E [¿extra importante?]
Mis clases terminaron y yo salía a paso lento de mi edificio escolar. Algunas compañeras pasaron a mi lado y chocaron hombros conmigo.
—Fíjate por dónde caminas, horrorosa.— me dijeron con desprecio y continuaron su camino
Suspiré y continúe mi paso, no tenía cabeza para ellas, mi mente estaba en una persona: Tu. ¿Que debía hacer? ¿Iría a buscarte como me pediste, o debería mantener el poco orgullo que poseo y desaparecer la mínima oportunidad de volver a ser siquiera "héroe y fan"? Para empezar, ¿quería seguir a alguien que trataba así a quienes le admiraban? En ese momento mi cabeza era una nube de problemas y embrollos. Tan espeso como mi quirk cuando quería ocultarme.
—¡Hey! ¡Feucha! ¿Quieres un Pocky?— Giren paso a mi lado con su grupo de amigos mientras movía juguetón en su boca un Pocky de té de mocha y me sonreía con burla
"¡Esa sonrisa solo le queda a él!" Eso fue todo, me acerque algo molesta y quebré el Pocky que sobresalía de sus labios y me lo comí mientras termine de salir de la escuela, dejándolos sin palabras.
—Cállate, a ti no te sale.— fue lo último que les dije
Aún no entiendo cómo pude estar ciega por aquella época para que ese chaval me haya gustado por un año.
Camine decidida a la UA con la cabeza en alto e incluso planeé que era lo que te diría.
—"Mira Bakugō, no pienso volver a aparecer me frente a ti, así que lo que tengas que decir dilo de una vez..." No, no... Mmm... Ah, ¡ya se! "Habla que no tengo tiempo que perder". No... "Solo vine a oír tu disculpa." ¡Eso!— exclamé emocionada al encontrar la frase que le diría
Pero toda mi decisión a alejarme se fue al caño cuando te vi de pie esperando paciente, con un pie apoyado en la pared y con tus manos en los bolsillos. Tu ceño estaba levemente relajado, por lo que te veías tranquilo, y no tenías a nadie cerca suyo.
Y mi yo inferior surgió ante tu presencia.
—Es-estoy aquí.— dije cuando me pare a un lado tuyo evitando tu mirada
—Ya era hora, ¿que te retuvo?— preguntaste separandote de la pared
—Nada que te importé.— dije cortante evitando tus ojos que sentía que me exigían que te viera
—¿¡Ah!? ¿Así te dirijes a tu héroe?— tomaste mis cachetes en tu gran mano y los apretaste
—¡Ya no lo eres!— de mala gana me intenté arrebatar, pero solo produjo que me apretaras más y me empezarás a lastimar —¡Du-duele!— pegaba tu mano con las mías y sentí como me soltaste de golpe
—¿¡Cómo rayos ya no!? ¡¿No que muy agradecida y fanática?!— diste un paso adelanté y yo uno atrás —¡Decíde que eres!— me gritaste mientras seguías avanzando
—¡Era tu fan! ¡Pero ya sufro suficiente maltrato y menosprecio como para agregar a alguien más a mí lista de bully's!— grite apretando mis ojos y puños con fuerza
No escuché nada de tu parte, por lo que empecé a abrir mis ojos poquito a poco. Primero uno, lo suficiente para verte con una expresión estática, tu labio estaba fruncido, un leve tic en tu ceño fruncido y tus ojos mostrándome confusión o quizá... ¿Una batalla interior? No lo sabía, y lo único que hiciste a continuación fue terminar de acorralarme contra la pared, haciéndome temblar como gelatina.
—Yo no soy ningún bully.— hablaste con una voz ronca sin gritar que hizo temblar mi corazón, causando que me estremeciera
—Pu-pues entonces no actúes como uno.— me atreví y te sostuve la dura mirada que me dedicabas —Se que tú actitud es ácida, es incluso grosera en ocasiones... Pero eso no significa que vaya a soportar burlas y menosprecio de tu parte igual que lo hago con mis compañeros de clase. Ya tengo suficiente con ellos...— baje mi mirada avergonzada por confesar mi patética situación —Quizá no quieres a una fea perdedora como yo tras de ti... Si es así dímelo de una vez. Me alejaré, ¿de acuerdo?— alce un poquito mi mirada como para verte de reojo
Separaste lentamente tu mano de la pared donde impedía mi escape y bajaste la mochila de tu hombro. Sentí que pude respirar un poco más tranquila al no sentirte tan cerca mío, pero el aire se me fue de nuevo cuando extendiste casi de mala manera el traste donde había puesto el especial almuerzo que te había hecho un día atrás y el cuál rechazaste cruelmente.
—¿Eh?— fue lo único que pude decir al verlo
En el momento en que salí corriendo de ahí no pensé siquiera en recuperar la servilleta o mi traste, no quería ver nada que estuviera relacionado con esa mañana, pero nunca creí que tú... Lo recogerías. ¿Pero lo habías hecho tú?
—¿¡Me piensas dejar con la mano extendida toda la tarde!?— me gritaste perdiendo de nuevo los estribos, así que de un sobresalto lo tome veloz de su mano
—Ojiro... ¿Ojiro lo recogió? ¿No sabes si le gusto?— pregunté intentando ocultar las extrañas emociones que me producía la situación.
¿Triste? Si, porque fuiste cruel con mi muestra de aprecio. ¿Feliz? Un poco, porque Ojiro al menos lo comió y no desperdicio mi trabajo. ¿Agradecida? Bueno, no había perdido mi traste favorito. ¿Confundida? Un poco, ¿por que tu me lo estabas regresando? Bueno, después de todo, Ojiro no sabía absolutamente nada de mí, ni siquiera sabía mi nombre.
—¿Ah? ¿El cola de caballo?— preguntaste casi ofendido
—Jaja, cola de caballo... Yo diría que parece más de... Mmm, ¿camaleón, quizá?— intenté aliviar mis emociones cambiando un poquito la conversación
—No, él no fue quien lo comió.
—Oh... Entonces si lo tiraron...— maldición, en ese momento no pude ocultar mi decepción
—Más picante.— tu repentina tímida voz me hizo alzar la cabeza y verte a lo ojos, ojos que se habían desviado a otro lugar sin específico evitando los míos
—¿Co-como?— mi sorpresa solo estaba aumentando
—¡Que más picante para la próxima! ¡Me gusta picante, así que no te limites con el chile!
"Bum, bum".
Mi corazón latió repentinamente a un ritmo extraño.
—Oh-oh... Tu ¿A-acaso lo... Lo comiste?— pregunté casi en shock
—Tch... ¡Que si, mujer! ¡¿Que tan difícil es entender que para la próxima más picante?! ¡Si te lo dije es porque lo probé!
—Jeje... Jejeje...— un risa tímida, casi nerviosa salió de mi boca mientras veía el traste que tenía en mis manos —Apuesto a qué la presentación quedó un asco después de caer...
—Algo así.
—¿Te... Te gustó aunque sea un poquito?— alze mi mirada lentamente para conectar con la tuya que me veía con una leve expresión molesta, pero que a la vez me parecía fingida
—Se dejo comer.
—Jaja, ¿no me digas? Pensé que la salchicha saldría corriendo con los tomates.— reí con sarcasmo
—¡Si quieres que te diga que estuvo delicioso pues...!— te callaste de golpe —Tch, maldición...— chasqueaste tu lengua resignado y molesto
Una sonrisa se formó en mi rostro sin permiso de mi mente, el corazón estaba tomando el control de mi cuerpo.
—No se si agradecerte por comerlo o seguirte odiando por lo que hiciste.— confesé bajando mi mochila y guardando el traste en ella —Supongo que por ahora te agradeceré por regresarme el traste al menos.— dije neutral
Mi corazón aún dolía, pero era un poquito menos.
—¿Ah?— soltaste confundido —No te lo di para que te lo quedarás.
—¿A no?— cuestione confundida
—¿Que no oíste que para la próxima más picante?— recalcaste irritado
—¿Pro-proxima?
—¡Ahg! ¡No lo pongas todo más difícil!— se despeinó desesperado su puntiagudo y revuelto pelo cenizo —¡No te reviento la cara solo porque te dejaría más desfigurada! ¡Así que no tientes tu suerte!
—¡Pero si no soy yo la que...!
—¡Mañana temprano!— me interrumpiste — ¡Más te vale no llegar tarde o entraré retrasado a clases!— y con ese último grito-peticion te terminaste de alejar de mi y te fueiste dando pisotones con las manos en los bolsillos
—¿Qué fue eso?— me pregunté a mi misma aún analizando todo lo que acababa de pasar
—¡Y no te creas importante, extra!— gritaste a la lejanía
Demasiado tarde... Ya me lo estaba empezando a creer. A mis 15 años y medio era una ilusa total.
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