

»Oh por dios, oh por dios.« Era lo único que podía pensar.

Me acerqué despacio y algo cautelosa por temer interrumpir algo, pero tú mirada con tu ceño alzado, y tus pasos dirigiéndose enseguida a mi apenas verme me demostró que no lo hacía.

—¿¡Dónde estabas!?— ¿que tenías con recibir a la gente con gritos?

—A-ah, me tocó limpiar el aula.— hablé bajito por la irá que no me esperaba tan fuerte después de lo que sucedió en la mañana

—¡¿Ah?! ¡¿Acaso lo haces tú sola?!

¡Oh! Diste en el clavo, y lo percibiste por mi silencio y mirada evasiva.

—¿Acaso...

—Tu eres Uraraka ochako ¿cierto?— interrumpí antes de que acabará de formular la pregunta y me acerque a la castaña que nos veía curiosa

—¡Oh! ¿Me conoces?— se sorprendió

—Si, festival deportivo, casi le rompes la cara.— te señale con el pulgar

—¡Oye!

—Jaja... No pensé que alguien me reconociera por eso.— río tímida rascándose la nuca —Pero gracias.— sonrió

—Seras una gran heroína. Tu quirk es estupendo, podrías mandarlo a volar en un instante.— moví mi cabeza señalandote Bakugō, tu solo chasquebas la lengua algo molesto y golpeaba con tu pie el pavimento irritado, no se en qué momento me empecé a emocionar, pero el solo pensar en lo que todos tus compañeros habían logrado me daba cierta envidia pero también admiración —De hecho podrías mandar a volar a cualquiera, ¿no es eso cool?

—Uraraka.— una suave voz la llamo desde atrás y ambas volteamos a ver

—Deku, ¿terminaste el entrenamiento extra de Aizawa Sensei?— le pregunto dándose un poco la vuelta

—Oh por dios...— me quedé sin palabras al verlo —¡Midoriya Izuku!— grite aún más emocionada, asustando un poco al par de jóvenes que tenía al frente; me acerque a él —¡Tu pelea con Todoroki Shotō fue épica! ¡Épica, hombre! ¿Puedo tomar tu mano?

No me podía callar la boca, estaba emocionada a más no poder.

—¡E-eh! ¡Es-es-esta bien!— estaba casi asustado podría decir, ¿acaso no creía que le admiraba también?

Nervioso, tapándose el rostro extendió su mano y yo la tomé con ambas mías. Vi sus cicatrices, y no pude evitar acariciarlas discretamente con mi pulgar.

—Vaya... La mano de un futuro héroe.— se me escapó mientras la veía

—¡Maldito Deku!

Solo sentí como un fuerte brazo me rodeó por el cuello y me jaló hacia él. Bakugō, me estabas abrazando por el cuello, y al ser más baja, apoyaste tu mentón en mi cabeza.

—Aléjate de mi fan.— gruñiste posesivo

—¿Ah? ¿F-fan?— el peliverde lucía confundido

—¿Eres fan de Bakugō?— Uraraka pregunto incrédula

—A-ah... si.— afirme repentinamente tímida

—¿¡Ah!? ¿¡Por qué no lo gritas como lo hiciste con el nerd!?— apretaste un poco mi cuello, pero no me asfixiabas, solo me aprisionabas más cerca de ti

—Kacchan, no la ahogues.— Midoriya intentó intervenir para calmarte pero tú volviste a gruñir como si fueras un perro

—Descuida, estoy bien.— hable tratando de bajar los repentinos ánimos que habían surgido en el ambiente

—¡Vamos! ¡Díselo!— me gritaste atrayendome aún más a ti, ¿que no estábamos ya lo suficiente cerca? Mis nervios estaban alterandose ante tu cercanía, calor y aroma

—Y-yo... ¡Yo soy la fan de Bakugō!— grité algo avergonzada y sonrojada, ¿que me estabas haciendo gritar?

—¡¿Ah?!— exclamaron sorprendidos ambos chicos

—Ya oyeron.— aflojaste tu agarre un poco más relajado y ahora tu brazo reposaba casi en mi pecho, bajaste tu mejilla y la pegaste a la altura de mi cien, tan cerca... —Así que nunca podrán robarmela.

Tu aliento hizo cosquillas en mi oreja, tu voz ronca y reclamadora entro por mis oídos y se registró en mi cerebro.

"Bum, bum, bum, bum."

¿Que situación era esa? ¿Alguien... Me reclamaba como suya? ¿Alguien... Temía que me robaran?

»No te ilusiones, no te ilusiones« empecé a repetirme en mi cabeza

—Andando feita.— me soltaste y tomaste mi muñeca, llevándome de ahí con los ojos aún saltados de tus compañeros que veían la escena sin creerla.

Caminamos una cuadra juntos, con tu mano en mi muñeca y entonces, al dar la vuelta, me soltaste, me empujaste suavemente contra la pared y me acorralaste contra el muro extendiendo tu brazo.

—¿Que fue eso?—  cuestionaste viéndome exigente

—¿Q-qué fue qué?— estabas cerca, trague saliva ante tu fija mirada rojiza

—Eso, ¿que eres fan de la cara redonda? ¿Eres fan del estúpido de deku? ¿Que sigue? ¿Eres fan también del mitad-mitad?— tu voz de reclamo no hacía más que ponerme de nervios

»¿Se molesto? Oh no, no, no, no... Vamos, tengo que arreglarlo.« Pensaba preocupada con mis ojos recorriendo el suelo sin poder verte.

—No es eso.— murmuré

—Ya te dije que me mires cuando me hables.— tu voz salió firme, pero no molesta, tu mano tomo de nuevo mi mentón y me hiciste verte —Mírame a mí. Tu eres mi fan. Mía.—

—Tu-tuya...— confirme con mis ojos en los tuyos, sentí tu pulgar acariciar mi barbilla con suavidad, nadie había tocado mi rostro así, a todos les daba asco, incluso el hermano mayor cuando lo tocaba no lo hacía del todo, porqué podría desintegrarme la cara si no tenía cuidado, así que tú toque fue único para mí

—Bien, entonces recuérdalo.— te separaste de mí y sentí tu calor irse de mi lado —Toma.— me entregaste el traste igual que el día anterior

—Ah, claro. Ahora iba a comprar los ingredientes para mañana, ¿que tal estuvo el de hoy?— estaba algo ansiosa por saber la respuesta

—Exijo más picante.— empezaste a caminar

—¿¡Más!? ¿No fue suficiente?— mi boca estaba abierta, había gastado casi medio bote de salsa picante en el arroz

—Se dejo comer.

—Y dale con eso, ¿no puedes simplemente decir: estuvo bien, o medianamente pasable? Creo que sería más claro que...— el sonido de mi celular me interrumpió

Vi el contacto: "Hermano mayor". Maldije en mi cabeza y conteste deteniéndome.

—¿Si?— mi tono se torno repentinamente frío y baje un poco el volumen a mi voz y me di la vuelta para evitar que oyeras la conversación, aunque seguiste caminando sin esperarme no te culpe

—¿Dónde estás? ¿Te olvidaste de la reunión?

—Ahg... ¿Tengo que estar? Solo estaré escuchandolos quejarse. El costurado no dejará de molestarte, la pervertida sádica solo me estará viendo esperando robarme sangre, el confundido no se callara, la lagartija solo estará repitiendo que...

—Vienes o voy por ti.— su tono amenazante me cerro la boca, era capaz de buscarme con Kurogiri por medio de sus portales

—Voy para allá.

—¡Hey! ¡Apresurate!— me llamaste al darte cuenta que ya no te seguía, pero tu voz llegó hasta el micrófono...

—¿Con quién andas?— exigió respuestas

—No es a mí. Es a otra persona.— avance unos pasos más lejos de ti y respondí enseguida ignorando tu llamado, cosa que te molesto porque insultaste y me volviste a llamar, pero no te acercaste

—Más te vale. Te espero en treinta.— y colgó arrancándome un suspiro de cansancio de mis labios

—¿Mueves tu trasero o qué?— insististe y yo me di la vuelta para poner fin a nuestra caminata sin rumbo fijo

Pero al girarme, no pude evitar quedarme sin palabras.

Tu figura formada y perfecta era iluminado por el sol del atardecer, parecía como si un aura te envolviera, un aura de que todo podía ser normal, divertido, enérgico; la brisa que soplaba suave movía tus cabellos cenizos me hizo recordar el día que me salvaste por primera vez, cuando los vi pasar al empujarme lejos del villano de lodo y tomar mi lugar, y tu expresión relajada apesar de la brusquedad de tus palabras me hizo creer que estaría bien a tu lado. Tus ojos que me miraban esperando por mí, tranquilo, me dio un sentimiento extraño de seguridad.

—Y-yo... Tengo que...— "irme" eso debía decir, pero mi cerebro no procesaba esas palabras y solo volvía torpe mi lengua

—¿Ah? Habla claro maldita sea.— tu boca se frunció con desagrado

No quería, de verdad no quería reunirme esa tarde con la liga de villanos, después de todo, mi presencia no era realmente requerida, era solo capricho de Shigaraki para tenerme vigilada y para tenerme después de la reunión, era buena excusa del porque habría ido hasta él.

—Nada, no es nada, andando.— corregí y avance a ti con una sonrisa emocionada en mis labios

Quería olvidarme de todo y disfrutar un rato más de tu compañía. Por una tarde quería tener una salida normal con un... ¿Amigo? No se si te podría llamar así, pero en ese momento fue el único título que encontré para nosotros.

—¿Tu familia te espera?— hablaste tras un minuto de silencio entre nosotros

—Ahm, algo así, pero no me necesitan realmente. Da igual.— continuamos el camino hasta el supermercado más cercano

Y con eso puse fin a la conversación de mi "familia", de el cuál notaste que me incomodaba hablar.

Por fin, después de unos diez minutos, llegamos y, como experta en vivir sola y preparar comida para mí, ya sabía dónde encontrar los ingredientes y dónde hallar ofertas, así que mi paseo por el super era ágil, sin perder el tiempo.

—¿Que piensas prepararme?— te habías mantenido a mi lado sin protestar, de vez en cuando metías una que otra cosa al carrito de compras que llevababas, pero no me interrumpias mientras sacaba cuentas y seleccionaba ingredientes

El ambiente era tranquilo, sin prisa, sin gritos, sin charla, solo tranquilidad con la cual estaba cómoda.

—Es sorpresa~— canturré mientras seleccionaba cajas de condimentos —Mmm... ¿Cuál prefieres?— me dí la vuelta y me acerque a ti, mostrándote dos cajas, ambas eran de picantes, pero no sabía cuál lo sería más

—¿A eso le llamas picante?— exclamaste casi ofendido

—Ah, ¿no lo es? A mí me parece que es lo suficiente.— seamos sinceros, yo no era muy afecta al chile, eso solo irritaba mi acné

—Haste a un lado, te mostraré que es picante de verdad.— con suavidad, me apartaste del estante y empezaste a revisar hasta que diste con uno, y vi como, por un instante, tus ojos brillaron como un niño viendo un dulce deseado, linda mirada... —Esto es picante, ¡aprende mujer!— me presumiste la cajita y la lanzaste al carrito

—Oh, vaya, de acuerdo, ¡anotado senpai!— puse mi mano en mi frente como saludo militar y continúe guiandote al siguiente pasillo —Lo tendré en cuenta para cuándo habrá tu página de fans, ¿vale? Jeje... Aún la tengo pendiente por abrir.— reí traviesa agachandome para revisar una repisa de hasta abajo

—¿Por qué?

—¡Ah!— me asusté al verte agachado a lado mío, viéndome fijamente, con tus labios formando un pequeño puchero de duda, uno que ni tu te habías dado cuenta que tenías —¿Por qué, qué?— pregunté de vuelta

—Dijiste que la cara redonda podía mandar a volar a cualquiera, y te gustó la competencia que dio el estúpido de Deku contra el invernario. Pero yo, ¿por qué?

Eso no me lo esperaba para nada. Así que solo pude mantener mis ojos conectados a los tuyos, que esperaban mi respuesta pacientemente.

—Me has salvado, incluso cuando no eras conciente de ello, lo has hecho varias veces. Eres más gentil de lo que aparentas Bakugō, no he convivido contigo tanto como me gustaría, pero lo presiento.— sonreí levemente de lado y continúe ante tu silencio y expresión neutra —Ja... Si supieras lo que he hecho por encontrarte siempre y lo que el mundo hizo para que ahora pueda estar aquí contigo, comprenderías a lo que me refiero.

Separé mis ojos de ti y tome lo que buscaba, poniéndome de pie, pero tú te mantuviste en la misma posición siguiéndome con tus ojos.

—Seras un gran héroe en el futuro, confío en eso. Confío en el chico que me ha salvado varias veces ya, aunque aún no tiene el reconocimiento de héroe por ahora.— extendí mi mano para ayudarte a levantarte, pero solo bajaste la mirada

—¿Que no te doy miedo?— preguntaste con voz baja, como si no quisieras que te escuchara

—¿Miedo?

—Pareces ser una miedosa impulsiva, con solo verte se que no tienes autoestima. — auch, eso dolió —Pero, estás aquí...— te levantaste por tu cuenta y con la cabeza aún baja, te acercaste al carrito y empezaste a avanzar

—¿Te incomoda que esté aquí?— estaba preocupada por tu repentino cambio —Si en algún momento lo hago, dímelo, es comprensible. Una rara llega de repente y dice ser tu fan, jaja, cualquiera se incomodaría ¿cierto? Si tú me lo pides me alejaré——

—Cállate.— ordenaste de repente —Si me incomodaras  hace tiempo ya te habría mandado a volar. Pero ahora ya no tienes oportunidad de separarte de mí.— enfocaste tu vista al frente —¿Te quedó claro?— me viste de reojo

—Si, lo entendí.— no pude evitar sonreír algo tímida y a la vez, feliz

Pagamos, y digo "pagamos" porque tú te pusiste terco en qué debías pagarlo, así que, dividimos la compra a la mitad.

—Gracias por acompañarme Bakugō, me pondré ya en ello sino quiero atrasarme mañana temprano.— agradecí tomando las tres bolsas llenas del carrito y poniéndome frente a ti mientras me despedía

—¿Ah? ¿O sea que ya que me usaste te largas con mi comida?— te pusiste en modo "enojado" de nuevo

—¿Disculpa? Per-perdón, me perdí.— exprese confundida

—Dame eso.— me arrebataste las bolsas de las manos y empezaste a cruzar la calle

—¿A dónde vas?— te alcancé cuando salí de mi confundida cabeza

—¿A donde más? ¡A tu casa estúpida! ¡Guíame o lo llevo a mía y te quedas sin comer!— ordenaste entre gritos

—¡No!— te grité sin querer apenas terminaste tu frase, no podía dejar que supieras donde vivía

Era una regla que me había impuesto la liga de villanos. En cualquier momento podrían tomar mi hogar como guarida o para alguna reunión de emergencia, y lo que menos querrían sería ser interrumpidos por conocidos míos, quién se acercara a mi casa estaría acabado. Así que, desde un principio, tener una vida estudiantil normal nunca fue una oportunidad para mí.

—¡¿Eh?!— empezaste a crear pequeñas explosiones en una de tus manos, la que no cargaba ninguna bolsa —¡Llévame o te reviento la cara!— amenazaste acercándote cada vez más y yo retrocediendo un paso a la vez

—¡Perdóname pero no puedo!— me incline a modo de disculpa, no podía llevarte por más que quisiera —¡Pídeme o solicitame cualquier cosa menos eso!

Silencio, esa fue tu respuesta, tus explosiones cesaron, y al siguiente segundo, dejaste caer las bolsas de tus manos, haciéndome volver a enfocar mi vista en ti.

—Como sea...— te diste la vuelta enseguida, casi pude sentir siento tono de ofendido en tu voz, pero creí que era exageración mía —Si se te rompen las cosas en el camino será culpa tuya.

—Perdón... Gracias por acompañarme hasta aquí.— tome las bolsas y salí aprisa de ahí, con cierta tristeza por alejarte

Pero primero estaba tu seguridad antes que mi felicidad.

Aunque por ese momento, por ese rato que pase a tu lado, no me importó que el hermano mayor me castigará por un mes recortandome la mitad de mi mesada para vivir por mi cuenta. No me importo la crueldad de las palabras que me dirigió, la brusquedad con la que me beso causándome daño en mi labio, el aviso de que me reportaría con padre o la notificación de que empezaría a entrenar con fuerza partir de ese día. No, nada de eso me importo, porque había sido feliz.

Había experimentado situaciones que nunca había pasado, y había estado a tu lado por más tiempo. ¿Que más podría pedir una simple fan? De hecho, creo que recibí más de lo que merecía: tu atención fija desde ese día.

¿Que les pareció?

¿Esta llendo muy rápido acaso?

¿Que opinan hasta ahora de la historia?

¿Que les parece la relación de nuestra protagonista con Bakugō?

Espero les este gustando o entreteniendo, muchas gracias por el apoyo y sus comentarios ^^ siempre me sacan una sonrisa.

Y bueno, hasta aquí por hoy.

Liianshi, ¡cambio y fuera!



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