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R [rara]

Dedicado a mi loca KitKatKCG :3

Se me fue el corazón al cielo cuando recibimos la noticia de que iríamos a una pequeña excursión a tu escuela... ¡A tu escuela! ¡Oh si!

Era la primera vez que mi escuela hacía tal cosa y que la tuya lo aceptaba.  Era una especie de programa de estudio de héroes, y por hende la magnífica y mejor academia de héroes de todos los tiempos. ¿Te vería en acción acaso? ¿Te vería entrenando con tu traje que hasta ahora desconocía? ¿Podré conocer a otros futuros héroes? ¿Podré por fin dirigirte la palabra? No lo sabía, y no tenía tiempo para pensarlo porque era al día siguiente, pero había un pequeño problema, necesitaba la autorización de mi tutor, y ese era el hermano mayor que tanto me despreciaba... Maldición, no sabía que haría si me decía que no. Tendría que buscar una manera de convencerlo. Pero de que conseguía su permiso tenía que. Y lo conseguí después de hacerle una tentadora propuesta que no pudo rechazar.

Entonces, el día llegó. Me peine lo mejor que pude mi alborotado cabello marrón en capas y mi flequillo mal cortado. Incluso la noche anterior había procurado humectar bien mi cara y ponerme mi uniforme limpio y perfectamente planchado. Me puse incluso un barato brillo labial rosa chicle que creía que se me vería bien, cosa que no fue, pero en ese momento me sentía "linda".

Y entonces, tras un turtuoso viaje en camión con mis odiosos compañeros de aula, llegamos. Cuando baje y me vi frente a la gran puerta de la U.A pensé que me desmallaria de la emoción y éxtasis.

—Cierra la boca  y no estorbes.— me empujó a un lado el odioso de Giren y paso a un lado mio viéndome con altanería

—Eso solo le queda a él.— le reclamé en susurro

"Bakugō es el único que puede actuar así y le queda bien. "

—Entremos chicos.— habló mi profesor y tras hablar con el guardia de seguridad de la entrada y con lo que parecía ser el director, entramos y nos recibió Present Mic. A lo que todos nos empezamos a emocionar.

Y tras un vídeo de media hora que explicaba básicamente como funcionaba toda la escuela y otras cositas, por fin nos llevaron a los campos de entrenamiento donde nos dijeron que una clase estaba ahí.

No podía creerlo, ¿podría ser... Que tú estuvieras allí? Eso ya sería mucha suerte para mí. No  solo estaba conociendo la academia de mis sueños, también te vería en acción.

¿Qué pasaba con el universo? ¿Acaso me pagaba ahora todo lo que me hizo pasar hasta ese momento? Pues eso empezaba a creer, porqué... Si, afirmativo, estabas en entrenamiento.

Al parecer estabas teniendo una batalla contra otro compañero que tenía una impresionante cola muy fuerte con la que se impulsaba por los aires y atinaba a darte golpes mientras tú te defendías.

Present Mic seguía explicando pero yo solo podía prestarte atención.

Tenías tu uniforme de física normal, pero era suficiente para que fueras espectacular en el campo. Cada movimiento que hacías era perfecto a mis ojos, cada explosión que generabas, tus expresiones de confianza que aumentaron más al oir la expresiones de sorpresa y admiración de mis compañeros y sobre todo de mis compañeras, todo era magnífico. ¿Y que decir de tu compañero que tampoco se quedaba atrás? Te estaba dando una buena pelea. Ambos eran sorprendentes.

No pude evitarlo, saque mi celular a escondidas y tome una foto de ambos. Después de todo, también tenía que cumplir mi trato con el hermano mayor. Pero hubo un problema, no desactivé el flash y sonido de mi celular por lo que capte la mirada de todos, incluidos a tus compañeros que estaban expentantes de su pelea.

—Señorita, le recuerdo que no puede tomar fotos ni sacar el celular.— me habló Present Mic con su típico tono de voz, llamando más la atención sobre mi

—O-oh, como lo siento.— hice una reverencia, y enseguida, los susurros comenzaron

—Jaja, ¿se conseguirá un castigo?

—Que vergüenza, se le quedaron viendo.

—Y mira nada más que labial más feo tiene.

—Y la rara hace su ataque de nuevo.

¿Que no podía evitar llamar la atención de manera negativa por un día, y más aún en un día tan importante como lo estaba siendo? Solo me pude quedar ahí congelada viendo al suelo mientras apretaba mi celular en manos.

—Ya chicos, silencio.— por fin intervino el profesor y se disculpó con el héroe que nos daba el recorrido —Entregame tu celular. Hay que borrar las fotos que has tomado.— me pidió el profesor extendiendo su mano hacia mí

"No, ¡no! Yo necesito las fotos para el hermano mayor y... Necesito su foto para mí..."

—Pe-pero...— intenté protestar mientras pegaba más el celular a mi, como protegiéndolo

—Sin excusas señorita.— insistió el maestro

Lo extendí con las manos temblorosas, pero una voz nos detuvo.

—Da igual. Es normal que quiera una foto mía.

Me salvaste de nuevo mientras te acercabas con una sonrisa ladina de orgullo en tu rostro con sudor. Mis compañeras se emocionaron y algunas dieron un pequeño gritito de emoción cuando les diste un breve vistazo.

—¡Gracias!— no pude evitarlo e hice una reverencia, primero para que no vieras directo mi horrendo rostro y me reconocieras y segundo porque de verdad te estaba agradecida, me habías salvado de un buen castigo del hermano mayor. —No la publicaré ni nada. Lo juro.— contuve una sonrisa nerviosa mientras me enderezaba con la cabeza baja

—Asi que la quieres para ti ¿eh?— y entonces te reiste con burla... Tu también te burlaste de mí.

—Oh por dios, ¿pero que piensa hacer con la foto?

—No me digas que planea hacer vudú.

—Jajaja, es capaz, con lo bicho raro que es.— los susurros de nuevo comenzaron, y está vez fuiste tu el que los reinició.

¿No fue tu intención, verdad? ¿No querías humillarme, verdad? ¡¿Verdad?! ¿Entonces dime por que solo soltaste un bufido divertido y te diste la vuelta sin decir más?

—No estorbes mi entrenamiento extra.— fue lo único que dijiste al darte la vuelta

—¡No te tome foto a ti!— te grité algo herida, no te dejaría con la última palabra hoy tampoco

Te giraste con lentitud viéndome de reojo con una ceja alzada lleno de incredulidad.

—¿Ah?

—¡Se la tomaba a él!— señale al joven que se recuperaba de la pelea mientras tomaba agua, y que al escucharme, escupió su agua sorprendido con un sonrojo en sus mejillas

"¿Cómo se llama? Ahg, maldición, ahora mismo no recuerdo... ¿Ojuru? ¿Ajari? Tch, mala memoria que me cargó."

—Vale, ya estuvo bueno. Ve al autobús.— me ordenó mi maestro parándose entre nosotros

Apreté el celular en mano y salí prácticamente corriendo de ahí. No podía creer que nuestro cuarto encuentro haya sido así de vergonzoso e incómodo, y que tú hubieras tenido parte de la culpa.

¡Tu eras mi héroe! ¡Tu siempre me rescatabas! ¿¡Entonces por qué ese día me doliste tanto? Creía que en ti si podría confiar, pero solo era mi ilusión. Una ilusión que yo misma creé; te idealice y por eso estaba esperando que todo fuera como en las historias románticas de adolescentes. Que tonta fuí.

Me hice bolita mientras lloraba en los baños de la academia, no podía creerlo. Prendí mi celular y abrí mi galería. Te veías tan guapo peleando, tu atractivo incrementaba considerablemente cuando estabas concentrado intentando machacar a una persona con tu llamativo quirk, cuando estabas concentrado en lo tuyo te veías increíblemente guapo. Pero claro, cara bonita no significa personalidad amable. Me lo dejaste en claro en ese momento.

No recuerdo cuanto tiempo estuve en aquél cubículo de baño absolutamente sola, sin nadie en los baños o siquiera en el pasillo. Incluso escuché la campana sonar anunciando el cambio de materias.

"Seguramente, ahora estarán dando un recorrido entre clases, conociendo a muchos futuros héroes y pasándola genial entre amigos, pero yo no tengo nada de eso."

Solo era una patética chica acomplejada; yo misma me alejé al principio y ellos terminaron por hundirme.

Sorbi mi nariz y corte unos trozos de papel de baño para sonarmela ruidosamente. Y pensaba continuar con lo mío, de no ser porque alguien pateó la puerta de mi cubículo muy fuerte que hasta temía que la fuera a romper y me cacharan en tan lamentable estado de mi pequeña depresión.

—Esta ocupado.— conteste con un hilo de voz quebrada y algo congestionada mientras me volvía a sonar la nariz un poco más discreta está vez

Otra patada fuerte seguida de golpes en la puerta. "¿Y ahora que le pasa a esta tipa?" Pensé.

—¡Que está ocupado!— le grite algo irritada

—¡Sal de ahí llorona!

¡Era voz de un hombre! Y no de cualquiera, sino de "él hombre".

Me maldije cientos de veces, ¿acaso me había equivocado de baño y entre al de varones? No podía dejar que me viera en aquél estado, así que lo único que se me ocurrió fue deslizarme al siguiente cubículo por debajo de la mampara.

—¡No huyas!— gritaste aún más furioso

¡Me habías visto! Bueno, no es como si fuera "chica" o "pequeña", era obvio que me vería, pero nunca creí que me perseguirias al siguiente cubículo y me jalaras de la pantorrilla para que no escapara al siguiente.

—¡Ah!— grite al sentir como tu fuerte mano aprisiono mi gruesa pantorrilla y me jalo hacia atrás mientras clavaba mis uñas en el suelo intentando evitar que me arrastrará hacia él, justo como si fuera una película de terror. —¡No! ¡No! ¡Sueltame!— pataleaba intentado que me soltaras, pero eso no sucedió

Había quebrado mis uñas y se habían ensuciado con la mugre del suelo, que asco me dió. Era el piso del baño de varones donde estaba. Mi aspecto no era nada agradable y solo empeoró al haber llorado como tonta niña desconsolada. Y ni quería imaginarme como se vería el labial chicle en mis desquebrajados labios.

Era un asco en mi presentación. Asco total.

—¡Dime quién eres de una buena vez!— exigiste poniendo tu mano en mi cuello y tus rodillas en mi muñecas, inmovilizandome

Maldición, en ese momento me di cuenta de que sí debía haber asistido a las clases de pelea que me había ofrecido el hermano mayor. Eso me pasaba por mensa.

—¡No te importa!— grite con el aire empezando a faltarme

—¡Claro que sí! ¡Te has aparecido en mi vida de manera muy sospechosa! ¡Regresaste! ¡Dime porque razón!— gritabas con tus ojos clavados en los míos

Estabas alerta, generando explosiones en tu mano libre. Me asustaste mucho.

¿Yo que te había hecho? Yo solo te admiraba desde lejos, solo quería darte mi apoyo hasta el momento en que tuvieras el mundo a tus pies. Pero solo me habías humillado y lastimando físicamente en ese momento.

—¡No te he hecho nada! ¡Sueltame porfavor!— te grite con mis lágrimas empezando a salir nuevamente, creía que ya me había calmado, pero parecía que no era así, estaba sensible

—¡No! ¡Hace un año casi muero por tu culpa, ahora me sigues y me acosas! ¡¿Quién te envío?! ¡Responde fea!

"¡Casi muero por tu culpa!"
"¡Me acosas!"
"¡Fea!"

Esas palabras resonaron como eco en mi cabeza por todo un minuto sin decir una sola palabra o sonido, poniéndote más de los nervios porque tensaste más tu mandíbula y acercaste tu mano con tu quirk activado a mi rostro.

—Perdón...— desvíe mi mirada de tus encendidos ojos carmín y solo pude morder mis labios por dentro conteniendo el dolor en mi pecho —No quería ser una molestía... Perdón.— mis lágrimas no podían parar

Me sentí indefensa, vulnerable, ridícula, estúpida, enferma. ¿Así que todo ese tiempo tu sentiste incomodo de que te siguiera? ¿Cómo no me había dado cuenta? Estaba mal.

—¡¿Eh?! ¿Nadie te envío?— acercaste más tu rostro al mío, poniéndome aún más nerviosa y avergonzada porque veas las imperfecciones de mi piel

Solo pude negar con algo de trabajo sin poder verte.

—No. Te seguía por mi cuenta.— estaba cohibida

—Tch... Eres rara.— sentí como tú peso se fue llendo de mí, permitiéndome respirar con normalidad de nuevo

—Me lo han dicho.— respondí sentándome poco a poco

—¿Por qué lo hacías?— preguntaste aún con tono molestó y a la defensiva

—Porque...— trague saliva, ¿de verdad lo diría en voz alta? —Porque soy tu fan...— con mi mirada perdida y mi rostro colorado por tal confesión, pude oír como dejaste de respirar, como si el tiempo se hubiera congelado 

¿Que expresión tendrías? Curiosa, alce mi cabeza lentamente y te vi desde abajo, tu postura relajada apesar de estar retirandote de ahorcar a alguien pareció tensarse.

Tus ojos con el ceño fruncido de incredulidad y de confusión conectaron con los míos.

Voces se escucharon en el pasillo. ¡No me podían ver en el baño de hombres! No quería más problemas o burlas, y más aún en el estado en el qué me encontraba.

Me levanté tropezando sin saber que hacer, ambos estábamos aún en el cubículo al que había huido. Estaba apunto de pasarme al anterior, pero ya era tarde, un grupo de chicos entraron charlando divertidos entre ellos.

Así que solo pude retroceder un par de pasos. Me encontrarían, ya me había resignado. Así que no me esperaba a que jalaras la puerta del cubículo justo a tiempo para que no me vieran. Pusiste seguro y te quedaste en esa posición, sin voltear a verme.

¿Acababas de volver a salvarme el pellejo? Eso parecía.

Retrocedí otro paso, baje la tapa del inodoro en silencio y me senté sobre él, haciéndome bolita, escuchando las voces de los chicos de afuera, que al parecer eran de tu clase. Tu no te movías para nada, seguías con tu mano en el seguro de la puerta.

—¿Quién creen que era la chica de la foto?— sentí mi corazón detenerse, hablaban de mí

—Oí que son de una secundaria no muy lejos de aquí.

—Jaja, al parecer le gustaste Ojiro.— hicieron bulla con tono picaron

—Jajaja, no lo creo. Se veía que apuntaba a Bakugō.— rió nervioso

Oh, ese era él chico de la cola con el que peleaba.

—Si, pero al parecer le dolió cuando le dijo que era a ti.— más risas se escucharon y solo pude captar como gruñiste ante sus comentarios

—¡Uhhh! ¡Ya tienes una admiradora! ¡Bien hecho hermano!— uno lo felicito entusiasmado

—¿Será?— se pregunto pensativo y nervioso, lo pude percibir en su voz

—Lastima que no es guapa.— el mismo que lo había felicitado se lamento, y eso apuñaló mi corazón

—Mmm... No lo será, pero...

—¡Vamos Kirishima! Por una vez que admitas que no todos nacen con atractivo no pasará nada. Es la verdad, apuesto a que ella ya lo sabe.

—Me siento mal por ella. La burlaron sus compañeros, no se veía bien cuando corrió.— Ojiro habló

Hubo un momento de silencio incómodo en el baño mientras seguían en lo suyo, entonces las voces se fueron perdiendo en el pasillo, indicando que ya se habían ido. Y yo de nuevo, estaba mordiendo con fuerzas mis labios, humillada nuevamente.

Esto era cosa de todos los días... Pero que lo dijeran frente al chico que admiraba solo lo hizo peor.

Oculte mi rostro entre mis piernas y abrace con más fuerza estas, sentía que estaba empezando a temblar por la enorme vergüenza que sentía.

Esperaba una carcajada de tu parte, pero no dijiste nada. Pero el acto que hiciste a continuación me detuvo el corazón.

Posaste tu mano en mi cabello y lo acariciaste como si fuera un cachorro aterrado que necesitaba que alguien lo calmara.

No puedo describir lo que sentí en ese instante, pero una cosa era segura, la pregunta que quedó grabada en mi mente me acompañaría por un largo, largo tiempo: "¿Que piensas de mí?"

Despegue mi cabeza un poquito de mis rodillas e intenté verte, pero no me dejaste, más bien, con tu mano aún sobre mi cabeza, volviste a hundir mi rostro entre mis piernas, impidiéndome poder ver la expresión de tu rostro.

Me deje acariciar por ti por los siguientes cinco segundos más. Entonces alejaste tu mano;  tímidamente alce mi cabeza para darte las gracias por el gesto y por no reírte en mi cara, pero cuando por fin lo hice, tu ya estabas saliendo del cubículo.

—¡Es-espera!

—No llores tan ruidoso.— me soltaste sin voltearme a ver mientras te mojabas la cara en los lavabos — Fíjate la próxima vez a dónde rayos te metes.— cerraste la llave, secaste tu rostro con la manga de tu uniforme y te encaminaste a la entrada de los baños, entonces te detuviste y volteaste levemente a verme de reojo —Y no te vuelvas a aparecer frente a mí.—   finalizaste y desapareciste de mi vista

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